28.11.25

La semana pasada, seis legisladores demócratas, todos veteranos de las fuerzas armadas o servicios de inteligencia, publicaron un video pidiendo que soldados o agentes desobedezcan si la administración Trump les pide hacer algo ilegal... Dada la querencia del presidente por enviar tropas a ciudades al azar, bombardear lanchas civiles con presuntos narcotraficantes y su guerra abierta contra sus enemigos políticos, esta clase de declaraciones no es que esté demasiado fuera de lugar estos días. La Casa Blanca tiene ideas bastante peligrosas sobre el papel de las fuerzas armadas en Estados Unidos, así que tener a senadores y representantes recordando esto en voz alta es menos alarmista de lo que parece. En un universo normal en el que el presidente no es un chiflado egomaníaco y el secretario de Defensa no es un presunto alcohólico ex presentador de Fox News con un complejo de inferioridad galopante, la respuesta a este video habría sido bastante obvia. “Estos demócratas son unos alarmistas”, dirían... pero lo que hizo Trump fue acusar a los legisladores (no estoy exagerando) de “COMPORTAMIENTO SEDICIOSO, que puede ser castigado con LA MUERTE”, mientras compartía otro comentario que pedía “COLGARLOS A TODOS COMO HARÍA GEORGE WASHINGTON”. Hegseth, el secretario de Defensa, lleva llamándolos los “seditious six” desde hace días. Los seis legisladores están recibiendo desde entonces amenazas de muerte... el Pentágono ha anunciado una investigación contra Mark Kelly, senador por Arizona, por su “conducta desleal”. Hegseth lo amenazó abiertamente con llamarlo a filas y juzgarlo por sedición en un tribunal militar. El FBI, mientras tanto, quiere “entrevistar” a los seis legisladores... (Roger Senserrich)

"(...) La idea de que un oficial, funcionario o representante del Estado tiene no el deber, sino la obligación de desobedecer órdenes contrarias a la ley o a los derechos humanos forma parte de la tradición jurídica occidental desde hace siglos.

Como sucede a menudo con nuestros grandes principios, nuestros ejércitos no siempre se han caracterizado por seguir esta clase de conducta. Desobedecer órdenes suele tener consecuencias para quien lo hace, y muchos ejércitos coloniales tenían ideas bastante horribles sobre quién tenía “derechos” y merecía protección¹.

Los juicios de Núremberg, tras la Segunda Guerra Mundial, codificaron esta idea en el derecho internacional de forma sustantiva. Decir “Befehl ist Befehl” (órdenes son órdenes) no exime a un verdugo o criminal de guerra de su responsabilidad.

Tradicionalmente, las fuerzas armadas de Estados Unidos habían incorporado esta idea en sus regulaciones. Los artículos de guerra de 1775, sin ir más lejos, son explícitos en el deber de obedecer órdenes “legales”, listando conductas inaceptables (como la crueldad contra civiles) en varios artículos. Durante la Guerra Civil, el código Lieber² desarrolló muchas de estas ideas. Los ejércitos americanos las ignoraron por completo (cómo no) cuando se dedicaron a cometer crímenes de guerra contra su población nativa. Aun así, el código de justicia militar aprobado en 1950 adopta sin ambages la formulación salida de Núremberg; si existe un conflicto entre órdenes de un superior y la ley, los oficiales americanos deben seguir la ley. Desde hace décadas, a todos los reclutas y oficiales, sin excepción, se les dice durante su periodo de instrucción que no deben obedecer órdenes ilegales o inmorales.
Obviedades sediciosas

La semana pasada, seis legisladores demócratas, todos veteranos de las fuerzas armadas o servicios de inteligencia, publicaron un video pidiendo que soldados o agentes desobedezcan si la administración Trump les pide hacer algo ilegal.

Dada la querencia del presidente por enviar tropas a ciudades al azar, bombardear lanchas civiles con presuntos narcotraficantes y su guerra abierta contra sus enemigos políticos, esta clase de declaraciones no es que esté demasiado fuera de lugar estos días. La Casa Blanca tiene ideas bastante peligrosas sobre el papel de las fuerzas armadas en Estados Unidos, así que tener a senadores y representantes recordando esto en voz alta es menos alarmista de lo que parece.

En un universo normal en el que el presidente no es un chiflado egomaníaco y el secretario de Defensa no es un presunto alcohólico ex presentador de Fox News con un complejo de inferioridad galopante, la respuesta a este video habría sido bastante obvia. “Estos demócratas son unos alarmistas”, dirían. “Esta administración es una firme defensora de los valores constitucionales y nunca pedirá a nadie que los vulnere. Si fuera el caso, por supuesto que nuestros valientes soldados tienen el deber de defender la Constitución, y quien haya dado la orden será castigado”.

Lo que han hecho, sin embargo, fue ligeramente distinto. El presidente Trump se lanzó en su micro red social a acusar a los legisladores (no estoy exagerando) de “COMPORTAMIENTO SEDICIOSO, que puede ser castigado con LA MUERTE”, mientras compartía otro comentario que pedía “COLGARLOS A TODOS COMO HARÍA GEORGE WASHINGTON”. Hegseth, el secretario de Defensa, lleva llamándolos los “seditious six” desde hace días. Los seis legisladores están recibiendo desde entonces amenazas de muerte.

Esta semana, el Pentágono ha ido más allá. Primero, han anunciado una investigación contra Mark Kelly, senador por Arizona, por su “conducta desleal”. Hegseth lo amenazó abiertamente con llamarlo a filas y juzgarlo por sedición en un tribunal militar. El FBI, mientras tanto, quiere “entrevistar” a los seis legisladores..." (Roger Senserrich , blog, 26/11/25)

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