"Lejos han quedado las explosiones ciudadanas en Plaza
Syntagma, los titulares de todo el mundo preguntándose por el destino de
Grecia o las imágenes desoladoras de largas colas para un plato de
comida… ¿Lejos? El mensaje que desde el Ejecutivo de Alexis Tsipras se
difunde es el de “la recuperación”, sobre todo a partir de la salida
oficial del rescate, en agosto del año pasado.
También el Eurogrupo y la
banca internacional se muestran satisfechos: “Grecia está ahora en el buen camino”,
afirmaba el comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici,
al celebrar en Bruselas el supuesto final de una crisis que hizo
tambalear a toda la UE.
Sin embargo, otra es la opinión que circula
entre trabajadores de sanidad y educación, pensionistas, autónomos, el
18,5% de la población que aún se encuentra en el paro, el 40% de jóvenes
de entre de 15 a 24 años que tampoco encuentra trabajo o los 550 mil
que han tenido que emigrar en su búsqueda. (...)
“Estamos ganando puntos para la libertad económica”,
ha remarcado el primer ministro griego esta semana en una entrevista a
una cadena nacional, blandiendo el que es su principal lema de campaña:
la consecución de los objetivos de superávit impuestos por la Troika y
su redistribución en políticas sociales.
La economía registró en 2018 un
crecimiento real del 1,4% debido, sobre todo, al repunte de las
exportaciones y el turismo, con un superávit primario del 4,2%, lo cual
supone una cifra récord y la superación con creces de los objetivos
marcados por los acreedores (1,75%).
Gracias a este excedente, Alexis Tsipras acaba de anunciar un paquete de medidas de alivio fiscal que
se aplicará a lo largo de los próximos dos años destinado a “los que en
la crisis han ayudado con su esfuerzo, para que puedan beneficiarse de
la recuperación económica que empieza a sentirse”, según declaró en
rueda de prensa el pasado martes. (...)
Sin embargo, la lectura entre líneas de estos grandes titulares lleva a
economistas como Leonidas Vatikiotis a un trasfondo que no es tan
alentador.
(...) estas cifras de superávit se están obteniendo solo a costa de la inversión pública.
“No se están haciendo las inversiones que han sido aprobadas
por el Parlamento para los presupuestos nacionales. De 2012 a 2017 el
programa de inversión pública era de 38 mil millones de euros, de los
cuales se robaron 6,46 mil millones para automáticamente cubrir el
superávit”, denuncia Vatikiotis. “El gobierno va a dedicar a políticas
sociales, entonces, solo un 0,7% del presupuesto original, pero ellos lo
venden como un gran gesto de justicia”, remata el economista.
“Con estos tremendos niveles de deuda, nada de lo que digamos cuenta,
estamos endeudados por sobre todas las cosas”, advierte Vatikiotis.
“Aunque tengamos superávit y, por tanto, no creemos nueva deuda, las tasas de interés serán cada vez más altas para pagar esta que ya tenemos, lo cual es imposible de asumir. Seguiremos acorralados, pues, ante la amenaza de bancarrota”.
(...) desde Moodys recalcan con la subida de Grecia de dos niveles en su
escala de calificación de riesgo internacional. “Lo que no dicen es que
ese nivel lo compartimos con Vietnam, Albania, Armenia, Etiopía,
Honduras, Jordania, Kenya, Nigeria, Suriname o Angola y que, desde ese
nivel B1, nosotros tenemos que subir 4 niveles para alcanzar el rango de un país susceptible de inversiones... ¡Este es el éxito de Grecia!”, puntualiza el economista Leonidas Vatikiotis.
(...) la creación durante los años de crisis de “un mercado negro de
trabajadores”, en el cual la gente cobra 300 o 400 euros por mes por un
empleo a jornada completa sin ningún tipo de contrato (y, por lo tanto,
sin acceso tampoco al nuevo aumento del sueldo mínimo anunciado por el
Gobierno).
“Estamos hablando de esclavitud”, exclama Vatikiotis,
remarcando que el coste de vida en Grecia es como el de cualquier país
del sur de Europa, por lo que la subsistencia con esos ingresos es
prácticamente inviable. (...)" (Flor Ragucci, Público, 23/05/19)
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