1.2.25

El “momento Sputnik” de China... el lanzamiento del primer satélite artificial Sputnik 1 por parte de los soviéticos puso en entredicho la superioridad tecnológica de Estados Unidos. Casi setenta años después, parece que la historia está a punto de repetirse... Chang Guang Satellite Technology Co, propietaria de Jilin-1, la mayor constelación de satélites comerciales de teledetección submétrica del mundo, alcanzó una velocidad de transmisión de imágenes ultrarrápida de 100 gigabits por segundo en unas pruebas realizadas a finales de diciembre. Se trata de un auténtico avance en las comunicaciones láser satélite-tierra que podría allanar el camino hacia la 6G y otras aplicaciones, como la teledetección de ultra alta resolución y la tecnología de posicionamiento por satélite de próxima generación. Sobre todo, es un anuncio que desbanca a Starlink, de Elon Musk, de su papel de líder indiscutible de las comunicaciones por satélite... también ha surgido un formidable competidor para los grandes gigantes estadounidenses de la alta tecnología... la china DeepSeek y su potencia geométrica, parece haber superado a todos los competidores, empezando por los estadounidensescuando, justo cuando el proyecto de Trump de crear la infraestructura más avanzada (desde Centros de Datos hasta Superordenadores), para dar a EE.UU. una ventaja insalvable sobre el resto del mundo en el campo de la Inteligencia Artificial, financiada con 500.000 millones, se acababa de anunciar... el despertar para Occidente será bastante brusco del sueño de que el actual sea un nuevo siglo euroamericano (Giuseppe Masala)

 "El «momento Sputnik» de China

El 4 de octubre de 1957 ha pasado a la historia como el «momento Sputnik» que inició la carrera espacial entre Estados Unidos y la URSS. Esto se debió precisamente al hecho del lanzamiento del primer satélite artificial Sputnik 1 por parte de los soviéticos; un hecho que puso en entredicho la superioridad tecnológica de Estados Unidos. Casi setenta años después, parece que la historia está a punto de repetirse.

El nuevo campo de desafío es la Inteligencia Artificial, un campo en el que Estados Unidos ha dominado desde el nacimiento de esta disciplina en 1956 con la famosa conferencia del Dartmouth College a la que asistieron los principales eruditos de la época en este campo, como Shannon, Minsky, Simon, Newell y McCarthy (perdón si estoy haciendo demasiadas referencias, pero a veces es realmente difícil excluir, Nota del Editor).

Sin embargo, a pesar de que Estados Unidos partía con una ventaja sideral cuantificable en el orden de décadas sobre otros países, hemos llegado a un punto en el que ha surgido un formidable competidor para los grandes gigantes estadounidenses de la alta tecnología: el Imperio del Medio, China.

Sin embargo, este desafío, que lleva años en marcha, se ha acelerado espectacularmente en apenas una semana. Justo el 21 de enero de 2025, Donald Trump, anunció a bombo y platillo el lanzamiento del proyecto Stargate, que tiene la ambición de crear la infraestructura más avanzada (desde Centros de Datos hasta Superordenadores) y así dar a EE.UU. una ventaja insalvable sobre el resto del mundo en el campo de la Inteligencia Artificial.

El proyecto cuenta con un presupuesto estelar de nada menos que 500.000 millones de dólares en cuatro años e implica a empresas de la talla de OpenAI, Oracle y SoftBank; suficiente para dejar al mundo boquiabierto... al menos hasta que se demuestre lo contrario.

Y la prueba de lo contrario, de hecho, llegó muy pronto: el primer medio occidental en informar de que algo muy importante en el campo de la Inteligencia Artificial venía de China fue el semanario inglés The Economist, que en un artículo del 23 de enero advertía de que China estaba dando pasos de gigante en la Inteligencia Artificial de bajo coste, creando modelos LLM (Inteligencia Artificial Generativa) baratos y eficaces, capaces de acercar al Imperio Celeste a la creación de una superinteligencia y aumentar así su influencia militar y política sobre el resto del mundo. Por cierto, en el artículo en cuestión, The Economist también menciona (por delante del resto del mundo) la start-up DeepSeek, descrita como «una historia de éxito».

No ha pasado ni una semana desde que se publicó el artículo en el que se daba la razón a la predicción de The Economist: el mundo entero ha tomado conciencia de DeepSeek y de su potencia geométrica, que parece haber superado a todos los competidores, empezando por los estadounidenses.

Según los expertos, la IA de DeepSeek parece rendir mejor que las de las grandes tecnológicas estadounidenses. Pero la fuerza fundamental es el hecho de que se basa en una lógica totalmente opuesta, de hecho se centra en el softwere y sus cualidades intrínsecas que le permiten funcionar con la necesidad de menos potencia de cálculo. Exactamente lo contrario de las mejores IAs competidoras como O1 de OpenAI, GPT-40 de Meta y Llama 3.1, que en cambio basan todo en el softwere que necesita microchips con una enorme potencia de cálculo (y un coste desorbitado). Otro elemento fundamental, que da a China una enorme ventaja competitiva, es que el softwere DeepSeek R1 (éste es el nombre completo de la IA) es completamente de código abierto, a diferencia del softwere blindado de sus rivales. Esta característica permite a los usuarios tener una idea clara de lo que están instalando en su ordenador, y además permite a aquellos con necesidades específicas modificar el softwere ellos mismos a voluntad.

Como cabe imaginar, semejante demostración de fuerza no podía dejar de tener consecuencias inmediatas también en los mercados financieros, donde las empresas de alta tecnología sufrieron pérdidas estrepitosas en sus cotizaciones bursátiles, empezando, por ejemplo, por Nvidia (líder mundial en microprocesadores), que perdió más de un 17% en Wall Street, seguida de cerca por muchas otras empresas de alta tecnología como Broadcom con su -16,5%, Arm -10% y Amd -6%. Después de todo, ¿para qué sirven los carísimos supermicroprocesadores si los chinos son capaces de producir softwere que funcionan con microchips que hasta ayer se consideraban obsoletos, logrando resultados incluso superiores a la mejor IA estadounidense?

Está claro cómo, llegados a este punto, los estadounidenses tendrán que replantearse por completo tanto su estrategia industrial en materia de IA, basada en su superioridad en la producción de microchips con enormes capacidades computacionales, como su estrategia financiera, en la que difícilmente se podrá inflar la enésima burbuja especulativa que permita a los especuladores estacionarse en sectores de «alto rendimiento» (llámese burbuja, si se quiere...) permitiendo ganancias fáciles.

Para completar el momento Sputnik, el South China Morning Post ha anunciado hoy que Chang Guang Satellite Technology Co, propietaria de Jilin-1, la mayor constelación de satélites comerciales de teledetección submétrica del mundo, alcanzó una velocidad de transmisión de imágenes ultrarrápida de 100 gigabits por segundo en unas pruebas realizadas a finales de diciembre.

Se trata de un auténtico avance en las comunicaciones láser satélite-tierra que podría allanar el camino hacia la 6G y otras aplicaciones, como la teledetección de ultra alta resolución y la tecnología de posicionamiento por satélite de próxima generación. Sobre todo, es un anuncio que desbanca a Starlink, de Elon Musk, de su papel de líder indiscutible de las comunicaciones por satélite.

Hay que decir que, con esta situación, el despertar para Occidente será bastante brusco del sueño de que el actual sea un nuevo siglo euroamericano."

(Giuseppe Masala , Sinistrainrete, 01/02/25, traducción DEEPL)

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