"La Unión Monetaria Europea no nació como un diseño de Área Monetaria Óptima (Optimal Currency Area, OCA), es decir, como integración de países, con fluctuaciones y shocks externos parecidos, que se podían beneficiar de una política monetaria común, sino como una necesidad de estabilizar el Mercado Único Europeo, de
resolver un problema de infidelidad (‘free riding’) e inconsistencia
temporal: las devaluaciones competitivas. Italia, cuna del Mercado
Común, era un país campeón en este juego.
Esto es conocido, pero lo es menos que mientras la lira se devaluaba, dando un espaldarazo al made in Italy (y haciendo más costosas sus importaciones), los
italianos –o una parte de ellos– se protegían con una moneda paralela:
los bonos del Tesoro italiano circulaban como la más fiable. El euro
acabó con la lira ‘infiel’ y la necesidad de monedas estables paralelas.
Hay que reconocer que no era un compromiso baladí para Italia: aparte
de ser artillería en las escaramuzas comerciales, la inflación era
también una fuente de ingresos impositivos (el 6,9% de éstos entre 1979 y
1988, según el Fondo Monetario Internacional). Décadas más tarde, la
historia puede repetirse y, como decía Marx, no como tragedia sino como
comedia; eso sí, puede ser una comedia costosa.
Según dicen, la semana pasada el Parlamento italiano aprobó que el
endeudado Estado italiano pueda satisfacer sus pagos –por ejemplo, a
empresas proveedoras– con bonos del Estado (‘mini-bot’).
Evidentemente, no se trata de buscar una moneda paralela más estable que
el euro, paladín de la estabilidad de precios, ni un instrumento
monetario más sensible a las fluctuaciones y shocks del mercado italiano.
No,
se trata de utilizar la imprenta de la deuda italiana, ya que no se
puede utilizar la de los euros. Se trata de volver a la infidelidad (no
reducir la deuda) y la inconsistencia temporal (los bonos del Tesoro con
el ‘spread’ también se devalúan), como un cáncer que reaparece.
Hay que reconocer el ingenio: si la UE no cambia las reglas y siguen llegando cartas amenazadoras, en contra de la voluntad popular, no hará falta hacer el ruido innecesario que el Brexit ha generado; se
puede hacer una salida suave del euro simplemente empezando a emitir
bonos del Tesoro de 50 (o menos) euros y exigir que todos los pagos con
el Estado italiano (impuestos incluidos) se hagan en estos bonos, y así
recuperar la soberanía con ellos (¿ingenio o ingenuidad?).
Posiblemente no va a ser así –al menos de momento– y, una vez más, el
rifirrafe de las cartas de Bruselas acabe con ‘un ajuste de cuentas’
–es decir, con una promesa de maniobra fiscal en la que el déficit
pasaría la revisión anual de la Comisión Europea.(...)
En la Unión Europea se está jugando con fuego interior, cuando ya aparece el humo que anuncia la llegada del fuego exterior. No se solucionan los problemas de fondo cuando más se va a necesitar haberlos resuelto.
La relación deuda soberana sobre Producto Interior Bruto
(‘debt/GDP’) de Italia es del 133,7 %, la segunda más alta de la
‘eurozona’ después de Grecia (del 174,9%); pero mientras la helena
representa el 3,2% de la deuda soberana de la ‘zona euro’, la italiana
equivale al 23,2% (datos de Ameco). Además, Italia es el único país
de esta zona en el que, desde enero de 2018, el coste de endeudarse ha
crecido (el rendimiento de los bonos a 10 años esta al 2,67; en España,
0,71) y su spread es casi 100 puntos más alto que el de España (92). En otras palabras, la
‘eurozona’ no puede jugársela con una crisis de deuda italiana y el
problema, que ya era grave, ha empeorado en los últimos meses.
Sin embargo, la magnitud del problema no le viene del numerador, la deuda, sino del denominador: el Producto Interior Bruto. Italia
apenas crece, es el único país de la ‘eurozona’ en el que la renta ‘per
cápita’ ha caído desde la introducción del euro (-1,2% de 2000 a 2018).
(...) aparte de un sector, relativamente reducido, abierto y competitivo,
Italia no está bien organizada para aprovecharse de las oportunidades
que la economía global del conocimiento ofrece, para aprovechar el
capital natural, cultural y humano que tiene y puede tener. (...)
¿Se puede, y debe, mejorar el marco de la UE y la zona euro
de forma que facilite las reformas italianas (y deshinche la retórica
populista)? ¿Se puede mejorar la gestión de la deuda, incluida la
italiana?
La respuesta a ambas preguntas es positiva, pero requiere
cambios en la eurozona, porque el marco actual es parcial
–depende en exceso del Banco Central Europeo–, limitado y poco creíble:
un país como Italia, dentro del Procedimiento de Desequilibrios
Excesivos que no corrija, puede acabar siendo multado por el Consejo
Europeo hasta en un 0,5% de su PIB. Pero poco se avanza sólo con
amenazas y multas, que de implementarse pueden generar un importante
conflicto en el seno de la eurozona.
Por otra parte, hay un compromiso del Consejo de desarrollar
el Mede (Mecanismo Europeo de Estabilidad, ESM en sus siglas en inglés) y
ésta sería una vía más creíble y fructífera. Al fin y al cabo,
un tercio de la deuda griega esté en este mecanismo, en condiciones
mucho mejores de las que Grecia encuentra en el mercado al tener menor
riesgo. Este último no debiera esperar a que la crisis de la deuda
italiana explotase y ofrecer un contrato para absorber parte de ella.(...)"
(Ramon Marimon . Profesor de Economía en el European University Institute (Florencia) y en la Universitat Pompeu Fabra (Barcelona). Agenda Pública, 04/06/19)
Para conseguir la soberanía financiera y, también, como alternativa a la salida del euro... europeseta electrónica:
Existe una descripción con mucho humor, de economía-ficción, sobre los beneficiosos efectos que se producirían si en Italia, el gobierno impusiera una moneda digital (allá por el 2020), para salir de la quiebra económica y política a la que la permanencia en el euro habría llevado al país. El objetivo se conseguiría rápidamente.
Los únicos perjudicados, los especuladores de la deuda. Ver: J. D. Alt: ‘Europa, 2020: una ucronía iluminadora’. http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=5467 )
Los artículos de Juan José R. Calaza, Juan José Santamaría y Juan Güell muestran con gran claridad las ventajas de una europeseta electrónica de circulación interna:
Existe una descripción con mucho humor, de economía-ficción, sobre los beneficiosos efectos que se producirían si en Italia, el gobierno impusiera una moneda digital (allá por el 2020), para salir de la quiebra económica y política a la que la permanencia en el euro habría llevado al país. El objetivo se conseguiría rápidamente.
Los únicos perjudicados, los especuladores de la deuda. Ver: J. D. Alt: ‘Europa, 2020: una ucronía iluminadora’. http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=5467 )
Los artículos de Juan José R. Calaza, Juan José Santamaría y Juan Güell muestran con gran claridad las ventajas de una europeseta electrónica de circulación interna:
- Para entender la europeseta electrónica. Qué es y, sobre todo, qué no es. Enlace: http://www.farodevigo.es/opinion/2012/12/02/entender-europeseta-electronica/720458.html
- Para salir de la crisis sin salir del euro: España debe emitir europesetas (electrónicas). Enlace: http://www.farodevigo.es/opinion/2011/11/27/salir-crisis-salir-euro-espana-debe-emitir-europesetas-electronicas/601154.html
- Las europesetas electrónicas, complementarias al euro, estimularán el crédito sin efectos colaterales perversos. Enlace: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=165815
Juan Torres insiste en que es necesario emitir una moneda complementaria al euro. Sus artículos:
- Marear la perdiz. Enlace: http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/02/08/andalucia/1360327224_588117.html
- Hay alternativas, incluso dentro del euro. Enlace: http://juantorreslopez.com/publicaciones/hay-alternativas-incluso-dentro-del-euro/ mmmm
Más información en: 'Si Grecia, España, o Andalucía emitiesen una moneda digital, respaldada por la energía solar instalada en sus tejados, alcanzarían la soberanía financiera. La de dar créditos a familias y empresas': http://comentariosdebombero.blogspot.com.es/2014/06/si-una-autonomia-o-una-gran-ciudad.html
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