3.12.09

¿Por qué los bancos no prestan dinero a las empresas solventes?

"Ahora, ante el desplome de la actividad inmobiliaria, los bancos y cajas españolas se enfrentan al posible impago de una gran parte de esos créditos. Y para paliar en parte ese problema, las entidades financieras están renegociando los créditos, aplazando los pagos y adjudicándose los inmuebles, a la espera de que el mercado se recupere pronto.

Sin embargo, nada hace prever esa recuperación rápida del mercado, pues ésta sólo se daría si bajasen los precios y se reactivase el crédito a los particulares y a las empresas.

Todo lo contrario a lo que estamos observando; los precios no bajan lo suficiente porque eso representaría enormes pérdidas para la banca, vía provisiones o impagos por quiebras de promotores, y se está intentando diluir ese efecto en varios ejercicios; y el crédito no fluye porque, ante el temor a esas pérdidas, se ha pasado de una evaluación muy laxa del riesgo en la época de la burbuja inmobiliaria a otra radicalmente contraria de adversión al mismo. Además, pudiendo tomar dinero prestado del Banco Central Europeo al 1% y colocarlo en Letras del Tesoro o en bonos corporativos al 3%, a cualquiera se le antoja más ventajoso este negocio que el de prestar dinero con la incertidumbre de no saber si lo van a devolver.

Hubiera sido mejor que el Estado ayudara a los bancos y cajas cubriendo sus posibles pérdidas, como se ha hecho en otros países, y que los activos inmobiliarios bajasen de precio a unos valores asumibles por el mercado. Hace poco, Banesto ponía a la venta su cartera de pisos con unos descuentos cercanos al 40%; por ahí deben de estar los precios para que se vuelva a reactivar el mercado.

Días atrás, el Banco de España realizaba un ejercicio teórico calculando a cuánto ascendería la pérdida en los balances de los bancos en el supuesto de que se produjera una depresión máxima del 40% en los préstamos que tienen concedidos a los promotores y particulares relacionados con la actividad inmobiliaria, cifrándola en 130.000 millones de euros (sobre un pasivo total de la cartera inmobiliaria de 329.000 millones de euros), que afectaría de manera heterogénea a cada entidad, en función de su deuda, sus provisiones, la gestión que realice de su morosidad, etcétera. Dependiendo de la depreciación real del mercado inmobiliario, nos acercaremos más o menos a ese 40% extremo. Hasta ahora se están evitando esas pérdidas o asumiendo una parte pequeña de las mismas, esperando que el mercado se recupere, con el inconveniente añadido de que el crédito no fluye con normalidad a las familias y a las empresas.

Sería bueno recordar que el mercado bursátil se hundió en el verano de 2008 y sólo comenzó a recuperarse en marzo de este año; entre tanto, perdió en capitalización cerca de 350.000 millones de euros, casi la mitad de lo que valía al principio de ese periodo. Gracias a esa caída, en tan sólo un año empezó la recuperación. En plena burbuja, los precios de los inmuebles subieron más de lo deseable, y ahora, en una etapa depresiva, bajan menos de lo necesario." (JOSÉ BOADA BRAVO: De empresarios, banqueros, sindicatos...; El País, Negocios, 22/11/2009, p. 19)

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