"El primer ejecutivo de la multinacional francesa Carrefour, Georges
Plassat, acaba de declarar que “las clases medias en Europa están
desapareciendo”. A su parecer, esas clases medias “han sido desgastadas
en provecho de la productividad de las empresas, y su desaparición es un
hándicap para nosotros (…) creíamos que ganábamos mucho rebajando los
salarios, pero hemos eliminado una parte de nuestros clientes”.
En lo
que respecta a España, Plassat opina que probablemente va a salir pronto
de la crisis dados los sacrificios de la población, pero sin que haya
clases medias. Así pues, este sería uno de los precios de la política de
austeridad aplicada.
El mundo se está dotando de una nueva estratificación social,
caracterizada por dos tendencias principales. En primer lugar, el poder y
la riqueza tienden a concentrarse en cada vez menos manos; los ricos se
vuelven cada vez más ricos, y el dinero y el poder se refuerzan
mutuamente y generan barreras prácticamente imposibles de superar para
los demás. La segunda tendencia es la expansión de una “clase media
mundial”.
Esta última es estudiada con detalle por el analista Moisés
Naím en su último y polémico libro (El fin del poder, editorial Debate).
Según el mismo, el tamaño de la clase media mundial se duplicó en
alrededor de 1.000 millones de ciudadanos (de 1.000 a 2.000 millones) en
20 años (entre la década de los ochenta y el cambio de siglo), y sigue
creciendo exponencialmente, pudiendo alcanzar los 3.000 millones de
personas, más del 40% de la población mundial, en la próxima década. (...)
Estas nuevas clases medias pueden no ser todavía tan prósperas como lo
fueron sus homólogas de los países desarrollados, pero sus miembros
disfrutan hoy de un nivel de vida sin precedentes en las zonas en las
que han crecido, como muestra, por ejemplo, el estudio del Banco Mundial
La movilidad económica y el crecimiento de la clase media en América
Latina, editado hace unos meses por el Banco Mundial.
La clase media es
la categoría demográfica que más aumenta en el mundo. Pero ello no es un
fenómeno uniforme, sino que en Europa y en EE UU está sucediendo lo que
denunciaba el presidente de Carrefour: una clase media que tiene
decenios de crecimiento y prosperidad está perdiendo sus cimientos
económicos y sociales por mor de la Gran Recesión y de la desigualdad
estructural, y contrayéndose como consecuencia del paro estructural y de
la reducción continua de la renta disponible. (...)
Tanto la expansión de la clase media en los países en desarrollo, como
la contracción de la misma en Europa y EE UU generan agitación política.
Las clases medias, acosadas, salen a la calle y luchan por proteger o
aumentar su nivel de vida, y demandan el objetivo de igualdad (de
oportunidades y en parte, de resultados) de manera más explícita en las
políticas públicas.
Esa igualdad es su condición necesaria para sentir
que viven en sociedades donde esforzarse merece la pena y los méritos
son recompensados, en lugar de una sociedad que tienden a favorecer de
modo permanente a los grupos privilegiados." (
Joaquín Estefanía
, El País, 28 OCT 2013 )
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