"Bajo la administración Trump, el futuro de las relaciones entre Estados Unidos y España parece avanzar por la senda de la resolución de una paradoja estratégica. Por un lado, las comunidades de defensa e inteligencia estadounidense y española comparten un sincero deseo de ampliar y profundizar su asociación bilateral en materia de seguridad.
Para Madrid, ello se deriva del cálculo estratégico de que es mejor cubrirse con Estados Unidos para evitar la sobredependencia, el desalineamiento y la incertidumbre en las relaciones España-Unión Europea (UE). Para Washington, esto se deriva del imperativo político de una mayor autonomía estratégica en Europa y un mayor reparto de cargas en el Norte de África y el Sahel.
Por otro lado, estadounidenses y españoles se encuentran en lados opuestos de los debates políticos sobre los objetivos de gasto de los Estados miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), las operaciones militares en curso de las Fuerzas de Defensa israelíes en la Franja de Gaza y Cisjordania, y el impacto de Silicon Valley en la democracia.
El problema para ambos países es que está claro que hay grandes acontecimientos en el horizonte, como la Cumbre de la OTAN de 2025 y los procedimientos del caso de genocidio de Sudáfrica contra Israel, que proporcionarán enormes ventanas políticas para que la administración Trump y el 119º Congreso de los Estados Unidos actúen sobre sus agravios.
El Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos debería, por tanto, intentar aliviar un poco la presión sobre el sistema mediante una gestión proactiva de las relaciones que logre un equilibrio adecuado entre los agravios políticos y los intereses estratégicos de ambas partes.
Una opción que deberían considerar es el traslado inmediato de determinadas unidades militares de la Estación Naval de Rota (España) a la Base Naval de Ksar Saghir (Marruecos). Eso incluye al Equipo de Seguridad Antiterrorista de la Flota (FAST) Compañía Europa. Este traslado tendría claras ventajas.
En primer lugar, resolvería un problema óptico de mensajería para la Casa Blanca. En segundo lugar, enviaría una señal temprana al Gobierno de España de que la asociación estratégica está en peligro de ruptura. En tercer lugar, proporcionaría un mecanismo para ampliar y profundizar la cooperación en materia de seguridad entre Marruecos y Estados Unidos, que será necesaria si la administración Trump opta por abandonar la asociación estratégica con España.
Desde los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, ha existido en general una sólida relación bilateral en materia de seguridad entre España y Estados Unidos. En términos de cooperación en materia de seguridad, el Gobierno de España ha desplegado regularmente sus fuerzas armadas para luchar junto a Estados Unidos y otros Estados miembros de la OTAN.
Algunos ejemplos son Afganistán, Irak y Libia. El Gobierno de España también ha desplegado sus fuerzas armadas para llevar a cabo operaciones de seguridad no tradicionales a gran escala con Estados Unidos y otros países miembros de la OTAN. Algunos ejemplos son Libia, Somalia y Yemen.
En términos de postura global, España alberga un importante nodo de la red de bases norteamericanas en el exterior. La Estación Naval de Rota (NS Rota) es un nodo crítico para el apoyo logístico y la presencia estratégica en Europa y África. Entre otras cosas, NS Rota alberga la Compañía Europa del Equipo de Seguridad Antiterrorista de la Flota (FAST).
La Compañía FAST Europa es responsable de proporcionar fuerzas de seguridad para armas estratégicas y de respuesta rápida y fuerzas de seguridad antiterroristas expedicionarias desplegadas hacia delante en amplias zonas de Europa y África. Esto incluye evacuaciones de puestos diplomáticos estadounidenses en tiempos de crisis.
Dicho esto, ha habido algunos contratiempos importantes en la asociación estratégica a lo largo del camino. Uno de ellos se produjo durante la primera administración Trump. Fue por la ampliación de la base naval de Rota. En aquel momento, el Gobierno de España trató de utilizar esa ampliación como palanca en las negociaciones comerciales bilaterales. Aquello no sentó nada bien en la Casa Blanca.
Autonomía estratégica
Aunque el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, se declaró en una ocasión «europeísta militante», al Gobierno de España le ha resultado difícil perseguir sus intereses nacionales y adoptar una política exterior de su preferencia únicamente a través de la Unión Europea (UE) y la OTAN."
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