"Cuando el pasado no se deja atrás
Una de las experiencias que hemos tenido durante una vida de comentarios políticos y económicos es que los mayores y más trascendentales errores de juicio, incluidos los nuestros, provienen de sesgos cognitivos. El peor de todos es el sesgo de confirmación, o el pensamiento ilusorio. Otro es el sesgo del modelo. En ninguna parte su impacto es más pertinente que en el mundo de la macroeconomía. Es lo que nos dio el consenso de Washington que favorece el sistema comercial global multilateral y la libre movilidad de capital y mano de obra entre países. En ese mundo, los déficits o superávits de la cuenta corriente no importaban. No hay desventajas en el libre comercio y no hay necesidad de compensar a los perdedores porque no los había.
Tuvimos la ocasión en una conferencia internacional durante el fin de semana de contrastar a los macroeconomistas occidentales con sus contrapartes orientales. Si no fuera por Donald Trump, el discurso occidental sería prácticamente el mismo que habría sido hace veinte años. El discurso asiático, en cambio, se está volviendo más orientado hacia la tecnología y los datos. En un estudio citado en la conferencia, dos autores de China y un colega de EE. UU. descargaron 3 millones de documentos de múltiples niveles de gobierno en China - central, provincial y municipal - para catalogar políticas industriales. Usaron un modelo de IA para clasificar y extraer la información. Esta es la dirección hacia la que va la investigación moderna. Todavía hay lugar para la teoría en este mundo, pero una en la que la teoría se esfuerza más por entender el mundo tal como es, no como debería ser. En una discusión sobre criptomonedas, notamos una negación generalizada entre los macroeconomistas presentes. Puedes identificar a un economista en declive cuando te dice durante 17 años que las criptomonedas son una burbuja.
Otro ejemplo, que nos dejó tristes, fue el de un macroeconomista occidental muy respetado que parecía no saber explicar lo que está sucediendo, y que expresó su más profundo pesar por las políticas arancelarias de la administración Trump. El economista suplicó a los colegas asiáticos presentes que no tiraran por la borda el orden multilateral a causa de Donald Trump. Un economista asiático respondió diciendo que la OMC no era un buen modelo para organizar el comercio intraasiático, si no fuera porque es disfuncional más allá de toda reparación. Quieren crear sus propias instituciones. Así es como la fragmentación se propaga a través de un sistema roto.
No estamos afirmando que todos estos nuevos enfoques sean dignos de elogio aquí, ni que todos los modos de nuevo pensamiento tengan éxito. Muchos fracasarán. Pero tienen una ventaja específica. Hasta ahora, no sufren del mismo grado de sesgo de confirmación y de modelo que ha afectado a la macroeconomía convencional. Deberían practicar lo que predican y dejar el pasado atrás. En cambio, todavía se aferran a un mundo de un sistema de comercio multilateral, un mundo que nos está dejando."
(Eurointelligence, 06/10/25, traducción Quillbot)
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