"Hoy se cumplen tres años del evento que nunca ocurrió.
El Gobierno del Partido Popular se ha encargado de repetir hasta la
extenuación que España no fue rescatada, pero, hace tres años, el
Eurogrupo aprobó habilitar un rescate de 100.000 millones de euros para
recapitalizar al sistema financiero, un 10% del PIB del que sólo empleó
41.300 millones.
Era el inicio del verano
de 2012 y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, estaba
desaparecido. Ese fin de semana tenía un evento en su agenda oficial, el
viaje a Gdansk (Polonia) para ver el partido de debut de España contra
Italia en la Eurocopa de Polonia y Ucrania. Con el presidente lejos de
las cámaras, la papeleta le cayó al ministro de Economía, Luis de
Guindos.
Fue él quien anunció, el sábado 9 de junio, pasadas ya las 19:30 horas, que España había sido agraciada
con un "préstamo en condiciones muy ventajosas", en palabras del propio
Guindos. No estaba previsto que se discutiera sobre un rescate al país
en ese Eurogrupo, pero "así son estas cosas", explicó Rajoy al día
siguiente. De esta forma, se convertía en el cuarto país de la eurozona
que recibía asistencia de sus socios, y hasta la fecha, el último.
Ante las críticas por dejar que fuese un ministro quien
anunciase el rescate, el presidente improvisó una comparecencia ante los
españoles a media mañana del día siguiente, domingo 10 de junio. Rajoy
rechazó denominar al acuerdo un rescate, porque "no tiene nada que ver
con las situaciones de otros países, no tiene condicionalidad
macroeconómica, no afecta al déficit", prometió.
Pero, al final, la
tuvo. En el Memorando de entendimiento entre la Comisión Europea y España posterior al rescate aparecía muy claro: "España
deberá cumplir plenamente sus compromisos y obligaciones derivados del
Procedimiento de Déficit Excesivo, así como las recomendaciones para
corregir los desequilibrios macroeconómicos" y, además, "los avances en
el cumplimiento de estas obligaciones de conformidad serán objeto de
estrecha supervisión e irán en paralelo con las revisiones periódicas de
la aplicación del programa".
Tres días después, Bruselas reconoció que el rescate
computaría como parte del déficit público y, con el paso del tiempo, los
españoles confirmarían que las pérdidas del Frob se sufragarían con
dinero público. Lo que ya es imposible de recuperar son los 8.000
millones de Novagalicia o los 12.000 millones de Catalunya Banc,
entidades que ya ha vendido con ese deterioro.
Después de la rueda de prensa, Rajoy viajó a Polonia para asistir al
partido de debut de España en la Eurocopa contra Italia, porque "el
asunto ya está resuelto", explicó, y advirtió a los periodistas: "esto
de que le den a uno 100.000 millones, no es fácil de conseguir". (...)
El rescate al sistema financiero español no calmó a los mercados, todo
lo contrario, la prima de riesgo que se situaba en el entorno de los 528
puntos básicos, se disparó en un mes en más de 100 puntos, hasta el
entorno de los 640 puntos.
La rentabilidad exigida por el mercado al
bono español a 10 años se disparó desde el 6,7% hasta el 7,6% y el
Tesoro llegó a pagar un 6,7% por colocar un bono a 7 años el 19 de
julio. Tampoco la bolsa daba tregua, de los 6.500 puntos pasó a los
5.950 en un mes, un 8,5% que se esfumaba y que ponía más nerviosos a los
inversores.
La calma no llegaría hasta el 26 de julio. En un discurso en Londres,
con motivo de la celebración de los Juegos Olímpicos de 2012, el
presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, pronunció una
de las frases más famosas e importantes para la historia de la unión
monetaria: "Haré lo que sea necesario para salvar al euro y, créanme, será suficiente".
A partir de ese momento, los mercados financieros quedaron anestesiados por el efecto Super Mario,
lo que llevó a las rentabilidades de la deuda de la eurozona a mínimos
históricos y a las bolsas a subir con fuerza. Ni siquiera las tensiones
de Grecia del último medio año han provocado una avalancha en los
mercados financieros, todo ha quedado narcotizado por las inyecciones monetarias del BCE bajo sus distintos programas. (...)" (El Economista, 09/06/2015)
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