"El Estado de Israel no está acostumbrado a que le digan las verdades del barquero. Siempre están jugando con el complejo de culpabilidad que en Europa quedó tras el Holocausto, sobre todo en países como Alemania, para someter a sus intereses las versiones oficiales del genocidio y las políticas de apartheid aplicadas en Palestina.
Todo ello, además, bajo el paraguas del Gran Hermano Yanqui que durante décadas también ha estado sometido al lobby proisraelí porque si algún candidato a la Casa Blanca se colocaba en una posición favorable al pueblo palestino, entonces se le retiraba la financiación para pasarla a su oponente.
Sin embargo, esta semana se ha encontrado con un presidente del gobierno de un país democrático, miembro de la UE, que no ha dudado en decir la verdad sobre lo que está sucediendo en la Franja de Gaza tras los ataques terroristas de Hamás del pasado 7 de octubre. (...)
En este caso, durante la visita a Israel, Palestina y Egipto que Sánchez ha realizado junto al primer ministro de Bélgica, Alexander de Croo, el presidente español transmitió a Benjamin Netanyahu y a Isaac Herzog la condena más absoluta a los ataques terroristas y la reclamación de la liberación inmediata y sin condiciones de los rehenes de Hamás.
Sin embargo, Sánchez transmitió también a los dirigentes israelíes su preocupación por lo que está sucediendo en la Franja de Gaza. «El mundo entero está impresionado por las imágenes que vemos a diario de Gaza. El número de palestinos muertos es realmente insoportable. Debe distinguirse claramente entre objetivos militares y la protección de los civiles. Necesitamos parar esta catástrofe humanitaria. La respuesta no puede implicar la muerte de gente inocente, incluidos miles de niños. España comparte el dolor y condena los ataques y espera que se permita el regreso de los rehenes. Israel tiene el derecho a defenderse pero debe cumplir con la legalidad internacional. Hay que plantear la solución de los dos estados, es la mejor manera de derrotar al terrorismo y garantizar la seguridad en Israel», afirmó Sánchez.
Además, el presidente español, desde el paso de Rafah en Egipto hizo un anuncio lleno de dignidad y justicia: «Ha llegado el momento para que la comunidad internacional, especialmente los países europeos, tomen una decisión sobre el reconocimiento del estado palestino. Valdría la pena que lo hiciésemos juntos pero si eso no ocurre, España por supuesto tomará sus propias decisiones».
Suena extraño escuchar tanta verdad en boca de Pedro Sánchez, pero, para una vez que lo hace, se ha liado una gravísima crisis diplomática con Israel.
El gobierno israelí emitió un durísimo comunicado tras las declaraciones de Pedro Sánchez: «Condenamos las falsas afirmaciones de los primeros ministros de España y Bélgica que apoyan el terrorismo. Israel está actuando de acuerdo con el derecho internacional y luchando contra una organización terrorista asesina peor que ISIS que comete crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad. Reanudaremos los combates después del alto el fuego hasta la eliminación del gobierno de Hamás en la Franja de Gaza y la liberación de todos los secuestrados». Es decir, el gobierno de Netanyahu acusó a Sánchez de apoyar el terrorismo.
Israel está demasiado acostumbrado a la impunidad. Es más, suele revolverse y lanzar amenazas contra aquellos países y líderes políticos que deciden decir la verdad sobre lo que está ocurriendo en Palestina. Tras los atentados terroristas de Hamás del 7 de octubre, los israelíes amenazaron con abandonar la ONU y declararon persona «non grata» al secretario general de Naciones Unidas.
Las acusaciones de Israel han tenido como respuesta la llamada a consultas de la embajadora israelí en España, Rodica Radian-Gordon, para pedir explicaciones.
Sánchez ha hecho lo que un presidente democrático tiene que hacer. Defender el cumplimiento del derecho internacional y denunciar
los crímenes de guerra que Israel lleva perpetrando desde hace décadas
gracias a la impunidad que la comunidad internacional le ha concedido. Ya que ha empezado, que continúe con Marruecos con el Sáhara Occidental." (J. A. Gómez, Diario16, 26/11/23)
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