17.3.09

La causa, el incremento de las desigualdades sociales, provocado por un cambio estructural del capitalismo

"Reparemos si no en la cadena causal que presentamos a continuación en forma de aforismos:

- La crisis financiera, que es la que ha provocado la tan mentada pérdida de confianza de los actores económicos, no se habría producido sin el estallido de la denominada burbuja inmobiliaria.

- No habría existido una burbuja inmobiliaria si la concesión de crédito por parte de los bancos y otras instituciones financieras no hubiera sido tan alegre (con el beneplácito de las autoridades monetarias).

- El crédito no hubiera sido tan fácil si los tipos de interés no hubieran estado tan bajos.

- Los tipos de interés no habrían caído tanto sin el exceso de liquidez (Emilio Botín) o el exceso de ahorro (Martin Wolf) que hemos conocido en la última década.

- No se habría producido ese exceso de ahorro si el aumento de las desigualdades no hubiera dejado tanto dinero en manos de quienes, por tener ya mucho, no pueden gastárselo. Y si las aventuras bélicas de los EE UU de Bush no hubieran propiciado a partir de 2003 un aumento explosivo del precio del petróleo que ha engordado las arcas de los jeques árabes -y de los clubes de fútbol ingleses- a costa de ponernos en apuros a todos los demás.

¿Resulta convincente el razonamiento que hemos tratado de resumir en esos cinco aforismos?

Pues falta lo más importante. (...)

¿Cómo ha influido la incorporación a la economía mundial de esos trabajadores en el aumento de las desigualdades? Dado el nivel de desarrollo del que partían China e India y el atraso tecnológico de los países del bloque soviético respecto a los occidentales, la incorporación de los trabajadores de esos países a la nueva economía mundial se ha traducido en un fuerte empeoramiento de la posición negociadora de los trabajadores del mundo desarrollado, obligados a competir con los bajos salarios (y las estructuras políticas autoritarias) de esas zonas del mundo; lo que explica el incremento de las desigualdades en los países avanzados. (...)

La utilidad de estas reflexiones es que nos permiten vincular la crisis financiera, no con factores morales tales como la codicia de los banqueros o cosas parecidas, sino con las transformaciones estructurales que se están produciendo en la economía mundial. Aunque este nexo no hará probablemente más felices a nuestros responsables políticos, que se enfrentan, no a un problema (cómo salir de una recesión momentánea provocada por el estallido de las burbujas inmobiliaria y financiera), sino a dos o más (qué hacer con la creciente desigualdad, cómo afrontar la competencia de los países con bajos salarios, etc.). Y a dos escenarios, uno local y otro planetario. Con la consiguiente complejidad política y técnica de las medidas a adoptar." (MARIO TRINIDAD: Cinco aforismos sobre la crisis. (El País, ed. Galicia, Opinión, 18/02/2009, p. 25 )

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