5.6.19

Anwar, protagonista de la primera paralización de un desahucio en Madrid, vuelve a ser amenazado de desahucio este viernes 7 de junio. El caso de Anwar resume la evolución de la lucha por la vivienda y la especulación inmobiliaria en Madrid...

"La historia de Anwar es, en cierto modo, la historia del movimiento contra los desahucios en Madrid. De sus victorias y sus esperanzas, pero también de sus frustraciones y sus promesas institucionales rotas. Esta historia, a la vez personal y colectiva, comienza hace ocho años, el día que paralizamos el primer desahucio en Madrid.

El 15 de junio de 2011, la calle Naranjo de Tetuán se inundó de gente, para defender a una de tantas familias que lo había perdido todo con la crisis.

De un lado, el BBVA, que pretendía dejar a Anwar en la calle con una deuda de por vida. Del otro, cientos de vecinas dispuestas a todo y movidas por el entusiasmo del 15M, que en sólo un mes había transformado la forma de entender la vida en nuestra ciudad. Con el ímpetu de quien se sabe con fuerzas para cambiarlo todo, quinientas personas bloquearon la calle, impidiendo que la desorientada comisión judicial tratase siquiera de acercarse a la puerta.

 La paralización del primer desahucio fue un soplo de aire fresco para un movimiento 15M que comenzaba a asfixiarse en la Puerta del Sol. Desde la plaza, salimos al barrio, en un salto desde el debate abstracto de aquella ágora de las ideas, a la cruda realidad social de los distritos de Madrid. El 15M comenzó a echar raíces en el territorio, a través de una red de asambleas populares que tejieron lazos de apoyo mutuo en cada vecindario.

 Hoy recordamos ese día como un punto de inflexión, en el que la respuesta vecinal nos hizo comprender la fuerza arrolladora de la gente común. Pero el detonante de todo aquello fue que Anwar decidió no rendirse. Su valentía y su confianza en el poder popular es un ejemplo de dignidad que nos acompaña en Tetuán Resiste, colectivo surgido a partir de su desahucio para trabajar por el derecho a la vivienda.

Lo que no sabíamos aquel 15 de junio, mientras nos abrazábamos frente al portal de Anwar, era lo fugaz de aquella victoria y los desafíos tan duros que vendrían encadenados. Como el alquiler social. El BBVA se cerró en banda y, tras ocho meses de visitas al banco y campañas de presión  —con una acampada en la azotea organizada para detener el segundo intento de desahucio— lo que consiguió Anwar fue la condonación de la deuda a cambio de abandonar la casa. Lo que entonces supo a victoria, pronto se reveló como una condena. Anwar se quedó sin deuda, pero en la calle. Sin ataduras, pero sin raíces.

 Con el paso de los años, el 15M dejó de ocupar titulares, pero los grupos antidesahucios siguieron funcionando a través del esfuerzo diario de personas anónimas. Tetuán Resiste lleva ocho años peleando daciones en pago y alquileres sociales, defendiendo a inquilinas, presionando en servicios sociales, expropiando viviendas a bancos, fondos buitre y empresas públicas, para convertir los pisos vacíos en soluciones concretas al problema de la vivienda.  (...)

Hoy, ocho años después, Anwar y sus vecinas volvemos a enfrentarnos a la orden de desahucio. Tras la entrega de su casa al BBVA en 2012, Anwar nunca se recuperó económicamente, pese a sus intentos. Ante la ausencia de respuestas por parte de las instituciones, decidió ocupar una vivienda vacía de Bankia, como tantas en el barrio que aguardan inertes, sin gente. 

Pero la casa que habita Anwar pasó a la Sareb, al “banco malo”, creado con el dinero de todos. Al no tener ingresos Anwar, la Sareb se negó a concederle un alquiler social y empezó el procedimiento judicial para desahuciarle. En medio del proceso, la casa siguió el mismo camino que miles de viviendas propiedad de la banca quebrada: la venta a fondos buitres, en este caso, a Talismán Capital.

 Para el día de hoy Anwar tiene 63 años y un empleo temporal con un salario inferior a 1000 euros. Aunque hemos solicitado por todos los medios un alquiler social, el fondo Talismán se niega en rotundo. Como afirmaron en una respuesta negativa a la petición del alquiler son “una empresa que ha comprado una serie de inmuebles al Sareb y nuestra misión consiste en recuperarlos, reformarlos y ponerlos a la venta”. (...)

El caso de Anwar resume la evolución de la lucha por la vivienda y la especulación inmobiliaria en Madrid. El piso que habita visibiliza todas las fases del nuevo ciclo especulativo, y es un testimonio del expolio al que hemos sido sometidos todos los ciudadanos. (...)

Desahuciar a Anwar significa condenarlo de nuevo a la exclusión social. Y es que la entrada de capitales transnacionales en poco tiempo ha afectado decisivamente en los precios de la vivienda. Alquilar un piso en Madrid, donde poder vivir, se ha vuelto un lujo, especialmente inasequible para desempleados y empleados precarios. (...)"               (I. , A. y J. . Integrantes de Tetuán Resiste, El Salto, 04/06/19)

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