"Una mujer de Girona afectada de un derrame cerebral (aneurisma) realizó
un periplo por cuatro hospitales públicos de Cataluña durante 65 horas
hasta que fue intervenida. En este tiempo, entre el 7 y el 10 de
septiembre de este año, la paciente sufrió dos nuevos sangrados que
agravaron su estado y falleció al cabo de seis días de ser operada. (...)
La Generalitat de Cataluña, titular de los cuatro hospitales por los que
pasó la mujer, defiende su actuación y considera que la paciente
recibió el tratamiento que necesitaba y que no se produjo ninguna
disfunción. El hospital Vall d'Hebron ha declinado hacer cualquier
valoración al conocer que la familia estudiaba emprender acciones
legales.(...)
Según la querella, los médicos del Josep Trueta explicaron a los
familiares la urgencia de la operación, pero advirtieron de que no
podían realizarla porque ese hospital "se encontraba afectado por la
reciente reordenación de los servicios establecida desde el departamento
de Salud de la Generalitat [popularmente conocida como política de
recortes sanitarios]", según especifica el texto.
Tras esa
reorganización, el protocolo aplicable "obligaba a tratar este tipo de
patologías agudas (con sangrado) en el centro de referencia fijado en el
mapa sanitario, en este caso, el hospital Vall d'Hebron" de Barcelona,
según la querella.
La paciente llegó en ambulancia a ese tercer
hospital a las 17.29 del 7 de septiembre, con un diagnóstico que
determinaba un grado cuatro en la tabla de Fisher, el más grave de
todos.
Este baremo cuantifica la afectación de la hemorragia
subaracnoidea, que es como se denomina el aneurisma. Ingresó en la UCI y
se le realizaron nuevas pruebas, pero no fue intervenida "porque los
quirófanos del hospital del Vall d'Hebron estaban cerrados", dice la
querella. Los neurocirujanos dijeron a la familia que la operación se
haría al día siguiente.
Ese hospital dispone de 39 quirófanos
ordinarios y seis de urgencias. Según la querella, desde el pasado abril
"habían dejado de funcionar por la tarde los quirófanos ordinarios que
en el hospital del Vall d'Hebron venían haciéndolo desde hacía más de
una década".
Esta circunstancia, "unido al hecho de haber pasado dicho
hospital a ser centro de referencia en Cataluña en situaciones de
urgencia como la presente, provocó el colapso asistencial que
imposibilitó prestar la asistencia urgente que esa tarde necesitaba la
señora Mesa", dice la querella.
La mañana del 8 de septiembre la
paciente fue trasladada sedada a quirófanos para realizarle una
embolización, consistente en un sellado para impedir el ingreso del
flujo de sangre arterial y detener el derrame. No pudo llevarse a cabo
por falta de medios, según el informe de epicrisis del hospital Vall
d'Hebron que acompaña la querella.
"En la sala en que podemos realizar
la angiografía no disponemos del sistema road mapping por lo que no se puede realizar el tratamiento endovascular" se dice.
La
querella considera que "la precariedad de medios quedó evidenciada" y
se vulneraron así los derechos cívicos de la enferma, al no poder ser
atendida. La familia cree que en ese momento se la debería haber
trasladado, pero los médicos no lo hicieron y aplazaron la operación
para el día siguiente, 9 de septiembre. La tarde del día 8 la mujer
sufrió dos nuevos sangrados y los médicos informaron a la familia del
riesgo.
El 9 de septiembre la operación tampoco se realizó porque
no había quirófanos y fue entonces cuando se la trasladó al hospital
Clínic de Barcelona "dado el riesgo de nuevo sangrado", según el informe
médico del Vall d'Hebron. Al final la intervención se produjo a las
23.34 del día 9.
El parte médico del Clínic recuerda que ingresó "al no
ser posible tratamiento endovascular" en el centro del que procedía. A
las 12.32 del 10 de septiembre volvió al Vall d'Hebron y falleció el día
16." (El País, 13/11/2011)
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