"Amaya Muñoz, de 31 años, es la penúltima víctima de la reforma
laboral del Gobierno. El pasado viernes recibió la carta de despido de
la empresa en la que llevaba trabajando desde julio, Konecta BTO,
dedicada al telemarketing. "Antes de salir me llamaron de Recursos
Humanos y me comunican que me despiden por repetidas faltas al trabajo.
Todas estaban justificadas, pero aún así te pueden despedir", relata a Público la joven.
En la carta de despido indicaban unas cuantas ausencias, entre las que incluían la del 11 de septiembre, cuando más de 100 antidisturbios la desalojaron de su casa de alquiler.
Pagaba 600 euros de renta a los que no podía hacer frente al estar
desempleada.
Ese fue el segundo intento de desahucio, ya que la primera
vez fue paralizado por las plataformas por la vivienda de Madrid. La
inmobiliaria con la que había contratado el alquiler no le permitía
cancelar el contrato y la amenazaba constantemente con incluirla en una
lista de morosos, explica.
Según cuenta Amaya, tras el desahucio
no se encontraba bien. "Fui al médico y me prescribió unos días de
baja, que también ha contabilizado la empresa", apunta. Precisamente,
ella avisó con una semana de anterioridad de que esa mañana tendría que
faltar al trabajo por motivos judiciales.
"Pedí el día y me lo
denegaron. Como última instancia me ofrecieron cambiar el turno". Pero
la víspera del desahucio su jefa no se mostró muy conforme. Las palabras
exactas que utilizó su superiora fueron: "Ya eres mayorcita para saber
cuáles son tus responsabilidades. Atente a las consecuencias", recuerda
Amaya.
Lo peor, asegura, es que cuando se reincorporó el 20 de
septiembre, después de la baja y de ser desahuciada, tuvo que "aguantar
las mofas de mi jefa. Me decía que me había visto por la tele y en
Internet con mucha sorna", asegura
La noticia cogió por sorpresa
a la joven, que pensaba que su cita con Recursos Humanos iba a tratar
de unas horas extra para las que se había ofrecido voluntaria. "Imagina
mi cara cuando me dijeron que me llamaban para despedirme", afirma aún
con incredulidad. "No tiene sentido que me despidan por faltas
justificadas. Pueden despedirme por mi rendimiento, pero yo vendía
seguros y vendía muchos", critica Amaya.
Sin embargo la legalidad ampara a la empresa, que se acoge al artículo 52. D. del Estatuto de los Trabajadores [Por
faltas de asistencia al trabajo, aun justificadas pero intermitentes,
que alcancen el 20 % de las jornadas hábiles en dos meses consecutivos
siempre que el total de faltas de asistencia en los doce meses
anteriores alcance el cinco por ciento de las jornadas hábiles, o el 25 %
en cuatro meses discontinuos dentro de un periodo de doce meses]. (...)" (Público, 28/10/2013)
"Del Stop Desahucios a la puerta de la empresa.
Grupos de vivienda y sindicatos confluyen en apoyo a la despedida por
acudir a su propio desahucio. Una concentración el martes 29 a las
puertas de las instalaciones que el grupo Konecta tiene en el municipio
madrileño de Alcobendas es el primer acto convocado para apoyar a Amaya
Muñoz desde su despido.
Amaya, una vecina de 31 años del
barrio madrileño del Pilar, perdía su casa el pasado 11 de septiembre
después de que las redes ciudadanas por la vivienda consiguiesen evitar el primer intento policial de desahucio. La faltas de asistencia de ese día y de los días posteriores al desahucio han sido el motivo que alegó la empresa, el grupo de marketing Konecta, para despedirla el pasado viernes.
Según un comunicado de la asamblea de Tetuán,
la empresa reconoce que las faltas están justificadas (Amaya tenía
concedida la baja médica) pero justifica su decisión en que la última
reforma laboral las contempla como una causa de objetiva de despido.
El martes a las 19h los grupos de vivienda llevarán su método de protesta a las puertas de la empresa para exigir la readmisión de Amaya.
A instancias de los grupos stop desahucios, la convocatoria se está
moviendo, además de entre los sindicatos de telemarketing de CGT, entre
otras centrales como CNT o Solidaridad Obrera.
El dramático caso
de Amaya, que en mes y medio se ha quedado sin casa ni trabajo, ha
servido para dar a conocer una realidad que según fuentes de la sección
de CGT en el grupo Konecta, es más común de lo que cabría imaginar.
Según
CGT, esa empresa está recurriendo de manera reiterada a las nuevas
causas, introducidas por la última reforma laboral, para considerar
objetivo un despido por “absentismo” o “amortización del puesto de
trabajo”.
De esta manera está realizando multitud de despidos que de otra forma se considerarían improcedentes
y les resultarían demasiado “caros”. El miedo al despido por el
artículo 52D es el que llevó a una trabajadora enferma a seguir
acudiendo a su puesto de trabajo en esa misma empresa hasta que ya fue
demasiado tarde y murió de neumonía, tal y como denunció DIAGONAL en junio de 2012. (...)" ( Diagonal , Rebelión, 29/10/2013)
No hay comentarios:
Publicar un comentario