"La Quinta Alemania La Quinta Alemania – Rafael Poch de Feliu , mantiene firme su rumbo hacia el fracaso europeo. Si en 1990 nos hubieran dicho que la sociedad más antibelicista de Europa, reunificada gracias a la buena voluntad de Moscú, volvería a las andadas, como líder mundial en el apoyo a un nuevo genocidio, enviando sus tanques “Leopard” sobre las huellas de aquellos “Tiger” y “Panther” de la operación Barbarroja, y animados por sus socialdemócratas, verdes y conservadores, unidos todos ellos por su pasión guerrera ante el “peligro ruso, ¿quien lo hubiera creído? Eso es, precisamente, lo que está ocurriendo. El nuevo Bundestag será una cámara unificada para el rearme, la militarización y el belicismo, en la que la oposición se limitará a cuestiones secundarias, escribe con amargura el Investigador de conflictos alemán, Leo Ensel. Alemania se precipita hacia su propio hundimiento, dice.
Autor: Leo Ensel.
Como suele decirse, no hay nada malo que no traiga consigo algo
bueno: el estrechísimo fracaso del BSW, la Unión de Sahra Wagenknecht,
único partido antibelicista del país, al no superar la barrera del cinco
por ciento (que la deja fuera del parlamento N. del T.) nos ha ahorrado
al menos un ministro Habeck y otras plañideras verdes permanentemente
ofendidas en el nuevo Gobierno federal. En el futuro, los lamentables
tartamudeos y murmuraciones que producían vergüenza ajena, ya no se nos
venderán como obras de grandes estadistas. Pero ese es también el único
aspecto realmente positivo de estas “elecciones decisivas” -esta manida
expresión es realmente apropiada ahora.
El partido unificado de los sargentos chusqueros
Exactamente
tres años después de la invasión rusa de Ucrania, Alemania ha elegido
un parlamento que no es otra cosa que una coalición de todos los
partidos -o más bien un partido unificado- de armamentistas,
destructores de capital y belicistas. Con la salida del Bundestag de
políticos como Sahra Wagenknecht, Sevim Dağdelen y otros (muy pocos), el
parlamento pierde las últimas voces consecuentes a favor de poner fin
cuanto antes a la guerra en Ucrania, de una nueva política de distensión
y de un futuro pacífico para nuestro continente. (El hecho de que,
desde la perspectiva actual, estos políticos profesionales quizás se
hubieran engañado a sí mismos al separarse del Partido de Izquierda -Die
Linke – es harina de otro costal…).
En vista de las sumas
astronómicas de dinero que, en lugar de dedicarse a poner en marcha sus
propias iniciativas diplomáticas para poner fin a los combates, se
destinarán ahora, a prolongar las matanzas y las muertes en Ucrania, a
un rearme demencial del Bundeswehr (ejército federal alemán) y de la
Unión Europea, y a una sociedad cada día más «belicosa», el próximo
canciller federal de BlackRock, Friedrich Merz, y su estrecho socio
socialdemócrata Boris Pistorius, pueden exclamar ahora, como el káiser
Guillermo en el verano de 1914: «¡Ya no conozco partidos, sólo conozco
alemanes! »
Después de todo, su «oposición» en el parlamento está
formada exclusivamente por partidos que (como los Verdes y el Partido
de Izquierda – Die Linke) piden que «se levanten inmediatamente las
restricciones al uso de armas occidentales contra objetivos militares
legítimos en territorio ruso» y/o están a favor de reintroducir el
servicio militar obligatorio y aumentar el presupuesto para armamento
mucho más allá del famoso dos por ciento del producto interior bruto.
Realmente
no hay forma más cómoda de fustigar el tan cacareado «Zeitenwende» (el
histórico “punto de inflexión”), incluido el nuevo despliegue de misiles
de medio alcance y misiles de crucero exclusivamente en nuestro país
¡el año que viene!
Hundimiento autoinflingido
Por
desgracia, sería demasiado fácil culpar de esta voluntaria auto
dimisión de nuestro país únicamente a ominosas y oscuras fuerzas
ocultas. El caso es que en esta extremadamente tensa situación
geopolítica, la «paz» solo ha sido la cuestión más importante de todas para menos del cinco por ciento de los ciudadanos con derecho a voto. El periodista Patrik Baab lo resumió así la noche de las elecciones: «Los alemanes no votaron esa noche por el estancamiento, sino por la derrota. Un pueblo se dirige hacia su propio hundimiento». Nada más que añadir."
(Leo Ensel., en Rafael Poch, blog, 24/02/25, publicado en: „Ich kenne keine Parteien mehr …!“ – oder: Requiem für ein Land )
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