4.7.25

La sombría aritmética de los 377.000 palestinos desaparecidos... una historia de horror demográfico que, hasta ahora, ha permanecido enterrada entre los escombros (Internationalist 360º)

 "Un informe reciente de Yaakov Garb de la Universidad Ben-Gurión presenta un análisis basado en datos de los nuevos compuestos de "distribución de ayuda" en Gaza. A través de un meticuloso mapeo espacial, el informe argumenta que estas instalaciones no son el avance humanitario que se dice que son, sino más bien instrumentos de estrategia militar que desafían el derecho internacional. Aunque las violaciones legales son evidentes, una mirada más profunda a las cifras de población citadas en el informe revela una historia de horror demográfico que, hasta ahora, ha permanecido enterrada entre los escombros: una brecha poblacional de casi 400,000 personas.

Ver el Informe Completo –  The Israeli/American/GHF “aid distribution” compounds in Gaza: Dataset and initial analysis of location, context, and internal structure

Estos dos temas — la perversión de la ayuda y la diezmación de una población — están inextricablemente vinculados. Pintan un cuadro no de un esfuerzo de ayuda, sino de una estrategia que avanza objetivos militares mientras crea una fachada de humanitarismo para apaciguar a los observadores internacionales.

Parte I: La arquitectura del control, no de la compasión

El Derecho Internacional Humanitario no es un conjunto de sugerencias educadas; es un cuerpo de obligaciones vinculantes. Como potencia ocupante, Israel tiene el deber, según la Cuarta Convención de Ginebra, de garantizar y facilitar el suministro de alimentos y suministros médicos a la población civil. El sistema descrito en el informe Garb se burla de este deber.

En lugar de facilitar el trabajo de agencias humanitarias experimentadas y neutrales, Israel las ha debilitado en favor de una alternativa securitizada. Este nuevo modelo presenta varias violaciones graves:

- Un rechazo a la neutralidad: 

La ayuda se distribuye desde compuestos fortificados operados por empresas de seguridad privadas estadounidenses, con personal compuesto por veteranos de combate, todo bajo la protección del ejército israelí. Este arreglo aniquila los principios humanitarios fundamentales de neutralidad e independencia, que son esenciales para garantizar que la ayuda no se utilice como una herramienta de guerra.

- El Peligro para los Civiles: 

Los complejos están ubicados dentro de las "zonas de amortiguamiento" declaradas por Israel, donde la entrada de civiles está formalmente prohibida y es susceptible de ataque. En una cruel paradoja, los palestinos deben arriesgar sus vidas al entrar en una zona militar prohibida para recibir ayuda vital.

Un plano para la violencia: 

El diseño interno de estos recintos es una clase magistral en el control militar de multitudes, no en el cuidado civil. El informe identifica un diseño de "embudo fatal" — un único camino de entrada y salida sin cobertura, diseñado para maximizar la vigilancia y el control para los guardias armados. Este diseño, desprovisto de sombra, agua o baños, está documentado para inducir pánico y crear el mismo caos que puede usarse para justificar una respuesta violenta. Este no es un sistema diseñado para ayudar; es un sistema diseñado para controlar, y si es necesario, para hacer daño.

Todo este montaje se describe como la "inversa de los principios bien aceptados y probados de distribución de alimentos". Es una farsa legal y moral, utilizando el espectro de la ayuda para avanzar objetivos tácticos.

Parte II: El número no mencionado: los 377,000 desaparecidos de Gaza

Por muy condenatoria que sea el análisis legal, los datos de población contenidos en los mapas del informe apuntan a una catástrofe mucho mayor. Antes del conflicto, la población de la Franja de Gaza era de aproximadamente 2.227 millones. El informe Garb incluye mapas que muestran las estimaciones de la IDF sobre las poblaciones que permanecen en lo que se consideran los tres enclaves principales.

 Los números son los siguientes:

Ciudad de Gaza: 1 millón
Mawasi: 0,5 millones
Central: 0,35 millones

Una simple aritmética revela una brecha aterradora: 2.227 millones menos 1.85 millones deja 377,000 personas sin contabilizar.

Este número es más de seis veces las cifras de bajas comúnmente discutidas en los informes de los medios. Aunque algunos de estos individuos pueden estar desplazados en los paisajes llenos de escombros fuera de los principales enclaves, la magnitud de esta discrepancia, derivada de las propias evaluaciones de población de la potencia ocupante, es asombrosa. Sugiere una catástrofe demográfica — ya sea por bajas directas, hambre o enfermedades — que supera con creces lo que el mundo ha sido llevado a creer.

Los complejos de ayuda y la población desaparecida son dos caras de la misma moneda. Los compuestos están posicionados y diseñados de tal manera que los hace inaccesibles para la mayoría de la población, particularmente para el millón de personas en la Ciudad de Gaza que están aisladas por el corredor de Netzarim. El sistema no está diseñado para alimentar a los 1.85 millones que se pueden contar, y mucho menos para abordar el destino de los 377,000 que no se pueden contar.

La comunidad internacional debe mirar más allá de la apariencia de estos compuestos de ayuda y confrontar la sombría realidad que representan. Debemos condenar un sistema que utiliza la promesa de alimentos para forzar a una población desesperada a través de puntos de control militarizados. Pero más urgentemente, debemos exigir una respuesta a la pregunta más apremiante que estos datos plantean:

¿Dónde están los 377,000 palestinos desaparecidos?

Nota: Laith Marouf señala en el video a continuación que la cifra de 377,000 documentada en el Estudio de Harvard no incluye a los más de 60,000 civiles cuyos cuerpos han sido encontrados enterrados bajo los escombros.

 

Maximilian , Internationalist 360º, 26/06/25, traducción Quillbot)

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