8.1.25

Rafael Poch: En la Unión Europea, las políticas nacionales las determinan organismos no electos como la OTAN -en política exterior y de defensa – el Banco Central Europeo -en economía y política monetaria – y la Comisión en todo lo demás relativo a gobernanza. Así que hay una devaluación general de la soberanía y de la capacidad de los electores por cambiar las cosas. Paralelamente, la UE se comporta hacia su periferia como un imperio autoritario. Sus relaciones se parecen, cada vez más, a las de Estados Unidos con América Latina. Lo vimos en la “crisis del euro” con Grecia, y con su conducta ante las elecciones que no le gustan: en Moldavia, en Georgia y en Rumanía. Tras un cuarto de siglo de cuentos de hadas neoliberales, la Unión Europea se ha hecho mucho menos atractiva en su periferia y comienza a recurrir al pucherazo

"(...) ¿Cómo valora la incapacidad de la Unión Europea para reforzar ganar autonomía respecto a Estados Unidos?

La autonomía estratégica de la Unión Europea dependía de unas relaciones normales con la Rusia que le suministraba energía y con la China que es su principal socio comercial. Bajo dirección alemana, se optó por supeditarse por completo a Estados Unidos, romper la relación gasística con Rusia y tensar la relación con China. 
 
El resultado es una UE más débil e inoperante, una crisis económica en Alemania -que paga el gas licuado americano tres o cuatro veces más caro que el ruso – lo que disuelve su liderazgo, y el traslado del centro de gravedad europeo más hacia el este y el norte, con un polo de países más pro estadounidenses consolidado que ya puede mas que el maltrecho eje franco-alemán. 
 
En el orden interno, las políticas nacionales las determinan organismos no electos como la OTAN -en política exterior y de defensa – el Banco Central Europeo -en economía y política monetaria – y la Comisión en todo lo demás relativo a gobernanza. Así que hay una devaluación general de la soberanía y de la capacidad de los electores por cambiar las cosas. Paralelamente, la UE se comporta hacia su periferia como un imperio autoritario. 
 
Sus relaciones se parecen, cada vez más, a las de Estados Unidos con América Latina. Lo vimos en la “crisis del euro” con Grecia, y con su conducta ante las elecciones que no le gustan: en Moldavia, en Georgia y en Rumanía. Tras un cuarto de siglo de cuentos de hadas neoliberales, la Unión Europea se ha hecho mucho menos atractiva en su periferia y comienza a recurrir al pucherazo. (...)"

(Entrevista a Rafael Poch, Anna Balcells para el Punt Avui, blog, 07/01/25)

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