Para empezar, es necesario reactivar el flujo crediticio. Un mayor protagonismo del ICO y de otras entidades públicas es útil, pero no es, en absoluto, suficiente. Hace falta que se "desahogue" y vuelva a funcionar el sector financiero, componente importante que parece estar en paro voluntario.
¿Es posible, entonces, facilitar rápidamente la entrada de otras instituciones financieras en el mercado nacional? Yo creo que sí, siempre y cuando el Gobierno y el Banco de España quieran hacerlo.(...)
Asimismo, las empresas que quiebran despedirán a los trabajadores y éstos tendrán que buscar un nuevo empleo. Esto implica que, al mismo tiempo que se facilite el ajuste laboral, el dinero público debe gastarse en ofrecer a estos trabajadores una ampliación de su seguro de desempleo, una buena política de formación y fuertes incentivos para que encuentren un nuevo trabajo cuanto antes.
La investigación sobre este tema no es sólo muy extensa, sino que también es clara y efectiva: todo lo que nuestros políticos tienen que hacer es consultar con algunos de los expertos mundiales que tienen la ventaja de ser españoles o hispano parlantes.
En cualquier caso, se debería introducir un programa que permita fuertes reducciones de la carga fiscal sobre el salario para aquellos trabajadores despedidos que encuentren un nuevo empleo. O, alternativamente, introducir la posibilidad de convertir las prestaciones por desempleo en bonificaciones para el empleo para aquellos que encuentren trabajo antes de que las prestaciones se acaben. (...)
¿Alcanzará el déficit público niveles del 7-8% del PIB, o más, durante un par de años como consecuencia de estas medidas? Seguramente sí. ¿Pero para qué tener una ratio inferior al 40%, de deuda pública respecto al PIB, si no es para permitir que se suba hasta el 60% en circunstancias como las actuales?" (MICHELE BOLDRIN: La crisis mundial y nuestra crisis. El País, ed. Galicia, Opinión, 04/03/2009, p. 29 )
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