"(...) La ley del suelo parece solo el terreno sobre el que germina la
burbuja con un fertilizante desconocido hasta entonces: el euro. La
implantación de la nueva moneda común en España trajo consigo también la
llegada de unos tipos de interés a la alemana, por debajo del 5%.
El
crédito empezó a fluir y los bancos españoles vieron el negocio. Ya no
había que acudir trajeado al banco para pedir dinero. El banco acudía a
uno para convencerle de que lo mejor que se podía hacer con los ahorros
era comprarse una casa.
Aunque la ley del suelo no fuera determinante en la creación de la
burbuja, el Gobierno de Aznar sí ayudó a crear la burbuja. En 1999 se
eleva la deducción por compra de vivienda habitual. Los propietarios
pueden desgravarse más en la declaración de la renta. La cantidad total
se duplica y los españoles se desgravan ese año 3.488 millones de euros,
duplicando así la cantidad del año anterior.
Hay liquidez y los bancos quieren prestar para ganar más. El
supercrédito vivienda, la hipoteca remunerada, la hipoteca abierta.
Surgen multitud de productos que venden felicidad, bienestar y lujo para
todos.
“El dinero nos hace libres, construye sueños, te hace estar
donde está el dinero, te ayuda a ser lo que quieras ser, nos hace
jóvenes, guapos, el dinero no da la felicidad pero ayuda”. Eran los
mensajes que lanzaba en un anuncio la caja de ahorros Caja Madrid.
“La
auténtica crisis fue del 97 al 2007, una crisis de valores, el inicio de
la opulencia y de la tragedia de muchas familias”, comenta Navas.
Los bancos hicieron algo más que dar préstamos a familias. Se
asociaron con los constructores y los promotores inmobiliarios y
comenzaron a financiar la compra de suelo y la construcción de viviendas
a gran escala. Cualquier sitio era bueno, daba lo mismo que fuese una
promoción de viviendas en Madrid o una nueva ciudad de miles de
viviendas en un erial cerca de Seseña. (...)" (Por Mónica Ceberio, Álvaro de Cozar, El País, En la calle)
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