4.9.25

El acuerdo sobre el oleoducto Power of Siberia 2 significa el fracaso de la gran estrategia euroasiática de Trump... La gran estrategia euroasiática de Trump ha buscado evitar de forma preventiva la dependencia potencialmente desproporcionada de Rusia de China, con el fin de impedir que sus recursos naturales impulsen la trayectoria de superpotencia del único rival sistémico de Estados Unidos. Con este fin, Estados Unidos preveía establecer una asociación estratégica centrada en los recursos con Rusia una vez finalizado el conflicto ucraniano... La falta de voluntad o incapacidad de Trump para coaccionar a Zelensky en ninguna de las concesiones exigidas por Putin, junto con informes cada vez más preocupantes sobre planes para desplegar la OTAN en Ucrania para asustar a Putin, le ha obligado a abandonar su estrategia de equilibrio y a volcarse hacia China... La división entre la India y Estados Unidos provocada por Trump y la consiguiente mitigación del dilema de seguridad chino-indio permitieron a Rusia cerrar el acuerdo del gasoducto Power of Siberia 2 sin temor a asustar a la India y empujarla a los brazos de Estados Unidos... La creciente convergencia entre los BRICS y la OCS se debe en gran parte a la aceptación de ambos por parte de la India en respuesta a las nuevas amenazas estratégicas de Estados Unidos... El enfoque equivocado de su equipo hacia Rusia e India, al exigirles demasiado, llevó a que estos dos países y China resolvieran sus diferencias, que existen entre ellos bilateralmente pero también en relación con sus vínculos con Estados Unidos, y en consecuencia aceleró los procesos multipolares a expensas de los intereses unipolares de Estados Unidos. Tras este último acuerdo sobre el oleoducto, está claro que se ha cruzado el Rubicón y nadie sabe cómo responderá Estados Unidos (Andrew Korybko)

 "Las señales de escalada de Trump en Ucrania, la división indo-estadounidense que provocó y la consiguiente mitigación del dilema de seguridad chino-indio liberaron a Rusia para cerrar el largamente negociado acuerdo Power of Siberia 2.

La gran estrategia euroasiática de Trump ha buscado evitar de forma preventiva la dependencia potencialmente desproporcionada de Rusia de China, con el fin de impedir que sus recursos naturales impulsen la trayectoria de superpotencia del único rival sistémico de Estados Unidos. Con este fin, Estados Unidos preveía establecer una asociación estratégica centrada en los recursos con Rusia una vez finalizado el conflicto ucraniano, esperando que este objetivo compartido incentivara a Putin a aceptar importantes concesiones territoriales y/o de seguridad.

La falta de voluntad o incapacidad de Trump para coaccionar a Zelensky en ninguna de las concesiones exigidas por Putin, junto con informes cada vez más preocupantes sobre planes para desplegar la OTAN en Ucrania para asustar a Putin, le ha obligado a abandonar su estrategia de equilibrio y a volcarse hacia China. El exitoso cierre de su largamente negociado acuerdo sobre el gasoducto Power of Siberia 2, que casi duplicará las exportaciones de gas de Rusia a China hasta alcanzar unos 100 bcm al año y a un precio más barato que el que recibe la UE, significa el fracaso de la gran estrategia euroasiática de Trump.

Putin podría haber resistido más tiempo si Trump no hubiera catalizado inadvertidamente el incipiente acercamiento sino-indio mediante sus aranceles hipócritamente punitivos que pretenden descarrilar el ascenso de la India como gran potencia. Eso asustó a la India, llevándola a recomponer sus lazos con China, lo que alivió su dilema de seguridad que Estados Unidos estaba explotando para dividirlos y dominarlos. Esto, a su vez, redujo la preocupación de la India sobre una mayor cooperación energética ruso-china, que antes temía que pudiera llevar a Rusia a convertirse en un socio menor de China.

Nunca se expresó oficialmente, pero los observadores perspicaces y quienes han hablado con pensadores indios saben que a la India le preocupaba que China pudiera aprovechar su influencia sobre Rusia para que esta redujera o interrumpiera las exportaciones militares a la India, otorgándole así a China una ventaja crucial en su disputa fronteriza. La división entre la India y Estados Unidos provocada por Trump y la consiguiente mitigación del dilema de seguridad chino-indio permitieron a Rusia cerrar el acuerdo del gasoducto Power of Siberia 2 sin temor a asustar a la India y empujarla a los brazos de Estados Unidos, dividiendo y dominando así Eurasia.

La creciente convergencia entre los BRICS y la OCS, que buscan reformar gradualmente la gobernanza global mediante sus esfuerzos complementarios para acelerar los procesos multipolares, se debe en gran parte a la aceptación de ambos por parte de la India en respuesta a las nuevas amenazas estratégicas de Estados Unidos. Se espera que la primera visita del Primer Ministro Narendra Modi a China en siete años para asistir a la Cumbre de Líderes de la OCS, durante la cual mantuvo una importante reunión bilateral con el Presidente Xi Jinping, conduzca a una nueva normalidad en las relaciones sino-indias.

Las raíces de sus tensiones no se han resuelto, pero Rusia espera que ahora se gestionen mejor; de ahí que haya cerrado su acuerdo con China sobre el gasoducto Power of Siberia 2 justo después de concluir también que Estados Unidos no intentará ayudarle a obtener nada de lo que quiere de Ucrania. En resumen, Trump insinuó una intención de escalar el conflicto en Ucrania, supuestamente como condición para el acuerdo comercial entre Estados Unidos y la UE, y luego los lazos entre China e India mejoraron a medida que empeoraban los lazos entre India y Estados Unidos, haciendo así políticamente posible el proyecto Power of Siberia 2.

Por lo tanto, la política exterior de Trump hacia Eurasia ha fracasado indiscutiblemente. El enfoque equivocado de su equipo hacia Rusia e India, al exigirles demasiado, llevó a que estos dos países y China resolvieran sus diferencias, que existen entre ellos bilateralmente pero también en relación con sus vínculos con Estados Unidos, y en consecuencia aceleró los procesos multipolares a expensas de los intereses unipolares de Estados Unidos. Tras este último acuerdo sobre el oleoducto, está claro que se ha cruzado el Rubicón y nadie sabe cómo responderá Estados Unidos." 

(Andrew Korybko , blog, 04/09/25, traducción Quillbot)

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