"Discurso ante la Asamblea Estatal de Nueva Jersey sobre el peligroso proyecto de ley contra el antisemitismo.
Soy el antiguo jefe de la corresponsalía de Oriente Medio del New York Times, ganador del premio Pulitzer. Pasé siete años cubriendo Oriente Medio, incluyendo Gaza y Cisjordania. Hablo árabe. Durante mi estancia en Oriente Medio, estuve destinado en Jerusalén y El Cairo. También soy autor de 16 libros y he impartido clases en la Universidad de Columbia, la Universidad de Nueva York, la Universidad de Princeton y la Universidad de Rutgers. Vivo en Princeton.
Me opongo firmemente al proyecto de ley A3558, que amplía la definición de antisemitismo para incluir la mayoría de las expresiones antisionistas a efectos de la legislación sobre derechos civiles. Este es un ataque peligroso a la libertad de expresión que busca criminalizar las críticas legítimas a las políticas israelíes.
La campaña de la administración Trump para supuestamente erradicar el antisemitismo en los campus universitarios es claramente una estratagema para silenciar la libertad de expresión y deportar a personas que no son ciudadanas, incluso si se encuentran aquí legalmente. Este proyecto de ley confunde erróneamente la etnia con un estado político. Y seamos claros, la represión más severa en los campus universitarios se dirigió contra estudiantes y profesores que se opusieron al genocidio en Gaza; 3.000 de ellos fueron arrestados y cientos fueron censurados, suspendidos o expulsados. Muchos de estos estudiantes son judíos. ¿Qué hay de sus derechos? ¿Qué pasa con sus garantías constitucionales?
He mantenido numerosas relaciones con periodistas y líderes políticos israelíes. Conocí, por ejemplo, al ex primer ministro israelí Yitzhak Rabin, quien negoció el acuerdo de paz de Oslo. Rabin, asesinado en 1995 por un ultranacionalista israelí que se oponía al acuerdo de paz, afirmó sin rodeos que la ocupación no beneficiaba a Israel. Los colegas israelíes critican frecuentemente las políticas israelíes en la prensa israelí con un lenguaje que sería definido como antisemita por la resolución A3558.
Por ejemplo, el periodista israelí Gideon Levy, que sirvió en el ejército israelí y escribe para el periódico Haaretz, ha pedido que se impongan sanciones a Israel para detener la matanza en Gaza, diciendo: "Hagan con Israel lo que hicieron con Sudáfrica".
Omer Bartov, que sirvió como comandante de compañía israelí en la guerra de 1973, es profesor de Estudios del Holocausto y del Genocidio en la Universidad Brown. En un artículo publicado el 15 de julio en The New York Times, declaró que su "conclusión inevitable es que Israel está cometiendo un genocidio contra el pueblo palestino".
Este tipo de declaraciones, y muchas más que podría citar de colegas y amigos israelíes, los convertirían en criminales antisemitas según este proyecto de ley.
Como alguien que habla y escribe frecuentemente sobre el conflicto, me temo que cualquier crítica que haga al gobierno israelí, aunque se base en mi larga experiencia en la región, me convertirá en un blanco si se adopta esta medida.
Es imprescindible, especialmente con la prensa atacada por el gobierno de Trump, que no menoscabemos nuestra libertad de expresión y manifestación política, protegidas por la Constitución." (Chris Hedges , blog, 25/07/25, traducción Quillbot)
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