30.11.21

Las tres comunidades con más incidencia abordan la enésima ola con los rastreadores bajo mínimos... el rastreo es la herramienta más útil en el contexto actual, por encima de las restricciones generalizadas o la implantación del certificado covid como obligatorio para acceder a interiores

 "Los rastreadores son importantes. Aun con la excepcionalmente buena situación contra el covid-19 en España en comparación con el resto de continente gracias al 80% de la población vacunada, la trazabilidad de los casos y la identificación de los contactos de un positivo sigue siendo importante para contener lo máximo posible la pandemia y, en última instancia, evitar muertes. 

Tanto de vacunados como de no vacunados: los últimos datos de Sanidad muestran que, si bien la probabilidad de contagiarse y enfermar es hasta 25 veces mayor en los que no están inmunizados, la enfermedad sigue afectando a los que sí lo están, sobre todo a mayores y con comorbilidades, porque los productos anti-covid no son perfectos.

Los expertos consideran que el rastreo es, en primer lugar, la herramienta más útil en el contexto actual, por encima de las restricciones generalizadas o la implantación del certificado covid como obligatorio para acceder a interiores. Y, en segundo lugar, una herramienta mucho más valiosa en contextos de baja incidencia, porque es más fácil controlar los brotes y evitar cuanto más tiempo posible mejor la transmisión comunitaria.

Así lo explicaron en este artículo varios epidemiólogos. "Es una equivocación abandonar el rastreo. Estas medidas de salud pública clásicas hay que hacerlas siempre, hay que seguirlas haciendo, para no volver a la transmisión comunitaria", declaraba el portavoz de la Asociación Madrileña de Salud Pública (Amasap) Fernando García. "Sobre todo en los momentos de incidencia baja es cuando más impacto puede tener un buen sistema de rastreo. Precisamente ahora, para controlar que la transmisión no se dispare, es importante", asegura el epidemiólogo Mario Fontán.

Sin embargo, las decisiones de muchas comunidades, y en especial de las más afectadas por esta leve sexta ola, han sido las contrarias: aumentar la plantilla cuando el virus aprieta y desmantelarla cuando amaina. Así lo han hecho las tres regiones con más positivos en relación a su población durante este mes: Aragón, Euskadi y Navarra. Los Gobiernos de las dos primeras no han contestado a las preguntas de infoLibre, pero esta "reestructuración" ha sido confirmada por las declaraciones de trabajadores y sindicatos sanitarios.

Otras comunidades con una situación más benigna, como la Comunitat Valenciana, también han tomado decisiones similares. Muchas han prescindido de los efectivos militares que pone a disposición el Ministerio de Defensa: como confirman fuentes del gabinete de Margarita Robles, Andalucía, Canarias, Ceuta y Melilla devolvieron profesionales entre octubre y noviembre, y Aragón, Asturias, Baleares, Castilla-La Mancha, Cataluña, Extremadura, Madrid, Región de Murcia, Euskadi y Comunitat Valenciana ya no contaban con ninguno de estos trabajadores a fecha de 29 de octubre.

Se da también la circunstancia de que Aragón, Euskadi y Navarra, donde la pandemia aprieta en cuanto a nuevos casos, tienen un nivel de positividad (positivos en relación a test realizados) por encima del 5%, lo que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que el episodio no está controlado y que se necesita más vigilancia epidemiológica. La carencia, además, sobrecarga aún más a la Atención Primaria de Euskadi y Aragón, según denuncian sus sanitarios. Tienen que encargarse de atender, de testear, de poner la tercera dosis de la vacuna anti-covid, la primera contra la gripe... y además, de rastrear lo que no rastrean los rastreadores. (...)"                  (Javier martínez, InfoLibre, 25/11/21)

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