"(...) Úrsula Von der Leyen ha quedado con Donald Trump en uno de sus
campos de golf en Escocia, a ver si se aquietaría con un impuesto
imperial del 15%; convertido en una buena noticia gracias a la táctica
negociadora del terror naranja. Antes rendía tributo el primer ministro
de su graciosa Majestad, Keir Starmer. Ya nos ha puesto los siguientes
deberes: deportar inmigrantes en masa sin proceso o garantía judicial
alguna y derribar los molinos de viento por sucios y molestos.
Si les hubiera convocado en una subasta de ganado, en la planta de moda joven del Corte Inglés, en la sala de espera de su dentista o en un puticlub también habrían acudido; listos para el servicio y en perfecto estado de revista. Pronto nos citará en las obras de construcción del resort en Gaza y acudiremos con regalos de bienvenida. Como buenos vecinos que tan solo quieren llevarse bien y hacer buenos negocios."
(Antón Losada, eldiario.es, 27/07/25)
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