“Los hechos son también los que son: 16 europarlamentarios socialistas españoles rompieron el voto de su grupo (102 socialistas votaron en contra y 48 se abstuvieron) y apoyaron sin turbación alguna una propuesta defendida, entre otros, por el Partido Popular, por
El pasado miércoles fue un día triste. Para los socialistas españoles, para sus simpatizantes y para quienes han creído en la construcción europea. Los primeros han visto cómo sus dirigentes renunciaban a parte de su memoria, no solo la histórica sino incluso la personal, para apoyar una directiva que creen que les ayudara a conservar el voto de las clases medias y trabajadoras, asustadas por la inmigración. Los segundos, porque ven cómo se aleja un propósito europeo que ha sido para muchos de sus ciudadanos un proyecto que protegía las libertades, ponía límites a la demagogia y al populismo, y aseguraba la racionalidad y el derecho. Si el camino que se empieza a recorrer es otro, si la construcción europea ya no es un objetivo basado en esos principios quizás no merezca la pena. Si el PE no ha sido capaz de paralizar una directiva como ésta, entonces, hay que replantearse muchas cosas. (…)
Todos sabemos que la inmigración sin control es un problema serio, que es difícil compaginar el derecho a controlar las fronteras y el derecho de los inmigrantes. Pero la obligación de un Gobierno democrático debería ser buscar un equilibrio que respete los derechos humanos de los inmigrantes. Con esta directiva no se pretende "ordenar" la inmigración, como no se cansa de decir el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho. Se trata claramente de una nueva normativa de represión. Eso es todo. Una directiva que reduce, por no decir elimina, la protección legal de personas que no han cometido ningún delito pero que resultan incómodas.
Los ciudadanos tenemos poca memoria, es cierto, pero en este caso a muchos nos será difícil olvidar a los tres únicos europarlamentarios socialistas que se negaron a someterse a las órdenes de su partido. Josep Borrell y Ramón Obiols, que votaron en contra, y Marti Grau i Segu, que se abstuvo…Los de los 16 que firmaron la directiva junto a Fini y Kaczynski quedarán apuntados en un papel.” (SOLEDAD GALLEGO-DÍAZ: Los límites de la confusión. El País, ed. Galicia, España, 20/06/2008, p. 26)
“AGONIZA O DEREITO DE ASILO EN EUROPA.
VENTOS DE XENOFOBIA. O Goberno español di que non aplicará a directiva da UE para repatriar inmigrantes. SOS Racismo: “Un dos episodios máis vergonzosos da historia contemporánea” (Galicia Hoxe, 20/06/2008.. Portada de uno de los periódicos más conservadores de Galicia)
La directiva podrá ser aplicada a unos ocho millones de inmigrantes ilegales que, según
Willy Meyer, eurodiputado de Izquierda Unida, expresó su preocupación porque "la directiva permitirá deportar a ocho millones de inmigrantes sin garantías". "Hoy ha sido un día negro para Europa", dijo. "Esto nos retrotrae a la época en la que en España se podía detener sin contar con la orden de un juez".
Martine Roure, la eurodiputada socialista ponente en la sombra, expresó su preocupación porque la directiva "se aplica a personas que ya están instaladas aquí, que tienen sus hijos, que pagan sus impuestos". Roure subrayó su inquietud "por la situación de los niños que pueden ser enviados a países distintos de los de su origen sin garantías".
“Medidas polémicas
- Los sin papeles podrán ser internados seis meses antes de su expulsión. El periodo puede extenderse otros 12 meses si el inmigrante no coopera en su identificación.
- Los expulsados no podrán volver a
- Los menores no acompañados podrán ser entregados a tutores que no sean familiares directos.
- Se concede ayuda gratuita para apelar contra las decisiones de expulsión.” (El País, ed. Galicia, Internacional, 19/06/2008, p. 2)
“P. ¿Cree que la directiva de retorno puede crear dos tipos de ciudadanos: los europeos y los inmigrantes?
R. No, no son dos categorías. No es una cuestión de jerarquías. Con la directiva de retorno existe la posibilidad de mantener a una persona detenida durante 18 meses, sin culpa alguna, por decisión administrativa y sin intervención judicial. Esto significa que estamos creando una categoría inferior de seres humanos. Es una humillación más fuerte aún. (…)
P. ¿Piensan recurrir la directiva ante el Tribunal de las Comunidades Europeas, con sede en Luxemburgo, o ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo?
R. Esta directiva va a tener muchas dificultades jurídicas porque va en contra de las Constituciones vigentes en muchos países europeos.”(CLAUDIO FAVA: "Europa ha creado una categoría inferior de seres humanos". El País, ed. Galicia, Internacional, 19/06/2008, p. 3)
“Frente común en Suramérica contra la directiva de retorno.Los países suramericanos reaccionaron ayer de forma unánime contra la directiva de retorno de inmigrantes indocumentados aprobada el martes por
Las protestas de los Gobiernos de Ecuador, Bolivia, Paraguay, Uruguay, Brasil, Argentina y Perú coinciden en los mismos puntos: la normativa, dicen, es discriminatoria y viola los derechos humanos y, en particular, el derecho a la libre circulación. Todos recuerdan también las intensas relaciones migratorias que han existido históricamente entre Europa y América.
El tono más contundente lo empleó el presidente de Ecuador, Rafael Correa, que se refirió a la normativa europea como "directiva de la vergüenza", el mismo término empleado por el boliviano Evo Morales. "Qué pena que esa Europa de las luces sea hoy un símbolo de contradicciones", dijo Correa, que impulsará "un frente regional" para responder a "esa barbaridad". Evo Morales había propuesto exigir visado a los europeos, pero ayer el vicecanciller boliviano, Hugo Fernández, se mostró partidario de no tomar "decisiones apresuradas" y de "estudiar medidas de acuerdo a los intereses bolivianos". (…)
Argentina rechazó "el uso de conceptos como migración legal e ilegal" y dijo que la cuestión migratoria "sólo podrá ser resuelta desde el respeto de los derechos humanos y el fomento del desarrollo económico y humano". (EL PAÍS, ed. Galicia, Internacional, 20/06/2008, p. 4)
"(...) una cincuentena de personalidades del mundo del arte y la cultura han dirigido un escrito a los miembros del Parlamento Europeo para que no adopten una directiva que "permite la detención administrativa de los inmigrantes irregulares hasta 18 meses; la posibilidad de expulsión de los menores no acompañados a terceros países y la prohibición de volver a entrar en toda
“En la práctica, se trata de la institución de un verdadero delito de inmigración. Berlusconi, siguiendo las propuestas de los ministros neofascistas de su Gobierno, ha llevado esta lógica de penalización hasta sus últimas consecuencias al introducir en el código penal italiano un "delito de inmigración clandestina", castigado con una pena de entre seis meses y cuatro años de prisión. Los responsables europeos dicen no aprobar tal decisión, pero ¿acaso no está implícita ya como posibilidad en la concepción de la inmigración ilegal como delito? (…)
Desde el Tratado de Maastricht, Europa ha entrado en un ciclo globalmente negativo sobre el asilo. La reducción progresiva de este derecho conduce a restricciones importantes. Uno de los escándalos más inmorales de los últimos años es el caso de los refugiados iraquíes. Desde la invasión de Irak, más de 2,4 millones de personas han abandonado ese país. Entre 2003 y 2007, alrededor de 100.000 iraquíes pidieron asilo político en Europa, de los cuales 40.000 lo hicieron entre 2006 y 2007. ¿Es mucho? Pues bien, Siria, cuyo PIB es mucho más bajo que el de
De hecho, la situación real de Europa y el resto del mundo en materia de acogida o rechazo de los solicitantes de asilo está marcada por una profunda desigualdad: Europa recibe un número de solicitudes de asilo relativamente bajo comparado con los millones de personas que emigran en el interior de África, Asia y las regiones fronterizas con Europa. No hay una "explosión" del número de refugiados propiamente dicha; hay sobre todo un endurecimiento continuo de las reglas de entrada que incrementa objetivamente el número de rechazos y, en consecuencia, el número de "expatriables" en las fronteras. Pero esto no impide a
En muy pocos días han coincidido dos proyectos que amenazan con hacer añicos el sueño europeo: la directiva para que la jornada laboral máxima pase de 48 a 60 horas -y excepcionalmente, incluso a 78- y la que combate la inmigración ilegal con una dureza que hasta hace poco se asociaba a la extrema derecha. El contraste con el pasado reciente es sangrante: hace 10 años, el debate sobre la jornada laboral lo lideraba Francia con su propuesta de 35 horas. Y toda la Unión aislaba a Austria por abrir la puerta del Gobierno a un partido que se ensañaba con los inmigrantes." (El País, ed. Galicia, Internacional, 22/06/2008, p. 4/5)
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