"(...) — Usted dice que las personas
no necesariamente se acogen a una ideología por su interés económico o
su bienestar más inmediato, algo que justificaría el llamado fenómeno
del ‘obrero de derechas’…
— Sí y también del ‘profesional progre’: el abogado,
el arquitecto y el profesor de universidad que tiene un buen salario y
es más izquierdista que muchos obreros. Históricamente es evidente que
ha habido una relación entre interés económico e ideología y que
antiguamente los partidos de izquierdas estaban más asentados en las
clases trabajadoras que en las clases medias o burguesas, pero eso ha
variado mucho.
Hoy nos encontramos en una situación mucho más fluida. En
algunos países como Estados Unidos hay gente que dice que se han
invertido las tornas. El Partido Demócrata representa, por un lado, a
minorías que viven en malas condiciones, pero también representa a toda
la clase ilustrada, profesional, mientras que la clase trabajadora
blanca tradicional, una parte importante, vota al Partido Republicano.
No se han invertido del todo: los empresarios siguen siendo
republicanos. Esto muestra que vivimos un momento histórico en el que la
conexión entre interés económico e ideología se ha debilitado mucho.
— En este sentido, recientemente hubo un debate impulsado por una serie de artículos periodísticos de Víctor Lenore y Esteban Hernández,
quienes argumentaban que el fracaso de la izquierda, en concreto el de
Podemos, se daba porque se habían alejado de los intereses de la clase
trabajadora. ¿Está de acuerdo?
— No. Me parece muy interesante este debate impulsado desde las páginas de El Confidencial,
pero me parece que en España no se da este fenómeno con tanta
intensidad como ellos consideran. Esto es algo que se da en Estados
Unidos.
Creo que han importado a España el debate de Estados Unidos,
pero hay que tener en cuenta que en este país la clase trabajadora sigue
votando mayoritariamente al PSOE. La renta media de los votantes de
Podemos, como antiguamente la de los votantes de IU, está por encima de
la renta media de los votantes del PP y del PSOE. El esquema no se
aplica muy bien al caso español, que es un poco distinto.
— Es verdad que de momento no
parecemos seguir el camino de nuestros vecinos europeos, donde la
derecha asciende de manera mucho más rápida. ¿Cree que España en
realidad es de centro izquierda?
— Hay una continuidad en los datos de opinión muy
fuerte que demuestra que España tiene uno de los electorados más
escorados hacia la izquierda de toda Europa y, de hecho, la izquierda ha
gobernado más años que la derecha en España, desde la muerte de Franco.
La cuestión está en que la coyuntura actual, desde 2011, cuando Mariano
Rajoy gana con una mayoría muy cómoda, no es tanto así.
Surge Podemos,
pero con la crisis catalana y el resurgir de la derecha, el apoyo a la
izquierda se ha visto debilitado. En estos momentos, parece que la
correlación de fuerzas favorece más a la derecha. Pero creo que es algo
coyuntural: en general, en España siempre ha habido un sesgo hacia la
izquierda, que se da también en otros países mediterráneos.
Es interesante ver como mientras en los países del norte de Europa el principal desafío al statu quo
viene de la derecha xenófoba, o de la derecha nacionalista, en Grecia,
Portugal y España eso no es así. Creo que tiene que ver con los
colectivos más golpeados por la crisis.
Cuando son los jóvenes, la
respuesta de protesta suele darse por la izquierda, mientras que cuando
son los trabajadores maduros los que ven que sus salarios se estancan y
sus pensiones se reducen mucho, la respuesta es hacia la derecha
radical. Es lógico que en España la principal respuesta se ha
desarrollado por la izquierda.
Luego, hay un caso muy interesante en el
sur de Europa que es Francia y es un país que tiene las dos cosas a la
vez: tiene un frente de izquierda mucha fuerza y otro de ultraderecha
capitaneado por Marine Le Pen, que también es fuerte. Francia siempre ha
estado en el medio, entre el norte y el sur, y ahora se ve muy
claramente.
— En España, explica, los
ciudadanos con menos ingresos tienden a votar a la derecha cuando se
politizan asuntos nacionales o territoriales. ¿Esto ha pasado en
Cataluña? ¿Se va agudizar?
— En Cataluña ha habido un claro avance de los
partidos de derechas. Las encuestas indican que también en España los
partidos de derechas están avanzando, con un trasvase del voto del PP a
Ciudadanos, pero la suma de PP y Ciudadanos es más que la de 2016. Creo
que esto en parte es consecuencia directa del resurgir del nacionalismo
español, que hace que mucha gente, ante el riesgo de la nación, apoye a
los partidos que asumen con mayor intensidad la nación, que son los
partidos de derechas.
Podemos ha intentado neutralizar eso, proponiendo
un tipo de nacionalismo que se base en la solidaridad entre los pueblos
de España y los ciudadanos españoles, pero ha tenido un éxito moderado o
relativo. (...)"
(Entrevista a Ignacio Sánchez-Cuenca , profesor de Ciencia Política en la Universidad Carlos III de Madrid, María F. Sánchez, Cuarto Poder, 28/04/18)
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