29.12.20

El norte de España depende de las pensiones para crecer

 "Una de las consecuencias de la Gran Recesión fue la 'generación perdida'. Los nacidos a partir de 1985 se han tenido que enfrentar a un mercado laboral muy agresivo, con elevadas tasas de paro, de precariedad laboral y con un claro riesgo de pobreza. Desde el año 2008 las pensiones se han convertido en el salvavidas para muchas familias, hasta el punto de que los jubilados se han convertido en el grupo social que más consume, gracias a sus rentas seguras y crecientes.

Para las regiones más envejecidas, las pensiones se han convertido en un motor de crecimiento fundamental. De ahí que en los últimos años la subida de las pensiones por encima del IPC haya sido un estímulo fundamental para su actividad económica. Se trata, principalmente, de las comunidades del norte de España: Asturias, Cantabria, Castilla y León, País Vasco y Galicia, que tienen más de un 20% de la población por encima de los 65 años. En estas comunidades, por cada 100 ocupados hay ya más de 50 personas mayores de 65 años; y en el caso de Galicia y Asturias supera las 60 personas. Esto significa que en torno a un 40% de las personas con ingresos son pensionistas. 

 Además, en estas regiones las pensiones son más altas porque el sistema contributivo paga en función de lo aportado durante la vida laboral; y como estas regiones tenían mayor renta que la media nacional, sus prestaciones también son mayores. Estos hogares contribuyen a elevar la renta media en estas comunidades, lo que provoca que las regiones del norte tengan una renta disponible más elevada de lo que les correspondería de acuerdo a su producción. Así se desprende de los datos de contabilidad regional publicados esta semana por el INE correspondientes al año 2018.

 En Asturias, el caso más destacado de todos por las pensiones de la minería, la renta disponible de los hogares es un 3% superior a la media nacional (medido en términos per cápita). Sin embargo, el PIB per cápita producido por la región es nada menos que un 12% inferior a la media nacional. Esto hace que la comunidad cuente con unos recursos más elevados de los que genera, gracias básicamente a las transferencias estatales de las pensiones.

La brecha entre renta disponible y PIB per cápita de Asturias es la más elevada de España, pero se repite en todas las comunidades del norte. (...)

El gran riesgo para las provincias envejecidas estará en la tercera gran despoblación, que ocurrirá cuando la generación de pensionistas empiece a morir. En ese momento perderán una gran inyección de renta, lo que supondrá un gran desafío económico. Hasta entonces, las pensiones garantizarán los ingresos de la generación que se jubile. (...)"                    (Javier G. Jorrín, Cotizalia, 19/12/20)

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