2.7.25

Sin dignidad, los líderes europeos cayeron a los pies de Trump en La Haya. ¿Y para qué? Fue una humillación orquestada ante Trump... La agenda se redujo cínicamente para centrarse en los aumentos del gasto en defensa que exige a los aliados de Estados Unidos, y se aceleró al máximo la adulación, con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, a la cabeza... Nadie arruinó la fiesta. Como expresó ayer Fiona Hill, exasesora del presidente, la OTAN pareció haberse convertido brevemente en la Organización Trump del Atlántico Norte... Pero a largo plazo, este apaciguamiento de Trump no resuelve nada... ninguna de las demás dificultades preexistentes de la OTAN se ha resuelto... así que, dada la imprevisibilidad de Trump, las naciones europeas de la OTAN y Canadá deben forjar un sistema viable de defensa colectiva contra amenazas hostiles que no dependa de los caprichos de la persona en la Casa Blanca en todo momento. Es una tarea enorme... deben reducir gradualmente su prolongada dependencia de la tecnología y el armamento estadounidense sin provocar una ruptura total con este país. Al mismo tiempo, deben aumentar su propia capacidad de defensa (Martin Kettle, The Guardian)

 "La cumbre de la OTAN en La Haya fue una humillación orquestada ante Donald Trump. La reunión, inicialmente prevista de dos días, se redujo a una sola mañana de trabajo oficial para halagar el  ego del presidente  y satisfacer su escasa capacidad de atención. La agenda se redujo cínicamente para centrarse en los aumentos del gasto en defensa que exige a los aliados de Estados Unidos. Los temas que podrían provocar o avergonzar a Trump —el conflicto de Ucrania o si la amenaza nuclear iraní ha  sido realmente eliminada  por los bombardeos estadounidenses— quedaron relegados a un segundo plano.

En cambio, se aceleró al máximo la adulación, con el secretario general de la OTAN,  Mark Rutte, a la cabeza  de la adulación reunida. El martes, Rutte elogió la brillantez de Trump con respecto a Irán; ayer, lo condecoró como el visionario reivindicado del esfuerzo de la OTAN por alcanzar el  objetivo de gasto del 5% del PIB  . Nadie arruinó la fiesta. Como expresó ayer Fiona Hill, exasesora del presidente, la OTAN pareció haberse convertido brevemente en la Organización Trump del Atlántico Norte.

Para Rutte y la mayoría de los líderes de la alianza, sin embargo, estas fueron 24 horas de autohumillación con un objetivo específico. El propósito de esta primera cumbre de la OTAN de la segunda presidencia de Trump era mantener a Estados Unidos lo más comprometido posible con la alianza transatlántica. Nada más importaba. Cualquier repetición de las conmociones que J.D. Vance y Pete Hegseth asestaron a Europa en la conferencia de seguridad de Múnich en febrero debía evitarse a toda costa. Para lograr ese objetivo, ninguna  humillación ni hipocresía  era demasiado grave.

Entonces, ¿cumplió la misión la OTAN? Quizás sí, a juzgar por el buen comportamiento general de Trump en La Haya. El compromiso del 5% fue " una gran noticia ", anunció. Estados Unidos seguía comprometido con la doctrina de defensa colectiva del Artículo 5 de la OTAN, según pareció decir en su conferencia de prensa posterior a la cumbre, aunque su curiosa elección de palabras —"Estamos aquí para ayudarlos a proteger su país"— no tranquilizará a todos. No obstante, los líderes han salido con lo que Henry James llamó "la ecuanimidad del resultado". La cumbre de la OTAN logró lo que se proponía.

Pero a largo plazo, este apaciguamiento de Trump no resuelve nada. En términos políticos, la cumbre de La Haya no marca la reanudación de las relaciones normales, ni mucho menos el inicio de una nueva  era dorada para la OTAN  . Tales cosas no son posibles en la era Trump. Políticamente, la cumbre fue una maniobra demoledora. Es cierto que la situación no ha empeorado, un resultado que muchos, incluido Rutte, considerarán un logro. Sin embargo, ninguna de las demás dificultades preexistentes de la OTAN se ha resuelto. La mayoría siguen firmemente en pie.

De estos, cuatro destacan. El primero y más inmediato es Ucrania. La impaciencia de Trump con Ucrania, su creencia en un alto el fuego y su renuencia a renovar la ayuda militar estadounidense no han cambiado. Pero los demás miembros de la OTAN tampoco pueden proporcionar la ayuda que Ucrania necesita. Así que la guerra se prolonga, en parte debido a Trump. Algunos creen que la guerra podría incluso volverse permanente. «En lugar de asumir que la guerra puede terminar mediante una victoria contundente en el campo de batalla o un acuerdo negociado»,  escribió a principios de este mes el analista de Carnegie Endowment y exministro de defensa ucraniano, Andriy Zagorodnyuk  , «Ucrania y sus aliados deben planificar la construcción de un estado viable, soberano y seguro bajo presión militar constante». A Trump no le interesaría eso.

La segunda dificultad es la absoluta imprevisibilidad de Trump. Todo estaba bien orquestado en La Haya, pero ¿cuánto durará esto? Nadie puede decirlo con certeza. El mundo aún asimila las implicaciones de la impulsiva gestión de Trump respecto a  Irán , en la que un día se repudió la acción militar en favor de la diplomacia, al siguiente se desató la guerra y al siguiente se proclamó la paz. El bombardeo de Irán ha recordado a los aliados de Estados Unidos en la OTAN la poca influencia que realmente tienen sobre el presidente y ha puesto de relieve la dificultad de cuestionar las acciones de Trump.

Esto alimenta el tercer problema. El compromiso de destinar el 5% del PIB a defensa es un objetivo político, no una realidad actual. El Reino Unido, por ejemplo, aspira a alcanzar  el 5% para 2035 , y solo lo logrará mediante maniobras evasivas sobre lo que puede clasificarse legítimamente como seguridad, como lo deja claro el nuevo documento de estrategia de seguridad nacional del gobierno, publicado el martes coincidiendo con la cumbre de la OTAN.

Diez años es mucho tiempo. Mucho cambiará. Los sucesores de Trump podrían estar más comprometidos con la OTAN, o incluso ser menos fiables que él. También podría haber un cambio de régimen en otros lugares. Nadie lo sabe. La guerra cambiará sin duda, como lo ha demostrado la revolución de los drones. La OTAN debe tener cuidado de no aplicar suposiciones del siglo XX a la planificación del siglo XXI. El documento de estrategia de seguridad nacional, con razón, describe este período como una era de "incertidumbre radical". Sin embargo, los inversores, incluidos los de industrias de alta tecnología de alto valor como la defensa, aborrecen la incertidumbre.

Lo que nos lleva al cuarto problema. Reconciliarse con Trump podría no resolver nada, ya que él  marcha a su propio ritmo . Pero las amenazas no desaparecen. Esto significa que las naciones europeas de la OTAN y Canadá deben forjar un sistema viable de defensa colectiva contra amenazas hostiles que no dependa de los caprichos de la persona en la Casa Blanca en todo momento. Es una tarea enorme. Pero Washington no puede tener poder de veto sobre si las naciones europeas se defienden, por ejemplo, de las agresiones rusas.

En estas circunstancias, no hay otra opción. Los aliados se enfrentan a la enorme tarea de reducir gradualmente su prolongada dependencia de la tecnología y el armamento estadounidense sin provocar una ruptura total con este país. Al mismo tiempo, deben aumentar su propia capacidad de defensa y la de Europa. Es un camino extremadamente difícil, con el que los líderes políticos británicos, por no hablar del sector de la seguridad británico, se sentirían profundamente incómodos. Sin embargo, ese es el camino que estamos tomando."

(Martin Kettle , Other News, 26/06/25, fuente The Guardian.)

La inversión media de las empresas petroleras estadounidenses en Oriente Medio y otros países extranjeros se recuperaba en términos de balanza de pagos en solo 11 meses. Así que Estados Unidos se dio cuenta de que Oriente Medio era la clave de la política estadounidense... la clave de todo esto ya estaba surgiendo: el control del petróleo. Con este control del petróleo y el redibujado del antiguo colonialismo, surgió el colonialismo financiero liderado por Estados Unidos. Y se podría decir que se trata realmente de imperialismo financiero... Estamos viviendo las últimas etapas del siglo del anticolonialismo... hay algo muy básico que vincula la política estadounidense en Ucrania, en China y en Oriente Medio. Y en cada uno de esos casos, se trata de un intento de frenar la última etapa del anticolonialismo, por lo que creo que es un esfuerzo condenado al fracaso... A partir de 2010, Estados Unidos se dio cuenta, después de haberse engañado a sí mismo fingiendo que China no se estaba desarrollando, de que China había descubierto esta mezcla de empresa privada y estatal, que podía alcanzar tasas de crecimiento económico que nada en Occidente podía ni siquiera acercarse, incluido Estados Unidos. Desde entonces, hace ya unos 20 años, Estados Unidos ha pasado a intentar frenar, detener e invertir el desarrollo económico de China. Y tampoco ha funcionado... se trata de los últimos esfuerzos desesperados de Occidente por hacer frente al fin de toda la operación colonial. No pueden hacerlo. No pueden mantener la fortaleza del dólar. No pueden mantener el poder de los acuerdos financieros occidentales. No pueden hacerlo. Y usted está viendo la frustración y la rabia que eso provoca... Irán es la clave no solo para el control estadounidense del petróleo, sino también para su lucha contra Rusia y China juntas. Y eso es lo que convierte a Irán en un eje central sobre el que se sustenta el interés nacional de Estados Unidos en impedir que el resto del mundo cree una alternativa al colonialismo financiero y al imperialismo... es la clave para bloquear el desarrollo ruso a través del Caspio y el acceso al sur... y para controlar la Ruta de la Seda china (Michael Hudson, Richad Wolf)

 "NIMA ALKHORSHID: Hola a todos. Hoy es jueves, 19 de junio de 2025, y nuestros amigos Richard Wolff y Michael Hudson están de vuelta con nosotros. Bienvenidos de nuevo.
RICHARD WOLFF: Bien. Me alegro de estar aquí.

NIMA ALKHORSHID: Empecemos por usted, Richard. ¿Qué está pasando en Oriente Medio entre Irán e Israel? Estados Unidos había decidido hablar con Irán el domingo, y justo antes, el viernes, Israel atacó Irán. ¿Qué está pasando en su opinión?

RICHARD WOLFF: Bueno, ya sabe, nadie que vea este programa se sorprenderá por mi respuesta. Pero, ya sabe, si tiene un punto de vista y las cosas empiezan a desarrollarse en consonancia con ese punto de vista, pues entonces va a oír repetir ese punto de vista. Esto es lo que creo que está pasando.

Estamos viviendo las últimas etapas del siglo del anticolonialismo. Se ha acabado este esfuerzo europeo de varios siglos para expandirse desde el núcleo europeo y conquistar el resto del mundo, ya sea con el argumento de que estaba vacío y, por lo tanto, necesitaba ser poblado, lo cual en su mayor parte no era cierto, o que estaba poblado por personas inferiores que necesitaban la bendición de la religión cristiana, en general, y la civilización moderna y la economía avanzada, y que por lo tanto tenían suerte de ser colonizados porque eso aceleraba todas esas actividades importantes. Bien, eso funcionó durante varios siglos. Permitió que el capitalismo creciera, que su mercado creciera por encima de todo, que obtuviera sus insumos en todo el mundo para mantener la rentabilidad del capitalismo.

Si recuerdan, Adam Smith, David Ricardo y Karl Marx, cada uno a su manera, hablaron de una tendencia a la caída de la tasa de ganancia, con lo que se referían al mecanismo por el cual el capitalismo frenaría su propio desarrollo económico. Esto podía posponerse, como demostró Marx en el volumen III de El capital, si se conseguían fuentes de materias primas cada vez más baratas, para lo cual era ideal el mundo colonizado. Y lo mismo se aplicaba a la mano de obra, una vez que se conseguía que fuera móvil, etcétera, etcétera.

Los últimos cien años, es decir, desde principios del siglo XX hasta principios del siglo XXI, han sido el siglo del anticolonialismo, el fin, el retroceso, el agotamiento del colonialismo, ya que la masa de los pueblos, Asia, África, América Latina, cada uno a su manera, a su ritmo, moldeados por sus propias culturas y religiones y condiciones físicas y naturales, lucharon por la independencia, lucharon por liberarse del yugo colonial. Y estamos viviendo las últimas y definitivas etapas de ese proceso.

¿Y por qué? ¿Por qué las llamo últimas y definitivas etapas? Porque creo que hay algo muy básico que vincula la política estadounidense en Ucrania, en China y en Oriente Medio. Y en cada uno de esos casos, se trata de un intento de frenar la última etapa del anticolonialismo, por lo que creo que es un esfuerzo condenado al fracaso. No funcionará, independientemente de que funcione en el momento inmediato. Esto va en contra de la historia. Y como nos ha demostrado la historia, quien va contra la historia, pierde. Y hemos ido perdiendo una excolonia tras otra.

¿Y por qué digo que son todos iguales? Bueno, me voy a centrar, solo porque no quiero seguir hablando, en China y Oriente Medio. A partir de 2010, Estados Unidos se dio cuenta, después de haberse engañado a sí mismo fingiendo que China no se estaba desarrollando, de que en 2010 era tan obvio en todo el mundo que incluso Estados Unidos se dio cuenta de que China no solo nunca había sido una colonia, no solo se había fijado el objetivo de deshacer lo que en China se denomina los 100 años de humillación, sino que había descubierto esta mezcla de empresa privada y estatal, que podía alcanzar tasas de crecimiento económico que nada en Occidente podía ni siquiera acercarse, incluido Estados Unidos. Desde entonces, hace ya unos 20 años, Estados Unidos ha pasado a intentar frenar, detener e invertir el desarrollo económico de China. Y tampoco ha funcionado.

Oh, aquí y allá pueden haber logrado alguna desaceleración, pero el panorama general, como todo el mundo puede ver, es que China crece y los esfuerzos estadounidenses por impedirlo fracasan. Bien, pasemos ahora a Israel e Irán. Verán lo mismo. Israel es una anomalía. Es colonialismo de asentamiento después de que eso ya no es posible.

Los únicos colonialismos de asentamiento que funcionaron, y que son un modelo para Israel, fueron los estados colonialistas de asentamiento que literalmente, de forma genocida, mataron a toda la población local, ya fueran los maoríes o los aborígenes de Australia o los nativos americanos aquí, en el hemisferio occidental. Pero eso se acabó. Ya no se puede hacer eso. No se puede exterminar a la población local porque la población local tiene amigos, tiene socios y tiene partidarios.

Los palestinos no están en la misma situación que estaban los maoríes o los aborígenes o los llamados indios americanos, etc., etc. Así que es una búsqueda inútil. Pero Estados Unidos los necesita. Los necesita como sus representantes en Oriente Medio porque Oriente Medio tiene mucho petróleo. Bien, ahora entran en escena los iraníes. Los iraníes forman parte de toda la rebelión contra el colonialismo. El Irán moderno es la rebelión contra lo que Estados Unidos le hizo al Sha, perdón, a Mossadegh en la década de 1950.

Y sí, tuvieron una victoria temporal. Pusieron al reaccionario Sha, que era un peón de Occidente. Al final, como es historia, el Sha fue derrocado y acabó como un anciano enfermo protegido por Henry Kissinger, porque el proyecto de controlar Irán había terminado. Sí, fue capturado por la rebelión religiosa. Eso ocurría a menudo porque Occidente estaba tan ocupado matando a la oposición revolucionaria, socialista y comunista que dejaba solo a los representantes de la comunidad imperial o religiosa.

Lo vimos en Irán, donde se deshicieron de uno de los partidos comunistas más grandes y poderosos del llamado Tercer Mundo, el partido Tudeh, que, si lo estudia, podría haber sido y habría sido la dirección revolucionaria de ese país. Se deshicieron del equivalente en Afganistán para que fuera el Talibán, ya sabe, los religiosos, los mismos que Occidente armó para destruir el antiimperialismo revolucionario. Ha sido sustituido por el antiimperialismo religioso. Es la ironía de todo esto.

Así que aquí tienes el único colonialismo de asentamiento que no ha exterminado, o aún no ha exterminado, a la población local como lo hicieron los antiguos. Y ahora ya no puede hacerlo. Hay demasiada oposición. Mire lo que están haciendo. Dejemos de lado por un momento el horror, pero la extremidad a la que tiene que llegar Israel para sobrevivir. Es desesperado. Se enfrentan a la extinción o se enfrentan a la extinción. Y pueden tener cualquier futuro que quieran, siempre y cuando sea la extinción. Es como si tus padres te llevaran a tomar un helado y pudieras elegir cualquier sabor, siempre y cuando fuera de vainilla. Ya sabe, es un desastre.

¿Y qué pasará ahora con Irán? Irán tiene amigos. Irán tiene acuerdos de defensa mutua con Rusia y con China. ¿Y qué están haciendo aquí? Incluso dentro de la administración Trump hay gente que dice: «No se vuelvan locos, lo que están haciendo es aislarse». Bueno, eso no es ninguna novedad. Ya está sucediendo. En los últimos años, todas las votaciones sobre Israel y Palestina han sido el mundo entero contra Estados Unidos e Israel. Así que se acabó. La historia avanza en una dirección que hace que todo esto sea un esfuerzo inútil.

Permítanme concluir de esta manera: pase lo que pase ahora, la situación actual está trazando el camino a seguir para Irán: más vale que consigan armas nucleares o, de lo contrario, se les jugará este juego cada vez que Occidente lo desee. No se van a deshacer del nuclear. Están haciendo aún más evidente que Irán y muchos otros países que observan todo esto lo perseguirán.

La gente no se entera de las noticias aquí, en este país. Pero permítanme concluir con un ejemplo. En los últimos días, el Gobierno de Pakistán ha emitido un comunicado en el que afirma que, si se utilizan armas nucleares contra Irán, ellos, los pakistaníes, las utilizarán contra Israel. Irán es un país muy grande. Se podrían utilizar armas nucleares allí y sobreviviría. Israel es un país muy pequeño, tanto en superficie como en población. No podría sobrevivir a un ataque nuclear.

En realidad, estamos en un punto en el que esto es lo que se está haciendo. Sé que la extremidad de la situación asusta a todo el mundo; no digo que no deba ser así, pero si lo ponemos en su contexto histórico, se trata de los últimos esfuerzos desesperados de Occidente por hacer frente al fin de toda la operación colonial.

No pueden hacerlo. No pueden mantener la fortaleza del dólar. No pueden mantener el poder de los acuerdos financieros occidentales. No pueden hacerlo. Y usted está viendo la frustración y la rabia que eso provoca. Y puede que sea abrumador. Siga observando.

Puede que el Sr. Trump tenga a su jefe de inteligencia, Tulsi Gabbard, para explicarle que el consenso de la comunidad de inteligencia es que Irán está a varios años de poder tener un arma nuclear, lo cual, por cierto, ha sido la conclusión sobre Irán durante todo este siglo. Si se remonta a 2004, cuando Colin Powell era secretario de Estado, él también lo dijo. ¿De acuerdo?

Estamos sacando a relucir este tema manido de las armas nucleares que se fabrican en las profundidades de una montaña. Llevamos 25 años haciéndolo. A eso me refiero. Es un esfuerzo desesperado por intentar de alguna manera, mediante argumentos, intervenciones, actividades encubiertas y actividades abiertas, detener el curso de la historia. Y es una tarea imposible. Eso vuelve locos a estos tipos.

NIMA ALKHORSHID: Michael, adelante.

MICHAEL HUDSON: Bueno, creo que Richard ha planteado el tema correctamente. Estamos asistiendo a la lucha final de Estados Unidos y Occidente contra lo que Occidente considera un intento de la mayoría mundial de escapar del control occidental, especialmente del control estadounidense. Y ha hablado del colonialismo. La Primera Guerra Mundial y sus secuelas marcaron una nueva etapa del colonialismo europeo con la desintegración del Imperio Otomano. Esto llevó a Gran Bretaña y Francia a redibujar el mapa de Oriente Medio.

Todos sabemos cómo esto atravesó las líneas étnicas y provocó el último siglo de inestabilidad desde Irak hasta Siria y el resto de Oriente Próximo. Y la clave de todo esto ya estaba surgiendo: el control del petróleo. Con este control del petróleo y el redibujado del antiguo colonialismo, surgió el colonialismo financiero liderado por Estados Unidos. Y se podría decir que se trata realmente de imperialismo financiero, porque la política financiera estadounidense comenzó imponiendo deudas interaliadas a Europa, sumiendo a esta en el caos financiero que condujo a la Segunda Guerra Mundial, como resultado de que los aliados recurrieron a Alemania para pagar unas deudas de reparación muy superiores a su capacidad de pago, de modo que los aliados pudieran pagar a Estados Unidos.

Todo este sistema se derrumbó en 1929 y en 1931 se produjo una moratoria. Pero mientras se rompían las relaciones entre Estados Unidos y Europa, se estaba implantando el petróleo. Y después de la Segunda Guerra Mundial, se vio lo que parecía ser lo que Richard estaba diciendo: la retirada del colonialismo patrocinado por Estados Unidos. Y Estados Unidos intentó impedirlo desde el principio con un paraguas militar.

Este paraguas militar condujo al derrocamiento de la democracia elegida por la clase media iraní en 1953 por el MI6 británico, en colaboración con Kermit Roosevelt en Estados Unidos. La imposición del Sha y su dictadura SAVAK llevó a Estados Unidos a consolidar sus planes de controlar todo el Cercano Oriente, ya que si se controlaban los regímenes de esa región, se controlaba el petróleo. Y el petróleo era la clave del control financiero estadounidense del mundo, porque el petróleo era el sector más rentable del mundo en cuanto a extracción de rentas.

En 1965 realicé un estudio para el Chase Manhattan Bank que demostraba que la inversión media de las empresas petroleras estadounidenses en Oriente Medio y otros países extranjeros se recuperaba en términos de balanza de pagos en solo 11 meses. Así que Estados Unidos se dio cuenta de que Oriente Medio era la clave de la política estadounidense. Ahora bien, se ha debatido mucho, especialmente en su bando, y con razón, que los detractores de esta guerra inminente con Irán dicen que no beneficia a los intereses estadounidenses.

¿Qué interés tenemos en luchar contra Irán? ¿Es solo el interés de Israel? ¿Por qué nos interesa luchar en Irán? Fíjese en lo que pasó en Irak. Irak no suponía una amenaza para Estados Unidos. Irán no suponía una amenaza para Estados Unidos. Pero para los estrategas del imperio estadounidense, los poscolonialistas suponen una amenaza por el simple hecho de existir de forma independiente y buscar actuar en su propio interés económico.

Ahora bien, hace ya 50 años, esta lógica del imperialismo estadounidense en Oriente Próximo guiaba la política exterior de Estados Unidos. Alrededor de 1974 y 1975, probablemente a finales de 1974, asistí a un debate sobre estrategia militar. Me invitó mi jefe, Herman Khan, del Instituto Hudson, a participar en él. La estrategia consistía en cómo dividir Irán en sus partes étnicas en caso de que se produjera otro intento por parte de Irán de buscar sus propios intereses.

Bueno, la razón por la que habíamos impuesto al Sha era precisamente para que no hiciera eso, pero por si acaso el Sha intentaba hacerlo. Y Herman Khan encontró que el punto más débil de la nación multiétnica iraní era Baluchistán, en la frontera oriental de Irán con Pakistán. Irán también alberga a kurdos, tayikos y azerbaiyanos turcos, entre otros, cuyas etnias pueden enfrentarse entre sí. Puede estar seguro de que, en los últimos años o décadas, Estados Unidos ha estado trabajando con estas etnias para intentar hacer en Irán lo que los kurdos estaban haciendo para desestabilizar Siria, presionando en favor de sus propios intereses.

Esta es la estrategia estadounidense que se ha aplicado a Rusia y China. Si se consigue dividir estos grandes países en partes y tener oligarquías clientelares en estas partes étnicas divididas, entonces serán incapaces de liderar la lucha contra el orden mundial centrado en la OTAN y Estados Unidos. Bueno, esta lucha no es simplemente contra el colonialismo. Rusia no fue una colonia, y China realmente no lo fue. Pero Rusia, China e Irán podrían liderar los planes anticolonialistas y, en esencia, de desdolarización que se están llevando a cabo.

Bueno, tres décadas después de esta reunión de 1974 sobre cómo elaborar un plan a largo plazo para el control estadounidense del petróleo de Oriente Próximo, el general Wesley Clark señaló que Irán iba a ser la piedra angular de los siete países que Estados Unidos necesitaba conquistar y controlar para dominar Oriente Próximo, empezando por Irak y Siria, Líbano, Libia, sin duda en el norte de África, Somalia y Sudán. Todo ello culminaría con la conquista de Irán. Así que lo que estamos viendo hoy no es simplemente al Sr. Netanyahu diciéndole a Trump: «Por favor, protéjanos atacando a Irán».

Creo que hace unos días, Nima, usted tuvo a Lawrence Wilkerson en su programa diciendo que Netanyahu e Israel estaban actuando sin duda de acuerdo con un plan estadounidense a largo plazo para desintegrar Irán. Y así es como los neoconservadores explican el interés nacional de Estados Unidos en derrocar al Gobierno iraní para cambiar el régimen. La hipótesis es que si Israel consigue realmente acabar con Jomeini, su liderazgo religioso se desmoronará y se producirá una reacción secular que, de alguna manera, no presionará realmente en favor de los intereses nacionales iraníes, sino que se desmoralizará y permitirá a Estados Unidos imponer una especie de dictadura cliente, similar a la que tenemos en Jordania.

Bueno, el interés nacional en Oriente Próximo, en primer lugar, ya sabemos que se centra en Arabia Saudí, los Emiratos Árabes y Kuwait, con el petróleo. Y el objetivo no es solo controlar el petróleo de Oriente Próximo, sino también el dinero, los enormes fondos de inversión que Arabia Saudí y los demás Estados árabes han acumulado con sus superávits comerciales, que se han invertido, principalmente en Estados Unidos, en bonos del Tesoro y en acciones y bonos. Y esta inversión es una especie de rehén.

Arabia Saudí y los demás Estados árabes tienen mucho miedo de apoyar a Irán, aunque se dan cuenta de que el ataque a Irán es para consolidar el control estadounidense sobre Oriente Próximo. Porque si actuaran en contra de los intereses estadounidenses, todas sus inversiones extranjeras, sus fondos nacionales y sus inversiones privadas serían rehenes de Nueva York y Londres. Al igual que Estados Unidos confiscó 300 000 millones de los ahorros de Rusia en Occidente, podría hacer lo mismo con las participaciones en Oriente Próximo. Pero va mucho más allá. Para Estados Unidos, Irán no solo es la clave para controlar Oriente Próximo y su petróleo, sino también para el programa chino «Belt and Road» a través de una nueva Ruta de la Seda de transporte ferroviario hacia Occidente.

Ese es el mapa. Si Estados Unidos puede bloquear esta ruta, el intento de China de crear una nueva Ruta de la Seda por ferrocarril no podrá conectarse con Europa y la Ruta de la Seda no podrá llegar hasta el Mediterráneo y el Atlántico, como esperaba China. Como pueden ver, va desde el oeste de China, pasando por Asia Central, hasta Irán. Pues bien, lo mismo, la misma lógica se aplica a Rusia.

E Irán es la clave para bloquear el desarrollo ruso a través del Caspio y el acceso al sur. Bajo el control de Estados Unidos, un régimen cliente de Irán podría amenazar a Rusia desde su flanco sur e impedir que Rusia eluda el Canal de Suez y tenga acceso directo a la exportación hacia el sur y hasta la India, como muestra este mapa.

Así que Irán es la clave no solo para el control estadounidense del petróleo, sino también para su lucha contra Rusia y China juntas. Y eso es lo que convierte a Irán en un eje central sobre el que se sustenta el interés nacional de Estados Unidos en impedir que el resto del mundo cree una alternativa al colonialismo financiero y al imperialismo.

NIMA ALKHORSHID: Richard, en cuanto al conflicto que ha mencionado entre Irán e Israel, ¿cree que Netanyahu y su administración realmente creen que están desempeñando algún tipo de papel? Por lo que sabemos, no son más que peones. Están siendo utilizados por Estados Unidos, al igual que Ucrania. Pero esto no parece ser así en la mente de Netanyahu y su administración.

RICHARD WOLFF: Bueno, no tengo ningún conocimiento especial sobre lo que está pasando dentro de Israel, pero para mí, por lo que puedo ver, parece claro que Israel entiende, y creo que tienen razón en esto, que sin el apoyo de Estados Unidos, su situación está acabada. No pueden vencer a Palestina. No pueden vencer a nadie sin Estados Unidos. Y, por lo tanto, no pueden tomar decisiones independientes.

Así que cuando oigo que Estados Unidos va a intervenir en Irán por culpa de Israel, no me lo creo. Quiero decir, no creo que los israelíes tengan ese poder. No creo que lo hayan tenido nunca. Entiendo que tienen partidarios aquí en Estados Unidos que desempeñan papeles importantes, como APAC y otras organizaciones similares. He leído esa literatura. Lo entiendo. Pero eso no es suficiente. Y no son lo suficientemente grandes, ni siquiera a nivel nacional, como para poder hacer eso. Al menos, yo no lo creo.

Así que, para mí, es más bien Estados Unidos quien mueve los hilos e Israel quien hace lo que Estados Unidos quiere que haga. Si nos remontamos a la historia, Israel xxx desempeñó un papel muy, voy a ser educado, ambiguo en Sudáfrica durante todos los largos años de lucha para sacarlos del apartheid. Israel desempeñó otro papel ambiguo con los Contras en El Salvador. Si recuerda haberlo estudiado, se le pidió a Israel que hiciera todo tipo de cosas para apoyar las estrategias y tácticas de Estados Unidos.

Y creo que ese es el trato. Les apoyaremos para que sobrevivan, pero tienen que hacer lo que les digamos, o de lo contrario les mantendremos bajo control. Así que creo que los argumentos de Michael sobre por qué o cómo Irán puede desempeñar un papel son mucho más determinantes de lo que está sucediendo. Israel es un socio menor. Y, como saben, se ha señalado en todo Oriente Medio durante décadas que Estados Unidos se beneficia porque gran parte del mundo árabe se centra en Israel y en el horror de Israel y la humillación por parte de Israel. Y esto es muy útil porque mantiene la presión sobre Estados Unidos más baja de lo que podría ser.

Tenemos una fachada. Es Israel el opresor. Y, por supuesto, ahora en Gaza, esto ha llegado a tal punto que el Estado israelí se acerca a una situación en la que su comportamiento es demasiado grotesco para poder salvarse. Quiero decir, se están cavando su propia tumba a largo plazo en Gaza, independientemente de lo que hagan al pueblo palestino que se interpone en su camino.

Sin embargo, diría, sin estar en desacuerdo con Michael, que creo que podemos unir nuestras dos perspectivas. El intento de frenar a China, si leen el argumento de Michael de forma un poco diferente, el esfuerzo por frenar a China requiere estropear el papel previsto de Irán en la Iniciativa del Cinturón y Ruta de la Seda, que, a su vez, es clave para que China tenga las relaciones económicas que la salvarán de cualquier daño que le pueda hacer Estados Unidos. Por ejemplo, los aranceles, etc.

Desvían su comercio al resto de los BRICS. Ya no necesitan a Estados Unidos como antes. Y eso es algo en lo que han estado trabajando de todos modos, y siguen haciéndolo. En cuanto al énfasis de Estados Unidos en Irán, el Belt and Road, la ruta del tren, se puede cambiar. Si no se puede pasar por Irán, hay otras formas de proceder.

Serán caras. Eso supondrá un coste. Estados Unidos puede ralentizarlos un poco. Pero al final, tendrán que hacer mucho más. Y lo intentarán. Lo han intentado durante mucho tiempo. Seguirán intentándolo. No tienen otra política.

Aún no están convencidos de que tengan que sentarse con los chinos y llegar a un acuerdo. No entienden esa parte. Y no creen que tengan que hacerlo todavía. Por otro lado, cuando pierden, aunque sea poco a poco, el equilibrio se va inclinando lentamente. Perdieron la guerra de Vietnam, o de lo contrario Vietnam podría ser una situación muy diferente. Perdieron la guerra de Irak. Están perdiendo la guerra de Ucrania. Perdieron la guerra en Afganistán. Tenían todo tipo de planes para esos países. Esos planes se han esfumado o están archivados a la espera de ser resucitados en algún momento futuro de su fantasía, cuando el mundo lo haga posible. Pero sus opciones se están reduciendo. Su libertad de acción se está reduciendo.

Y eso es parte del motivo por el que ponen tanto énfasis en Irán, porque puede ser una de sus últimas oportunidades para intentar detener el curso de la historia. Pero yo apuesto por la historia. No creo que puedan hacerlo más que Gran Bretaña. No quiero insistir en ello, pero creo que es relevante.

Gran Bretaña libró dos guerras para impedir que la colonia rebelde, Estados Unidos, lograra la independencia y luego se desarrollara. Los británicos lo intentaron. Lo intentaron en 1776. Lo intentaron de nuevo en 1812. Y en la Guerra Civil Americana se mostraron ambivalentes sobre si debían ponerse del lado del Norte o del Sur. Pero una vez que perdieron las dos guerras y vieron hacia dónde se encaminaba la Guerra Civil, comprendieron que ya no podían seguir así. Así que llegaron a un acuerdo.

La primera parte de ese acuerdo fue la Doctrina Monroe, que tenía muy poco que ver con el Sr. Monroe. Tenía que ver con el hecho de que los británicos dijeron: «Está bien, está bien, está bien. Ustedes no nos molestan en Asia y África, y nosotros no les molestaremos en Sudamérica. En otras palabras, hicieron un trato. No lo admiro, entiendo que es la quintaesencia del colonialismo.

Es como en 1884, cuando se sentaron en Berlín y se repartieron África entre los países europeos participantes. Lo mismo, pero es el reconocimiento de que reprimir a Estados Unidos no iba a funcionar. Y hay que reconocer que los británicos y los estadounidenses se mantuvieron fieles a ese plan incluso cuando sus papeles se invirtieron. De Estados Unidos como colonia menor de Gran Bretaña, hoy tenemos a Gran Bretaña como colonia menor de Estados Unidos, y los británicos no tienen opción, no tienen elección, y se comportan tal y como cabría esperar. Un declive económico sin esperanza, una política horrible y un abuso de la clase trabajadora a una escala que ni siquiera otros países europeos permiten, al menos por ahora. Extraordinario. Realmente extraordinario. (...)"

 (Michael Hudson, Richad Wolf,  blog, 25/06/25, traducción DEEPL) 

El capitalismo financiero es más peligroso que nunca... Hay motivos para pensar que el sistema global de dinero y finanzas se está acercando a un umbral disruptivo de importancia histórica, con el potencial de transformar la manera en que las sociedades invierten, se aseguran y comercian... A pesar de las promesas de volver a regular y frenar el poder de las finanzas, la metástasis del capital ficticio continúa a buen ritmo... se pone de manifiesto en la enorme importancia del sector financiero, de los seguros y del sector inmobiliario, y en el aumento de los precios de la vivienda y de los objetos de arte como activos financiarizados... El comercio en los mercados mundiales de divisas, el mercado que determina el tipo de cambio de las monedas mundiales, alcanzó 7,5 billones de dólares en 2022. Estos flujos masivos de dinero, que alimentan lo que algunos definiercon como una clase rentista «tecnofeudal», plantean un problema potencialmente sistémico, dada la presión que conllevan para buscar su realización en la economía real... En la era del exceso climático, el estancamiento secular y la policrisis, estas pretensiones sobre la producción futura, ahora muy superiores al PIB mundial, crean un dilema fundamental... los esfuerzos por obtener beneficios futuros del capital ficticio conducirán a un crecimiento insostenible que desestabilizará peligrosamente la vida planetaria (Matthias Schmelzer)

 "Algunos autores tomaron el período posterior a la crisis del capitalismo financiero de 2008 como el «fin del neoliberalismo» o el advenimiento del «pos-neoliberalismo». Otros lo describieron como una versión «mutante» o «zombi» de un neoliberalismo que, en realidad, está «medio muerto, medio vivo».

En una era de creciente proteccionismo, ideología de derecha y desglobalización, las ideologías neoliberales sin duda sufrieron un revés. Pero también se rearticularon forjando nuevas alianzas y adoptando formas novedosas. Cabe destacar tres dimensiones de la coyuntura actual.

La política del dinero

Hoy, como en la década de 1960, hay un enorme interés por la forma que adopta el dinero como factor central en la política y la vida social. La política monetaria es hoy más que nunca una cuestión política que interpela directamente incluso a quienes no se interesan por sus arcanos. .

Por supuesto, la forma del dinero —esencialmente la «promesa de pago» construida social y políticamente— siempre ha fluctuado. Lo que distingue la transformación del dinero en los primeros años del siglo XXI es, en primer lugar, la proliferación de las monedas y los tokens digitales. Al operar en las sombras de los sistemas monetarios hegemónicos, no pueden considerarse simplemente como herramientas de emancipación desde abajo contra los bancos centrales autoritarios y las políticas monetarias de austeridad, como a veces afirman sus defensores.

Más bien, los tokens no fungibles, la Web3, la tecnología blockchain, las criptomonedas y las organizaciones autónomas descentralizadas están a la vanguardia de una revolución financiera impulsada cada vez más por plataformas transnacionales y los propios bancos centrales. En nombre de la flexibilidad y la eficiencia, anticipan el fin del dinero en efectivo, poniendo así en riesgo la privacidad y debilitando aún más la democracia. Estos desarrollos marcan el agotamiento del régimen de flexibilización cuantitativa (QE) vigente desde 2019.

Aunque son demasiado complejos para analizarlos en detalle aquí, representan una perspectiva para el llamado orden pos-neoliberal, cuyas características no pueden entenderse como progresistas, ya que en algunos casos prometen ceder aún más autoridad a los propios señores de las finanzas, potencialmente de forma directa por medios administrativos.

Los términos en que se discute esta nueva arquitectura monetaria recuerdan debates anteriores. En el campo de las monedas digitales, por ejemplo, la lógica fuertemente restrictiva, limitada y orientada a disciplinar el mercado propia de Bitcoin remite a la escasez incorporada del oro —y, si se generalizara su uso, podría reproducir la lógica del patrón oro—, mientras que la proliferación aparentemente interminable de dinero privado con nombres absurdos durante la década de la QE se asemeja a la especulación desenfrenada que habilitaron los tipos de cambio flotantes.

A esta oposición familiar se le puede añadir un tercer polo: la moneda digital del banco central, emitida formalmente por los propios bancos centrales o, lo que es funcionalmente equivalente, por los bancos privados más grandes. Esta nueva forma de dinero se distingue por introducir la posibilidad de imponer directamente condiciones sociopolíticas a las transacciones o penalizar a los ahorristas mediante tipos de interés muy bajos.

Quizás sea por esta razón que los neoliberales más principistas sumaron sus voces de alarma en lo que respecta a algunas de estas innovaciones. Como sugirió el historiador Adam Tooze, parafraseando a Antonio Gramsci, «las criptomonedas son el síntoma mórbido de un interregno, un interregno en el que el patrón oro ha muerto, pero aún no ha nacido un dinero plenamente político que se atreva a decir su nombre».

Privilegio exorbitante

Otra cuestión candente en los debates contemporáneos es el estatus del dólar como moneda de reserva mundial, un «privilegio exorbitante» ratificado por el paso a los tipos de cambio flotantes. Los efectos de esta fatídica decisión, como recoge un libro publicado en su quincuagésimo aniversario, «fueron mucho más allá del sistema monetario internacional y tuvieron repercusiones geopolíticas y políticas, así como económicas y financieras, de gran importancia».

Hoy en día, si bien la hegemonía del dólar sigue intacta, cada vez son más las voces que cuestionan su permanencia y, con ella, la capacidad de Estados Unidos para mantener su posición geopolítica sin rival. En este sentido, el momento actual se asemeja al de la década de 1970, cuando la política monetaria reflejaba las luchas entre las potencias mundiales y la gestión de las relaciones entre aliados. Con la introducción de la canasta de monedas BRICS y la perspectiva de desdolarización que sugiere, tras el Brexit y la crisis de la zona euro, las previsiones de regionalización suelen girar en torno a la política monetaria.

Aun así, en medio de los rumores sobre la desglobalización y las pruebas de una caída de los flujos de capital, la proporción de transacciones realizadas en dólares se mantuvo relativamente estable en las últimas décadas. No obstante, la «creditocracia del dólar» estadounidense se ve amenazada por las contradicciones internas de la expansión cuantitativa, y los déficits por cuenta corriente y presupuestario de Estados Unidos siguen ejerciendo una presión a la baja sobre el dólar, lo que exacerba el resentimiento hacia el unilateralismo estadounidense.

Por último, la liberalización de los movimientos de capital en la década de 1970 debe considerarse como una cara del agotamiento del crecimiento económico en los países industrializados avanzados; ambos son efectos de la sobreacumulación y del descenso del crecimiento de la productividad y adoptaron la forma de un estancamiento secular. El período posterior fue testigo de una enorme explosión del capital ficticio, es decir, de activos financieros que son, en esencia, derechos sobre la producción y los beneficios futuros.

La financiarización de la era postfordista ha producido una economía desequilibrada, en la que este tipo de activos supera ampliamente el tamaño de la economía real subyacente. Su lógica es la de un casino sin crecimiento, basado en la transferencia y apropiación de valor en gran medida desvinculadas de los valores de uso del mundo real. Esta dinámica desproporcionada fue precisamente la que generó el sobreendeudamiento responsable del colapso de 2008.

Capital ficticio

A pesar de las promesas de volver a regular y frenar el poder de las finanzas, la metástasis del capital ficticio continuó a buen ritmo. Si bien el uso de algunos activos —esos instrumentos complejos que se encuentran en el centro de la crisis inmobiliaria y financiera, como los CDO (Obligaciones de Deuda Colateralizada)— disminuyó, la cantidad total de capital ficticio siguió aumentando. Esta dinámica se pone de manifiesto en la enorme importancia del sector financiero, de los seguros y del sector inmobiliario (FIRE, por sus siglas en inglés) y en el aumento de los precios de la vivienda y de los objetos de arte como activos financiarizados.

El comercio en los mercados mundiales de divisas —el mercado que determina el tipo de cambio de las monedas mundiales y que tiene su origen moderno en la abolición del sistema de Bretton Woods— se disparó desde niveles insignificantes en la década de 1970 hasta alcanzar un valor nominal de 620.000 millones de dólares en 1989 y de 4,5 billones de dólares en 2008; para pasar a situarse en 7,5 billones de dólares en 2022. Estos flujos masivos de dinero, que alimentan lo que algunos definiercon como una clase rentista «tecnofeudal», plantean un problema potencialmente sistémico, dada la presión que conllevan para buscar su realización en la economía real.

En la era del exceso climático, el estancamiento secular y la policrisis, estas pretensiones sobre la producción futura —ahora muy superiores al PIB mundial— crean un dilema fundamental. Dadas las crecientes pruebas que ponen en tela de juicio la ambición de ecologizar el crecimiento económico, los esfuerzos por obtener beneficios futuros del capital ficticio conducirán a un crecimiento insostenible que desestabilizará peligrosamente la vida planetaria o a un escenario alternativo de poscrecimiento, en el que las sociedades recuperarán el control democrático y convertirán el capital ficticio en activos varados." 

( Matthias Schmelzer, JACOBIN, 02/07/25)

¿Cómo gravar a los ultra ricos? El debate sobre el impuesto mínimo... La Asamblea Nacional votó en febrero la creación de un impuesto mínimo que grava a los contribuyentes con un patrimonio superior a 100 millones de euros con un impuesto mínimo equivalente al 2% de su fortuna... Bloqueado por el momento por el Senado... mientras la riqueza de las 500 mayores fortunas francesas registradas por la revista Challenges se aproxima hoy al equivalente del 40% del PIB... Los franceses pagan de media el 52% de sus ingresos en impuestos, para los mil millonarios, la tasa se reduce al 26%... independientemente de cómo se aborde el tema, los ultra ricos pagan muchos menos impuestos que el resto de la población francesa en su conjunto (Gabriel Zucman)

 "La Asamblea Nacional votó en febrero la creación de un impuesto mínimo que grava a los contribuyentes con un patrimonio superior a 100 millones de euros con un impuesto mínimo equivalente al 2% de su fortuna 1. Bloqueado por el momento por el Senado, este texto debería volver muy pronto al debate parlamentario 2. En efecto, ahora está claro que la fiscalidad de los ultra ricos tiene un papel que desempeñar en la resolución de la ecuación presupuestaria de Francia, por el simple hecho de las masas en juego: la riqueza de las 500 mayores fortunas registradas por la revista Challenges se aproxima hoy al equivalente del 40% del PIB 3, frente al 6% en 1996, primer año de la clasificación.

A medida que el debate se intensifica, los detractores del impuesto mínimo se movilizan —y esto va a continuar—.

La primera salva fue disparada en la red social X (antes Twitter) por los economistas Sylvain Catherine, François Geerolf y Antoine Lévy, que pretenden cuestionar la afirmación de que los mil millonarios pagan muchos menos impuestos que la media de los franceses 4.

Sus argumentos son infundados.

52% frente a 26%: cifras indiscutibles

Recordemos los hechos. Los franceses pagan de media el 52% de sus ingresos en impuestos y cotizaciones sociales, incluidos todos los gravámenes. No hay ningún misterio: se trata del importe total de los impuestos y cotizaciones obligatorias recaudados por los poderes públicos 5, en relación con la renta nacional neta de Francia, es decir, el conjunto de los ingresos percibidos por los franceses, independientemente de su naturaleza: salarios, intereses, ingresos procedentes de la propiedad de empresas, etc. Estas dos cifras, publicadas por todos los organismos estadísticos internacionales (OCDE, Eurostat, etc.), son indiscutibles. 

Por cada euro que ganan los mil millonarios, aproximadamente 26 céntimos se destinan a gastos comunes, frente a los 52 céntimos por cada euro que gana un francés medio.

Gabriel Zucman

Este nivel de imposición relativamente elevado se corresponde con nuestras opciones sociales en materia de educación, sanidad, pensiones y solidaridad nacional. Son opciones de las que debemos alegrarnos, ya que todo parece indicar que han desempeñado un papel decisivo en el considerable crecimiento de la productividad durante el último siglo, el advenimiento de una sociedad más igualitaria y el progreso de la democracia.

Sin embargo, para los mil millonarios, la tasa de impuestos obligatorios se reduce a alrededor del 26%, todo incluido. Cualquiera puede volver a comprobarlo consultando el estudio del Instituto de Políticas Públicas sobre este tema 6, realizado en colaboración con la administración fiscal, cuya objetividad y rigor son reconocidos.

En concreto, esto significa que por cada euro que ganan los mil millonarios, independientemente de cómo se obtenga, aproximadamente 26 céntimos se destinan a gastos comunes, frente a los 52 céntimos por cada euro que gana un francés medio.

52% frente a 26%: la realidad no podría ser más sencilla ni más clara. ¿Cómo se puede negar? Para ello habría que cuestionar el porcentaje del 52%, refutar el del 26% o afirmar que ambos porcentajes no son comparables entre sí.

Sería inútil, ya que ambas cifras son exactas —más allá de los márgenes de error inherentes a cualquier estadística económica, que en este caso son reducidos— y comparables. 

Comprender la tasa impositiva media

Comencemos por los argumentos esgrimidos para cuestionar la tasa media del 52%.

Son de tres tipos y consisten en ignorar determinados gravámenes, restar del impuesto pagado el gasto público recaudado o cuestionar el cálculo de la renta utilizada en el denominador de este tipo. Estos argumentos merecen ser escuchados, para que todos puedan comprender su debilidad.

Por qué no tiene mucho sentido excluir determinados gravámenes

Como era de esperar, se puede reducir el tipo medio del 52% excluyendo determinados gravámenes del ámbito de los gravámenes obligatorios. Si se excluyen, por ejemplo, las cotizaciones a la seguridad social, el tipo impositivo del francés medio se reduce a alrededor del 41%. Si además se olvida el IVA, este último cae al 32%. Recortando lo suficiente, se puede llegar a bajar del 26%.

Pero estas sustracciones no tienen justificación.

De hecho, no hay ninguna razón válida para excluir un impuesto u otro, ni siquiera las cotizaciones a la jubilación. Todos los organismos estadísticos del mundo las incluyen y los economistas conservadores, evidentemente, siempre lo hacen cuando se trata de denunciar la carga fiscal en Francia. Es cierto que las cotizaciones a la jubilación están asociadas a transferencias, pero esto es así en todos los impuestos y cotizaciones: afortunadamente, el poder público no quema el dinero que recauda, sino que lo gasta en pensiones, servicios sanitarios y educativos, etc.

Hay diferencias de grado —algunos impuestos, como las cotizaciones a la jubilación, están más directamente asociados a transferencias individuales que otros—, pero no de naturaleza. Todos estos impuestos gravan a los hogares, lo aprueben o no, y la relación entre impuestos y transferencias nunca es perfecta, ni siquiera en el caso de las pensiones, ni mucho menos.

El enfoque seguido por los investigadores que se interesan por la distribución de los impuestos —desde los trabajos pioneros de Gerhard Colm y Helen Tarasov en Estados Unidos en la década de 1940 7— consiste, por tanto, en incluir todos los impuestos, ya que es el enfoque que minimiza la arbitrariedad estadística. Y eso es precisamente lo que hace el INSEE en sus propias Cuentas Nacionales distribuidas, que muestran que todas las categorías sociales —excepto los ultra ricos, que no están cubiertos por las estadísticas públicas— pagan entre el 40% y el 55% de sus ingresos en impuestos y cotizaciones.

Una vez más, no hay ningún misterio: esto refleja la importancia del IVA, las cotizaciones sociales y la CSG/CRDS, que pesan mucho en todos los deciles de la distribución de la renta.

Restar el gasto público: un razonamiento engañoso

Segunda técnica para reducir la tasa del 52%: restar el gasto público, o parte de él, del importe del impuesto pagado.

Esta estrategia consiste, en concreto, en sustituir el análisis de la progresividad del sistema fiscal —el conjunto de las exacciones obligatorias percibidas por un Estado— por el de la naturaleza redistributiva o no de la intervención del Estado en la economía —impuestos más gasto público—. En otras palabras, se desplaza la atención de la cuestión de los impuestos a la del gasto. ¿Los mil millonarios pagan pocos impuestos? «Sí, pero las clases más modestas se benefician de la solidaridad nacional». Dado que el gasto público es mucho más progresivo que los impuestos obligatorios —en términos generales, los impuestos son proporcionales a los ingresos, mientras que el gasto se aproxima más a una suma fija por persona—, este cambio de enfoque altera completamente el panorama general.

En parte, se trata sólo de una cortina de humo retórica, ya que los impuestos y el gasto público son conceptos distintos. La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano establece el principio de igualdad ante las cargas públicas en su artículo 13, pero no dice nada sobre la distribución del gasto, por ejemplo. La cuestión de la igualdad ante los impuestos está en el centro del contrato social desde la Revolución Francesa, y todo demuestra que la distribución de los impuestos obligatorios —independientemente de cómo se utilicen— desempeña un papel fundamental en la cohesión social y la confianza en las instituciones.

No obstante, tener en cuenta el gasto va un poco más allá de un truco de magia semántico.

En el enfoque económico básico, no existe ninguna diferencia entre un impuesto y una transferencia monetaria, formalizada como un impuesto negativo. Cuando se trata de explicar las decisiones individuales —por ejemplo, la oferta de trabajo—, la variable relevante en los modelos microeconómicos es el importe del impuesto pagado neto de las transferencias percibidas.

La cuestión de la igualdad ante los impuestos está en el centro del contrato social desde la Revolución Francesa, y todo demuestra que la distribución de los impuestos obligatorios desempeña un papel fundamental en la cohesión social y la confianza en las instituciones.

Gabriel Zucman

Esta perspectiva tiene límites reales: en la práctica, los hogares no perciben las transferencias como impuestos negativos, y ello por buenas razones: por ejemplo, porque los impuestos se deducen inmediatamente, mientras que las transferencias suelen pagarse con un desfase y un cierto grado de incertidumbre, como ha podido comprobar cualquiera que haya tenido que tratar con la Caja de subsidios familiares (CAF).

Pero tomemos en serio el enfoque que resta las transferencias de los impuestos pagados.

Se observa que la injusticia fiscal persiste: incluso si se retiran todas las transferencias monetarias que pueden asimilarse a un impuesto negativo (prima de actividad, prestaciones familiares, seguro de desempleo, ayudas a la vivienda, renta activa de solidaridad, etc.), los mil millonarios siguen pagando mucho menos impuestos y cotizaciones (26%) que el francés medio —el 45% neto de todas las prestaciones familiares, de empleo, vivienda, pobreza y exclusión social 8— y mucho menos que la mayoría de los deciles de la distribución.

Por supuesto, se puede seguir recortando: si se restan además los gastos de jubilación, la tasa de impuestos obligatorios neta de transferencias se reduce al 28% para el francés medio (lo que sigue siendo superior a la tasa de los mil millonarios); y si quitamos todo lo demás (sanidad, educación, policía, defensa, justicia, etc.), la tasa media cae por debajo del 0%: en este caso, un -6%, es decir, el nivel del déficit público. Este cálculo no carece de interés; yo mismo contribuí a él participando en la elaboración del primer análisis de la distribución del gasto público estadounidense 9. Tiene el gran mérito de recordar que el gasto público reduce considerablemente las desigualdades, lo cual es motivo de alegría; por eso, la cuestión de los impuestos, que permiten ese gasto, es tan importante para mí. Los hogares más pobres son beneficiarios netos de la redistribución —el gasto público del que se benefician es superior a los impuestos que pagan—, lo cual es positivo.

Pero todo ello no quita nada al problema de fondo, a saber, que el sistema fiscal francés no consigue que los mil millonarios contribuyan a los gastos comunes.

Incluso descontando las transferencias percibidas, estos últimos pagan menos que los contribuyentes situados por debajo de ellos, es decir, los altos directivos, por simplificar. En este punto, todo el mundo está de acuerdo. Pero ahí radica el meollo de la cuestión, ya que este fracaso plantea un problema evidente: ¿cómo hacer contribuir a las personas acomodadas —algo esencial, dada la magnitud de los déficits y nuestras necesidades de inversión— mientras los ultra ricos se sustraen a la solidaridad nacional? Este es precisamente el problema económico y político fundamental que pretende resolver el impuesto mínimo sobre los ultra ricos.

El cálculo de la renta media y sus trampas

Se recurre a una tercera técnica para negar el tipo impositivo medio del 52%: cuestionar la medida de la renta, es decir, el denominador de este tipo.

A priori, es inútil: nadie puede negar que la renta nacional neta de Francia —es decir, el PIB neto de la depreciación del capital y tras añadir los ingresos netos del extranjero, es decir, el conjunto de los ingresos percibidos por los franceses, independientemente de la forma en que los obtengan— asciende a 2,44 billones de euros en 2024, cifra que cualquiera puede calcular utilizando la contabilidad nacional del INSEE 10.

Las cosas se complican cuando se trata de calcular la renta nacional de los diferentes grupos sociales. En la literatura académica sobre contabilidad nacional distribuida, los tipos impositivos se expresan normalmente en porcentaje de la renta nacional después de tener en cuenta las pensiones de jubilación y el seguro de desempleo, pero antes de incluir otras prestaciones sociales (subsidios familiares, renta de solidaridad activa, etc.). Esto plantea un problema conceptual: a una persona que sólo percibiera el salario mínimo se le asignaría un tipo impositivo infinito, ya que pagaría el IVA sobre una renta nula.

Los economistas que se han pronunciado al respecto claman al escándalo: para ellos, esto demuestra que las cifras están sesgadas.

Parecen ignorar que muchos investigadores se han ocupado antes que ellos del tema y han dado respuestas claras. El INSEE, por ejemplo, añade las prestaciones sociales a los ingresos para calcular los tipos impositivos y concluye que todos los quintiles de la distribución pagan entre el 40% y el 55% de sus ingresos en impuestos y cotizaciones (véase de nuevo la figura reproducida más arriba). Existen otros enfoques posibles —el método ideal resta de las prestaciones sociales la fracción que es absorbida por el IVA 11— que conducen a resultados similares.

¿Cómo se calcula el tipo impositivo de los mil millonarios?

Por último, queda la controversia sobre el tipo del 26% que pagan los ultra ricos, obtenido por el Instituto de Políticas Públicas en su estudio «¿Qué impuestos pagan los mil millonarios?» 12.

Como indica el título, el objetivo de este trabajo era estimar los tipos impositivos efectivos de las mayores fortunas; por lo tanto, sus autores se centraron lógicamente en los impuestos pagados por estas últimas: impuesto sobre la renta, CSG/CRDS, impuesto de sociedades, Impuesto de solidaridad a la fortuna [ISF] (el estudio se refiere a 2016, antes de su abolición) y cotizaciones sociales no contributivas. El IVA, las cotizaciones a la jubilación, el impuesto sobre la vivienda y el impuesto sobre la propiedad están excluidos del análisis, ya que estos impuestos son insignificantes en relación con los ingresos de los mil millonarios, incluso el IVA, ya que los mil millonarios sólo consumen una pequeña fracción de sus ingresos. Esto explica que el tipo impositivo medio en el estudio del IPP sea inferior al 52%. Una vez reintegrados los demás gravámenes, el tipo medio vuelve a situarse en torno al 52%, sin que por ello aumente significativamente el de los mil millonarios.

Si se tienen en cuenta todos los gravámenes obligatorios, siguiendo las definiciones estándar y universalmente aceptadas de estos términos, existe una enorme diferencia de impuestos entre los ultra-ricos y el francés medio.

Gabriel Zucman

En definitiva, el tipo del 26% estimado por el IPP es en realidad demasiado elevado, ya que se refiere al año 2016. Sin embargo, la mayor parte del 26% procede del impuesto de sociedades, y desde 2016 el tipo nominal de este último ha pasado en Francia del 33% al 25%. Además, gran parte del impuesto de sociedades que pagan los mil millonarios franceses —a través de las empresas que poseen, como L’Oréal, LVMH, etc.— no se paga en Francia, sino en el extranjero, especialmente en Estados Unidos. Sin embargo, estos últimos también han visto cómo se reducía su impuesto de sociedades, que pasó del 35% al 21% en 2018.

Todo parece indicar, por tanto, que una actualización de las cifras del IPP daría lugar a un tipo más bajo.

La pertinencia de una comparación: sí, los mil millonarios pagan mucho menos

Si los mil millonarios franceses no pagan muchos impuestos hoy, ¿quizás los pagarán en el futuro, por ejemplo, cuando se distribuyan los dividendos?

Sería un pequeño consuelo, pero, lamentablemente, este argumento también es erróneo.

En primer lugar, porque si algunos mil millonarios pagaran realmente impuestos elevados en algún momento de su ciclo de vida, esto debería reflejarse en el plan de recortes estudiado por el IPP. En segundo lugar, porque no hay ninguna razón para pensar que los mil millonarios vayan a desembolsar grandes sumas en ningún momento.

Su principal técnica de optimización consiste, en efecto, en percibir dividendos a través de sociedades holding familiares, donde estos dividendos no están sujetos a impuestos. Las sumas así percibidas se ahorran y se reinvierten en su mayor parte: no es necesario sacarlas de las estructuras, ya que son considerablemente superiores a las necesidades de consumo individual de las personas afectadas. Por supuesto, los ahorros así realizados en los holdings aumentan en la misma medida el valor de estos, creando así una plusvalía latente. Pero esta plusvalía se elimina en el momento de la transmisión intergeneracional, lo que garantiza que ni los propios mil millonarios ni sus descendientes tengan que pagar impuestos sobre la renta por las cantidades correspondientes.  

La conclusión es clara: cuando se tienen en cuenta todos los impuestos obligatorios, siguiendo las definiciones estándar y universalmente aceptadas de estos términos, existe una enorme diferencia de impuestos entre los ultra-ricos y el francés medio.

Por supuesto, si se excluyen del análisis los impuestos más elevados que pagan los hogares modestos (IVA, cotizaciones sociales), la diferencia se reduce. Lo mismo ocurre si se añaden a los impuestos que pagan hoy los mil millonarios los que pagarán (o más bien no pagarán) en el futuro.

Pero si nos limitamos más rigurosamente a cuantificar lo que realmente pagan las diferentes categorías sociales —todo lo que se paga, pero sólo lo que se paga—, volvemos a la misma verdad simple y clara: independientemente de cómo se aborde el tema, los ultra ricos pagan muchos menos impuestos que el resto de la población francesa en su conjunto."

 (Gabriel Zucman , El Grand Continent, 02/07/25, notas en el original)

Non cabe dúbida: o planeta foi tomado por viláns. Nos Estados Unidos os máis ricos quítanlles o seguro médico aos máis pobres dos pobres... tamén lles quitan os cupóns de alimentación... é a historia da avaricia inmensa de certos seres humanos. Mentres os Estados Unidos andan tomados polo MAL con maiúsculas e o planeta enteiro pasma ante un xenocidio en vivo, as forzas dos viláns organízanse para tomar o poder en todo o mundo... é a historia da avaricia inmensa de certos seres humanos. Mentres os Estados Unidos andan tomados polo MAL con maiúsculas e o planeta enteiro pasma ante un xenocidio en vivo, as forzas dos viláns organízanse para tomar o poder en todo o mundo... E aínda hai personaxes chamados socialistas que prefiren irse de putas e encher os petos, sen importarlles que os fascistas están a piques de tombar as portas e roubarnos o aire... Nestes tempos, os superheroes somos nós: ti e mais eu e miña nai, que soubo cambiar a cabeciña cando entendeu que estes me ían comer a min e a case toda a familia... temos que seguir loitando contra o fascismo. Isto non é un test. O Abascal é un pseudonazi de verdade. Feijóo é unha personaxe que é capaz de vender a quen sexa só para ser chamado Presidente. Ollo, estes tipos son perigosos... Se tipos coma estes chegan a gobernarnos, van facernos o MAL con maiúsculas. Non podemos cometer o mesmo erro que xa estamos vendo noutros lugares... a reacción dos estadounidenses é de superheroes. As xentes de a pé da América profunda están asistindo a mitins da esquerda de Bernie Sanders... Non estamos soas. Somos moitas e moitos superheroes... Os heroes en bata e zapatillas que cada día facemos o que temos que facer, que non odiamos os emigrantes porque sempre temos presente a nosa historia, o noso pasado. Xente que somos solidarios con Palestina e cos que veñen navegando en cáscaras de noz para poder traballar aquí. Xente que quere organizarse contra o quecemento do planeta, contra a catástrofe que será ALTRI; xente que respecta as mulleres tanto como aos menas, os gais, os trans e os vellos. Hai que ter presente quen somos. Somos os fillos, netos e bisnetos dos superheroes que loitaron contra o fascismo... E non digo «No Pasarán» porque me vou emocionar. Só que fóra fai 30 graos á sombra e son as 10 da mañá. Bo día (Mara Mahía)

 "Non cabe dúbida: o planeta foi tomado por viláns. Nos Estados Unidos pasaron unha lei infame. É moi simple. Pensen en Robin Hood ao revés. Os máis ricos quítanlles o seguro médico aos máis pobres dos pobres e utilizan os cartos aforrados en baixarlles os impostos aos máis ricos. Tamén lles quitan os cupóns de alimentación. Agora se estás enfermo e necesitas médico, tes que probar que traballas. Basicamente, o que non traballa non come. Mentres, os ricos van pagar menos que alguén que gañe 30.000 dólares anuais, aínda que os primeiros vivan da especulación e as rendas. Non é 1984, é o 2025. Non é unha historia de Marvel; é a historia da avaricia inmensa de certos seres humanos.

Mentres os Estados Unidos andan tomados polo MAL con maiúsculas e o planeta enteiro pasma ante un xenocidio en vivo, as forzas dos viláns organízanse para tomar o poder en todo o mundo. E aínda hai personaxes chamados socialistas que prefiren irse de putas e encher os petos, sen importarlles que os fascistas están a piques de tombar as portas e roubarnos o aire. Nestes tempos, quen di ser feminista,  socialista ou activista, que ande con pés de chumbo, por favor. Calquera erro é un penalti que lle regalan ao MAL. Nestes tempos, os superheroes somos nós: ti e mais eu e miña nai, que soubo cambiar a cabeciña cando entendeu que estes me ían comer a min e a case toda a familia.

Aínda que suban as temperaturas e vivamos nun ambiente de ola a presión, temos que seguir loitando contra o fascismo. Isto non é un test. O Abascal é un pseudonazi de verdade. Feijóo é unha personaxe que olvidou as súas raíces e que é capaz de vender a quen sexa só para ser chamado Presidente. Ollo, estes tipos son perigosos. Tanto coma Trump e a súa camarilla de republicanos. Se tipos coma estes chegan a gobernarnos, van facernos o MAL con maiúsculas. Non podemos cometer o mesmo erro que xa estamos vendo noutros lugares. As consecuencias da lei que pasaron hai uns nos EE.UU. van provocar a miseria, senón a morte, de millóns de persoas. Ademais, non podemos esquecer que a reacción dos estadounidenses é de superheroes. As xentes de a pé da América profunda están asistindo a mitins da esquerda de Bernie Sanders. A chamada Brigada de AOC (Alexandra Ocasio-Cortez), que se formou nas eleccións do 2018 coas mulleres congresistas Ilhan Omar (por Minnesota), Ayanna Pressley (por Massachussets) e Rashida Tlaib (por Michigan), esta última a primeira palestina-americana no Congreso, segue loitando todos os días. En Nova York acaba de ser elixido Zohran Mamdami, un home musulmán nacido en África, como representante do partido demócrata nas próximas eleccións para alcalde.

Non estamos soas. Somos moitas e moitos superheroes. Non se pode tirar a toalla porque catro desvergoñados socialistas machistas anden enredados en corrupción. Xa xabemos que habelas hailas, mais tamén estamos nós. Os heroes en bata e zapatillas que cada día facemos o que temos que facer, que non odiamos os emigrantes porque sempre temos presente a nosa historia, o noso pasado. Xente que somos solidarios con Palestina e cos que veñen navegando en cáscaras de noz para poder traballar aquí. Xente que quere organizarse contra o quecemento do planeta, contra a catástrofe que será ALTRI; xente que respecta as mulleres tanto como aos menas, os gais, os trans e os vellos. Hai que ter presente quen somos. Somos os fillos, netos e bisnetos dos superheroes que loitaron contra o fascismo no 36. Cando o planeta enteiro mirou para outro lado soubemos levantar paixóns e resistimos o que puidemos. Non podemos rendernos nunca. E non digo «No Pasarán» porque me vou emocionar. Só que fóra fai 30 graos á sombra e son as 10 da mañá. Bo día." 

(Mara Mahía , Luzes, 02/07/25)

Irán dañó 33.000 estructuras civiles en Israel... “La Autoridad Tributaria de Israel ha recibido solicitudes de ayuda financiera para casi 33.000 estructuras dañadas”, informa el diario israelí Haaretz... "A lo largo de Israel, entre las ondas de choque y el impacto directo de los pesados misiles iraníes, la destrucción se extendió por cientos de metros"... El informe se ocupa solo de edificios civiles. Irán también atacó varias bases militares israelíes, así como la refinería de petróleo de Haifa, causando daños significativos (Joe Lauria)

 "La evaluación de daños en Israel tras el contraataque de Irán contra la agresión no provocada de Tel Aviv contra Irán el mes pasado está llegando.   

A pesar de los esfuerzos intensos de las autoridades israelíes por suprimir las noticias de los sitios de bombardeos —incluyendo la detención de equipos de noticias— ahora se está revelando la magnitud de la destrucción sufrida por Israel.

El diario israelí Haaretz informó el lunes que el aclamado sistema de defensa aérea israelí, encabezado por el llamado Cúpula de Hierro, no logró prevenir una cantidad significativa de armas iraníes.

Algunos misiles balísticos que aterrizaron en las calles israelíes dañaron una amplia área de los edificios circundantes únicamente por las vibraciones del impacto, informó el periódico.

"A lo largo de Israel, entre las ondas de choque y el impacto directo de los pesados misiles iraníes, la destrucción se extendió por cientos de metros," dijo Haaretz. "Millones de casas y edificios han sido dañados, algunos gravemente, con paredes exteriores e interiores colapsando."

"El denominador común es la persona desarraigada de su hogar, que sentirá el impacto durante años," dijo el periódico. Informó además:

"En Tel Aviv, 480 edificios han sido dañados, muchos de ellos gravemente, en cinco sitios diferentes." En Ramat Gan, son 237 edificios en tres lugares, unos 10 gravemente. En otro suburbio de Tel Aviv, Bat Yam, 78 edificios fueron dañados por un solo impacto; 22 tendrán que ser demolidos.

La Autoridad Tributaria de Israel ha recibido solicitudes de asistencia financiera para casi 33,000 estructuras dañadas. Otros 4,450 expedientes se han abierto por la pérdida de pertenencias y equipos, y otros 4,119 por vehículos dañados.

Los ataques iraníes mataron a 29 civiles israelíes y, según un mapa de Haaretz, 96 edificios resultaron gravemente dañados.

En contraste, en la Guerra del Golfo de 1991, Irak lanzó 42 misiles Scud contra Tel Aviv y Haifa, matando a dos israelíes y dañando 4,100 edificios, destruyendo 28.

El informe de Haaretz se ocupa solo de edificios civiles. Irán también atacó varias bases militares israelíes, incluyendo Kirya y el Campamento Moshe Dayan en Tel Aviv; así como la refinería de petróleo BAZAN en Haifa, causando daños significativos; y el Instituto Weizmann de Ciencia en Rehovot, destruyendo dos edificios." 

Joe Lauria  , Consortium news, 02/07/25, traducción Quillbot, enlaces en el original)            

Tenía ganas de leer algo así: "Estamos rozando los 22 millones de afiliados cuando hace poco más de un año que alcanzamos los 21 millones. Además, son los sectores de alto valor añadido los que mejor comportamiento tienen, algo indudablemente positivo"... Nunca antes hemos tenido tantos jóvenes trabajando... la cifra total de desempleo femenino en la más baja desde el año 2008... el empleo temporal también está en mínimos

 "El paro se reduce a la cifra más baja en 17 años y el empleo marca otro récord con 21,86 millones de ocupados.

 El empleo volvió a avanzar en junio, con 76.720 ocupados más, hasta un nuevo récord de 21,86 millones de afiliados, gracias al tirón del comercio y la hostelería que compensaron la pérdida en el sector educativo con el final de curso, informa Efe. Según los datos publicados este miércoles por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, la afiliación creció en comercio, con 32.103 trabajadores más, y hostelería, con 25.590, lo que compensó el descenso de 55.568 en el sector educativo.

El paro cae un 2% con respecto a mayo

Descenso en servicios, industria y construcción

En todas las comunidades autónomas