“Se da hoy en España un cambio socioeconómico con repercusiones electorales. El Norte pierde empuje y es menos atractivo para los nuevos españoles, que se decantan por el Levante. Desde 1977 hasta hoy, 20 escaños han cambiado de circunscripción, afectando a 29 provincias: 17 de ellas han perdido 1 o 2 representantes, y 12 los han ganado. Las provincias perdedoras se sitúan en el Norte y en el interior. Son las cuatro provincias gallegas, Asturias, León, Vizcaya, Guipúzcoa, Soria, Zaragoza y Barcelona, en el norte; y Zamora, Cáceres, Badajoz, Cuenca, Jaén y Córdoba, en el interior.
En cambio, las ganadoras están en la costa que va del cabo de Creus a Ayamonte -Gerona, Tarragona, Valencia, Alicante, Murcia, Almería, Málaga y Cádiz-, en el área del Gran Madrid -Madrid y Toledo-, y en los archipiélagos -Baleares y Cana-rias-. Por comunidades, han ganado escaños Andalucía, Baleares, Canarias, Madrid, Murcia y Valencia; han perdido Aragón, Asturias, Castilla y León, Extremadura, Galicia y País Vasco; y se quedan igual Cantabria, Castilla-La Mancha, Cataluña, Navarra,
En consecuencia, a partir de ahora, la dialéctica política española se manifestará en la confrontación entre dos polos de poder: el centro -el Gran Madrid- y la periferia -Cataluña, Valencia, Murcia, Andalucía, Galicia y País Vasco-, comunidades a las que pueden unirse Baleares y Canarias. Este nuevo escenario supone la superación de las dos dialécticas clásicas vigentes hasta ahora: la dialéctica derecha-izquierda y la dialéctica nacionalismo español-nacionalismos catalán y vasco.
De lo dicho resulta que, en esta España cada día más homogénea social y económicamente, en la que apunta una nueva dialéctica política entre el centro -el Gran Madrid- y las comunidades de la periferia, reviste aún mayor urgencia afrontar el tema de la estructura territorial del Estado.” (JUAN-JOSÉ LÓPEZ BURNIOL: La dialéctica centro-periferia. El País, ed. Galicia, Opinión, 28/04/2008, p. 35)
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