"Reciéntemente hacía una comparación entre los sistemas sanitarios avanzados y la correspondencia de estos con la esperanza de vida de los ciudadanos de cada país.
La conclusión era demoledora, el único país con un sistema sanitario
asistencialista tenía la peor esperanza de vida, tanto para hombres como
para mujeres.
El análisis se extiende también a otros parámetros
relacionados con la mortalidad, además de una forma estadística
contundente (aunque con otro conjunto de factores explicativos). En este
artículo se desgranan estos factores y se comparan estadísticamente.
De todo ello, ha salido un conjunto de argumentos que se utilizarán
en este artículo para reafirmar la mayor potencia de los sistemas
públicos a la hora de garantizar una vida más larga y sana. (...)
Ampliando el análisis estadístico de los datos de todos los países de la
OCDE nos dá una correlación suave entre $ invertidos en el conjunto de
la sanidad y esperanza de vida, con EEUU esa correlación se dá en un
60%, como se vé en la gráfica siguiente.
Si retiramos EEUU, la correlación se eleva al 69% como indica la gráfica que se abre con el siguiente click.
Estas gráficas nos dicen dos cosas, una que hay una correlación que
llega a explicar hasta un 69% la variación entre esperanza de vida y el
logaritmo de la inversión en sanidad, a más dinero, mayor esperanza de
vida, pero que la principal excepción a esta regla es la única sanidad
del mundo avanzada basada en el asistencialismo.
Con ella en la gráfica,
la dependencia de $ y esperanza de vida no se dá tan clara; en el
análisis estadístico el caso de EEUU es el que más se desvía de la norma
y hacia una peor ratio de años vividos por $ invertido (Japón es el
segundo, pero ni de lejos tiene una desviación como la de EEU)
De hecho el mayor coste en $ de la sanidad asistencialista y privada
de los EEUU no conlleva reálmente una esperanza de vida mayor. El sector
público es mucho más eficiente contratando trabajadores de alto nivel formativo a costes más bajos,
y el consumidor de servicios sanitarios privados tiene un poder de
negociador mucho más bajo que lo que tendría para comprar un televisor
(un enfermo está dispuesto a pagar lo que sea para poder curarse, está
sufriendo y su poder negociador tiende a cero), por no hablar el poder negociador que tiene el estado para negociar con proveedores.
Podemos añadir otra serie de datos, mortalidad infantil en el primer
año de vida sobre cada 1000 recién nacidos. En los EEUU es de 6,8
muertos en el primer año de vida por cada 1000 niños, aquí no se puede
alegar el estilo alimenticio (ningún niño de un año muere por obesidad o
diabetis, sinó por otros motivos, falta de peso al nacer, falta de
atención hospitalaria a los neonatos con problemas de salud, pobreza
extrema de la madre, etc…).
En esta negra cifra, la sanidad privada y
cara por un lado y asistencial por el otro de los EEUU se llevan con
creces la peor de las cifras. La OCDE indica que tan sólo Hungría,
Eslovaquia, Polonia, Méjico y Turquía tienen peor supervivencia
infantil.
De hecho EEUU dobla la media de los países europeos
occidentales con sistemas sanitarios públicos avanzados, y entre los
países que más invierten por ciudadano tan sólo Nueva Zelanda (que en
algo también copia a los EEUU) supera los 6 fallecidos por cada 1000
nacidos, los niños recién nacidos que mueren doblan la ratio de los
españoles (3,4) y triplica la de los islandeses (2,2), los que menor
mortalidad tienen.
El resto de países tienen una horquilla que varía
entre los 5,9 griegos y los 2,2 de los islandeses. Es decir, a pesar de
no ser cifras dramáticas como las turcas (casi 40), EEUU es la sanidad
avanzada que menos garantías de supervivencia ofrece a sus recién
nacidos. Esas cifras también se extienden a los niños menores de 5 años
muertos por cada 1000 nacidos vivos, 8 de cada 1000 enfrente a una media
entre 4 y 6 por cada 1000 para el resto de países.
Sería
intelectuálmente pobre alegar problemas de dieta y obesidad en la mayor
mortalidad infantil, y sería también pobre el argumento que en Turquía
mueren más niños, si queremos comparar sistemas sanitarios no es
correcto comparar sistemas sanitarios que no tienen un mínimo de
inversiones. Es difícil encontrar una justificación cultural a esta
cifra de más mortalidad infantil.
Otro factor que refuerza el argumento de que la sanidad
asistencialista para las clases bajas y totálmente privada para las
clases trabajadoras y medias es la esperanza de vida sana. En el caso de
los EEUU es el país con un sistema sanitario avanzado (aquellos que
invierten 1500 $ o más por habitante y año en sanidad) que junto a
Portugal menor vida sana de media se tiene (hasta los 69,3 años).
Los
hombres de los Estados Unidos son los que por media más tiempo se pasan
como grávemente enfermos de entre los países más avanzados, 7,4 años
(enfrente de medias de 6,5 años), y el tercero, después de Nueva Zelanda
y Francia donde las mujeres más años de vida sana pierden y uno de los
países avanzados donde és más baja es la esperanza de vida sana entre
las mujeres (71,3 años), sólo empeorado por Dinamarca (71,1 años).
Para complementar, según datos del PNUD,
que sin ser fuente primaria, indica que en los EEUU es de los países
avanzados (los que invierten más de 1500 $ por habitante) los que tienen
un porcentaje mayor de posibilidades de no llegar a los 60 años de vida
(un 11,8% de la población) enfrente medias que oscilan entre el 10,4%
(dinamarca) y el 7,3% (Japón) y és el país que menos posibilidades
tienen sus ciudadanos para llegar a los 65 años.
Así que en todos los indicadores de supervivencia, vida sana,
mortalidad infantil, etc.. En todos los indicadores donde se evalúa la
longevidad de los ciudadanos, la sanidad asistencialista y
privada de los EEUU tiene peor resultado que cualquier modelo de sanidad
pública del resto de los países de la OCDE más avanzados.
Incluso el alto gasto de los EEUU no es garantía de una vida longeva y
sana, las propias inferencias estadísticas lo indican, el doble y el
triple de inversión en salud del modelo asistencialista y privado no
incrementa la esperanza de vida, no salva a los niños de la muerte
prematura ni retrasa las enfermedades graves de la vejez con la misma
eficacia que los sistemas de salud públicos.
No sólo defender la sanidad pública es defender una vida más larga, sinó una vida más sana para todo el conjunto." (Observatori de Ciberpolítica, 27/12/2012)
No hay comentarios:
Publicar un comentario