1.12.23

El 90 % de las propuestas de Milei tienen resultados que podemos anticipar, porque repiten políticas neoliberales que se practicaron en al menos uno de los tres intentos anteriores... su plan se parece en un 90 % a los programas neoliberales que acumularon 3 experiencias de fracasos en nuestro país... resultados económicos de los Gobiernos anteriores que implementaron las mismas políticas propuestas hoy por Milei, muestra que fueron períodos de bajo crecimiento y una economía basada en la deuda y el negocio financiero, que se tradujo en la pérdida de bienestar de los trabajadores y crecimientos insustentables de la deuda... El plan de dolarización que ha esbozado Milei se apoya en la emisión de más deuda externa, con la colocación de estos títulos en el mercado internacional... Actualmente, un 2 % del déficit del PIB se explica como consecuencia de los costos de intereses de la deuda, y la nueva deuda implicaría un aumento de aproximadamente 1 % adicional del PIB en concepto de intereses. ¿Será capaz de resistir la dolarización una carga financiera del del 3 % del PIB? Conclusión No hay nada de original en el modelo económico que propone Milei. Es un copy-paste de un pasado que demostró ser muy costoso para Argentina, por el daño social que generó y por la deuda que heredó a las generaciones y Gobiernos posteriores

 "(...) El 90 % de las propuestas de Milei tienen resultados que podemos anticipar, porque repiten políticas neoliberales que se practicaron en al menos uno de los tres intentos anteriores. Milei se definirá como un austríaco o anarcocapitalista, pero su plan se parece en un 90 % a los programas neoliberales que acumularon 3 experiencias de fracasos en nuestro país.

Estas medidas repetidas consisten básicamente en:

  • Apertura financiera: que siempre condujo a la especulación financiera, la fuga de divisas y la crisis de balanza de pagos, entre otras consecuencias negativas como el aumento de la renta financiera a costa de la rentabilidad de los sectores productivos.
  • Apertura comercial: que siempre condujo al déficit comercial y la desindustrialización. 
  • Eliminación de la política fiscal:
    • Reducción de impuestos, que siempre lleva a más desigualdad y más inflación y fuga de capitales.
    • Reducción del gasto, que siempre lleva a peores servicios públicos y privados y a más inflación.
    • Habrá algún ahorro en gastos de salud y educación, porque ya no vendrán los ciudadanos de países vecinos a curarse o estudiar, sino que, por el contrario, empezaremos a mandar enfermos y estudiantes a esos países porque acá desaparecerá la educación y la salud pública.
    • Estado mínimo que implica peores servicios públicos, mayores costos de salud y educación, menos ciencia y más fuga de cerebros.
  • Flexibilización laboral, que lleva a empleos precarios, inestables, inseguros y mal pagados. Aumentará la formalidad, porque los empleos formales pasarán a ser más parecidos a los informales de hoy.
  • Aumento de la iniciativa privada y el emprendimiento, similar a Ecuador, El Salvador y Colombia, donde la gente decide seguir el camino que abrió Elon Musk y abrir quioscos, carritos de hotdogs y empresas lanzadoras de satélites.
  • Aumento de la emigración para quienes busquen mejores empleos, y, en consecuencia, mejorarán los ingresos externos gracias a las remesas de los emigrantes que enviarán dinero a sus familiares.
  • Privatizaciones de empresas y servicios públicos, como salud y educación.
  • Eliminación de la política monetaria. Esta política ya se aplicó con la Convertibilidad y conocemos sus resultados. Anular la política monetaria podría lograrse de muy diversas maneras sin perder la soberanía monetaria. Adoptando una regla monetaria muy rígida, adoptando una caja de conversión como la Convertibilidad (que terminó con tasas de desempleo del 14 % con Menem, del 18 % con de la Rúa y con más de 21 % que generó la crisis de 2001).
  • Sistema previsional de capitalización. Propuesta implementada completamente durante la Convertibilidad de enormes consecuencias fiscales. Transferirle los aportes y contribuciones a las AFJP le costará al país una reducción de los ingresos de casi el 6,7 % que se transferirán a las AFJP. El Gobierno continuaría haciéndose cargo de los pagos a los actuales jubilados y pensionados que equivalen a casi el 8 % del PIB. ¿Como financiará esos gastos el Gobierno? ¿Emitiendo más deuda por la que la sociedad tendrá que pagar intereses adicionales, que en los actuales niveles de gasto equivaldría a casi un 1 % del PIB anual adicional? Es decir, tendría que asumir un déficit de casi el 9 % del PIB adicional durante varios años hasta que el régimen de capitalización funcione plenamente.

 resultados económicos de los Gobiernos anteriores que implementaron las mismas políticas propuestas hoy por Milei, muestra que fueron períodos de bajo crecimiento y una economía basada en la deuda y el negocio financiero, que se tradujo en la pérdida de bienestar de los trabajadores y crecimientos insustentables de la deuda que representaron una pesada carga para las generaciones y Gobiernos futuros. La deuda de la dictadura fue el desencadenante de la década perdida, la del Gobierno de Menem-Cavallo terminó con la crisis de 2001 y la del Gobierno de Macri, con su derrota en primera vuelta y el retorno del FMI.

Propuestas originales

  • Dolarización. Milei ha explicado que su plan no es dolarizar, sino que el público elija la moneda, que podría ser cualquiera, por ejemplo, el guaraní paraguayo, el dólar de EE. UU. o el renminbi chino (bueno, el chino no porque es comunista), que son todas monedas estables, o el peso argentino y el Bitcoin que no lo son.
    • Cuando el menú solo incluye sapos, culebras y milanesas, no se trata de un menú, porque las opciones son falsas y solo existe una alternativa. La dolarización no va a ser una consecuencia de la libertad de elegir sino de un proceso dirigido a destruir el peso, en el cual está involucrado el propio Milei al anunciar, como candidato con opciones reales a la presidencia, que va a eliminar la moneda y que le conviene un tipo de cambio alto para hacerlo, generando así, la expectativa autorrealizadora de que se devaluará.
    • En términos geopolíticos y de Defensa nacional, la dolarización es un salto hacia la subordinación definitiva. No solo se pierde soberanía monetaria, también se perderá soberanía política y económica. Con dolarización hasta debe pedirse permiso a la Reserva Federal de EE. UU. para renovar los billetes viejos.[2] Imagínense el lector cómo aumentará la dependencia de nuestras decisiones políticas respecto a la voluntad de EE. UU. y de sus corporaciones que influyen decisivamente en la política exterior norteamericana.[3]
    • La inflación no va a detenerse con la dolarización. Va a disminuir, pero la inflación también depende de variables estructurales como la productividad y la competencia de los mercados, que avanzan más lento en países medianos como Argentina. La inflación continuará con la dolarización, y aunque será más baja casi siempre será mayor a la de EE. UU., y poco a poco iremos perdiendo competitividad internacional. A la larga, Argentina será un país muy caro, como lo son en la actualidad El Salvador, Panamá y Ecuador, y ya no serán atractivas las inversiones productivas en el país.
    • Cuando la economía sea cara respecto al resto del mundo, no se podrá corregir el desajuste en las cuentas externas modificando un solo precio, el tipo de cambio nominal (porque no habrá moneda propia ni tipo de cambio) y la única alternativa será lograr que ¡bajen todos los precios!, lo que sólo se conseguirá con una gran recesión.
    • Un aspecto muy poco tenido en cuenta es que con la dolarización tendremos que sumar una importación más a nuestras flojas cuentas externas. A medida que la economía crezca, necesitará más circulante, es decir, billetes de dólar, que será necesario importar desde EE. UU. La contrapartida de estas compras es que se perderán ingresos fiscales por señoreaje que se le regalarán a la Reserva Federal de EE. UU. Los ingresos por señoreaje generados por el aumento de la cantidad de dinero no inflacionario (es decir, de la parte no inflacionaria de la emisión monetaria) que demanda la economía argentina en años normales, se ha estimado en aproximadamente 1,6 % del PIB entre 2004 y 2014, es decir, unos USD 7,7 mil millones a valores corrientes de ingresos que perderíamos y un monto similar tendríamos que gastar en importar billetes de EE. UU. anualmente.[4] En un monto indeterminado aumentará el déficit fiscal porque el Estado suele ser el encargado en los países dolarizados como Ecuador de suministrar parte de las divisas al mercado interno.
    • Otro aspecto que no tienen en cuenta con la dolarización es que, si bien se reducirá el “riesgo cambiario”,[5] aumentará el “riesgo bancario” y con ello, los costos financieros. Al igual que durante la Convertibilidad, la dolarización no solo requiere una rigurosa disciplina fiscal, sino también, saldos superavitarios del comercio exterior, algo muy difícil de lograr en Argentina y más aún si se aprecia el tipo de cambio.[6] Si hay escasez de divisas, como durante una sequía, por ejemplo, no podrá haber devaluaciones para mejorar las cuentas externas, y en cambio, se corre riesgo de que existan corridas bancarias porque los dólares disponibles no serán suficientes para cubrir los retiros de depósitos que existen en todo sistema bancario fraccionario.
    • El Banco Central ya no tendrá la capacidad de socorrer a los bancos que sufran corridas apenas el público perciba que hay pocos dólares y muchos depósitos dolarizados. Los bancos tendrán que disponer de reservas líquidas mayores a las que tendrían en un sistema con soberanía monetaria –creando un Fondo de Liquidez, como en el caso de Ecuador por ejemplo–, lo que redundará en enormes sumas de liquidez ociosa, racionamiento del crédito y mayores tasas de interés para compensar los bajos rendimientos de los encajes.[7] Así las cosas, los tipos de interés nominales bajarán, pero serán permanentemente más altos que en EE. UU. lo que representa otra desventaja competitiva sistémica a consecuencia de la dolarización.
    • El plan de dolarización que ha esbozado Milei se apoya en la emisión de más deuda externa, que garantizará con los activos del FGS de ANSES y títulos públicos en poder del BCRA y/o con la colocación de estos títulos en el mercado internacional. Se trata de emitir deuda nueva o de vender activos, que en la práctica es lo mismo, disminuir el patrimonio neto de todos los argentinos.
    • Actualmente, un 2 % del déficit del PIB se explica como consecuencia de los costos de intereses de la deuda, y la nueva deuda implicaría un aumento de aproximadamente 1 % adicional del PIB en concepto de intereses. ¿Será capaz de resistir la dolarización una carga financiera del del 3 % del PIB?
  • Vouchers educativos. Nada mejor que los estudiantes chilenos que salieron a manifestar en las calles su felicidad por las bondades del modelo educativo chileno para demostrar que es un paraíso. Diseñado para atraer desprevenidos, la realidad es que los vouchers o cupones –para llamarlos por su nombre en castellano–, aumentará transitoriamente la demanda de alumnos en instituciones privadas, que podrán aumentar los precios a su antojo. Es decir, no le permitirán el acceso de las familias de bajos ingresos a la escuela privada y encarecerán el servicio para las familias de ingresos medio, las principales damnificadas.
  • Eliminar la coparticipación. No hay detalles de esta propuesta para analizar, ni una sola pista que permita ver como pretende lograr el imposible de, por un lado, incumplir la constitución de 1994, que mandó a sancionar una nueva ley, y a la vez, lograr el consenso con todas las provincias para hacerlo.

Conclusión

No hay nada de original en el modelo económico que propone Milei. Es un copy-paste de un pasado que demostró ser muy costoso para Argentina, por el daño social que generó y por la deuda que heredó a las generaciones y Gobiernos posteriores.

"Julia Strada: El plan de dolarización de Milei es inviable, no hay dólares suficientes.

(...)  No hay dólares suficientes para hacer lo que dice Milei. No es factible. Si Milei gana las elecciones, el dólar dejará de tener "techo", y eso sólo puede llevar al crecimiento de los precios, tal como expliqué antes. Sería una ultrainflación que derrumbaría el valor del peso y que, de acuerdo con Milei, sería el paso previo a la dolarización de la Argentina. El proyecto está asociado a la idea de licuar los pesos, los salarios medios y los pasivos del Banco Central. Se trataría de un empeoramiento generalizado de facto de la situación macroeconómica, que llevaría luego a la dolarización del país. Podemos decir que ya sólo la propuesta está haciendo daño, antes incluso de que pueda ponerse en práctica."

 (Guillermo Oglietti , es doctor en Economía Aplicada por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB),  Julia Strada , doctora en desarrollo económico, es directora del Banco Nación y del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), además de diputada de la coalición peronista Unión por la Patria.   Sin Permiso, 26/11/2023)

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