"El Opus Dei, donde el 97% de sus miembros son
seglares, tuvo, desde el principio, una gran habilidad para infiltrarse
en los aparatos de Estado y eso lo compaginó, gradualmente, con la
construcción de un imperio de negocios propios; negocios que van desde
colegios y residencias, universidades, escuelas de negocios, hospitales,
participación influyente en Bancos y entidades financieras, medios de
comunicación y últimamente colegios elitistas de enseñanza primaria y
secundaria, entre otros sectores.
Pero desde el principio, la
penetración en el aparato de Estado franquista fue decisiva. Como dijo
el fundador de la secta, el cura de personalidad paranoica y megalómana
Escrivá de Balaguer, “para qué queremos tener locales propios si tenemos
los despachos de los Ministerios del Gobierno”.
La expansión del Opus
ha sido espectacular y originariamente se debió a su infiltración en el
franquismo. Hay que tener en cuenta que el Opus funciona como una
sociedad secreta donde existen diferentes niveles de compromiso con la
secta, pero todos, al final, buscan obtener réditos económicos y de
poder para la secta.
El Opus Dei se introdujo en España, a finales de
los 50 y en los 60, en los grandes cuerpos de la Administración pública
(inspectores de hacienda, diplomáticos, administradores civiles,
abogados de Estado) y también en la justicia y la fiscalía.
Penetran
desde el mismo momento de la preparación de las oposiciones a esos
cuerpos, con jóvenes ya vinculados a la secta, los cuales, una vez
incorporados a los cuerpos superiores o la magistratura actúan en
sintonía con la secta. En el franquismo llegaron en el momento justo, ya
que se distanciaron del fascismo franquista proponiendo una especie de
gobierno tecnocrático autoritario.
Tal fue su influencia que el jefe de
Gobierno con Franco, asesinado por ETA en un atentado en el año 1973, el
general Carrero Blanco, estaba en el ámbito del Opus y una gran parte
de sus ministros eran miembros de la secta; ministros que ocuparon
puestos en ministerios claves como Obras Públicas o Economía. Organismos
como el Centro Superior de Investigaciones Científicas -el organismo
clave de la investigación española- estaba absolutamente controlado por
el Opus Dei.
A finales de los años setenta, el Opus Dei tenía ya un
imperio económico en España, estaba muy activo por todo el mundo y
comenzaba su ascensión dentro del Vaticano, que culminó en tiempos del
Papa Juan Pablo II.
De acuerdo a algunos observadores de la secta, para el
Opus la penetración en la judicatura y la fiscalía ha sido algo de una
importancia fundamental, sobre todo en los niveles altos y en puestos
decisivos (tribunales supremos, audiencias territoriales superiores,
tribunal constitucional) y lo ha sido porque lo ha utilizado para, desde
la fiscalía, acusar a sus enemigos y desde los tribunales actuar en
favor de los negocios de la secta o sus intereses y eliminar a su
rivales y enemigos y en todo caso como un elemento más de poder de la
secta.
En España, en un recientísimo fallo delTribunal
Supremo, más tarde confirmado por el Tribunal Constitucional, se declaró
que la financiación pública de los colegios segregados por sexos era
plenamente constitucional, cuestión verdaderamente sorprendente, pero el
70% de esos colegios son propiedad del Opus Dei y, qué curioso, ¡el
ponente del fallo judicial es un miembro del Opus Dei! Igualmente,
últimamente se han producido multitud de denuncias en contra de las
“ofensas a los sentimientos religiosos” (una especie de delito de
blasfemia existente en España) y ello es así porque asociaciones y
lobbies ultra católicos, algunos vinculados al Opus Dei, tales como Abogados cristianos o Asociación Tomas Moro,
denuncian casos ante la fiscalía sobre blasfemias proferidas por
artistas o cantautores que, para sorpresa de todos, son tramitadas por
los fiscales y en algunos casos con condenas; y ello es posible porque
una gran parte de la fiscalía está penetrada por el Opus Dei.
En varias
ocasiones el Superior del Estado ha sido miembro del Opus Dei como fue
el caso de Jesús Cardenal o el caso de Torres-Dulce. Pero se sospecha
que hay Salas del Tribunal Supremo controladas por miembros de la secta
como la Sala delo Penal, lo que, en opinión de muchos, ha sido clave
para entorpecer procedimientos de la corrupción del Partido Popular en
España, ya que este partido es de los más infiltrados por la secta.
El
fiscal Maza, muerto recientemente, realizó una gran limpia
en las fiscalías, en su momento muy criticada por las asociaciones
progresistas de fiscales, colocando en algunas fiscalías claves que
afectaban a los procedimientos de corrupción política del PP, a miembros
del Opus.
En el gobierno de Aznar muchos ministros eran de la secta y
en la actualidad algunos ministros clave también lo son, como por
ejemplo el ministro de Economía, el Sr Guindos que en la actualidad es
vicepresidente del Banco Europeo.
También al ministro de Educación y
Cultura, al ministro de Hacienda, a la ministra de Trabajo o a la que
fuera ministra de Sanidad y Asuntos Sociales, Ana Mato, se les ha
situado en el ámbito del Opus Dei. Curiosamente en el ministerio de
Defensa suele haber personas vinculadas públicamente al Opus como fue el
caso de Trillo y/o Morenés.
También era del Opus Dei el ministro de
Interior con Rajoy, Fernández Diaz, que fue el que impuso la medalla de
oro de la policía a la Virgen del Amor, que la asociación Europa Laica
recurrió ante los tribunales, recurso que fue rechazado tanto en el
Tribunal Supremo como en el Tribunal constitucional.
El secretario general de la formación política de
Izquierda Unida, Alberto Garzón, al referirse a esta situación de la
judicatura en España, declaró: “el ser culpable depende del hecho de que
el tribunal esté formado por miembros del Opus Dei o por gente del
siglo XXI”.
Muchos han opinado que los dos casos más sonados de corrupción del Partido Popular, el caso Naseiro y el caso Gurtel,
han sido dinamitados desde la magistratura y fiscalía por los sectores
afines al Opus y que la expulsión de la carrera judicial del que fuera
reputado juez Baltasar Garzón se ha vinculado a la persecución contra él
por miembros de la judicatura del Opus.
Los problemas de este juez
estrella comenzaron cuando quiso investigar a fondo la corrupción del
partido en el Gobierno y lo mismo ha ocurrido con el juez Elpidio Silva,
también expulsado de la carrera judicial por combatir la corrupción del
PP; como ha declarado este juez expulsado de la carrera judicial, “la
madre de la corrupción está en el poder judicial" porque la impunidad de
la corrupción política se ha producido porque existe una corrupción
judicial muy vinculada a miembros del Opus Dei.
Alberto Moncada, sociólogo que en los años 40 fuera
miembro destacado del Opus Dei, ha declarado que “si un juez investigase
la procedencia de sus bienes (que son desmesurados) y sus declaraciones
a la hacienda pública, habría para procesar a los principales
responsables de esta secta.
Pero esto no se hace en España, y me parece
una buena pregunta el por qué de esta vergonzosa situación”,apuntando
claramente también a la judicatura que constituye una especie de escudo
de protección ultraconservador. Un caso parecido a los anteriores fue el
de la juez de Marbella, Blanca Esther Díez, quien tras investigar un
caso en el que había implicados en el mismísimo Consejo General del
Poder Judicial y tras varias peripecias, acabó ella misma siendo
imputada, condenada e inhabilitada.
Según el juez Santiago Vidal, hoy también expulsado de la carrera
judicial, cuando era miembro de la Audiencia Provincial de Barcelona, en
el año 2009, declaró que un tercio de los jueces eran miembros del Opus
Dei. Para muchos, esta estimación se quedó corta, sobre todo en las
instancias judiciales superiores.
Al hoy presidente del Tribunal Supremo
también se le ha asociado a la secta o aledaños y el anterior
presidente Carlos Dívar, inhabilitado por conductas impropias, lo era de
forma declarada. La infiltración del Opus Dei en la fiscalía y la
magistratura española es fortísima y lo viene siendo desde hace
muchísimos años.
La principal asociación de jueces, la Asociación
Profesional de la Magistratura, ha agrupado a todo el sector conservador
de la magistratura y muchos dicen que está controlada por miembros muy
activos del Opus Dei. (...)
A finales de los 90 se produjo cierta renovación en la
judicatura y ello puso a algunos sectores del centro izquierda alerta
sobre lo que podría venir; en un informe del mismismo pleno del Consejo
General del Poder Judicial sobre medidas para la reforma de la Justicia,
un vocal, el Sr Javier Moscoso, propuso una medida para evitar la
penetración de las sectas en la magistratura que fue aprobada por
Acuerdo del Pleno del Consejo General del Poder Judicial en sesión de 25
julio 2000: “Los jueces y magistrados, así como
los fiscales, mientras se hallen en servicio activo, no podrán
pertenecer ni a organizaciones secretas o que funcionen sin
transparencia pública, sea cual sea la forma jurídica que adopten, que
puedan generar vínculos de disciplina u obediencia ajenos a los mandatos
del ordenamiento jurídico constitucional”.
Es evidente que este punto estaba pensado en la
influencia del Opus Dei en la magistratura y fiscalía; desgraciadamente,
esta influencia en la magistratura se ha reforzado mucho desde el año
2000 y hoy es un elemento esencial para mantener un sistema político
totalmente corrupto.
Esa influencia es el último parapeto de la
impunidad. Es curioso que el Partido Popular confíe todos sus problemas
de corrupción al quehacer de la justicia.
“Ya veremos lo que dice la
justicia”, suele decir el propio Rajoy, es decir, confían en los
tribunales y la Fiscalía porque saben que en ese terreno se pueden
manejar gracias a sus afines y a los miembros del Opus. Un Rajoy que fue
apadrinado por otro miembro del Opus, José Manuel Romay Becaría, que a
sus 83 años sigue presidiendo el mas alto organismo consultivo, el
Consejo de Estado.
Aunque algunos sostienen que el Opus está en
decadencia y que hay desbandada de numerarios y supernumerarios, nunca
su influencia y poder económico ha sido tan fuerte; y en esos colegios
segregados por sexos, que el Tribunal Constitucional y el Tribunal
Supremo han avalado, se está incubando el futuro de la secta y de ahí
saldrán, también, muchos de los nuevos jueces y fiscales de España." (Antonio G. Movellán, Viento Sur, 23/04/18)
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