"Tras la irrupción de partidos ultra con discursos de mano dura contra la inmigración, en los últimos meses, la Unión Europea (UE) ha adoptado un restrictivo Pacto sobre Migración y Asilo [1] e incluso ha propuesto crear centros de deportación fuera de sus fronteras a imagen de los ideados por la ultraderechista Georgia Meloni que la justicia italiana ha frenado de momento. Los Veintisiete transitan cada vez más hacia un modelo que desprecia los derechos humanos y que hasta no hace tanto las mismas instituciones consideraban ilegal [2].
El pasado 19 de diciembre, von der Leyen, en un gesto simbólico, volvió a reunirse con líderes europeos con posiciones anti-inmigración antes del Consejo Europeo en Bruselas. En esa mesa se sentaban, entre otro/as, Giorgia Meloni (Italia), Viktor Orbán (Hungría), Dick Schoof (Países Bajos), Donald Tusk (Polonia), Kyriákos Mitsotákis (Grecia) o Mette Frederiksen (Dinamarca).
Ursula von der Leyen pone por escrito que, en materia de
inmigración, “los Estados miembros pueden invocar las disposiciones del
Tratado para ir más allá de lo que actualmente prevé la legislación
secundaria de la UE...”
En una carta previa al Consejo Europeo, la presidenta de la CE trasladó a los Veintisiete que han profundizado en su búsqueda de “formas innovadoras de luchar contra la inmigración ilegal” [3], y que ya están estudiando la mejor manera de introducir en el marco jurídico la posibilidad de establecer los centros de deportación de migrantes fuera de territorio europeo: “Tenemos que examinar los aspectos jurídicos, operativos y prácticos, así como las implicaciones financieras de dichos centros respetando al mismo tiempo los derechos fundamentales y el principio de no devolución”, añadió [4]. En su misiva, Ursula von der Leyen también dejó escrito que “los Estados miembros pueden invocar las disposiciones del Tratado para, excepcionalmente y bajo condiciones estrictas, ir más allá de lo que actualmente prevé la legislación secundaria de la UE (…)”. Dos meses atrás, el primer ministro polaco, Donald Tusk, defendía la suspensión temporal y territorial del derecho al asilo en Polonia [5]. La propuesta del conservador liberal es especialmente grave, teniendo en cuenta que fue presidente del Consejo Europeo entre 2014 y 2019.
Esta política no solo atenta contra la Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH) [6], sino que además contrasta con las recetas de no pocos estudios económicos para aliviar algunos de los males que aquejan a la Vieja Europa, empezando por las del propio Banco Central Europeo (BCE). Así lo planteó el pasado mes de agosto Fabio Panetta, miembro del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo y gobernador del Banco de Italia, eso sí, desde un enfoque instrumental: “Las medidas que favorecen la afluencia de trabajadores legales extranjeros constituyen una respuesta racional desde el punto de vista económico’, afirmó [7].
Para el también gobernador del Banco de Italia, la cuestión crucial para la economía europea en general y la italiana en particular sigue siendo la reducción de su ratio deuda pública/PIB, y que la manera de lograrlo con éxito es mediante buenas políticas presupuestarias y fiscales, pero sobre todo con crecimiento económico. Algo que, según él, hace esencial actuar en áreas como la competencia, la productividad, mayores niveles de empleo para jóvenes y mujeres y ’políticas migratorias adecuadas’.
Analistas dudan que los gobiernos europeos sean capaces de
restringir significativamente la inmigración, “dada la escasez de mano
de obra y el daño a la economía que ello provocaría”
Diagnóstico en el que coinciden consultoras neoliberales como Capital Economics, cuyo analista Adrian Prettejohn pone el dedo en la llaga: ’Con el envejecimiento de la población, la inmigración neta tendrá que aumentar significativamente simplemente para mantener la población en edad de trabajar en su tamaño actual’. Este experto duda que los gobiernos europeos sean capaces de restringir significativamente la inmigración “dada la escasez de mano de obra y el daño a la economía que ello provocaría’.
Desde la casa de análisis prevé que habrá caídas notables en la población en edad de trabajar en varios países de la Eurozona. ’En igualdad de condiciones, una disminución de la población en edad de trabajar se traduciría directamente en una caída del PIB y un desempeño inferior en el largo plazo en comparación con otras economías avanzadas’, remata.
Eurostat prevé que entre 2023 y 2100, la proporción de la
población en edad de trabajar disminuya, mientras que las personas de 65
años o más representarán el 32,5% de la población de la UE en 2100, en
comparación con el 21,3% en 2023.
La propia Oficina Europea de Estadística (Eurostat) ha analizado las tendencias de envejecimiento de la población para el periodo comprendido entre 2022 y 2100. En función de dicho análisis, Eurostat prevé que la población de la UE siga envejeciendo significativamente. A saber:
Prevé que hacia el año 2100, la pirámide de población de la UE adoptará más bien la forma de un bloque, estrechándose considerablemente en la mitad (alrededor de los 45-54 años).
También prevé que la proporción de personas de 80 años o más se duplique entre 2023 y 2100, pasando del 6% al 15,3%.
Asimismo, se espera que entre 2023 y 2100, la proporción de la población en edad de trabajar disminuya, mientras que las personas de 65 años o más representarán el 32,5% de la población de la UE en 2100, en comparación con el 21,3% en 2023. Como resultado del movimiento de población entre grupos de edad, se prevé que la tasa de dependencia de las personas mayores de la UE casi se duplique, pasando del 33,4% en 2023 al 59,7% en 2100, y que la tasa de dependencia total de las personas mayores aumente del 56,7% en 2023 al 83,9% en 2100. Se espera que la edad mediana aumente 5,7 años, pasando de 44,5 años en 2023 a 50,2 años en 2100 [8].
AIReF: “El proceso de envejecimiento de la población impone una
elevada presión sobre las finanzas públicas que situaría la deuda en un
escenario base sin medidas en el 186% del PIB en 2070”
Fijándonos en el caso español, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) lleva varios años publicando sus previsiones demográficas. Su más reciente trabajo al respecto, titulado Opinión sobre la sostenibilidad de las Administraciones Públicas a largo plazo: La incidencia de la demografía, data de 2023 [9]. En él, asegura que “el sector público en España parte de una situación de vulnerabilidad por la persistencia del déficit estructural y el elevado nivel de deuda heredado de las sucesivas crisis”.
Del envejecimiento de la población, afirma que “impone una elevada presión sobre las finanzas públicas que situaría la deuda en un escenario base sin medidas en el 186% del PIB en 2070”. Según la AIReF, el envejecimiento “implica una caída de la población en edad de trabajar mitigada parcialmente por los flujos migratorios que impacta sobre el crecimiento económico”. Esto, unido a la llegada a la edad de jubilación de las cohortes más numerosas del baby boom, supone un incremento del gasto en pensiones, sanidad y cuidados de larga duración. Siempre según sus cálculos, “en ausencia de medidas adicionales”, el déficit primario subiría hasta niveles máximos en torno a 2050, trasladándose al nivel de deuda pública. “Incluso una vez superadas las mayores presiones por el envejecimiento, la deuda continuaría creciendo hasta 2070, cuando alcanzaría un 186% del PIB”, asevera. [10].
El pasado mes de abril, el Banco de España puso cifras a las necesidades demográficas para los próximos años: Estima que España necesitará casi 25 millones de inmigrantes en edad de trabajar en 2053 para ’evitar el proceso de envejecimiento de la población y resolver los desajustes que podrían surgir en el mercado de trabajo español’ [11].
Hace años ya la ONU calculaba que en 2050 la UE necesitaría 60 millones de inmigrantes para sobrevivir. Dato que el Centro Wittgenstein elevaba a más de 70 millones [12] y el execonomista del Banco Mundial Lant Pritchett, a más de 200 millones. En la entrevista que publicó CTXT en 2018, Pritchett proponía que esa llegada masiva fuera “regulada bajo criterios de productividad, mediante rotaciones, y sin proveer de derechos políticos a los migrantes, al estilo de las monarquías del Golfo Pérsico”. Algo que varias redactoras del medio consideraron que deshumanizan y que contenían elementos parafascistas. Finalmente, suscribieron las palabras de la activista ecofeminista Yayo Herrero: “A mí me ha espantado el tufo productivista y el utilitarismo sobre trabajadores de usar y tirar. Tiene una moral que coincide poco con la mía. Pero no me opondría a publicarlo en aras a la pluralidad” [13].
La suma total de las personas llegadas de manera irregular en 2023
apenas representa el 0,06% del total de la población de la UE, según
CEAR
Si nos fijamos en los datos, los que maneja la propia UE contradicen el alarmismo de la extrema derecha sobre la inmigración. Según publica el Parlamento Europeo en su web, “tan solo una pequeña fracción de todos los inmigrantes que entran en la UE lo hacen de forma irregular: en 2023, había unos 385.000 migrantes irregulares” [14]. En la misma línea, la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), subraya que “la suma total de las personas llegadas de manera irregular en 2023 apenas representa el 0,06% del total de la población de la UE”. En su balance anual [15], lo que esta organización destaca es que 2024 fue el año en que la UE pacto contra el derecho de asilo [16]. La imagen que ilustra la nota informativa es un contenedor de basura con las estrellas de la bandera de la UE rodeando unos “derechos humanos” que se han convertido en “desechos humanos”. Malos tiempos para la lírica y para la ética en este lado del mundo que todavía se permite dar lecciones al resto. Las puertas cerradas de la Europa Fortaleza se cobran vidas humanas. La ONG Caminando Fronteras ha cifrado en 10.457 personas las víctimas en las rutas de acceso solo a España durante el año 2024 [17].
El economista marxista británico Michael Roberts, en su análisis titulado Draghi: cómo salvar al capital europeo [18], afirma lo siguiente:
La única forma en que podría ocurrir el enorme aumento requerido en la inversión productiva es si la rentabilidad del capital europeo avanza. Pero eso no se logrará haciendo que los costes del crédito sean más baratos, sino solo mediante un fuerte aumento de la explotación de la mano de obra en Europa y la ’destrucción creativa’ de la ’tecnología intermedia’ para reducir los costes. Si eso no sucede, entonces el declive relativo de la UE a nivel mundial continuará e incluso se acelerará” (Roberts, 2024)
A la luz de los datos, la Vieja Europa necesita migrantes por millones, diga lo que diga la extrema derecha. ¿Se pretende que toda esa mano de obra viva y trabaje en condiciones de esclavitud? Regímenes que no respetan los derechos humanos de las personas migrantes tampoco lo hacen de las aborígenes. Como lleva años resonando en las calles: “Nativa o extranjera, la misma clase obrera”. (Fátima Martín, CADTM, 31/12/24, gráficos en el originla)
No hay comentarios:
Publicar un comentario