28.10.19

Por qué las ciudades ricas (París, Hong-Kong, Santiago de Chile) se rebelan... y Estados Unidos, sin duda, verá más explosiones sociales en el futuro...

"Tres de las ciudades más prósperas del mundo han estallado en protestas y disturbios este año.  

París ha enfrentado olas de protestas y disturbios desde noviembre de 2018, poco después de que el presidente francés, Emmanuel Macron, aumentara los impuestos al combustible.  

Hong Kong ha estado convulsionada desde marzo, después de que su jefa ejecutiva, Carrie Lam, propusiera una ley que permite la extradición a China continental. 

Y Santiago estalló en disturbios este mes después de que el presidente Sebastián Piñera ordenara un incremento en los precios del metro. Cada protesta tiene sus factores locales distintivos, pero, en conjunto, cuentan una historia más amplia de lo que puede suceder cuando una sensación de injustica se combina con una percepción generalizada de baja movilidad social.  

 Según la métrica tradicional de PIB per capita, las tres ciudades son ejemplos de éxito económico.(...)

 En el Informe Global de Competitividad 2019 publicado por el Foro Económico Mundial, Hong Kong ocupa el tercer puesto, Francia el 15 y Chile el 33 (el mejor en América Latina por un amplio margen).  Sin embargo, si bien estos países son bastante ricos y competitivos según los estándares convencionales, sus poblaciones están disconformes con aspectos esenciales de sus vidas. Según el Informe sobre la Felicidad Mundial 2019, los ciudadanos de Hong Kong, Francia y Chile sienten que sus vidas están considerablemente estancadas. (...)

Mientras que Hong Kong se ubica en el noveno lugar a nivel global en PIB per capita, ocupa un puesto muy inferior, el número 66, en términos de percepción pública de la libertad personal para elegir un camino en la vida. La misma discrepancia es evidente en Francia (puesto número 25 en PIB per capita, pero 69 en libertad de elección) y Chile (48 y 98, respectivamente).  (...)

En los tres países, los jóvenes de las urbes que no nacieron en un contexto próspero están desesperanzados ante las opciones que se les presentan para encontrar una vivienda asequible y un trabajo decente. En Hong Kong, los precios de la propiedad en relación a los salarios promedio están entre los más altos del mundo. Chile tiene la mayor desigualdad de ingresos en la OCDE, el club de los países de altos ingresos. En Francia, los hijos de las familias de elite tienen amplias ventajas en el curso de su vida.  (...)

Hong Kong, Francia y Chile no son los únicos que enfrentan una crisis de movilidad social y reclamos por la desigualdad. Estados Unidos está experimentando tasas de suicidio en alza y otras señales de tensión social, como los asesinatos masivos, en un momento de desigualdad sin precedentes y de un colapso de la confianza pública en el gobierno. Estados Unidos, sin duda, verá más explosiones sociales en el futuro si seguimos sin cambios en materia política y económica.

Si pretendemos prevenir este desenlace, debemos aprender algunas lecciones de los tres casos recientes. Las protestas tomaron por sorpresa a los tres gobiernos que, al haber perdido el contacto con el sentimiento popular, no lograron anticipar que una acción política aparentemente modesta (el proyecto de ley de extradición de Hong Kong, el aumento del impuesto al combustible de Francia y precios más elevados del metro en Chile) desataría una explosión social masiva.  Quizá más importante, y menos sorprendente, sea el hecho de que las mediciones económicas de bienestar tradicionales son totalmente insuficientes para medir los verdaderos sentimientos de la población. (...)

 A toda sociedad le conviene tomar el pulso de su población y prestarles mucha atención a las causas de infelicidad y desconfianza social. El crecimiento económico sin justicia y sustentabilidad ambiental es una receta para el desorden, no para el bienestar. (...)"             (

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