"La creencia más extendida entre los autores, como Miquel Puig,
consideran el sistema de pensiones públicas existente en Catalunya y
España insostenible financieramente, se basa en un determinismo
demográfico que asume, en parte, que el alargamiento de la esperanza de
vida de los ancianos hará imposible financiar sus pensiones. (...)
El gran error del Comité de Expertos y
de Miquel Puig (a partir de ahora MP), que asumen que el envejecimiento
de la población hará las pensiones inviables a no ser que se recorten
mucho, es que no consideran dos elementos esenciales en esta discusión.
Uno es el aumento de la productividad, y el otro, la distribución de la
riqueza (creada por este aumento de la productividad) entre las rentas
del capital y las del trabajo (de las que deriva la mayor parte del
dinero para pagar las pensiones en los países con sistemas de reparto).
MP, en su intento (Les pensions: retallades inevitables, ARA, 18.06.13)
de desmerecer mis tesis, se refiere a esta distribución de recursos
ridiculizándola, definiéndola como una “excitante” lucha de clases que
es irrelevante para explicar la viabilidad de las pensiones públicas y,
para demostrarlo, presenta datos que cree que reflejan el error de mis
tesis. Veamos sus datos y quién está equivocado.
En primer lugar, me critica porque
considera que exagero el crecimiento de la productividad, indicando que
durante el periodo 1995-2012 fue, según él, solamente del 0,27% por año y
no del 1,5% (como erróneamente asume que yo digo). MP confunde
productividad por trabajador con productividad por hora trabajada.
La
cifra que yo cito es la media anual de aumento de la productividad por
hora trabajada, que es la medida adecuada y común para medir la
productividad. Él, en cambio, utiliza la productividad por trabajador
ocupado, que lógicamente da una cifra de la medida del PIB diferente a
la mía y más pequeña.
Es más, el promedio del aumento de la
productividad por hora trabajada que yo utilizo está basado en los datos
no de los últimos 17 años (como hace él), sino de los últimos 40 años,
que es el periodo que ha escogido el Comité de Expertos para fundamentar
su predicción de insostenibilidad del sistema de pensiones debido a los
cambios demográficos.
En realidad, y a fin de que no se me acusara de
exagerar la cifra, ya la disminuí pasando del 2,4% (que era la de los
últimos 40 años) a un 1,5%, que es una cifra razonable. Ahora bien, MP
considera que es aún demasiado alta y, para probarlo, utiliza un
indicador erróneo (que yo no utilizo) y reduce, además, el periodo de
cálculo, limitándolo al último ciclo económico (1995-2012), que ha
experimentado la recesión económica más importante de la historia
reciente de Catalunya.
Haciéndolo de este modo, no es extraño que sus
previsiones sobre el crecimiento económico sean tan negativas. Ahora
bien, si el futuro es, en la práctica, una ligera modificación de la
situación actual, entonces el problema no es solo de las pensiones, sino
de toda la sociedad, i no creo que la población lo aceptara. Forzaría
antes un cambio de las políticas públicas neoliberales que nos han
llevado a la gran recesión, tal y como pasó en América Latina.(...)
MP también cuestiona otra tesis mía: la
que afirma que la fuerte bajada del porcentaje de población que trabaja
en el campo se explica por el aumento de productividad del sector
agrícola. Él lo niega diciendo que Catalunya está importando alimentos,
pero este dato es irrelevante porque Catalunya también está exportando, y
mucho más que hace cuarenta años.
Finalmente, MP intenta mostrar que estoy
equivocado remarcando que el grupo de catalanes autóctonos de 5 a 30
años es mucho más pequeño que el de 30 a 55 años, lo que dice, según
dice, nos creará un enorme problema para pagar las pensiones. Ahora
bien, ¿por qué tiene que ser un problema cuando hay modos de resolverlo?
Miremos los datos. El primer grupo, de 5 a 30, es ahora de 1,9 millones
de personas; y el de 30 a 55, de 2,8 millones. La diferencia entre
ambos grupos es de cerca de un millón, lo que le lleva a decir que se
tendrán que recortar las pensiones.
Ahora bien, lo que cuenta no es el
número de personas sino la gente ocupada y su productividad. Supongamos
que, en lugar del 47%, la tasa de ocupación en Catalunya fuera el 70%,
como en algunos países nórdicos de Europa.
Si fuera así, tendríamos
ahora un millón y medio más de personas trabajando y cotizando y, en el
futuro, incluso con la estructura demográfica que tenemos, habría un
millón más trabajando, que es precisamente el agujero que le preocupa a
MP.
Si a esto le sumamos un aumento de la productividad y unas
intervenciones públicas que no permitan que los salarios sean tan bajos
en Catalunya y en España, la riqueza que se produciría sería más que
suficiente para equilibrar la transición demográfica.
Un tema clave es,
por tanto, el número de ocupados y la calidad del trabajo, y la
distribución de las rentas entre el capital y el trabajo, precisamente
lo que MP intenta ridiculizar." (Artículo publicado por Vicenç Navarro, cuya versión original se publicó en catalán en el diario ARA, 20 de junio de 2013, en vnavarro.org, 20/06/2013)
No hay comentarios:
Publicar un comentario