22.4.25

Harvard demanda al gobierno de Trump por amenazas de recortar su financiación... Harvard una lista de exigencias que incluía nombrar a un supervisor externo que se asegurara de que los departamentos académicos tuvieran “diversidad de puntos de vista”... Alan M. Garber, rector de Harvard, acusó al gobierno de intentar ejercer un “control indebido y sin precedentes”... La demanda, presentada ante un tribunal federal de Massachusetts, acusa al gobierno de desencadenar un amplio ataque como “palanca para hacerse con el control de la toma de decisiones académicas en Harvard”... Utilizando las acusaciones de antisemitismo como arma, el gobierno de Trump ha amenazado con investigar a decenas de universidades, y ya ha tomado medidas para retener miles de millones de fondos federales de varias de ellas, como Columbia, Cornell, Northwestern y Princeton... La demanda, de 51 páginas, acusaba al gobierno de Trump de burlarse de la Primera Enmienda al intentar restringir lo que el profesorado de Harvard podía enseñar a los alumnos. “El aula es peculiarmente el ‘mercado de ideas’ que la Primera Enmienda está diseñada para salvaguardar”, argumenta la demanda, citando una opinión de la Corte Suprema de 1969 que defiende los derechos de la Primera Enmienda de los estudiantes de secundaria... En el campus, los estudiantes reaccionaron extasiados al correo electrónico de Garber anunciando la demanda (Stephanie Saul, The New York Times)

 "La demanda de Harvard se produce después de que el gobierno de EE. UU. intentara obligar a la universidad a cumplir una lista de exigencias mediante el recorte de miles de millones en fondos federales que recibe la institución.

Harvard, la universidad más rica del mundo, demandó el lunes al gobierno del presidente Donald Trump, en un contraataque a sus amenazas de recortar miles de millones de dólares de la financiación de investigación de la escuela como parte de una cruzada contra las mejores universidades del país.

La demanda es señal de una importante escalada en la actual lucha entre la enseñanza superior y el presidente Trump, quien ha prometido “recuperar” las universidades de élite. El gobierno ha presentado su campaña como una lucha contra el antisemitismo, pero también ha atacado los programas y la enseñanza relacionados con la diversidad racial y las cuestiones de género.

A principios de este mes, envió a Harvard una lista de exigencias que incluían auditar a los profesores en busca de plagios, informar al gobierno federal de cualquier estudiante internacional acusado de conducta indebida y nombrar a un supervisor externo que se asegurara de que los departamentos académicos tuvieran “diversidad de puntos de vista”.

En una declaración el lunes, Alan M. Garber, rector de Harvard, acusó al gobierno de intentar ejercer un “control indebido y sin precedentes”. Garber dijo que las consecuencias de las acciones del gobierno serían “graves y duraderas”.

El gobierno de Trump ha afirmado que Harvard y otras escuelas han permitido que el lenguaje antisemita y el acoso permanezcan sin control en sus campus. La demanda del lunes señalaba que el gobierno había citado la respuesta de la universidad al antisemitismo como justificación de su “acción ilegal”.

Garber, en su declaración, dijo que “como judío y como estadounidense, sé muy bien que existe una preocupación válida por el aumento del antisemitismo”. Pero dijo que el gobierno estaba legalmente obligado a dialogar con la universidad sobre la forma en que luchaba contra el antisemitismo. En cambio, dijo, el gobierno ha intentado controlar “a quién contratamos y qué enseñamos”.

La demanda, presentada ante un tribunal federal de Massachusetts, acusa al gobierno de desencadenar un amplio ataque como “palanca para hacerse con el control de la toma de decisiones académicas en Harvard”. También hace referencia a otras grandes universidades que se han enfrentado a abruptos recortes de financiación.

La demanda nombra como demandados a Robert F. Kennedy Jr., secretario de Salud y Servicios Humanos; Linda McMahon, secretaria de Educación; Stephen Ehikian, administrador en funciones de la Administración General de Servicios; la fiscala general Pamela Bondi; y varios otros funcionarios del gobierno.

“La mina de oro de las ayudas federales a instituciones como Harvard, que enriquecen a sus burócratas excesivamente sobrepagados con el dinero de los impuestos de las familias estadounidenses en apuros, está llegando a su fin”, escribió Harrison Fields, portavoz de la Casa Blanca, en un comunicado enviada por correo electrónico en respuesta a la demanda.

Y añadió: “Los fondos de los contribuyentes son un privilegio, y Harvard no cumple las condiciones básicas requeridas para acceder a ese privilegio”.

En la última semana, el gobierno de Trump también ha amenazado con eliminar los visados para los estudiantes internacionales de Harvard, después de que la universidad se negara a acceder a sus exigencias.

Y los funcionarios del gobierno están planeando congelar otros 1000 millones de dólares en fondos de investigación para Harvard, según dos funcionarios del gobierno que hablaron bajo condición de anonimato. Los funcionarios dijeron que la financiación procedía principalmente de los Institutos Nacionales de Salud, que es la principal agencia nacional de investigación biomédica y de salud pública.

Los funcionarios de Harvard han dicho que el congelamiento de la financiación tendrá un impacto significativo en la Escuela de Salud Pública TH Chan, que recibe casi la mitad de su presupuesto total de subvenciones federales para investigación. La escuela anunció importantes recortes presupuestarios la semana pasada.

Utilizando las acusaciones de antisemitismo como arma, el gobierno de Trump ha amenazado con investigar a decenas de universidades, y ya ha tomado medidas para retener miles de millones de fondos federales de varias de ellas, como Columbia, Cornell, Northwestern y Princeton.

El 14 de abril, en una carta, Harvard notificó al gobierno que se negaría a cumplir exigencias que, según dijo, eran ilegales. Esto llevó al gobierno de Trump a congelar la financiación. El congelamiento dio lugar a órdenes inmediatas de suspensión del trabajo, que afectaron los proyectos de investigación de la universidad financiados con fondos federales que estudian la tuberculosis, la ELA y el envenenamiento por radiación.

“La universidad no renunciará a su independencia ni a sus derechos constitucionales”, escribió Garber en un mensaje dirigido a la comunidad este mes.

La carta de Harvard del 14 de abril respondía a una lista de exigencias que un grupo de trabajo sobre antisemitismo, nombrado por el gobierno de Trump, había presentado a Harvard tres días antes. Algunos miembros del gobierno habían dicho que la lista de exigencias se había enviado por error. Pero el lunes, Garber dijo que “sus acciones sugieren lo contrario”.

La demanda, de 51 páginas, acusaba al gobierno de Trump de burlarse de la Primera Enmienda al intentar restringir lo que el profesorado de Harvard podía enseñar a los alumnos. “El aula es peculiarmente el ‘mercado de ideas’ que la Primera Enmienda está diseñada para salvaguardar”, argumenta la demanda, citando una opinión de la Corte Suprema de 1969 que defiende los derechos de la Primera Enmienda de los estudiantes de secundaria.

La demanda también argumenta que el gobierno “no puede identificar ninguna conexión racional entre las preocupaciones por el antisemitismo y la investigación médica, científica, tecnológica y de otro tipo que ha congelado y que pretende salvar vidas estadounidenses”.

Algunos miembros del profesorado que habían instado a Harvard a resistirse a la intromisión del gobierno expresaron su entusiasmo por la decisión de la universidad de demandar.

Ryan Enos es un profesor de ciencias políticas que ayudó a redactar una carta, firmada por más de 800 miembros del profesorado, en la que se imploraba a la universidad que luchara contra las exigencias de Trump en los tribunales. Dijo que la decisión de Harvard de demandar “debería ser una señal más amplia, no solo para la educación sino para la sociedad civil, de que lo que está haciendo el gobierno de Trump es ilegal”.

En el campus, los estudiantes reaccionaron extasiados al correo electrónico de Garber anunciando la demanda.

Lorenzo Ruiz, estudiante de segundo año de Texas, dijo que el nivel de espíritu de la escuela era igual al orgullo que los estudiantes de Harvard muestran durante el partido de fútbol anual de la escuela contra Yale. “La universidad realmente ha conseguido aprovechar e inspirar no solo el apoyo de los estudiantes, sino de un segmento enorme de la nación que está profundamente preocupado por la intromisión federal”, dijo.

Ted Mitchell, presidente del Consejo Americano de Educación, una gran asociación de universidades, dijo: “Aplaudimos a Harvard por dar este paso y esperamos una declaración clara e inequívoca del tribunal que repruebe los esfuerzos por socavar la erudición y la ciencia”.

Para representar a la universidad, Harvard recurrió a dos abogados vinculados a Trump y al gobierno. Uno de ellos, William Burck, ha sido asesor externo de ética de la Organización Trump. El otro, Robert Hur, trabajó en el Departamento de Justicia durante el primer mandato de Trump. Hur también fue nombrado asesor especial para investigar el manejo de documentos clasificados por parte del presidente Joe Biden.

El litigio de Harvard coincidía con el planteamiento que muchos funcionarios de la enseñanza superior y abogados no afiliados a la universidad habían esperado en los últimos días.

En muchos aspectos, la demanda de Harvard se centra intensamente en su opinión de que la pretensión del gobierno de Trump de imponerse en el campus viola la Primera Enmienda. Pero la universidad también acusa a detalle al gobierno de haberse saltado los plazos y procedimientos establecidos desde hace tiempo para las disputas sobre cuestiones de derechos civiles.

Los funcionarios de Harvard parecen confiar en que las tácticas del gobierno conducirán el caso hacia una resolución rápida. La demanda de la universidad incluye una petición al Tribunal Federal de Distrito de Massachusetts para que dicte una orden que “acelere la resolución de esta acción”.

( , The New York Times, 22/04/25)

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