2.7.25

Esto es el mal... Hoy Israel nos ha regalado nuestra masacre diaria... Junto con las lágrimas, las palabras se agotaron hace tiempo... Es como vivir en un departamento del infierno que ha emergido accidentalmente a la superficie terrestre, como habitar la pesadilla de un sádico loco... Es como si el levantamiento y la masacre del gueto de Varsovia se repitieran una y otra vez... Lo que está ocurriendo es la prueba fehaciente de la metamorfosis del alma occidental en un autómata asesino... En las clases dirigentes occidentales, el nihilismo se ha convertido en una segunda naturaleza y solo cuentan la fuerza y la mentira... Una vez traspasada esta frontera de la conciencia, cualquiera, allí donde al poder le resulte útil, se convertirá en carne de cañón... Esto es el Mal (Andrea Zhok)

 "Hoy Israel nos ha regalado nuestra masacre diaria. Un ataque aéreo ha tenido como objetivo el Al-Baqa Café, en la playa de Gaza, causando al menos 21 muertos. Se trata de uno de los pocos lugares en los que es (era) posible tener acceso a Internet durante los prolongados cortes de comunicaciones en Gaza, por lo que es (era) a menudo sede de periodistas y fotoperiodistas (al menos tres muertos en este ataque).

Junto con las lágrimas, las palabras se agotaron hace tiempo.

Es como vivir en un departamento del infierno que ha emergido accidentalmente a la superficie terrestre, como habitar la pesadilla de un sádico loco.

Es como si el levantamiento y la masacre del gueto de Varsovia se repitieran una y otra vez, pero multiplicados por diez en número, duración y crueldad; y es como si todo se retransmitiera en directo a todo el mundo, y a su alrededor la buena sociedad del jardín occidental aplaudiera cada nueva salpicadura de sangre y se mirara en el espejo con satisfacción.

Esto es el Mal.

Y en todo este horror hay un horror indirecto, oculto, de efecto retardado.

Esta obscenidad moral y humana, de hecho, no es solo algo que afecta a las víctimas presentes, no es algo que se expresa solo hacia un pueblo martirizado y lejano, y que por lo tanto merece nuestra compasión.

Quien piensa así no comprende el alcance de lo que está sucediendo.

Lo que está ocurriendo es la prueba fehaciente de la metamorfosis del alma occidental en un autómata asesino, en un Golem que recita la justicia y el derecho, pero solo conoce la fuerza y el engaño.

Estamos aceptando, legitimando, justificando un mundo en el que quien no tiene la fuerza para defenderse puede ser desmembrado y aplastado sin pestañear.

En las clases dirigentes occidentales, el nihilismo se ha convertido en una segunda naturaleza y solo cuentan la fuerza y la mentira.

Que no se trata de un accidente relacionado con Palestina se ve al recordar la dinámica del reciente ataque israelí-estadounidense contra Irán. Allí, los negociadores fueron engañados hasta el último momento, mientras que el ataque —hoy lo sabemos oficialmente— se preparó durante meses; dos jefes de Estado mintieron repetidamente en televisión mundial como parte (también admitido públicamente) de una táctica para «bajar la guardia» de la futura víctima; cuando se lanzó el ataque, mató a líderes políticos y militares de un Estado representado en la ONU, asesinó a científicos en sus casas con sus familias, sus vecinos, en dos casos con todo el edificio. La matanza solo se detuvo porque, contrariamente a lo previsto, la víctima no resultó indefensa.

Lo que me temo que aún no entendemos es que todo esto no tiene un objetivo fatal designado y limitado, que podamos compadecer como «ajeno a nosotros».

No, lo que ha ocurrido es que hemos aceptado por completo el imperio de la violencia y la mentira, que, dadas las condiciones oportunas, puede abatirse sin vacilar sobre cualquiera que no sea capaz de defenderse, dentro y fuera de cualquier país y cualquier sociedad.

Una vez superado este umbral, el ejercicio de la fuerza y la mentira puede y podrá afectar a cualquiera, en cualquier lugar, a familias e individuos, asociaciones y grupos, clases y estratos sociales, pueblos y ciudades, nacionales y extranjeros. Una vez traspasada esta frontera de la conciencia, cualquiera, allí donde al poder le resulte útil, se convertirá en carne de cañón.

Las mismas caras de goma pueden justificar y justificarán cualquier doble, triple o cuádruple moral; los mismos títeres asesinos pueden y podrán exterminar, encarcelar o matar de hambre a cualquiera, complaciéndose de su propia eficiencia; los mismos escritorzuelos a sueldo pueden y podrán «gobernar la narrativa» de manera que desaparezca de la conciencia pública todo lo que pueda producir una reacción o un estallido de indignación.

El mecanismo está bien engrasado, los pueblos son impotentes, los actores invisibles.

Una trituradora industrial podrá funcionar a pleno rendimiento en el centro del escenario sin que nadie se dé cuenta."              (Andrea Zhok, Facebook, 30/06/25)

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