"Nadie ha escapado todavía de la conmoción ni podrá hacerlo ante la magnitud del infierno que han vivido varias comunidades españolas y, en particular, Valencia. Pero ha sido ahí, precisamente ahí, donde ha decidido viajar Feijóo para… ¿ayudar? ¿aunar esfuerzos? ¿tomar conciencia de la catástrofe incalculable e inhumana que ha caído sobre su población?
España está consternada, todavía se recogen cadáveres y todavía no sabemos ni cuántos siguen enterrados entre el lodo y los escombros. Se cuentan decenas de desaparecidos y miles de personas a la intemperie y sin nada, con la emergencia meteorológica todavía activa —aviso rojo en Castellón—, pero Feijóo ha decidido viajar a Valencia a hacer declaraciones interrumpiendo la actividad urgente de quienes sí tienen la responsabilidad ejecutiva ante una emergencia gigantesca: ¿qué hace ahí Feijóo, en el centro del escenario de la tragedia y sin mando alguno en nada? ¿Qué hace estorbando sin pudor? ¿Ese es el lugar y este es el momento para arremeter como cualquier otro día contra el Gobierno central y para empezar a atribuir responsabilidades que otros no están exigiendo por respeto?
Sus discutibles afirmaciones, algunas de ellas manifiestamente inexactas, hacen todavía más insoportable el cinismo de lanzar acusaciones al aire en modo preventivo, como si sospechara ya de antemano que en el ejecutivo valenciano algo falló al retrasar hasta las ocho de la tarde el lanzamiento de los mensajes de emergencia de Aemet a las 7.36 de la mañana. ¿Ha pensado en el tiempo que le hace perder al presidente autonómico que está al frente de una comunidad en shock y con la emergencia viva todavía? Todos los presidentes autonómicos del PP están teniendo una actitud y un discurso a la altura de las circunstancias que contrasta con su presidente nacional.
Lo único que el líder del partido de la oposición puede hacer ante la gigantesca catástrofe es dejar trabajar a los que tienen la responsabilidad directa, echarse a un lado en este momento dramático, respetar el dolor de los muertos y sus familias devastadas material y emocionalmente. Buscar el decorado del dolor ajeno para tomar posiciones políticas ventajistas en prevención de posibles errores de la Generalitat Valenciana bajo gobierno del PP no cabe en la caja de herramientas de un líder político cuya misión ahora es empatizar con quienes lo han perdido todo, y con el resto de una ciudadanía española todavía hipnotizada ante imágenes inimaginables.
Tampoco su votante va a poder entender que hoy, precisamente hoy, prevalezcan sus cálculos de erosión del Gobierno cuando la desolación debería ser lo único relevante: deje trabajar a quienes tienen la responsabilidad de hacerlo y aplace sus inquinas y sus ansias de protagonismo a cuando pueda pedir responsabilidades políticas a los ejecutivos que hoy solo deben ocuparse en paliar en lo posible el tremendo desastre."
(Jordi Gracia , El País, 31/10/24)
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