"¿Por qué Reino Unido ha vuelto a boicotear esta semana la tasa Tobin
que gravaría las transacciones financieras, al menos en la UE? La idea,
ya articulada en una sólida propuesta de directiva -COM(2011) 594
final- de Bruselas, pretende recaudar 57.000 millones de euros anuales
gravando las compraventas de acciones con un impuesto de un 0,1% y las
de derivados con un 0,01%.
El propósito es triple: nutrir al presupuesto
comunitario, desalentar a los especuladores, y poner a disposición de
los Estados de la UE un remanente, algo siempre gozoso en tiempos de
tribulación. (...)
La tasa se liquidaría en la ciudad-sede de las entidades financieras,
esto es, mayoritariamente en Londres. La City recaudaría así 10 veces
más que París y cinco veces más que Fráncfort. Pero el Gobierno de su
majestad sigue oponiéndose, cada vez con frases más estentóreas.
Alega
que esa tasa desviaría su capitalidad financiera hacia Hong Kong u otros
rincones, hipótesis más que discutible. En realidad, lo que ocurriría
de inmediato es que una tasa Tobin desincentivaría las finanzas-basura: esas en las que la City es líder mundial.
Todos
los días se compran y se venden derivados (los más funestos, los CDO u
obligaciones de deuda colateralizada, o garantizada, por sus siglas en
inglés) por una cantidad superior al billón de dólares, en operaciones
cerradas en gran parte desde la City, donde tienen su cuartel general.
Los derivados, activos financieros que no traducen transacciones de
productos reales, sino virtuales, fueron la causa de la quiebra de la
aseguradora AIG, tras Lehman Brothers, y de la intoxicación de otras: el
equipo de AIG que suscribió los seguros (CDS) que la arruinaron tenía
su base en Londres.
Las entidades financieras, de Wall Street y de
la City, ocultaban y ocultan algunos de estos activos envolviéndoles en
vehículos de objetivo especial sitos en -hoy semi- paraísos fiscales
que son auténticos terminales de la City, como los territorios
británicos de las islas Caimán, las Bermudas o las islas Vírgenes. (...)
"La City siempre desea hacer dinero demasiado rápidamente y asumiendo
muy poca responsabilidad... y solo aspira, como en un casino, a
conseguir un rendimiento espectacular en el plazo más breve posible",
concluye la magnífica investigación de John Lanchester (¡Huy!, Anagrama, Barcelona, 2010). ¿Queda claro?" (El País, 10/11/2011, XAVIER VIDAL-FOLCH La crisis del euro - El impacto mundial.La City reparte basura)
Artículo 129 de la Constitución española: Los poderes públicos... establecerán los medios que faciliten el acceso de los trabajadores a la propiedad de los medios de producción - Implantar la democracia económica en España es constitucional
13.1.12
Todos los días se compran y se venden derivados (los más funestos, los CDO u obligaciones de deuda colateralizada, o garantizada, por sus siglas en inglés) por una cantidad superior al billón de dólares
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