30.12.12

España entrará en 2013 con un poco menos de agua al cuello

"España entrará en 2013 con un poco menos de agua al cuello. Eso, si no falla el nuevo diseño para suavizar las políticas de austeridad extrema que está culminando la Comisión. (...)

Ese diseño implica la ampliación del calendario para reducir el déficit al obligatorio 3% del PIB: en vez de en 2014 se alargaría al 2015, como prefiere el BCE, e incluso al 2016, como acaricia el Ejecutivo comunitario. La asfixia perpetrada a través de un agenda apretada disminuiría, como reclamaron algunos y se les tildó de locos.

Pero no se trata solo del ritmo, con ser importante, sino también del contenido. Algunos gastos achacables a la recesión y ciertas inversiones públicas no entrarían, por su excepcionalidad o su especial interés, en el cómputo del déficit. A cambio de este acompasar se exige a España una mayor rapidez en las reformas estructrurales. (...)

¿Por qué Bruselas, e incluso Fráncfort, empiezan a ceder en sus posiciones superortodoxas, antes inamovibles? En parte porque como Santo Tomás, tocan con sus dedos la herida. O sea, a Alemania. 

Si la eurozona entró hace pocas semanas en recesión, la República federal cerró su tercer trimestre del año con un crecimiento anémico, del 2%, y ya muchos de los sabios pronostican que el alza del PIB para 2013, estimada por encima del 1% del PIB, se reducirá hacia la mitad, un 0,5% menos que halagüeño.

Pero sobre todo porque el Fondo Monetario Internacional les castiga el hígado con denuedo. Aquel FMI del que Joseph Stiglitz denostó en El malestar de la globalización (Taurus, 2002) con los buenos argumentos de que se había convertido durante la crisis asiática en el bombero pirómano con la manguera restrictiva, privatizadora y desregulatoria del Consenso de Washington es hoy su propio envés.

Mucho se debe al anterior director gerente, DSK, que se llevó como ideólogo a un tipo muy sabio, Olivier Blanchard. Y a su sucesora, Christine Lagarde, quien el pasado 11 de octubre solemnizó el abandono de la política económica de extrema austeridad como lenitivo para la crisis europea.

“En lugar de cargar duramente al principio con los ajustes, dadas las circunstancias y el hecho de que muchos países estén aplicando a la vez las mismas políticas de reducción del déficit, a veces es mejor tener un poco más de tiempo”, dijo en Tokio, apostando por un alargamiento del plazo de dos años. 

En más académico, “la rehabilitación fiscal y la reducción de la deuda toman su tiempo, de modo que con la excepción de la inmediata postguerra, los déficits primarios nunca han sido corregidos con rapidez” (World Economic Outlook, de octubre, FMI). He aquí como los villanos pueden aspirar a convertirse en héroes."               ( , El País, 27 DIC 2012)

No hay comentarios: