"Todos estamos muertos de miedo, los ciudadanos y los políticos, los
gobiernos en pleno, aterrorizados, ante el temor que nos agobia cada día
de que el sistema financiero pueda naufragar.
Hay que aceptar
sacrificios, recortes y despidos, los políticos deben someterse a una
brutal pérdida de credibilidad ante los ciudadanos, todo ello porque nos
amenaza la peor de las catástrofes.
Curiosamente, los únicos que no parecen tener miedo son, precisamente,
los responsables y gestores de ese sistema, los banqueros, los
ejecutivos de las grandes compañías financieras que dan la impresión de
estar mucho más tranquilos que nosotros. Quizás lo menos importante sea
lo más visible: hagan lo que hagan, no van a la cárcel.
Lo importante, la razón por la que no están asustados ni nerviosos es
porque, poco a poco, han vuelto a imponer sus criterios. Ojo, nos
dicen, casi todo lo que proponen los críticos, los indignados y sus
asociados, todo eso de subir impuestos a los ricos, acentuar la
regulación de los mercados, vigilancia estricta y transparencia, puede
tener resultados contraproducentes.
Mucho cuidado, nos dicen, porque así
no se podrá reactivar los mercados de trabajo, ni el crédito, ni
podremos salir de la crisis. La culpa de la crisis no la tenemos
nosotros, sino los gobiernos que han gastado irresponsablemente.
Y
tengan en cuenta que son irresponsables no solo cuando gastan sin
motivo, como podrían pensar, sino también cuando dedican demasiado
dinero a la educación, a la sanidad, a los transportes, a las pensiones o
a los minusválidos. Eso es lo que nos ha llevado a la ruina. ¿Por qué
van a estar ellos asustados, si la culpa es nuestra?
Pues no. La
crisis no la han provocado las locas exigencias de los ciudadanos, sino
los ininteligibles paquetes financieros, las hipotecas tóxicas y las
operaciones de alta ingeniería. Ellos. Como explicaba en este periódico
Xavier Vidal-Folch, el capital de la banca (al que la UE va a destinar
tanto dinero) no se ha erosionado fundamentalmente por culpa de la
bajada de valor de la deuda soberana, sino por el tumor que han supuesto
esos activos tóxicos, de los que ahora, de repente, nos hemos olvidado
todos. (...)
Nos engañan como a bobos. La revista polaca Res Publica Nowa
explicaba el otro día, a propósito de sus propias elecciones, algo que
se puede aplicar a todos nosotros: "Buscamos alguien que tome la
responsabilidad, que lleve adelante decisiones en nuestro nombre, que
ofrezca una visión, restablezca la confianza en el Estado, nos haga
sentirnos libres de las obligaciones de la ciudadanía en los próximos
años".
Exactamente, eso es a lo único a lo que deberíamos tener miedo." (SOLEDAD GALLEGO-DÍAZ OPINIÓN: Ellos no tienen miedo. El País, 30/10/2011)
Artículo 129 de la Constitución española: Los poderes públicos... establecerán los medios que faciliten el acceso de los trabajadores a la propiedad de los medios de producción - Implantar la democracia económica en España es constitucional
17.1.12
Los banqueros son los únicos que no tienen miedo ¿Por qué será? Porque, hagan lo que hagan, no van a ir a la cárcel
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