"(...) El eurogrupo anunció la pasada semana que España ya no necesitará una extensión del programa de rescate de la banca. (...)
Sin embargo, Fabra, un economista que atesora una larga experiencia en
la gestión en el sector eléctrico –fue consejero de la CNE(2005-2011) y
presidente de Red Eléctrica de España (1988-1997), considera, en una
entrevista con Economía Digital, que España podría
haber pedido una prórroga de ese rescate, aunque con otra fórmula.
La
idea de Fabra es que los activos de los bancos no están garantizados
“porque la economía no está creciendo, y si lo hace lo hará muy
lentamente”. Eso quiere decir que “el banco recapitalizado hoy puede
necesitar más capital mañana”.
¿Pero qué salida podría haber? Jorge Fabra lo tiene muy claro: “se debería haber apostado por pedir una línea de crédito llamada precautoria, sin la necesidad imperiosa de utilizarla”. (...)
¿Pero qué salida podría haber? Jorge Fabra lo tiene muy claro: “se debería haber apostado por pedir una línea de crédito llamada precautoria, sin la necesidad imperiosa de utilizarla”. (...)
“Al salir del programa, como se ha dejado que pase también en el caso
de Irlanda, se pierde, en realidad, la posibilidad de solicitar que se
active el programa del Banco Central Europeo de compra de bonos, el
OMT”.
Por tanto, “España debería seguir bajo el paraguas del BCE”, asegura Fabra, al entender que la decisión del Gobierno español, con el acuerdo con la Troika, “es un acto de fe”. La idea gráfica que apunta Fabra es que “no hay red”. Y que la decisión que se ha tomado, al no prorrogar el rescate financiero es “política, necesaria para decir que la operación ha sido un éxito”.
Fabra se queja, incluso, del vocabulario que se utiliza. “Se dice que ha habido un cierre del programa ‘en limpio’, cuando se han quedado muchas cosas por el camino: el 70% de ese rescate, de los 41.000 millones, se da por perdido, no se recuperará; el flujo del crédito no se ha reestablecido; las pruebas de estrés seguirán en 2014, a todas las entidades financieras españolas, y la coyuntura no es favorable, porque Francia y Alemania no dan señales de crecer con vigor”.(...)
Por tanto, “España debería seguir bajo el paraguas del BCE”, asegura Fabra, al entender que la decisión del Gobierno español, con el acuerdo con la Troika, “es un acto de fe”. La idea gráfica que apunta Fabra es que “no hay red”. Y que la decisión que se ha tomado, al no prorrogar el rescate financiero es “política, necesaria para decir que la operación ha sido un éxito”.
Fabra se queja, incluso, del vocabulario que se utiliza. “Se dice que ha habido un cierre del programa ‘en limpio’, cuando se han quedado muchas cosas por el camino: el 70% de ese rescate, de los 41.000 millones, se da por perdido, no se recuperará; el flujo del crédito no se ha reestablecido; las pruebas de estrés seguirán en 2014, a todas las entidades financieras españolas, y la coyuntura no es favorable, porque Francia y Alemania no dan señales de crecer con vigor”.(...)
Con la línea “precautoria”, se tendría “una especie de seguro a todo
riesgo que seguiría presionando la prima de riesgo a la baja, pero sin
forzar las finanzas públicas, porque la idea es que no habría necesidad
de utilizarla, porque los mercados cederían”. (...)" (Manel Manchón, Economía Digital, 21/11/2013)
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