19.6.08

Suben los precios porque con los alimentos se especula

“Mundialmente nos encontramos con dos problemas diferentes aunque relacionados entre sí: solucionar el problema del hambre en el mundo, consiguiendo que el abastecimiento de alimentos alcance a todos los seres humanos, y otro evitar que el alza actual de los precios de los alimentos agrave el problema haciendo inaccesible la oferta de alimentos en aquellas zonas de la población en las que hasta ahora no existía un problema tan acuciante.

Ante el primer problema, la reacción de los diferentes países en la Cumbre no ha sido muy positiva. (…)

Quizás la postura más esperanzadora proviene de aquellos que han tomado la iniciativa de coordinar la política agraria mundial y promover inversiones para estimular la producción de alimentos con procedimientos más productivos pero respetuosos con el medio ambiente. Como en toda crisis, existe una oportunidad para reorganizar la producción y distribución de alimentos ayudando al desarrollo de los países más pobres.

En el segundo aspecto, la escalada de los precios de los alimentos, teniendo en cuenta que es un fenómeno que se ha agravado intensamente en el último año (según la FAO, 26% alimentos y 41% cereales, en 2007) no parece razonable achacarlo al aumento de la demanda de alimentos de algunos países como China e India ya que esta tendencia se ha producido en un periodo más largo de tiempo a la vez que su demanda, como consecuencia de su aumento de renta, se diversifica en otro tipo de alimentos.

Sí parece que ha tenido un efecto importante la incidencia de la demanda para los biocombustibles, a pesar de tener menos peso en el conjunto, la mayor utilización del aumento de la oferta ha impedido que se dedique a la satisfacción de la alimentación humana. Al mismo tiempo, su efecto sobre el alza de los precios ha sido importante, sobre todo en el precio del maíz. Pero lo que parece menos justificable es la utilización especulativa de los mercados de alimentos. Incluso si se considera en aras de la libertad de mercado, al menos es responsabilidad de los Gobiernos y las autoridades internacionales regularlos e impedir que tengan un efecto devastador sobre el derecho a la alimentación que debería estar por encima de los demás. Hay un dicho conocido por todos "con los alimentos no se juega". Yo añadiría: no se especula.” (CARMEN ALCAIDE: Con la comida no se juega. El País, ed. Galicia, 15/06/2008, p. 19)

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