"Los límites de la amistad
Donald Trump demuestra una y otra vez a los líderes extranjeros que confiar en las relaciones amistosas carece de sentido. Recientemente, India, Canadá, Ucrania y Brasil descubrieron que, contrariamente a lo esperado, Trump no se deja influir por vínculos históricos ni por intereses comunes a largo plazo. Los tratará como adversarios si ello le reporta una ventaja inmediata. Ahora México se une a la lista.
Trump lleva mucho tiempo con la idea de perseguir a los narcotraficantes en México. The New York Times informa que ha firmado una directiva secreta al Pentágono que podría llevar al despliegue de fuerzas aéreas y terrestres estadounidenses en México u otros países, con el pretexto de combatir el terrorismo, una designación que el Departamento de Estado comenzó a utilizar una vez que Trump asumió el cargo. Como mínimo, la orden de Trump plantea numerosas cuestiones legales, prácticas y de política exterior, tales como la intervención armada en otro país, la falta de autorización o incluso consulta del Congreso, el asesinato de civiles en el extranjero y el uso de las fuerzas armadas en lugar de las agencias de aplicación de la ley para luchar contra el narcotráfico.
Lo más relevante es la oposición del país objetivo, México en este caso. Su presidenta, Claudia Sheinbaum, es inflexible en este tema. “Estados Unidos no va a venir a México con el ejército.” Cooperamos, colaboramos, pero no va a haber una invasión. Eso está descartado, absolutamente descartado”, dijo. Tampoco una invasión estadounidense "forma parte de ningún acuerdo, ni mucho menos", añadió. “Cuando se ha planteado, siempre hemos dicho que no.” En abril rechazó la solicitud de Trump de permitir que las fuerzas estadounidenses ingresaran a México para atacar a los cárteles de la droga. Está claro que Trump no acepta un "no" por respuesta.
Una política agresiva hacia Latinoamérica
El precedente del envío de tropas estadounidenses en 1989 para arrestar al líder panameño, Manuel Noriega, por cargos de narcotráfico, es instructivo. La Asamblea General de las Naciones Unidas condenó la invasión como una “flagrante violación del derecho internacional”. Sin embargo, el ejército estadounidense ha participado en operaciones antidrogas durante años, aunque generalmente en cooperación con gobiernos latinoamericanos, incluido el de México. Ahora, el Secretario de Estado Marco Rubio afirma el derecho de la administración "a utilizar otros elementos del poder estadounidense, las agencias de inteligencia, el Departamento de Defensa, lo que sea, para atacar a estos grupos si tenemos la oportunidad de hacerlo". Aquí no se menciona la participación del Congreso ni la necesidad del consentimiento del país objetivo. Es posible que la administración actúe unilateralmente de la misma manera que asesinó al comandante militar iraní, el general de división Qassem Soleimani, en un ataque con dron estadounidense en enero de 2020.
Es altamente improbable que las oficinas legales del Pentágono intenten frenar tales acciones unilaterales. Las oficinas de los asesores jurídicos y los auditores de justicia se han debilitado tanto bajo el mandato de Trump que es probable que el secretario de Defensa, Pete Hegseth, que insiste en unas fuerzas armadas más musculosas, ignore las directrices legales.
La muy cuestionable designación de pandillas mexicanas y venezolanas como grupos terroristas se inscribe en una política hacia Latinoamérica que presenta cualquier situación indeseable como una amenaza a la seguridad nacional, justificando así las acciones ilegales de Estados Unidos. Esas acciones incluyen la exigencia de que Brasil abandone el juicio contra el líder golpista Jair Bolsonaro o se enfrente a aranceles del 50%, las deportaciones de presuntos pandilleros a El Salvador sin el debido proceso legal, el embargo en curso contra Cuba y la recompensa de 50 millones de dólares por la captura del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro. Estas últimas amenazas de invasión revelan una política latinoamericana puramente negativa y agresiva que provocará reacciones airadas en gran parte de la región, donde los temores al Coloso del Norte siguen muy vivos.
¿Está Trump faroleando?
Trump puede estar faroleando, pero con sus políticas económicas en serios problemas y el caso Epstein sin resolverse, creo que es totalmente posible que actúe impulsivamente en México. La política de distracción ya está en marcha, sin importar que la cooperación de México en materia de migración y los cárteles de la droga haya sido efectiva. Hasta la directiva de Trump, según se informa, sus funcionarios creían que las relaciones con Estados Unidos estaban mejorando. El embajador de Estados Unidos en México, Ronald Johnson, dijo en julio que la gran reducción del flujo de drogas y de los cruces fronterizos se debía a "una frontera segura" y a "una mayor colaboración entre Estados Unidos y México".
Esa colaboración desaparecerá con una invasión. “Si Estados Unidos hace esto sin el consentimiento de México, la relación retrocederá cien años”, dijo Todd Robinson, quien fue subsecretario de Estado para asuntos internacionales de narcóticos y aplicación de la ley en la administración Biden. Los mexicanos deberían saber que no pueden confiar en un presidente estadounidense que ignora los hechos y no tiene reparo en cambiar de política de la noche a la mañana."
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