9.3.23

José Enrique de Ayala (general de brigada retirado): "Preveo que al final lo de Ucrania se quede como un conflicto latente... como se ha quedado enquistado en Georgia con las regiones de Osetia del Sur y Abjasia. Como se ha quedado congelado el conflicto de Transnistria en Moldavia. Sería una solución provisional, pero ya se sabe que las soluciones provisionales son las que más duran... Eso implicaría que seguramente las sanciones seguirían, por lo que Rusia se seguiría deteriorando, también se iría deteriorando la economía mundial, con lo que es una mala solución que, sin embargo, puede ser la más probable... Occidente a dejado a Ucrania sola y lo ha hecho porque es consciente de que si entraba en las operaciones militares se podía desatar la tercera guerra mundial y que podría ser nuclear... La otra opción es: si no pensabas defender Ucrania, haber negociado antes... hay que darle a Putin una salida, entre otras cosas porque tiene un poder nuclear temible. A mí personalmente la neutralidad de Ucrania no me parece mala idea; Finlandia y Suecia ahora se están intentando acercar a la Otan, pero hasta ahora no les ha ido nada mal, y a Austria tampoco. Siempre que se hable de una neutralidad garantizada

 "El general de brigada retirado José Enrique de Ayala Martín es miembro del Consejo Asesor del Observatorio de Política Exterior, del Consejo de Asuntos Europeos y del Consejo de Seguridad y Defensa de la Fundación Alternativas, segundo jefe de la División Multinacional Centro Sur de Irak en 2004 y durante tiempo destinado en el cuartel general de la Otan en Bétera.

Después de meses de conflicto y de varias semanas de guerra, ¿cómo ha ido variando su análisis en este tiempo en función de los hechos? ¿Qué ha sido lo más inesperado?

Yo no esperaba que se produjera la invasión. Ni yo ni Scholz, ni Macron... Parece que los EE.UU. sí lo esperaban, había indicaciones de Inteligencia que raramente se hacen públicas y daban hasta fechas. Pero yo creía que no iba a haber invasión, entre otras cosas porque el propio Putin sostenía hasta el último día que no la iba a haber y que solo quería que se cumplieran unas condiciones que había mandado en diciembre a la Otan y a EE.UU. Estaba claro que no se iban a cumplir porque implicaba el reconocimiento de que Rusia tuviera poder de limitación de la soberanía de otro país.

Una vez convertida en realidad esa inesperada invasión, ¿qué le llama la atención de su evolución, o es una guerra de manual con ataques a infraestructuras comunicaciones, centros de mando, instalaciones militares..?

Empezó atacando así el primer día, y creo que el Estado Mayor ruso pensaba que Kiev iba a rendirse ya con esos ataques considerando que no tienen apoyo militar directo. Esto no ha sucedido, los ucranianos han resistido. Es una resistencia admirable, pero la desproporción es enorme. Lo que está pasando es que se está dando una escalada: en la medida en que Ucrania resiste, Rusia aplica más presión. Así, ha pasado de esos primeros objetivos a ataques sobre la población civil y los edificios y ciudades. Y todavía Rusia no ha empleado toda la potencia que tiene, así que es de esperar que la agresión vaya escalando cada vez más.

¿Cree que Rusia va a asumir las consecuencias internacionales e internas de los bombardeos sobre ciudades?

La idea era tratar de que Ucrania cediera con el menor daño posible y que, al mismo tiempo, la Otan reconociera que Rusia ha vuelto a la esfera internacional, si no como potencia mundial al menos sí regional que debe ser respetada. Pero la resistencia ucraniana le está poniendo en la tesitura de tener que hacer mucho más daño. Él no pensaba hacer tanto daño porque si quiere que algún día ese país, a efectos de influencia, se incline de su parte, así amigos no está haciendo. La destrucción de Kiev supondría un punto de no retorno, Ucrania nunca volvería a tener relaciones con Rusia. Si quisieran, teniendo su superioridad aérea, podrían haber destruido Kiev por completo, como hicieron con Grozni en Chechenia o con Alepo en Siria. No han querido hacerlo así porque quieren guardar bazas para forzar la negociación, ya que una destrucción tan brutal agravaría la enemistad internacional.

¿Un ataque como el que describe sobre Kiev podría hacer cambiar el criterio de EE.UU. y la UE de no poner botas en Ucrania?

No lo creo. Occidente a dejado a Ucrania sola y lo ha hecho porque es consciente de que si entraba en las operaciones militares se podía desatar la tercera guerra mundial y que podría ser nuclear. Había otras posibilidades. Se podría haber plantado cara desde el principio, haber desplegado unidades militares de la Otan en la frontera con Rusia y veríamos a ver si entonces se hubiera atrevido, porque habría sido Rusia quien atacaba a la Otan y eso es jugar con fuego. La otra opción es: si no pensabas defender Ucrania, haber negociado antes.

Se supone que esas negociaciones las hubo previamente a la guerra, pero da la sensación de que la UE ha estado un poco ausente de ellas pese a lo que se jugaba. ¿Ha ninguneado EE.UU. a la UE?

Rusia ha ninguneado a la UE, a pesar de económicamente es su primer socio comercial, es esencial para Rusia. Pero la considera país por país, no le interesa considerar a la UE como una unidad. Putin se dirigió siempre a EE.UU. y a la Otan. La única vez que se dirigió a la UE lo hizo individualmente a cada país. Cuando Josep Borrell contestó en nombre de toda la UE, le pareció humillante; quería que contestaran individualmente todas las cancillerías a las que se había dirigido. EE.UU. no ninguneó a la UE, recibió las peticiones de Rusia y consultó con algunos países; pero no fue iniciativa de EE.UU. no consultar con la UE, fue iniciativa de Putin. Y no hubo una negociación como tal, solo hubo un cruce de cartas: Putin las mandó con sus exigencias a la Otan y a EE.UU, ambos respondieron que no se podían aceptar sus peticiones y ofrecieron abrir unas negociaciones sobre controles de armamento, medidas de confianza y otros aspectos. Putin contesto que no era suficiente e inició la invasión.

 

Hablando de esas condiciones de Putin, todo el mundo parece haber asumido ahora que deben ser la base de la solución. De hecho, Ucrania ya ha confirmado que renuncia a entrar en la Otan, que era una de las peticiones fundamentales. También se habla del reconocimiento de Crimea y la autonomía del Donbas como una de las salidas que se le pueden ofrecer a Rusia. Al final, va a conseguir sus objetivos principales.

Efectivamente, hay que darle a Putin una salida, entre otras cosas porque tiene un poder nuclear temible. A mí personalmente la neutralidad de Ucrania no me parece mala idea; Finlandia y Suecia ahora se están intentando acercar a la Otan, pero hasta ahora no les ha ido nada mal, y a Austria tampoco. Siempre se habla de una neutralidad garantizada: este país es neutral pero si usted lo toca vamos a intervenir, que es justo lo contrario de lo que se ha hecho, que es decir que no vamos a intervenir pero no va a ser neutral. Segundo punto, Crimea: Crimea no va a volver a Ucrania, hay que ser realistas. Crimea ha sido siempre rusa, tiene una mayoría rusa y simplemente se la cedieron a Ucrania en 1954 en el marco de la URSS por razones prácticas administrativas. Rusia luego reconoció las fronteras, pero era un momento de debilidad extrema en el que no podía hacer otra cosa. Pero Crimea nunca se ha sentido parte de Ucrania. Y el resto es lo que veo más complicado, porque cuando Rusia está hablando de la independencia de Donetsk y Lugansk no se sabe si está hablando de las repúblicas tal como eran antes de la guerra, que era una tercera parte de esas provincias, o de reconocer las provincias completas, que es de lo que hablan las constituciones de esas repúblicas autoproclamadas. Y hay otros territorios en los que en 2014 también hubo movimientos en el Maidan, como Odesa, que seguramente podrían seguir la misma suerte.

¿Cree que por ahí vendrá la salida a esta guerra?

Ucrania no va a admitir nunca que se le quite parte de su territorio, Crimea aparte.  Si Rusia insiste en el tema del Donbas, la situación se puede quedar enquistada, como se ha quedado enquistada en Georgia con las regiones de Osetia del Sur y Abjasia. Como se ha quedado congelado el conflicto de Transnistria en Moldavia. Sería una solución provisional, pero ya se sabe que las soluciones provisionales son las que más duran. No sería una paz que permitiera a Europa volver a estar tranquila.

Eso parece clave: aunque se llegara incluso a alguna solución de este tipo, ¿qué le asegura a Occidente que Rusia no volverá a atacar mientras Putin siga al mando? ¿No se mezclan un poco la geoestrategia y la historia de la gran Rusia con un componente de personalismo?

No, esto es una visión un poco periodística. No se puede achacar lo que sucede a una sola persona. Por supuesto, la personalidad del líder influye, pero no es una sola persona. Rusia es muy nacionalista: la composición de la Duma es muy nacionalista, empezando por Rusia Unida, que apoya a Putin y tiene más de dos tercios de los escaños; pero el resto, empezando por el Partido Comunista, también son casi todos nacionalistas; solo hay uno, Rusia Justa, que no lo es. Es verdad que las elecciones son de aquella manera, pero en general los rusos son nacionalistas. Coloquialmente se presenta a este señor como que fue de la KGB y que es imprevisible y todo eso, y la personalidad del líder influye, pero no lo saquemos de contexto.

Entonces, esta salida de la que se habla de que la presión internacional ejerza a su vez tal presión interna que sea el propio sistema ruso el que acabe con Putin tampoco parece muy realista.

Efectivamente, es un poco eso que se llama pensamiento mágico. Los oligarcas efectivamente apoyan a Putin y puede que ahora no lo apoyen tanto porque están perdiendo mucho dinero; y el pueblo ruso, que vio con mucha alegría la anexión de Crimea porque siempre la ha considerado rusa, no ve con tanta claridad que esta operación en Ucrania tenga una justificación. A medida que vayan llegando noticias y cadáveres, la población va a estar más incómoda y las sanciones le afectarán más. Pero, dicho esto, así como Moscú o San Petersburgo son ciudades con gente mejor informada y puede tener cierta oposición, la gran Rusia solo se informa por la televisión nacional y esos movimientos de protesta les resultan ajenos, el apoyo a Putin es mayoritario.

No dibuja usted un panorama muy esperanzador...

Lo que digo es que a largo plazo, si esto se prolonga, es posible que la cúpula política, militar y económica tome la decisión de dar un giro, pero necesitaría bastante tiempo y no creo que Ucrania lo tenga.

Centrándose en Ucrania, ¿cuál cree que ha sido el papel de Zelenski en todo esto, porque Occidente lo venera ahora como una especie de superhéroe? ¿Qué responsabilidad ha tenido en lo sucedido?

Zelenski se ha convertido en un símbolo, y lo cierto es que Ucrania ha decidido resistir y no hay nada que objetar. Los acuerdos de Minsk II preveían un estatuto especial de autonomía para las provincias del Donbas; se tenía que modificar la Constitución y dictar una amnistía y hacer unas elecciones. Eso no se hizo nunca, ni por el anterior presidente ni por Zelenski; hubo un pequeño intento de modificar la Constitución pero no se hizo porque en Ucrania hay una gran sentimiento nacionalista que lo impidió, porque se veía como una claudicación. Eso es lo que ha servido de excusa a Putin para invadir. Y digo que es una excusa porque si hubiera querido proteger las provincias del Donbas con haber reconocido su independencia y haber enviado unas unidades rusas bastaba. Pero ha atacado Ucrania porque busca que nunca entre en la Otan y enviar además una advertencia de que Rusia ha vuelto.

¿Rusia ha vuelto realmente, su situación actual, más allá del poderío militar, le permite aspirar a ejercer un papel tan importante como pretende?

Para hacerse una idea, el PIB de Rusia solo es ligeramente mayor que el de España, menor que el de Italia. Aunque tiene 145 millones de habitantes, es una población envejecida y está en decadencia demográfica, en un territorio enorme. Lo que tiene es la potencia militar que hereda de la URSS y moderniza en estos años, y Putin intenta jugar un papel de potencia como mínimo regional. Él está en estos momentos interviniendo también en Siria y en Libia. La capacidad militar es muy importante, la solidez del dominio de EE.UU. sobre el mundo se basa en buena parte en su capacidad militar. El dólar es la moneda que acepta todo el mundo porque está respaldada por el poder enorme de EE.UU. De todos modos, está claro que Rusia no puede jugar en la primera liga como EE.UU. y China. Lo que se plantea ahora es si vamos a empujar a Rusia en brazos de China o, si se llega a una solución en Ucrania y Rusia vuelve a la normalidad, si sería posible intentar de nuevo un acuerdo para una nueva arquitectura de seguridad en Europa.

¿Qué pasa con China? ¿Cree que, como asegura EE.UU. Está dispuesta a apoyar a Rusia incluso militarmente?

La actitud China tiene mucho interés porque tiene muchas facetas. En primer lugar, su política internacional ha tratado de ser siempre, hasta la llegada de Xi Jinping, poco proactiva. Parece que ha cambiado un poquito y que trata de expandirse en el mar de China meridional para asegurar su salida hacia el estrecho de Malaca. Pero su principal preocupación sigue siendo la integridad territorial de China; tienen problemas con Sinkiang, donde está la minoría uigur, con el Tíbet y con Taiwán. Esa obsesión la han trasladado a su política internacional y siempre han defendido la integridad territorial de todos los países y la soberanía. Así que ellos realmente no pueden reconocer la independencia de una parte de Ucrania o que se parta Ucrania en dos. Lo segundo es que a ellos lo que más les interesa es la paz, porque lo que quieren es vender, son la primera potencia económica de mundo y todo lo que sea crisis internacional no les interesa mucho. Eso tienen que conjugarlo con una cierta amistad y cooperación con Rusia establecida en los últimos años. Así que China está ayudando a Rusia a sobrellevar la sanciones de Occidente en el sentido económico y financiero. Pongo en duda que vaya a dar un apoyo militar. De todas formas, las cosas muchas veces no son tan incompatibles como parecen, y le voy a dar una dato: Occidente está pagando a Moscú 700 millones de dólares diarios ahora mismo por el gas y el petróleo, al mismo tiempo que damos armas a Ucrania. Por eso digo que China podría dar a Rusia algún tipo de suministro logístico sin prejuicio de que al mismo tiempo estuviera presionando a Moscú para que el conflicto acabe lo antes posible.

Describe usted un auténtico avispero. ¿Confía en que no se le vaya la cabeza a alguien en medio de todo esto y use armas nucleares, aunque sean solo bombas tácticas de poco potencia?

Espero que no estemos tan locos, pero hay un peligro. Yo no soy de los que piensan que Putin está loco y es un paranoico, creo que hay un sistema, un Estado Mayor, un Consejo de Seguridad, una cúpula política, una Duma, unos poderes económicos y militares... Nunca, en ningún país, la decisión de usar armas nucleares está en una sola persona. Por muy dictadura que sea, no hay un hombre que tenga el botón nuclear en su mano. No creo que Putin se levante a las tres de la mañana y diga: “voy a apretar el botón nuclear”. Las cosas en la realidad funcionan de otra manera.

¿Cuál es, entonces, la situación que prevé a corto y medio plazo?

Preveo una situación de estancamiento, una probable retirada de Rusia de algunos de los territorios en los que está ahora pero no de todos, que eso no sea aceptado por Ucrania y se quede la cosa ahí como un conflicto latente, como ha pasado en Georgia. Eso implicaría que seguramente las sanciones seguirían, por lo que Rusia se seguiría deteriorando y eso podría dar origen a algún tipo de movimiento interior. Y también se iría deteriorando la economía mundial, con lo que es una mala solución que, sin embargo, puede ser la más probable. Ucrania ya se ha mostrado favorable a la neutralidad, que si lo hubiera hecho antes a lo mejor todo esto no hubiera pasado, pero no creo que acepte pérdida de territorio."          (Miguel Olarte, Diario de Pontevedra, 18/03/22)

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