20.11.24

Tenemos unos modelos y unas infraestructuras para un clima que ya no existe... Que la gestión y ordenación del territorio actual, basada en un mundo que ya no existe es un peligro público, se sabía... Lo que no se podía imaginar es la enorme cantidad de errores de prevención, aviso y coordinación posterior que, encima, íbamos a tener que padecer. Debe haber responsables, penales, incluso, de semejante tragedia... Que van a venir DANAs y otros fenómenos extremos aún peores también se sabe. O debería. Porque nos van muchas vidas en ello... Este calentamiento inusitado de la atmósfera y del océano ha ido más rápido de lo que los modelos climáticos han sido capaces de predecir... Esto lo cambia todo. O debería... Tenemos unas infraestructuras para un clima que ya no existe... Tenemos unos gobernantes tan incapaces, que con un clima como este, también tienen que dejar de existir (como gobernantes, se entiende)... Todos los protocolos han de ser revisados... Y más nos vale que nos pille mejor preparados... La agencia informó rápida y correctamente a las 7:31 del 29 de octubre dando la alerta roja, e incluso días antes de los riesgos. Y la gestión dependía de ese señor que, a diferencia de la AEMET, ha acabado borrando tuits, quizá porque sabe que pueden tener consecuencias penales

"Texto de urgencia para una DANA (y para las que vendrán)

Que el Mediterráneo era una bomba de relojería se sabía. Algunos lo veníamos advirtiendo tanto tiempo, y con tanta precisión, que es muy duro pensar en qué más podríamos haber dicho u hecho para evitar, al menos, una parte del enorme dolor que esta tragedia ha supuesto y va a suponer para las personas más afectadas.

Que la gestión y ordenación del territorio actual, basada en un mundo que ya no existe es un peligro público, se sabía. Lo que no se podía imaginar es la enorme cantidad de errores de prevención, aviso y coordinación posterior que, encima, íbamos a tener que padecer. Debe haber responsables, penales, incluso, de semejante tragedia.

Que hay una serie de urgencias que hay que atender prioritariamente en un evento así, también se sabe. Ahora mismo –a 2 de noviembre– hay aún lugares sin luz, sin agua, sin alimentos, pero con escombros y agua (y hasta cadáveres, humanos y no humanos) acumulándose junto a basura y productos químicos de muy variada índole en los bajos y garajes, con el peligro que supone esto para la salud pública y para la propia conservación de los cimientos de algunos edificios. Esto es en lo que hay que poner el foco inmediato.

Que van a venir DANAs y otros fenómenos extremos aún peores también se sabe. O debería. Porque nos van muchas vidas en ello. Y en esto en lo que hay poner el foco bien brillante e intenso a medio plazo.

Gloria, uno de los temporales recientes más devastadores, y que puede repetirse casi cada año, tuvo lugar en el mes de enero de 2020. Enero. Calculen. Quedan unos cuantos meses en los que el riesgo de volver a sufrir un evento así es enorme teniendo en cuenta toda la evidencia científica que apunta a que el Mediterráneo se está desestabilizando mucho más rápido que otros lugares.

Piensen que, además, no tenemos ni por asomo, ¡ojalá!, ni la temperatura atmosférica ni la oceánica de 2020. Esta temperatura atmosférica (+1,6ºC respecto a los niveles preindustriales, por encima del límite de seguridad), esta temperatura de la superficie del mar Mediterráneo (+2ºC por encima del promedio 1981-2000), esta cantidad de agua precipitable (en récords desde que hay registros) garantizan tragedias de gran magnitud, porque esas variables nos indican cuánta energía disponible hay y el riesgo real de eventos extraordinarios. El alimento de estos fenómenos que se están repartiendo por todas partes de “lluvia de año en un solo día” alternadas con sequías persistentes.

Este calentamiento inusitado de la atmósfera y del océano ha ido más rápido de lo que los modelos climáticos han sido capaces de predecir. Esto ha ido más rápido de lo que las voces más moderadas (incluso de la propia comunidad científica) han querido o sabido advertir.

Esto lo cambia todo. O debería.

Tenemos unos modelos para un clima que ya no existe.

Tenemos unas infraestructuras para un clima que ya no existe.

Tenemos unos protocolos de gestión de conflictos y de coordinación de efectivos para un contexto que tampoco existe ya. Planes regionales, nacionales e incluso europeos –como mínimo para el Mediterráneo– son esenciales.

Tenemos unos gobernantes tan incapaces, que con un clima como este, también tienen que dejar de existir (como gobernantes, se entiende).

De hecho, tenemos un modelo de acción política que también está absolutamente obsoleto. Y la gestión tan nefasta de una catástrofe así lo demuestra con la dolorosa evidencia de las consecuencias.

No hay que revisar mucho la hemeroteca para ver que en esta, como en anteriores catástrofes, los representantes políticos han ido muy por detrás de las necesidades de la población y de las respuestas espontáneas de solidaridad ciudadana.

Todos los protocolos han de ser revisados.

Toda la planificación de infraestructuras.

La educación a la propia ciudadanía para que reaccione ante este tipo de situaciones.

La coordinación de efectivos de otras regiones y otros países. TODO. Porque volverá a pasar, y muy probablemente, incluso peor.

Y más nos vale que nos pille mejor preparados. Y sin enajenados por el negocio gobernando el barco, e incluso atreviéndose a denunciar a la AEMET –el que navegaba con narcos, es que la cosa tiene narices– cuando han sido tan miopes, tan negligentes, tan criminales, de ignorar todos los avisos. La agencia informó rápida y correctamente a las 7:31 del 29 de octubre dando la alerta roja, e incluso días antes de los riesgos. Y la gestión dependía de ese señor que, a diferencia de la AEMET, ha acabado borrando tuits, quizá porque sabe que pueden tener consecuencias penales.

Que después de activar la máquina del fango (en este caso, terriblemente literal) por su incompetencia, encima activen las otras máquinas del fango mediáticas, para tratar de tapar sus vergüenzas con el ventilador lanzando mierda, hasta querellándose con la propia AEMET, es simplemente criminal. Ningún panfleto que haya dado pábulo a semejantes delirios peligrosos debería volverse a poder publicar. Tenemos un problema mediático tremendo con los Indas, los Íker Jiménez o los Bosés, todos tan aplaudidos por una claque mediática descerebrada, que hace que luego, los otros problemas sean muy difíciles de atajar.

Del oportunismo de algunos empresarios que con su intransigencia agravaron la tragedia, y de la defensa de la sacrosanta propiedad privada (cuando ahora lo que se tendría que gestionar es precisamente hasta alternativas habitacionales de urgencia para esa gente que sigue atrapada) hablaremos otro día."

( Juan Bordera , Antonio Turiel , Fernando Valladares, CTXT, 02/11/24)

¿Qué representa concretamente la decisión de la administración estadounidense sobre el uso de armas occidentales de largo alcance para atacar territorio ruso? De lo que estamos hablando es, correctamente, de la decisión de emplear sistemas de armas, sistemas de detección y personal de la OTAN para atacar territorio ruso... estos sistemas de armas necesitan información sobre los objetivos de satélite occidentales, y personal de la OTAN para introducir los datos en el software de control y gestionar las operaciones de disparo... Ninguna de estas funciones puede ser realizada por personal ucraniano... Washington ha «autorizado» su uso exclusivamente en la región de Kursk... Si a esto añadimos que los ucranios han completado el entrenamiento de tres nuevas brigadas, equipadas y entrenadas por la OTAN, podemos especular que Kiev (la OTAN) está planeando lanzar una nueva ofensiva en la región de Kursk (Enrico Tomaselli)

 "¿Qué representa concretamente la decisión de la administración estadounidense sobre el uso de armas occidentales de largo alcance para atacar territorio ruso? Es una cuestión que debe evaluarse desde dos aspectos: el político y el militar. En primer lugar, sin embargo, hay que hacer una consideración preliminar: la trampa semántica con la que la propaganda de la OTAN intenta mistificar la realidad de las cosas.

Todo el comunicado habla de «autorización de uso», como si estos sistemas de armamento estuvieran a disposición de las fuerzas armadas ucranianas, que ahora estarían autorizadas a utilizarlos para golpear en profundidad incluso contra regiones rusas «históricas». En realidad, nada de esto es cierto. De hecho, estos sistemas de armas necesitan dos cosas para funcionar: información sobre los objetivos, que sólo puede ser proporcionada por los estudios por satélite occidentales, y personal de la OTAN para introducir los datos en el software de control y gestionar las operaciones de disparo. Ninguna de estas funciones puede ser realizada por personal ucraniano. Así pues, de lo que estamos hablando es, correctamente, de la decisión de emplear sistemas de armas, sistemas de detección y personal de la OTAN para atacar territorio ruso.

 Desde cierto punto de vista, se trata de una novedad relativa, ya que este mismo «paquete» (armas, inteligencia, personal) se utiliza desde hace tiempo para golpear a las fuerzas armadas rusas en los territorios de Novorossi (Donbass y otras antiguas regiones ucranianas). Además, como se verá más adelante, su impacto bélico es también muy relativo.

Por lo tanto, el aspecto político de la medida estadounidense debe considerarse por su valor en dos direcciones diferentes, hacia Rusia y hacia los propios Estados Unidos. El mensaje hacia Moscú -que llega, recordemos, al día siguiente de la llamada telefónica de Scholtz a Putin, acordada con Washington- es el palo después de la zanahoria. Un clásico de la diplomacia occidental es, en efecto, ofrecer una apertura (más o menos auténtica), acompañándola de un aumento de la presión militar, cuya función es precisamente empujar al enemigo a aceptar los términos propuestos. Pero, precisamente, la función principal es probablemente la de exacerbar el enfrentamiento con Rusia, para poner un radio en las ruedas de las iniciativas negociadoras que planea llevar a cabo la administración Trump, tratando de privarla de su primer éxito de imagen (y ello con independencia de las posibilidades reales de que éstas se materialicen).

 Si, por el contrario, analizamos esta decisión desde un punto de vista militar, podemos sin duda reducir su impacto real y, relacionándolo con otros elementos, tratar de deducir indicaciones operativas para un futuro próximo.

Un primer elemento importante es que estos sistemas de armas (ATACMS, Storm Shadow/SCALP) están disponibles en cantidades muy limitadas en Ucrania. Sólo el día anterior se supo que los británicos no pueden suministrar más Storm Shadow porque han llegado al límite de las existencias necesarias para la defensa nacional(1). En cuanto a la munición de largo alcance para ATACMS, la situación es similar. Actualmente, se estima que hay poco más de dos docenas de estos portadores disponibles en suelo ucraniano. Es bastante evidente, por tanto, que su eficacia está estrechamente ligada a la concentración espacio-temporal de su uso. Y hay que señalar aquí que Washington, de hecho, ha «autorizado» su uso exclusivamente en la región de Kursk.

De ello se deduce que la opción estratégica estadounidense favorece el mantenimiento de la cabeza de puente en territorio ruso, en lugar de -por ejemplo- la defensa en el sector de Pokrovsk, en el Donbass, donde la continua presión rusa amenaza con romper el frente, con graves consecuencias para las fuerzas armadas ucranianas.

 Si a esto añadimos que las AFU han completado el entrenamiento de tres nuevas brigadas (155ª Brigada Mecanizada, 5ª Brigada de Tanques, 162ª Brigada), todas ellas entrenadas por la OTAN y equipadas con tanques Leopard 2A4, tanques rotativos AMX-10RC, IFV Bradley, VAB, obuses autopropulsados CAESAR y MLRS LRU (además de tanques Abrams procedentes de Australia), podemos especular que Kiev (la OTAN) está planeando lanzar una nueva ofensiva en la región de Kursk, tal vez intentando entrar desde otra dirección."

(Enrico Tomaselli , Giubbe Rosse, 18/11/24, traducción DEEPL)

El hambre como arma letal en Gaza... según la ONU, “toda la población palestina en el norte de Gaza podría morir a causa de enfermedades, hambre y violencia”... se considera “apocalíptica” la situación en el norte de la Franja

 "El hambre se ha convertido en un arma de guerra contra la población de Gaza. Se suma, así, a la destrucción de infraestructura vital y a las casi 47.700 muertes gazíes desde que comenzó la ofensiva militar israelí en octubre de 2023.

Una reciente Declaración conjunta de una quincena de organizaciones de Naciones Unidas (ONU) alerta sobre esta dramática situación: “Toda la población palestina en el norte de Gaza podría morir a causa de enfermedades, hambre y violencia”.

Palos en las ruedas humanitarias

Los datos oficiales de las Naciones Unidas son aterrorizantes. En octubre pasado, el 85% de las 98 misiones humanitarias autorizadas para transportar ayuda al norte de la Franja de Gaza fueron obstaculizadas o simplemente denegadas por las autoridades israelíes. Un informe de ONU de la segunda semana de noviembre señala que en octubre sólo el 37% de los movimientos humanitarios coordinados con las autoridades israelíes se implementó sin problemas.

Está muy lejos, ya, el objetivo —exigido incluso por Estados Unidos y muchas naciones de la comunidad internacional— de que cada día entre en Gaza asistencia humanitaria equivalente a la carga de 350 camiones. En los siete días de la primera semana de noviembre, la ayuda total se limitó a lo que pudieron transportar 480 camiones a través de los pasos fronterizos de Erez Oeste, Kerem Shalom y el llamado Puerta 96. De haberse cumplido el mandato de Naciones Unidas, la ayuda imprescindible para abastecer esa semana a los 2 millones de gazíes hubiera tenido que ser de al menos 2.450 camiones.

Por tal razón, siempre según fuentes onusianas, un grupo de expertos en crisis alimentarias alertó que es probable que ya se esté experimentando un estado de hambruna generalizada en el norte de Gaza. Evaluando la situación humanitaria, Philippe Lazzarini, coordinador de la Agencia de Naciones Unidas para la Población Refugiada de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA, sus iniciales en inglés), esta semana afirmó a través de las redes sociales que “el Estado de Israel ha convertido el hambre en un arma” y que lo que se permite entrar en Gaza es “una media de poco más de 30 camiones al día”. Esta cantidad representa solo el 6% de las necesidades esenciales de la población [1]

La UNRWA, que desde su fundación en 1950 ha sido la principal organización internacional de apoyo a la población palestina, sigue estando en el ojo del huracán debido a las sistemáticas críticas de Israel. El pasado 28 de octubre el Parlamento israelí aprobó dos leyes que prohíben actividades de esta agencia tanto en Israel como en Palestina. En su momento, Israel acusó a una docena de los 13 mil empleados de la UNRWA en la Franja de haberse involucrado en los ataques del 7 de octubre de 2023. La UNRWA negó cualquier complicidad institucional con Hamás y rescindió los contratos de esos empleados. Simultáneamente, ONU abrió una investigación sobre dichas acusaciones. La ofensiva político-diplomática de Israel contra la agencia tuvo su impacto: muchos Estados redujeron en parte o cortaron totalmente su apoyo financiero a la UNRWA. Si bien algunos de ellos lo reestablecieron, la capacidad operativa de la agencia y aun su propia existencia se ven amenazadas por los múltiples obstáculos que debe enfrentar en el terreno para asegurar su cada día más difícil misión.

Según la ONU: Gaza “apocalíptica”

Ante el aumento de los ataques contra los territorios palestinos, el 1 de noviembre los responsables de quince organizaciones de las Naciones Unidas publicaron una Declaración exigiendo el cese de los ataques contra el pueblo palestino en Gaza y contra todos los agentes humanitarios que están tratando de ayudar.

Entre los firmantes se encuentran los directores generales de la Organización Mundial de la Salud (OMS); del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR); del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF); del Programa Mundial de Alimentos (WFP); del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y de la Organización Internacional de Migraciones (OIM). La suscriben también los responsables de ONU/Mujeres; del Consejo Internacional de Agencia de Voluntarios; la relatora especial de la Organización de las Naciones Unidas sobre los Derechos Humanos de los Desplazados Internos y la directora del Programa de Naciones Unidas para los Asentamientos (UN-Habitat). La presidenta de la ONG internacional Oxfam se suma a la lista de signatarios [2]

Esta toma de posición conjunta insta “nuevamente a que todas las partes involucradas en el conflicto en Gaza protejan a la población civil” y además exigen que “el Estado de Israel detenga sus ataques contra Gaza y contra el personal humanitario que trata de brindar asistencia”. El documento considera como “apocalíptica” la situación en el norte de la Franja, donde la población no tiene acceso a asistencia básica ni a suministros vitales. La situación médica es desastrosa debido a que “los hospitales apenas reciben suministros; de hecho, se han convertido en blanco de ataque, de manera que han muerto pacientes, se han perdido equipos esenciales y se han interrumpido servicios vitales”.

Los promotores de la Declaración sostienen que “decenas de escuelas que funcionaban como albergues han sido bombardeadas o evacuadas por la fuerza; también lo han sido las tiendas en las que se guarecían las familias desplazadas. De hecho, algunas personas han sido quemadas vivas. Los equipos de rescate sufrieron ataques deliberados; además se han obstaculizado sus esfuerzos por rescatar a las personas que están bajo los escombros”.

La vida y la infraestructura productiva de la Franja padecen, según la Declaración, una situación catastrófica: “La población civil, que hace lo posible por ponerse a salvo, también se ha convertido en un blanco; además, hombres y niños están siendo detenidos y llevados a lugares cuya ubicación se desconoce… El ganado está pereciendo, los cultivos están siendo destruidos, los árboles están siendo arrasados por el fuego y la infraestructura agrícola ha sufrido graves daños”.

Realidad aún más complicada debido a que “las restricciones impiden que la asistencia humanitaria satisfaga las enormes necesidades que existen. Los bienes básicos escasean. El personal humanitario corre peligro al cumplir con su labor; además, la inseguridad y el ejército israelí le impiden llegar a las personas que necesitan ayuda”.

Israel viola el derecho internacional humanitario

El pasado octubre, y en respuesta a la adopción de las nuevas leyes por parte del parlamento israelí que obstaculizan la labor de UNRWA y revocan la inmunidad y los privilegios de esta organización, la Declaración de la ONU advierte que, de llevarse a la práctica, “estas medidas podrían traducirse en una catástrofe para la respuesta humanitaria en Gaza, lo cual no solo contraviene el Estatuto de las Naciones Unidas; también podrían ser devastadoras las repercusiones para los derechos humanos de los millones de palestinos que dependen de la asistencia de UNRWA”.

Adicionalmente, las diversas agencias que firman la Declaración conjunta denuncian que estas leyes “constituyen un incumplimiento de las obligaciones de Israel conforme el derecho internacional”. De allí que se pronuncien enérgicamente: “Lo diremos claramente: nada puede sustituir a UNRWA. El flagrante desprecio por la humanidad y por las leyes de la guerra debe terminar”. Debido a que “la región entera está al borde de un precipicio político”, concluye la Declaración, es fundamental que cesen las hostilidades y se logre un alto el fuego sostenido.

Pasos para aliviar el sufrimiento

Las agencias de la ONU anticipan una media docena de medidas inmediatas para reducir el impacto mortífero del conflicto: es necesario que cesen los ataques contra la población y la infraestructura civil y que se garantice el acceso irrestricto a la ayuda humanitaria. Tan urgente como ello es que los bienes comerciales ingresen a Gaza. Además, las personas heridas y enfermas deben recibir la atención que necesitan; el personal médico y los hospitales no deben ser blanco de ningún ataque; no hay motivo para que los hospitales se conviertan en campos de batalla.

Las agencias de la ONU insisten en que se libere a la población palestina detenida arbitrariamente e instan a Israel a cumplir con los fallos y las órdenes provisionales de la Corte Internacional de Justicia. Al mismo tiempo, instan a Hamás y a otros grupos palestinos armados a que liberen a los rehenes inmediatamente y a que observen el derecho humanitario internacional.

La reflexión final de la Declaración de la ONU va dirigida a la comunidad internacional y a los países directamente involucrados en el suministro de los medios bélicos que atizan el conflicto en Medio Oriente: “Los Estados miembro deben garantizar la observancia del derecho internacional, lo que incluye suspender el envío de armas cuando existe un riesgo claro de que éstas se utilicen en contravención del derecho internacional”.

Perspectiva deshumanizada

A fines de octubre, una evaluación del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Comisión Económica y Social de Naciones Unidas para Asia Occidental (CESPAO) estimó que la pobreza en el Estado de Palestina en 2024 llegará al 74,3%, afectando a más de 4 millones de personas, incluidos 2.600.000 de nuevos pobres.

Dicha evaluación, titulada Gaza War: Expected socioeconomic impacts on the State of Palestine (La guerra en Gaza: efectos socioeconómicos previstos en el Estado de Palestina), también calcula que el producto interno bruto (PIB) este mismo año se contraerá un 35,1% con respecto a un hipotético escenario sin guerra, y que el desempleo podría alcanzar un 49,9%. En el Estado de Palestina, proyecta el documento, el Índice de Desarrollo Humano retrocederá 24 años, y en la Franja de Gaza el retroceso igualará los niveles de 1955, es decir, hace 69 años.

La situación actual de Gaza, Palestina y el Medio Oriente escapa a toda lógica y supera ampliamente los diagnósticos más sombríos imaginables. Un conflicto en el que se está jugando mucho más que la propia sobrevivencia de millones de palestinos debido a que, como si se tratara de un Apocalipsis cotidiano, ya está dividiendo las aguas de la propia conciencia de la civilización humana.

 [1https://news.un.org/es/story/2024/11/1534191.

 (CADTM, 18/11/24)

El gran cambio es que Harris, hasta ahora, ha perdido 9 millones de votantes desde 2020, mientras que Trump sólo ha ganado 1,2 millones... más de un millón se quedaron en casa porque no podían soportar el alegre apoyo del Partido Demócrata al genocidio. La victoria de Trump en Michigan se debió sin duda a esta cuestión... Los trabajadores estaban peor, los salarios no se mantuvieron, y la inflación dejó un largo y persistente impacto. Parte del voto joven se fue por razones económicas... La apatía está creciendo y sigue siendo un problema real... Al menos 88 millones no votaron, y otros 19 millones fueron privados del derecho de voto... No hay un gran giro a la derecha en las actitudes estadounidenses, pero existe una base real para la derecha. La élite del Partido Demócrata está completamente divorciada de las masas.Trump se aprovechó del descontento de la clase trabajadora. Aun así, solo obtuvo menos de 2 millones de votos nuevos en total. No hay pruebas de un desplazamiento a gran escala de los votos de la clase trabajadora hacia los republicanos en estas elecciones Cincuenta multimillonarios invirtieron 2.500 millones de dólares, el 45% del total de 5.500 millones, en las elecciones presidenciales... Hay una nueva estratificación de la burguesía, con los multimillonarios como nuevo factor... Existe un esfuerzo concertado por parte de un sector de multimillonarios libertarios para tener sus manos las palancas del Estado para controlar la carrera por la dominación global de la IA... es probable que se produzcan cambios legales radicales y extremos. Se invertirán 70 años de derechos civiles... Los asaltos económicos y políticos contra la clase trabajadora estadounidense se intensificarán, especialmente contra los progresistas. El Estado seguirá estrechando el cerco a las llamadas libertades democráticas burguesas restringiendo aún más el derecho al voto, los derechos civiles y la libertad de expresión (Deborah Veneziale)

"¿Cuál fue la participación electoral?

El gran cambio es que Harris, hasta ahora, ha perdido 9 millones de votantes desde 2020, mientras que Trump sólo ha ganado 1,2 millones. El recuento de votos perdidos de Harris disminuirá a medida que lleguen los votos finales, pero la historia más grande sigue siendo que Harris perdió más votos de los que ganó Trump.

La participación electoral NO es definitiva, pero es probable que esté entre 153 y 156 millones, por debajo de 2020, pero sigue siendo el segundo porcentaje de participación más alto en 100 años. Como mínimo, 107 millones de adultos no votaron (88 millones de los cuales son «elegibles» para votar). Por lo tanto, el 41% o más de la población adulta y el 36% de los votantes elegibles no votaron.

Utilizar el porcentaje de grupos de votantes que votaron por Trump es engañoso. La noticia sigue siendo que el cambio significativo es la pérdida de votantes de Harris.
¿Cuáles fueron los problemas económicos?

La supervivencia diaria se ha convertido en un grave problema para el 65% más pobre debido, en concreto, a la inflación de los artículos de alimentación y al aumento de los pagos de hipotecas y alquileres. Las cifras agregadas no reflejan esta realidad.

El nivel de vida real de los trabajadores era peor con Biden que con Trump.

Los salarios reales en EEUU siguen siendo más bajos que hace medio siglo.
¿Hay diferencias entre demócratas y republicanos?

Los partidos electorales estadounidenses NO son como los europeos, siempre han sido una versión diferente de los sistemas electorales burgueses. Los dos principales partidos estadounidenses son corporaciones, no partidos con afiliados, ideologías y programas. Están diseñados como un mercado de individuos que se acicalan para la Presidencia, muy parecido a la Exposición Canina del Westminster Kennel Club, pero que sólo se celebra cada cuatro años.

Los demócratas entregaron su política exterior al grupo CNAS de belicistas neocon que ahora serán desplazados.

Los republicanos tampoco son un partido real; Trump lo demostró, y lo que sigue para los republicanos después de Trump también es incierto.
¿Cuáles son los cambios de clase en Estados Unidos?

Hay una nueva estratificación de la burguesía, con los multimillonarios como nuevo factor. El discurso cada vez más dominante entre la clase capitalista tiene los medios para ejercer su influencia.

Cincuenta multimillonarios invirtieron 2.500 millones de dólares, el 45% del total de 5.500 millones, en las elecciones presidenciales. De ellos, 1.600 millones fueron para los republicanos, 750 millones para los demócratas y el resto para ambos. El total gastado en las elecciones, en todas las contiendas, fue de 16.000 millones, señal de una cleptocracia, no de una democracia próspera.


washingtonpost.com/elections/

Existe un esfuerzo concertado por parte de un sector de multimillonarios libertarios de la tecnología, incluidos Thiel y Musk, para tener sus manos directamente en las palancas del Estado para controlar la carrera por la dominación global de la IA. Creen que sólo ellos deberían controlar los avances en el espacio de la IA para el mundo y que el siguiente paso inicial es lo que se denomina Inteligencia General Artificial (AGI). Estos megalómanos creen que esto iniciará el control de los humanos por la inteligencia de las máquinas y, quizás, en sus sueños perversos, el fin de la humanidad.

Un número creciente de capitalistas menores, como los multimillonarios, se agrupan ahora en la clase media alta y en el tercio más rico de los votantes. Una tendencia muy importante a tener en cuenta es que, en los últimos quince años, el tercio más rico ha cambiado su lealtad de los republicanos a los demócratas.
¿Por qué perdió Harris entre 6 y 9 millones de votos?

Los trabajadores estaban peor, los salarios no se mantuvieron, y la inflación dejó un largo y persistente impacto. Parte del voto joven se fue por razones económicas. Otros estaban desilusionados y desmoralizados por el apoyo a ultranza del Partido Demócrata a la guerra genocida en Gaza. Los musulmanes, aunque son un grupo pequeño, votaron por un tercer partido o por Trump.

A pesar de las invenciones de los manipuladores corporativos del Partido Demócrata, Harris era, de hecho, inauténtica, antipática, superficial, y no podía enmascarar su historia como fiscal que pasó su vida atacando los derechos de los pobres.

El descontento con muchos partidos electos occidentales es cada vez mayor: conservadores en el Reino Unido, centroderecha en Francia, derecha en Alemania, todos expulsados. Biden abandonó un Partido Demócrata desmoralizado y lo hizo demasiado tarde.

El alarmismo sobre el fascismo era el núcleo de la retórica de los demócratas, a pesar de que nadie sabe lo que significa el término. Algunos votantes se molestaron por el acoso de los liberales para que les votaran, ya que eran el último raíl de defensa contra el fascismo. Mucha gente no creía que Trump fuera, de hecho, un fascista, ni que todos los miembros de su familia que escuchaban a Trump lo fueran.

La apatía está creciendo y sigue siendo un problema real.

Probablemente más de un millón se quedaron en casa porque no podían soportar el alegre apoyo del Partido Demócrata al genocidio. La victoria de Trump en Michigan se debió sin duda a esta cuestión.

Harris hizo el juego y aduló al criminal de guerra Dick Cheney, el arquitecto de la invasión de Irak y un histórico enemigo derechista de los demócratas. No sabemos cuántos votantes se fueron indignados.
¿Por qué ganó votos Trump?

Trump se aprovechó del descontento de la clase trabajadora. Aun así, solo obtuvo menos de 2 millones de votos nuevos en total. No hay pruebas de un desplazamiento a gran escala de los votos de la clase trabajadora hacia los republicanos en estas elecciones.

Las mujeres de clase trabajadora votaron a candidatos locales que apoyaban el aborto, pero votaron a Trump por razones económicas y de otro tipo. Otras votaron por cuestiones locales importantes para ellas y luego votaron a Trump por considerar que, a pesar de sus comportamientos desagradables, estaba más comprometido con «sacudir las cosas».

La clase multimillonaria se aseguró de que Trump dispusiera de abundantes fondos. America Pac, de Elon Musk, gastó 118 millones de dólares en operaciones de campo para la campaña de Trump, un papel inusual para un superpacto.

De 2008 a 2020, se produjo un descenso en el porcentaje de votantes que apoyaban a los demócratas entre el 1/3 de las rentas más bajas de EEUU.

Ahora se dispone de muy pocos datos para dar una respuesta detallada sobre el número relativamente insignificante de votantes que votaron demócrata en 2020 y republicano en 2024.
¿Qué valoración hace de los nuevos cargos del gabinete anunciados?

Los dieciséis nombramientos de Trump hasta la fecha son todos partidarios declarados del genocidio en Palestina. En Estados Unidos hay sionistas judíos y cristianos. Trump ha nombrado a varios sionistas cristianos. La mayoría son halcones de China.

Si se analizan desde el punto de vista de la diplomacia estadounidense, muchos de ellos son candidatos muy decepcionantes. Estos incluyen: Secretario de Estado: Senador Marco Rubio: Es un anticomunista rígido y feroz.
Secretario de Defensa: Pete Hegseth, veterano de la Guardia Nacional del Ejército y presentador de Fox News: es divisivo y no tiene experiencia militar de alto nivel.
Fiscal General: El representante Matt Gaetz, de Florida: No tiene experiencia en el Departamento de Justicia y ha tenido polémicas legales en el pasado.
Directora de Inteligencia Nacional: La ex representante Tulsi Gabbard, de Hawái. No tiene formación en inteligencia, pero es quizá menos rígida en cuestiones internacionales, no intervencionista y mantiene una amistad con el primer ministro indio Modi.
Embajadora ante las Naciones Unidas: Representante Elise Stefanik de Nueva York. Es una sionista extrema, tiene casi nula experiencia diplomática y se ha centrado sólo en temas domésticos, pero es leal a Trump.
Secretaria de Seguridad Nacional: La gobernadora de Dakota del Sur, Kristi Noem. Carece de experiencia en el gobierno nacional y sus acciones han virado hacia un antifederalismo radical.

Debido a algunos de estos nombramientos, la estatura de EE.UU. en los asuntos internacionales probablemente disminuirá.

Trump ha despedido brillantemente al extremadamente peligroso Pompeo. Ha dejado claro que pocos del primer grupo interno de su gabinete y asesores volverán. El mundo no los echará de menos. Sin embargo, hay pocos indicios que sugieran que Trump tiene la capacidad de liderar con éxito a cualquier grupo incluso durante un periodo intermedio. Es conocido por enfrentarse a las personas y ponerlas unas contra otras.
¿Cómo interpretar el voto?

Una parte importante de la clase trabajadora ha abandonado comprensiblemente a los demócratas en estas elecciones.

No hay un gran giro a la derecha en las actitudes estadounidenses, pero existe una base real para la derecha.

La élite del Partido Demócrata está completamente divorciada de las masas. El desfile de la leal élite cultural real como Taylor Swift, Beyonce y Bruce Springsteen apestaba a riqueza, opulencia y sordera.

No hay que subestimar la apatía. Al menos 88 millones no votaron, y otros 19 millones fueron privados del derecho de voto.

Los terceros partidos no pueden ganar ni un solo estado en las elecciones presidenciales. Están estructuralmente bloqueados en el Congreso. Estados Unidos se ha encerrado en un sistema bipartidista. La mayoría de los votantes han sido capturados por esta creencia.

Pequeñas excepciones son los candidatos ricos como Ross Perot en 1992 y Robert Kennedy Junior.

Al final hubo una enorme intimidación contra los partidarios de los candidatos de terceros partidos, lo que deprimió su voto aún más de lo habitual. En estas elecciones que acaban de celebrarse, la candidata del Partido por la Liberación y el Socialismo, Claudia Cruz, ha recibido hasta ahora 134.348 votos. Los 134 mil votos de Claudia Cruz es el mayor número de votos para un comunista explícito en la historia de Estados Unidos. Supera el récord anterior de William Z. Foster del CPUSA de 120 mil votos en 1932. El voto de 1932 fue un porcentaje mayor de la población, ya que EEUU era más pequeño en 1932. Estos hechos son un recordatorio de la larga campaña de anticomunismo dentro de EEUU.

El capital está claramente contento con la victoria de Trump, como demuestra el mitin de celebración del 6 de noviembre en Wall Street. No están de acuerdo con el bombo liberal de que él traerá el fin de la sociedad estadounidense.

A pesar de las mentiras de los liberales, los hechos son que Trump inició formalmente la Nueva Guerra Fría contra China. Su equipo interno es más ferozmente antichino que los demócratas, más ligados a la Guerra de Ucrania.

Trump tiene menos restricciones, ya que controla el Senado, la Cámara de Representantes, el Tribunal Supremo y la Presidencia.

Sería un error subestimar este peligro.
Otras cosas que la gente de fuera de EE.UU. debería saber

En algunas partes del Sur Global existe la tendencia a un análisis simplista y falso según el cual cualquier enemigo de los liberales es amigo del Sur Global. Se trata de un argumento gravemente erróneo. La ultraderecha imperialista no es un buen tipo, es un conservador cultural que quiere proteger a las familias y la vida cultural. Dentro de EEUU, la cultura conservadora está estrechamente ligada a la esclavitud y al genocidio. Es misógina, racista, militarista y reaccionaria. No debemos confundir las historias de Irán, Turquía, India, Ghana y China con las de Estados Unidos.

Celebrar las divisiones en el campo enemigo es a menudo totalmente correcto. Pero los comunistas, los socialistas y los verdaderos demócratas no apoyan los puntos de vista reaccionarios y siempre están del lado del pueblo, no de los ideólogos de extrema derecha.

También hay una gran confusión sobre MAGA y MAGA-Comunismo. En primer lugar, Make America Great Again (MAGA) significa volver (la segunda «A» en MAGA) a la plena gloria del pasado industrial de EEUU. Pero, ¿qué era ese pasado? Fue, de hecho, la total subordinación económica, política, militar y racial de los pueblos de los Estados del Sur Global a Estados Unidos. Fue el siglo de la humillación de China. Este no es un retorno que deba ser bienvenido por la historia. MAGA es un resultado y un concepto profundamente reaccionario e inaceptable.

Uno de los más grandes poetas de Estados Unidos es Langston Hughes. Uno de sus poemas se titulaba «Let America Be America Again«. Pero se trataba de una parodia, ya que la afirmación real se hacía en el estribillo: «América nunca fue América para mí». El significado de este poema era la falsa representación de Estados Unidos como si siempre hubiera tenido un pasado glorioso, que nunca fue cierto para los esclavos ni para la clase trabajadora.

En segundo lugar, hay un puñado de personalidades en Estados Unidos que han tomado la gran palabra comunismo y la han mancillado con la idea de volver a esa América falsamente idealizada. La antigua industria estadounidense «fuerte» se construyó sobre las espaldas de los trabajadores mal pagados de las minas de África y otros lugares.

Desear un verdadero camino comunista es algo bueno. Pero atarlo a un pasado imperialista, a un pasado de violencia, con puntos de vista reaccionarios, es el camino opuesto que tomaron Lenin, Mao y Fidel.

También existe una peligrosa tendencia a rechazar sin más los conceptos liberales de la política de identidad y abrazar los valores del conservadurismo de extrema derecha, al tiempo que se carece de un pensamiento científico sobre la difícil situación de las mujeres y otros grupos vulnerables.

El PCCh dirigió al país en los primeros Soviets nacionales de Ruijin en la lucha por abolir los prejuicios del feudalismo y emancipar a las mujeres y a las minorías nacionales de China. Sin embargo, estos derechos aún no se han conseguido en muchos países, ya que no ha habido una revolución comunista.

El verdadero comunismo es el camino para promover los intereses generales de la clase trabajadora en todos los países, incluidas las mujeres, las minorías nacionales y otros grupos vulnerables.

La base de votantes republicanos en términos de clase es la clase media-baja, que es abrumadoramente blanca, suburbana y rural. La amplifican los cristianos fundamentalistas y los bastiones regionales republicanos.

Hay seis tendencias «ideológicas», todas de extrema derecha, en el campo republicano: 
Demagogos populistas
Libertarios extremos
Cristianos-sionistas fanáticos
Anticomunistas virulentos
Peligrosos multimillonarios tecnológicos obsesionados con la inteligencia artificial
Conservadores complejos

La economía estadounidense seguirá funcionando mal, pero mejor que la del resto de Occidente. Seguirá utilizando su hegemonía del dólar, reforzada con sanciones, para sacar cientos de miles de millones del Sur Global y obligar a Europa, Australia y Japón a subordinar sus intereses económicos a los de EEUU.

El presupuesto real de EE.UU. para el ejército fue de 1,8 billones de dólares el año pasado. Parece improbable que se produzcan recortes significativos.

En la actualidad existe una clase media alta negra permanente que produce un falso liderazgo negro. Este grupo de mal liderazgo ha creado dos décadas de criminales de guerra negros y apologistas del imperio. Sin embargo, el ascenso de esta banda de mal liderazgo no debe eclipsar el hecho de que la mayoría de los negros siguen estando oprimidos y explotados.

La política antiinmigración en Estados Unidos se dirige principalmente a los inmigrantes indocumentados de México, Centroamérica y el Caribe.

Pero existe la falsa creencia de que todos los inmigrantes de EE.UU. son de clase trabajadora y progresistas, lo cual no es cierto. Un importante estrato de inmigrantes de EE.UU. que no pertenecen a la clase trabajadora se encuentran entre los defensores más virulentos de las atrocidades de EE.UU. en el mundo.

Existe la creencia de que hay una conspiración de algún grupo secreto de miembros del ejército y del gobierno que deciden la mayoría de las cosas, al que llaman el Estado Profundo. Este es un concepto perezoso. Niega que todos los Estados tengan un carácter de clase y un ejército permanente. En EE.UU., se calcula que más de 5 millones de personas tienen autorización de seguridad, y muchos tienen empleos casi vitalicios. No hay necesidad de teorías conspirativas. Estados Unidos tiene un Estado avanzado que funciona en nombre del capital. Este Estado gestiona los asuntos de los grandes capitalistas, que a menudo compiten entre sí, y ahora favorece cada vez más a los multimillonarios de la clase capitalista. Por lo tanto, una mejor manera de ver el Estado de EE.UU. es a través de la lente de Mao, Lenin y Marx y no como una conspiración inexplicable.

Existe una relación especial entre Estados Unidos e Israel, ambos Estados de extrema colonización blanca. Sólo en Estados Unidos, más de 30 miembros de la Cámara de Representantes, del Senado y del gabinete tienen doble nacionalidad estadounidense e israelí. Israel no controla los EE.UU., PERO son socialmente un duopolio.

Son el NÚCLEO del Anillo 1 del Norte Global, el núcleo del bloque imperialista, junto con el Reino Unido, Canadá y Australia.

La tendencia a largo plazo es clara: la democracia liberal burguesa está fracasando en todo el mundo.
¿Cuál es la consecuencia interna de la votación?

Desde 2016, la cúpula de la clase capitalista ha dirigido y movilizado un movimiento neofascista. Ahora se utilizarán niveles crecientes de fuerza y guerra legal internamente dentro de EEUU.

El propio Trump no es un fascista per se. Es superegoísta y cree que puede actuar con una impunidad casi absoluta.

Pero está montado sobre, y es beneficiario de, fenómenos cambiantes de clase.

El fascismo no es tanto una ideología como una relación de clase estructural en la que la clase media-baja, de ideología revanchista, es movilizada por el gran capital durante un periodo de desequilibrio interno y externo.

El New York Times y el Financial Times utilizan la palabra fascismo como táctica de miedo para mantener su papel e influencia en el Estado. Neo-fascismo es una palabra más precisa que fascismo en este momento para describir los cambios en EEUU.

Históricamente, hay algunas cosas que son necesarias para definir un estado plenamente fascista en los países imperialistas. Una es que el Estado utilice métodos de control que normalmente sólo emplearía para sus colonias y neocolonias, es decir, violencia y fuerza generalizadas extremas. La otra es que recurran al derrocamiento de la constitución.

Es poco probable que la Constitución se modifique directamente. Sin embargo, la Constitución original, un documento del siglo XVIII, tiene muchas lagunas que pueden aprovecharse.

Por tanto, es probable que se produzcan cambios legales radicales y extremos. Se invertirán 70 años de derechos civiles.

En general, queda por ver hasta dónde está dispuesta a llegar la clase capitalista.

La capacidad del Estado en muchas áreas distintas de la defensa y la policía de fronteras se verá disminuida. Trump 1 vio grandes recortes en el Departamento de Estado. Incluso con la presencia de Rubio, es poco probable que se restituya a su antiguo nivel.

Los multimillonarios desempeñarán un papel directo en tareas clave, desde reunirse con Zelensky hasta aserrar en cadena los departamentos gubernamentales. Algunos departamentos, como Agricultura, Educación y Sanidad y Servicios Humanos, son, de hecho, decrépitos, corruptos y disfuncionales. Pero una renovación dirigida por multimillonarios dará lugar a una privatizada burocracia estatal capitalista igualmente disfuncional.

Trump está comprometido con una estrategia aislacionista a largo plazo. Pero EE.UU. tiene más de 900 bases militares en el extranjero. Ha apoyado plenamente la expansión de la guerra de Israel en Oriente Próximo, aumentando su ejército en el proceso.

Trump no bloqueará los proyectos de infraestructuras que se votaron durante Biden. EE.UU. reconoce que su pérdida de capacidad manufacturera es un déficit estratégico de abastecimiento militar.

El grueso de los recortes seguirá aumentando el sufrimiento de los 150 millones de trabajadores pobres de Estados Unidos.

La izquierda se verá aún más sometida a una severa represión. Rubio está salivando.
¿Cuáles son las posibles consecuencias internacionales?

A pesar de la reciente reunión de Zelensky, es probable que Estados Unidos impulse un alto el fuego y reduzca la guerra de Ucrania. Crimea está fuera de la mesa. Las líneas militares actuales serán el punto de partida. Hacer esto podría reducir el peligro inmediato de una guerra nuclear. En abril de este año, tanto Vance como Rubio votaron en contra del proyecto de ley de ayuda militar estadounidense a Ucrania por valor de 95.000 millones de dólares.

Con Israel, hay tres posibilidades principales: Trump frena a Netanyahu y pide el fin del Líbano, ningún cambio de régimen en Irán y un acuerdo de paz injusto.
Cae presa de los sionistas cristianos y continúa el genocidio contra Palestina.
Va en contra de sus declaraciones de no guerra y aprueba una escalada con Irán.

No lo sabemos, pero la primera opción no es imposible. Trump quiere un acuerdo con Arabia Saudí.

Hace unos días, MBS se vio obligado a calificarlo de Genocidio, una declaración poco habitual en un aliado de larga data de Estados Unidos.

Con China, también hay tres posibilidades: Trump dice que los aranceles son su palabra favorita en lengua inglesa y quiere aumentarlos y eliminar los impuestos internos.
Rubio y otros miembros del gabinete que odian a China le empujan a escalar.
Elementos de la seguridad nacional estadounidense y magnates de la tecnología como Peter Thiel presionan para que Estados Unidos se prepare militarmente.

Sobre la cuestión de Taiwán, algunos en el Sur Global caen en la trampa de los mensajes liberales en Occidente de que Trump, el negociador, venderá Taiwán a cambio de una comisión. Esto provocaría una fuerte resistencia por parte de los militares estadounidenses y de amplios sectores de los miembros anticomunistas de su grupo central. Se trata de un caso muy improbable.

El mundo no debería confundirse si Trump inicia un alto el fuego en Ucrania y presiona a Netanyahu para que reduzca el Genocidio. Ninguna de estas acciones invierte la tendencia a largo plazo de EE.UU. hacia la militarización contra China. Nada de lo que haga Trump cambiará el anémico crecimiento económico estadounidense a largo plazo.

China sigue en camino de superar a Estados Unidos en PIB al tipo de cambio actual en un plazo de 10 años.

El Estado estadounidense sigue con su objetivo a largo plazo de utilizar su supremacía militar autopercibida para destruir lo que percibe como la amenaza euroasiática. Sigue empeñado en desmembrar la Federación Rusa y derrocar al PCC. Los imperialistas creen que éste es el camino hacia un reinado milenario de poder unilateral.

EE.UU. continuará, sin tregua, su estrategia de búsqueda de la primacía nuclear y lo que se denomina estrategia de «contrafuerza», que prevé el uso de un primer ataque o lanzamiento de armas nucleares. Prueba de estos peligrosos cambios en la estrategia militar estadounidense es su retirada unilateral de los siguientes tratados: 
 
2002 (Bush): el tratado de Misiles Antibalísticos (ABM).
2019 (Trump): el tratado sobre Fuerzas Nucleares Intermedias (INF).
2020 (Trump): el tratado de Cielos Abiertos

Tucker Carlson tiene por ahora el oído de Trump y no es partidario de conflictos militares.

En 2023, un general de cuatro estrellas, Minihan, afirmó que EEUU estaría en una guerra caliente con China en 2025. No se trata de declaraciones accidentales.

Se desconoce si Rubio, algunos de los libertarios de extrema derecha y las fuerzas militares influenciadas por el CNAS pueden superar la aversión de Trump a los conflictos militares.

Es probable que EE.UU. aumente su atención en América Latina y aumente el apoyo a la extrema derecha como Bolsonaro y Milei.

No es probable que se conceda ayuda a gran escala a África. El proyecto ferroviario de Angola es ahora improbable.
Comentarios finales

El Estado estadounidense sigue en su línea a largo plazo de utilizar su autopercibida supremacía militar para destruir la amenaza euroasiática.

Estados Unidos ha adoptado la contrafuerza y la supremacía nuclear como su principal estrategia militar.

La amenaza de guerra no ha cambiado debido a una nueva administración. Sólo, quizás, la velocidad a la que se llevará a cabo.

Los asaltos económicos y políticos contra la clase trabajadora estadounidense se intensificarán, especialmente contra los progresistas.

El Estado seguirá estrechando el cerco a las llamadas libertades democráticas burguesas restringiendo aún más el derecho al voto, los derechos civiles y la libertad de expresión."

( Deborah Veneziale , investigadora con Tricontinental: Instituto de Investigación Social. , MROnline, 18/11/24, traducción DEEPL, gráficos y enlaces en el original)

Una derrota militar de Rusia por Ucrania y la OTAN era inconcebible, salvo en forma de Tercera Guerra Mundial... La única posibilidad de una derrota rusa era un colapso de la economía debido a las sanciones, pero una vez que esa vía no resultó, la vía de la derrota militar quedaba descartada... Una derrota estratégica significaría la disolución interna y eso es algo que ni Putin, ni quien le suceda, podrían permitir jamás sin recurrir a todas las opciones disponibles... las conversaciones de paz sobre la base de la reanudación de los acuerdos de Minsk II fueron sistemáticamente boicoteadas, no por Zelenski, sino por la OTAN...tras dos años y medio de conflicto, Ucrania se reduce a 29 millones de habitantes (tenía 41 en vísperas del conflicto). El sistema de infraestructuras está devastado. El sistema económico está en bancarrota y se mantiene artificialmente vivo gracias a los pagos occidentales... En este contexto, la decisión de Biden de permitir Ucrania utilizar sus misiles ATACAMS de largo alcance para atacar objetivos en territorio ruso, nada cambia ni puede cambiar de esta manera en lo que respecta al equilibrio sobre el terreno, donde Rusia ha ganado más territorio en el último mes que en toda la contraofensiva del año pasado (Andrea Zhok)

"Al parecer, en Estados Unidos, el presidente saliente Biden, derrotado y desautorizado por su propio entorno por considerarlo incapaz de continuar en el papel de líder, dio permiso a Ucrania para utilizar sus misiles ATACAMS de largo alcance (300 km) para atacar objetivos en territorio ruso.

La postura estadounidense fue seguida de cerca por Francia, que permitirá el uso en profundidad de los SCALP, y el Reino Unido, que permitirá el uso de los STORM SHADOW.

Desde el primer día del conflicto ruso-ucraniano u «operación especial», como se la denominó, estaba claro para todos los que no fueran de mala fe que una derrota militar de Rusia por Ucrania + la OTAN era inconcebible, salvo en forma de Tercera Guerra Mundial. Nadie podía pensar ni por un minuto que si Rusia se encontraba en una situación desesperada en el campo de batalla en una guerra convencional aceptaría simplemente una derrota estratégica en su propio territorio. La única posibilidad de una derrota rusa que no pasara por un holocausto nuclear era un colapso de la economía debido a las sanciones, pero una vez que esa vía resultara impracticable, la vía de la superación militar quedaba obviamente descartada. Un imperio del tamaño del ruso no puede mantener un control central generalizado sobre todos sus territorios. Su existencia está permitida y alimentada por la certeza percibida de la unidad del país en el futuro. Una derrota estratégica significaría la disolución interna y eso es algo que ni Putin, ni quien le suceda, podrían permitir jamás sin recurrir a todas las opciones disponibles.

Esta imagen era obvia desde el principio.

Por este motivo, así como por obvias razones humanitarias, se debería haber seguido inmediatamente el camino del compromiso y de una paz rápida.

Como sabemos, las conversaciones de paz sobre la base de la reanudación de los acuerdos de Minsk II fueron sistemáticamente boicoteadas, no por Zelenski, sino por la OTAN. Fue necesaria la intervención directa de Boris Johnson para echar por tierra el acuerdo ya casi alcanzado en Estambul pocas semanas después del inicio del conflicto.

Hoy, tras dos años y medio de conflicto, Ucrania se reduce a 29 millones de habitantes (tenía 52 en 1993, y 41 en vísperas del conflicto). El sistema de infraestructuras está devastado. El sistema económico está en bancarrota y se mantiene artificialmente vivo gracias a los pagos occidentales (no reembolsables, pero en su mayoría préstamos).

Durante mucho tiempo ha reinado en el país una atmósfera surrealista, con auténticas cacerías de hombres para enviar al frente a todo varón sano. Escenas espantosas de personas secuestradas en plena calle, apaleadas y luego metidas en una furgoneta para ser enviadas como carne fresca al frente se han visto ya miles de veces (no, por supuesto, en los mentideros de la comunicación dominante).

En este contexto vemos a gente como Soros hijo (porque en Occidente hemos restaurado dinastías) alegrarse en las redes sociales por la decisión de Biden («¡Es una gran noticia!»).

Por supuesto, todo el mundo, pero todo el mundo de verdad, sabe que una decisión así sólo significa tres cosas

1) más dinero en los bolsillos de la industria bélica;

2) más muerte y destrucción de personas que no están en el frente (rusos y ucranianos en mayor número serán golpeados tierra adentro);

3) mayor riesgo de escalada en dirección a la Tercera Guerra Mundial.

En cambio, absolutamente nada cambia ni puede cambiar de esta manera en lo que respecta al equilibrio sobre el terreno, donde Rusia ha ganado más territorio en el último mes que en toda la contraofensiva del año pasado.

En la práctica, una vez más, las clases dirigentes occidentales demuestran que sólo conocen los defectos de la Realpolitik, pero no sus méritos.

En efecto, es posible imaginar elecciones de realpolitik hechas con frío cinismo, sabiendo que costarán muchas vidas, y sin embargo hacerlas sabiendo que pueden lograr objetivos estratégicos a largo plazo (ciertamente una elección así fue la que hizo Putin con el cruce de la frontera ucraniana en febrero de 2022). Son elecciones maquiavélicas, amorales, pero defendibles en términos de una racionalidad colectiva a largo plazo, propia de organismos complejos como los estados y los imperios.

Las opciones occidentales actuales en lugar de Realpolitik sólo tienen cinismo, pero ningún contacto con la realidad.

Están dispuestos a maniobrar a los seres humanos en el tablero de la historia como peones libremente prescindibles, sólo que no son maestros de ajedrez sino monos de escenario, modernos zampanos en versión lustrosa.

Pero, se dirá, detrás de los payasos de escenario, de los carniceros que sirven para cosechar votos en los programas de entrevistas, puede haber un Poder Oscuro, tal vez con una Agenda Oscura, pero a su manera racional, ¿no? Por supuesto, no son los Biden ni los Scholz los que dirigen el barco, pero bien puede haber maniobras detrás, el famoso «Estado Profundo»…

Y desgraciadamente, quienes piensan en estos términos siguen siendo demasiado optimistas, porque humanizan y racionalizan a la oligarquía de maniobreros, convirtiéndolos en un nuevo Sauron: oscuro, malvado, pero racional a su manera.

Sólo que no, la situación es mucho peor. La oligarquía de maniobras entre bastidores existe, por supuesto, pero no es un partido, ni una asociación secreta, ni una secta, sino un conglomerado cambiante de partidos, asociaciones secretas, sectas, lobbies de diversa índole, totalmente incapaces de planificar siquiera el mal a largo plazo; muy capaces, eso sí, de mantener el timón a estribor de su propio interés económico a corto y medio plazo. Y éste es el ÚNICO ELEMENTO QUE LOS CONECTA en profundidad.

Lo que facilita la realización de ese interés es permitido y promovido por algunos. Lo que obstaculiza ese interés es obstaculizado, censurado, definido. En un mecanismo «darwiniano», las ideas, ideologías, iniciativas culturales, publicaciones, personalidades que están a favor son permitidas, favorecidas, se reproducen, se expanden. Las demás languidecen en la penuria. Así toma forma también una especie de «ideología» del «Estado profundo» que, sin embargo, nadie ha diseñado y que es de naturaleza puramente superestructural.

El resultado global es lo que podemos llamar el imperio del cinismo sin cabeza.

Construimos una máquina de matar enorme, inmensamente compleja y destructiva, y en la cabina pusimos a una pandilla de monos manoseando los mandos."

( Andrea Zhok, L'Antidiplomatico , 18/11/24, traducción DEEPL)

Mazón adjudica a dedo uno de los primeros contratos de emergencia a la firma en la que trabajó su jefe de gabinete

"Uno de los primeros contratos de emergencia del Gobierno de Carlos Mazón tras la catastrófica DANA ha ido a parar a la empresa en la que su jefe de gabinete y secretario autonómico de Comunicación, José Manuel Cuenca, trabajó durante cinco años. La consellera Nuria Montes, conocida por sus inoportunas declaraciones sobre los familiares de las víctimas mortales de la DANA, ha firmado el encargo a dedo a la mercantil STV Gestión SL de uno de los cuatro lotes del contrato de emergencia para el servicio de limpieza de viales y accesos de polígonos industriales afectados por la catástrofe del pasado 29 de octubre. El importe del lote es de 290.000 euros.

José Manuel Cuenca fue responsable del departamento de Comunicación y Relaciones Institucionales de STV Gestión SL entre noviembre de 2017 y enero de 2023, cuando se incorporó de asesor del grupo parlamentario popular en las Corts Valencianes y luego como alto cargo del Ejecutivo de Mazón, según indica su currículum oficial del portal de transparencia autonómico GVA Oberta.

Cuenca es una de las personas más cercanas al presidente Mazón en el 'politburó' de Presidencia. El secretario autonómico y jefe de gabinete del jefe del jefe del Consell no se ha separado de Carlos Mazón desde el día siguiente de la catastrófica DANA. En las horas clave del 29 de octubre, según publicó The Objective, Cuenca estaba fuera del Palau de la Generalitat para atender un asunto “particular” en Xàtiva, situada a 60 kilómetros de la capital valenciana.

La empresa STV Gestión SL, con numerosos contratos públicos en Murcia y, en menor medida, de la Diputación de Alicante, cuenta con unos activos de 76 millones de euros, según indican sus últimas cuentas anuales, correspondientes al ejercicio 2023, depositadas ante el Registro Mercantil.

El antiguo responsable de comunicación y de relaciones institucionales de la empresa, ejerce actualmente de mano derecha de Mazón en el Palau de la Generalitat. Durante toda la crisis de la DANA, Cuenca no se ha separado de su jefe, al igual que otros altos cargos de Presidencia que componen el núcleo duro del Ejecutivo valenciano, como Santiago Lumbreras (exjefe de gabinete de Mazón en la Diputación de Alicante) o Cayetano García Ramírez.

De José Manuel Cuenca depende toda la estrategia de comunicación de Carlos Mazón. El jefe de gabinete del president estuvo vinculado profesionalmente a la cadena Cope hasta 2017, año en que pasó a trabajar en STV Gestión SL. Tras un breve periodo de asesor del grupo parlamentario popular, entre febrero y julio de 2023, tras las últimas elecciones autonómicas, Cuenca aterrizó en el Palau de la Generalitat. El alto cargo mantiene una relación de amistad con Carlos Mazón hasta el punto de que ambos comparten casa en València. 

La “imprescindible y urgente” limpieza de polígonos

El contrato de emergencia, mediante una adjudicación negociada sin publicidad, justifica la licitación por la paralización de la actividad en los polígonos industriales de la comarca de l'Horta Sud tras el paso de la DANA, “por lo que es imprescindible y urgente la inmediata limpieza y liberación de obstáculos que impiden el acceso a las empresas y naves industriales”.

La adjudicación ha corrido a cargo del Instituto Valenciano de Competitividad e Inovación (Ivace), presidido por la consellera Nuria Montes. La titular de la cartera autonómica de Industria afirma en la documentación consultada por elDiario.es que los trabajos deben ser ejecutados por empresas “capaces de realizar los servicios de forma óptima y con la mayor rapidez y eficacia”. Así, entre las mercantiles que “han prestado su consentimiento en la prestación de los servicios” figura, para el segundo lote, STV Gestión SL.

“Cada día de retraso en el acceso a las instalaciones industriales supone cuantiosas pérdidas económicas”, indica la resolución que declarar y tramita de emergencia la contratación, firmada por Montes. STV Gestión SL ha obtenido el segundo lote, relativo a la limpieza de los viales y los accesos de los polígonos industriales de Albal, Beniparrell, Catarroja y Massanassa.

La resolución firmada por Nuria Montes advierte de que la distribución de los polígonos asignados a cada lote “podrá verse modificada de acuerdo con las indicaciones e instrucciones” del Ivace “al objeto de agilizar la finalización de las tareas lo antes posible”.

Aunque se calcula un plazo de ejecución de un mes, la consellera Montes también indica que el tiempo total “variará en función de la extensión y de la situación existente en cada polígono”, un periodo “imposible de determinar con exactitud”.

Es la única empresa adjudicataria de este contrato, que cuenta con un valor total de 1,1 millones que no está domiciliada en la provincia de València. El cuarto lote ha sido adjudicado, también por 290.400 euros, a Pavasal (constructora que, según la sentencia del 'caso Taula' sobre la caja B del PP de València, aportó un total de 240.000 euros a la campaña electoral de los populares en las elecciones municipales de 2007).

El primer lote ha sido adjudicado a GD Energy Services SAU (domiciliada en Paterna) y el tercero a Magma Tratamientos SLU, una empresa de demolición de Massalfassar.
Industria defiende que Cuenca “no ha tenido nada que ver”

Presidencia de la Generalitat Valenciana no ha contestado las preguntas de este diario.

La Conselleria de Industria, por su parte, asegura que el jefe de gabinete de Mazón “no ha tenido nada que ver” con la adjudicación.

Fuentes del departamento que dirige Nuria Montes afirman que el Ivace preguntó a empresas con “disponibilidad inmediata” de camiones y remarcan que también se ha adjudicado una asistencia técnica para la supervisión de la ejecución del servicio de limpieza de polígonos (por un valor total de 76.230 euros). La encargada de auditar los trabajos de STV Gestión será la empresa de ingeniería MS Ingenieros SLU."          (Lucas Marco / Sergi Pitarch , eldiario.es, 17/11/24)

19.11.24

Katharina Pistor: El capitalismo impulsa la espiral de muerte de la democracia... Estas elecciones en Estados Unidos marcan un “punto de inflexión”. Los votantes están señalando claramente que quieren un cambio... que los votantes en la democracia más antigua del mundo rechacen los fundamentos constitucionales de su país -el estado de derecho, un poder judicial independiente e imparcial, las garantías procesales y un traspaso ordenado del poder- es difícil de sobreestimar... La democracia se encuentra en una espiral de muerte porque está sometida a un régimen socioeconómico que enfrenta a todos contra todos, socavando la capacidad de consenso y de toma de decisiones colectiva... No es la primera vez que el capitalismo pone patas para arriba a la democracia. Hace un siglo, los efectos de la rápida industrialización a expensas de los individuos y sus comunidades alentaron el comunismo y el fascismo en Europa... Esta vez es diferente, y no solo en Estados Unidos. Vivimos en un sistema para el cual, a los ojos de la mayoría de los políticos, no existe otra alternativa... La globalización financiera, celebrada desde hace rato como una herramienta para disciplinar a los responsables de las políticas, ha puesto el destino de sociedades enteras en manos de inversores a los que solo les preocupan las señales de los precios y son ajenos a las necesidades humanas... no presenciamos el “fin de la historia” que Francis Fukuyama proclamó cuando terminó la Guerra Fría. Estamos condenamos a revivirla, pero todavía está por verse si como tragedia o como farsa

"Estas elecciones en Estados Unidos marcan lo que los alemanes llaman un Zeitenwende (“punto de inflexión”). Los votantes están señalando claramente que quieren un cambio, y que prefieren una segunda administración de Donald Trump a otro gobierno provisional que presida un régimen que rechazan.

Es verdad que los partidos políticos que prometieron proteger el status quo han perdido las elecciones en un país tras otro este año. Pero la importancia de que los votantes en la democracia más antigua del mundo rechacen los fundamentos constitucionales de su país -el estado de derecho, un poder judicial independiente e imparcial, las garantías procesales y un traspaso ordenado del poder- es difícil de sobreestimar.

El juego de acusaciones comenzó antes de que los resultados electorales se hubieran asimilado, con un enfoque previsible en el elitismo, la identidad y la propia candidata perdedora. Este ciclo de recriminaciones desgarrará al Partido Demócrata y lo hará aún menos apto para gobernar en el futuro. También distraerá la atención del elefante en la sala: el capitalismo. La democracia se encuentra en una espiral de muerte porque está sometida a un régimen socioeconómico que enfrenta a todos contra todos, socavando la capacidad de consenso y de toma de decisiones colectiva.

No es la primera vez que el capitalismo pone patas para arriba a la democracia. Hace un siglo, los efectos de la rápida industrialización a expensas de los individuos y sus comunidades alentaron el comunismo y el fascismo en Europa. El historiador económico Karl Polanyi, en sus escritos durante la Segunda Guerra Mundial, atribuyó la causa principal de los levantamientos políticos de su época a un sistema económico que subordinaba a la sociedad al principio de mercado.

El problema, según Polanyi, comenzó con la abolición de las “leyes de pobreza” en Inglaterra a principios del siglo XIX. Las masas, desarraigadas y sin tierra, no tuvieron más remedio que migrar a las ciudades, donde fueron explotadas como mano de obra barata en fábricas que consumían sus vidas y las de sus hijos. Aunque este sistema sin duda generó prosperidad, tuvo un costo enorme para demasiada gente. Sin la devastación provocada por la Primera Guerra Mundial, la reacción de las masas contra este sistema podría haber tardado mucho más.

Estados Unidos, que combatió en la Primera Guerra Mundial pero no en su propio territorio, evitó en gran medida el contragolpe a pesar de la depresión económica de los años 1930. Es importante decir que la administración del presidente Franklin D. Roosevelt consiguió algo que otros países no lograron: le dio al pueblo norteamericano la suficiente seguridad económica como para que pudiera empezar a vislumbrar un futuro mejor para sí mismo y para sus familias.

Esta vez es diferente, y no solo en Estados Unidos. Vivimos en un sistema para el cual, a los ojos de la mayoría de los políticos, no existe otra alternativa. De hecho, hace tiempo que ellos mismos han cedido el control del sistema y carecen de la capacidad o la voluntad de imaginar uno diferente. El aforismo del difunto Fredric Jameson de que “es más fácil imaginar el fin del mundo que el fin del capitalismo” ha cobrado renovada actualidad, y no es difícil entender por qué. Los gobiernos tienen muy poco espacio de maniobra, para no ser castigados por los mercados financieros (absolutamente amorales). La globalización financiera, celebrada desde hace rato como una herramienta para disciplinar a los responsables de las políticas, ha puesto el destino de sociedades enteras en manos de inversores a los que solo les preocupan las señales de los precios y son ajenos a las necesidades humanas.

Los gobiernos se ataron las manos con la esperanza de que los mercados proporcionaran capital, bienes y empleos. Con la idea de que debían apartarse del camino del mercado, abrieron sus países a la libre circulación de capitales, al tiempo que apoyaban la codificación legal selectiva de activos e intermediarios en beneficio de los más adinerados. Más tarde, animaron a sus bancos centrales a rescatar a los intermediarios que amenazaban con hundir todo el sistema financiero en otra crisis.

Los países también adoptaron tratados internacionales que les daban a las corporaciones multinacionales el poder de demandar a los estados anfitriones por perjudicar la rentabilidad de sus inversiones, o por un trato “injusto e inequitativo”. Con estos casos supervisados por un tribunal arbitral ubicado en otra parte, los gobiernos efectivamente desarmaron sus propios tribunales y minaron sus propias constituciones (cuyas disposiciones no se pueden utilizar como defensa contra las violaciones de los tratados internacionales).

Algunos países (entre los que se destaca Alemania) llegaron incluso a negarles a los futuros gobiernos electos la opción de recaudar financiación adicional mediante la consagración de requisitos de equilibrio presupuestario en sus constituciones. Otros mantuvieron a raya a sus ciudadanos aplicando austeridad fiscal, incluso mientras los ricos prosperaban con otro auge de los activos respaldado por políticas monetarias laxas. Al igual que Odiseo, que tenía las manos atadas al mástil del barco para resistir el llamado de las sirenas, los gobiernos encontraron maneras de escapar al llamado de los votantes que los habían elegido. El autogobierno democrático perdió credibilidad mucho antes del surgimiento de los partidos antidemocráticos que hoy se burlan abiertamente de él.

Por su parte, Polanyi esperaba que a la guerra siguiera otra transformación que pusiera el control en manos de las sociedades, no de los mercados. Los mecanismos jurídicos e institucionales adoptados para alcanzar este objetivo funcionaron en un principio, pero los poderosos actores privados y sus abogados pronto encontraron la forma de sortearlos.

Dos décadas después de la guerra, lo que Greta Krippner de la Universidad de Michigan describe como la financiarización de la economía estadounidense ya había despegado. La rentabilidad financiera se convirtió en el fin al que estaban subordinadas todas las demás necesidades y aspiraciones. Si bien el daño colateral de este proceso fue generalizado, el mayor golpe lo recibió nuestra capacidad para la toma de decisiones colectiva.

Si el comunismo y el socialismo no se hubieran desmoronado en el preciso momento en que la financiarización desataba toda su fuerza, muchos podrían haber advertido sus efectos corrosivos sobre la democracia mucho antes. Por el contrario, el capitalismo se celebró como la única alternativa posible. Como resultado de ello, no presenciamos el “fin de la historia” que Francis Fukuyama proclamó cuando terminó la Guerra Fría. Estamos condenamos a revivirla, pero todavía está por verse si como tragedia o como farsa."

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Los incentivos europeos para que acabe pronto la guerra de Ucrania... apoyar a Ucrania supone invertir una gran cantidad de recursos económicos. Pero si se quiere apoyar de forma definitiva, es decir, de manera que los ucranianos pudieran recuperar territorio no solo haría falta una gran inversión, sino que se tradujera en el armamento necesario. Y Europa carece en estos instantes de las capacidades industriales para producir esa cantidad de armas... Habrá muchas cosas en las que ocuparse en los años que vienen, y Ucrania es una complicación seria en un momento que ya no caben muchas más... El camino está trazado, pero las tensiones en el recorrido serán notables. Como la autorización de Biden a Ucrania para utilizar misiles que pueden golpear objetivos hasta 300 km. dentro del territorio ruso es un intento de desbaratar ese fin anunciado (Esteban Hernández)

 "La hipótesis con más visos de cumplirse respecto de la guerra de Ucrania es que, tras la llegada de Trump a la Casa Blanca, EEUU y Rusia inicien negociaciones para lograr un alto el fuego. Es el propósito declarado por el nuevo presidente y nada indica que vaya a dar marcha atrás. En ese diálogo, los intereses del actual gobierno ucraniano quedarán supeditados a los de los dos principales Estados negociadores. Si eso ocurre, como es muy probable que suceda, la situación de Zelenski será complicada. Por una parte, de aceptar el alto el fuego, tendrá que perder territorio; por otra, la nueva línea divisoria que se fije necesitará de garantías para impedir que, en el futuro cercano, trate de ser nuevamente modificada mediante incursiones bélicas rusas. Tampoco parece que esas garantías vayan a ser firmes.

En esa tesitura, Zelenski podría negarse a aceptar el alto el fuego. Pero continuar la guerra necesitaría de dos condiciones: que la aceptación interna fuera elevada, lo que es poco probable en un país agotado y con un campo de batalla que genera bajas diarias, y un apoyo europeo amplio e incondicional. Si EEUU retira la ayuda militar, los países europeos tendrían que proporcionar las grandes cantidades de armamento que los ucranianos precisan para defenderse.

Los incentivos para acabar con la guerra

A pesar de la petición del Alto Representante de la UE, Josep Borrell, que insta a que los Estados europeos continúen “apoyando a Ucrania todo el tiempo que sea necesario, todo lo que se pueda y lo más rápido posible”, nada hace pensar que las capitales continentales estén dispuestas a brindar esa ayuda. Hay varios países que llevan tiempo insistiendo en que la guerra debe terminar cuanto antes.

Europa carece de las capacidades industriales para producir la cantidad de armas que se precisa para cambiar el signo de la guerra

Tienen incentivos. Su lectura de la situación es que mantener la guerra supone un gasto elevado sin resultados. Es improbable que Ucrania recupere terreno, las sanciones están haciendo daño a Europa, y los muertos siguen produciéndose cada día. Si se retira la ayuda estadounidense, como Trump ha afirmado que hará, los intereses por cerrar el frente bélico serán aún mayores.

En primera instancia, apoyar a Ucrania supone invertir una gran cantidad de recursos económicos. Pero si se quiere apoyar de forma definitiva, es decir, de manera que los ucranianos pudieran recuperar territorio no solo haría falta una gran inversión, sino que se tradujera en el armamento necesario. Y Europa carece en estos instantes de las capacidades industriales para producir esa cantidad de armas. De modo que mantener la guerra sin aportar todo lo preciso para que Ucrania pudiera reconquistar su territorio se antoja innecesario.

Las dificultades que llegan para Europa

Una vez que el alto el fuego se produzca, sea cuando sea, serán los países europeos los que tendrán que aportar los fondos para reconstruir Ucrania. Si los Estados continentales tienen que invertir más en defensa por los compromisos contraídos con la OTAN, deben hacerse cargo del coste de la guerra, y además de la reconstrucción posterior, deberán aportar una suma enorme. Y todo eso en un entorno en el que la crisis alemana amenaza con tener repercusiones más allá de sus fronteras, en el que se esperan tensiones con los aranceles que imponga Trump y con un posible frenazo en la actividad económica de la eurozona por, entre otros factores, el mayor coste de la energía tras la recomposición que ha supuesto la guerra. Por si fuera poco, regresan las presiones para ajustar los presupuestos y reducir déficits por parte de quienes se niegan a emitir eurobonos.

Vienen momentos complicados, por lo que el aire que empuja en Europa hacia la finalización de la guerra es cada vez más potente. Habrá muchas cosas en las que ocuparse en los años que vienen, y Ucrania es una complicación seria en un momento que ya no caben muchas más. La semana pasada, el canciller alemán cogió el teléfono para hablar con Putin, tras una larga época de comunicaciones rotas.

El nuevo marco

La autorización de Biden a Ucrania para utilizar misiles que pueden golpear objetivos hasta 300 km. dentro del territorio ruso es un intento de desbaratar ese fin anunciado. El propósito es provocar una escalada de la guerra que dificulte acuerdos de alto el fuego. Parece más un movimiento desesperado por parte de la administración demócrata ante lo que viene que una estrategia para obtener cualquier tipo de resultado efectivo. Si esos ataques se producen, el tipo de respuesta rusa será decisiva. Resuenan de nuevo ecos de guerra nuclear.

Por los motivos señalados, y por el deseo de que el conflicto no escale hasta cotas más trágicas, el deseo de pasar página es amplio en el lado europeo. Por más que los gobiernos sigan anunciando su apoyo a Ucrania, la ayuda real ha sido hasta ahora menor de la necesaria, y no parece que ahora vaya a aumentar. Más al contrario, la llegada de Trump a la Casa Blanca está suponiendo también un cambio de prioridades para los gobiernos europeos. El camino está trazado, pero las tensiones en el recorrido serán notables."

( Esteban Hernández , El Confidencial, 19/11/24)

Foreign Affairs: No hay victoria en Gaza... Lejos de avanzar hacia la victoria, Israel está cada vez menos seguro en la región, menos estable en casa y con menos probabilidades de encontrar una solución duradera con los palestinos... El único camino para salir de este atolladero es uno que incluya un alto el fuego inmediato, el flujo sin restricciones de ayuda humanitaria, la liberación de los cautivos israelíes a cambio de los cautivos palestinos bajo custodia israelí (muchos de los cuales están detenidos ilegalmente, sin cargos ni juicio, y sometidos a abusos y torturas), y pasos hacia un acuerdo político justo y duradero que reconozca las aspiraciones palestinas a la autodeterminación

 "La guerra actual en Gaza no es un conflicto aislado que comenzó el 7 de octubre de 2023, cuando militantes de Hamás lanzaron un ataque dentro de Israel. Enmarcar la guerra de esta manera, como hace John Spencer en un reciente artículo de John Spencer en Foreign Affairs («Israel está ganando», 21 de agosto de 2024), invita a muchas afirmaciones dudosas sobre el supuesto progreso de Israel hacia sus objetivos de guerra y sus supuestos esfuerzos para proteger a los civiles. Y acepta sin rechistar la postura oficial del gobierno israelí de que «Israel lucha contra los terroristas de Hamás, no contra la población palestina», como declaró el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu en un discurso en enero. Simplificar el conflicto a una lucha entre Israel y Hamás es ignorar las realidades sobre el terreno que indican que Israel está librando una guerra indiscriminada contra todos los palestinos.

 Una comprensión más precisa de la guerra debe tener en cuenta su contexto más amplio. Lo que está ocurriendo ahora en Gaza es una batalla dentro del conflicto más amplio que ha configurado la relación israelo-palestina desde la fundación de Israel y la expulsión de cientos de miles de palestinos del territorio del nuevo Estado en 1948. La lucha actual no puede desvincularse de esa historia y geografía; ganar la batalla actual no es lo mismo que ganar la guerra más amplia. Spencer cae en esta trampa, presentando erróneamente los logros tácticos temporales de Israel como una victoria estratégica y subestimando cómo la falta de voluntad de Israel de buscar una resolución política que reconozca el derecho de los palestinos a la autodeterminación disminuirá al final sus posibilidades de éxito.

 En la guerra que describe Spencer, Israel tiene tres objetivos: «recuperar a todos los rehenes, asegurar sus fronteras y destruir a Hamás». Para ganar una guerra así, Israel habría tenido que centrarse en acabar con las capacidades militares y de gobierno de Hamás. Cabría esperar que las fuerzas israelíes lanzaran ataques precisos contra objetivos militares de Hamás mientras los diplomáticos israelíes dirigían un esfuerzo para aislar políticamente a Hamás. En lugar de ello, Israel ha llevado a cabo una campaña de devastación generalizada en Gaza, atacando a la población civil del territorio; demoliendo sus infraestructuras sanitarias, educativas y sociales; y destruyendo su producción de alimentos, sus refugios y sus fuentes de agua potable. Existe una desconexión entre estas tácticas indiscriminadas y los discretos objetivos que identifica Spencer.

 Las acciones de Israel sugieren que su verdadero objetivo es acabar con las aspiraciones palestinas de autodeterminación. Mientras arrecian los combates en Gaza, miembros del gobierno de extrema derecha de Israel, como el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, han prometido reasentar el territorio con israelíes judíos. El ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, ha despejado el camino para que los colonos israelíes arrasen las aldeas palestinas de Cisjordania. El propio primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha negado cualquier posibilidad de un Estado palestino, señalando que no hay futuro palestino, con o sin Hamás. La Ley Básica aprobada en 2018 por la legislatura israelí lo dejó muy claro, afirmando que solo los judíos tienen derecho a la autodeterminación en el territorio que incluye Cisjordania y Gaza. Más recientemente, la prohibición de la Knesset de las operaciones de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos UNRWA en Cisjordania y Gaza no solo garantiza una crisis humanitaria cada vez más profunda, sino que también tiene como objetivo deslegitimar la condición de refugiados de los palestinos y sus reclamaciones de sus hogares y tierras originales. Aunque insista en lo contrario, el gobierno israelí ha demostrado en el último año que su objetivo final no es Hamás, sino la voluntad palestina de resistir a la ocupación y el sometimiento.

  Se trata, en efecto, de aplicar una solución militar a un problema político. Lejos de avanzar hacia la victoria, Israel está cada vez menos seguro en la región, menos estable en casa y con menos probabilidades de encontrar una solución duradera con los palestinos.

ESTRATEGIA FALLIDA

Incluso según las medidas de éxito en las que confían Spencer y el gobierno israelí, la guerra no va bien. En los tres objetivos -recuperación de rehenes, seguridad fronteriza y eliminación de Hamás- Israel afirma haber hecho progresos significativos, pero las pruebas sugieren lo contrario. Además, los avances logrados por Israel constituyen un preocupante precedente de la rebaja de las normas morales en la búsqueda de la victoria.

 La gran mayoría de los 251 rehenes tomados por Hamás y otros grupos armados el 7 de octubre que regresaron con vida a Israel fueron recuperados mediante negociaciones diplomáticas en noviembre de 2023. El gobierno israelí insiste en que la fuerza militar obligó a hacer esas concesiones, una afirmación de la que se hace eco Spencer. Pero la voluntad expresa de Hamás de llegar a un acuerdo refuta esa afirmación: en octubre de 2023, Hamás emitió una declaración en la que ofrecía devolver a todos los rehenes civiles a cambio de la liberación de todos los palestinos retenidos en Israel y del fin de las hostilidades. Las operaciones militares de Israel, mientras tanto, han matado a más rehenes de los que han recuperado, y la campaña en curso amenaza la vida de los que permanecen en Gaza. A finales de agosto, Hamás mató a seis rehenes israelíes poco antes de que las tropas israelíes pudieran llegar hasta ellos, subrayando la necesidad de negociar en lugar de utilizar la fuerza militar para conseguir su liberación, un planteamiento que apoya la mayoría de los israelíes.

 Es cierto que la frontera de Israel con Gaza es más segura ahora que antes de la guerra, pero eso sólo se debe a que la operación militar dentro de Gaza está manteniendo a raya las amenazas transfronterizas. Las tensiones subyacentes relacionadas con el bloqueo israelí de Gaza anterior al 7 de octubre -las mismas tensiones que alimentaron el ataque inicial de Hamás- no se han abordado. Los límites al comercio y a la ayuda humanitaria que entra (o sale) de Gaza son mucho más estrictos que antes, y sigue sin haber una vía clara para conceder a los palestinos la autodeterminación y otros derechos políticos. Incluso ahora, los militantes de Hamás han resurgido y han atacado a las fuerzas israelíes en partes de Gaza que el ejército israelí supuestamente había asegurado, y el grupo sigue lanzando cohetes contra Israel. Como señala Spencer, Hamás se ha comprometido a atacar a cualquier otra fuerza de seguridad extranjera que entre en Gaza. Así pues, para mantener sus logros temporales, Israel parece atrapado en una campaña de contrainsurgencia en el futuro inmediato.

 Las otras fronteras de Israel, mientras tanto, se han vuelto menos seguras, no más. En mayo, dos soldados egipcios murieron en una escaramuza con fuerzas israelíes al otro lado de la frontera. Aunque Egipto sigue comprometido con el acuerdo de paz entre ambos países, su capacidad para asegurar la frontera del Sinaí con Israel es cada vez más tenue. En la frontera norte de Israel, los enfrentamientos diarios entre Israel y Hezbolá y otros grupos armados han desplazado a más de 80.000 civiles israelíes y a un millón de libaneses, han dejado partes del sur de Líbano con una devastación similar a la de Gaza y no han impedido que Hezbolá lance cohetes contra Israel. Los ataques contra Israel también proceden de lugares más lejanos, como Irán y las fuerzas Houthi de Yemen.

Por último, como es obvio para la mayoría de los observadores, Israel no puede librarse matando de la amenaza que suponen Hamás y otras facciones palestinas armadas. A pesar de las afirmaciones de Israel, Hamás no es un apoderado iraní; es un movimiento palestino profundamente arraigado que no puede eliminarse únicamente aniquilando a su brazo armado. Como argumentó el politólogo Robert Pape en Foreign Affairs en junio, la dependencia de Israel de las herramientas militares, en particular la potencia aérea, hace que Hamás sea «más popular y su atractivo más fuerte que antes del 7 de octubre», lo que a su vez hace más probable el eventual fracaso estratégico de Israel. Y como dijo el director de la CIA William Burns en septiembre en un acto público en Londres, «la única forma de matar una idea es con una idea mejor».

 El propio Spencer señaló que, tras más de diez meses de continuos bombardeos israelíes, Hamás seguía siendo «el principal poder político» en Gaza. El grupo es ahora popular también en toda la región: en una encuesta realizada por el Centro Árabe de Investigación y Estudios Políticos en 16 países árabes unos meses después del ataque del 7 de octubre, casi el 70% de los encuestados expresaron su apoyo a Hamás. Lejos de una victoria política, la campaña de Israel le ha valido un diluvio de críticas por parte de académicos, juristas y el Tribunal Internacional de Justicia de la ONU, todo lo cual perjudica la posición geopolítica y económica de Israel.

 Además, los acontecimientos ocurridos desde la publicación del artículo de Spencer ponen aún más en duda la idea de que los objetivos de Israel se limiten a derrotar a Hamás y recuperar a los rehenes. Los asesinatos por parte de Israel de los dirigentes de Hamás Yahya Sinwar, Mohammed Deif e Ismail Haniyeh y del dirigente de Hezbolá, Hassan Nasrallah, deberían haber brindado a Israel una clara oportunidad de negociar condiciones favorables para poner fin a su campaña, como le animó a hacer Estados Unidos. En lugar de ello, Israel ha proseguido sus incesantes ataques y sigue bloqueando las entregas de ayuda en el norte de Gaza, donde permanecen unos 400.000 palestinos, todo lo cual sugiere que el objetivo último de Israel puede ser despoblar el territorio. Y en el norte, la lucha con Hezbolá se ha intensificado. La invasión israelí de Líbano ha desplazado a un millón de personas y devastado partes del sur de ese país, lo que generará más inestabilidad, no seguridad, para Israel.

¿QUÉ TIPO DE VICTORIA?

 El problema con el argumento de que Israel está ganando la guerra no es sólo que el análisis sea poco sólido. Lo que es más importante y más peligroso, anima a Israel a continuar -y tienta a otros a apoyar- un enfoque de la guerra que causa daños masivos a la población civil. El Ministerio de Sanidad de Gaza cifra el número de muertos en más de 43.000, lo que equivale aproximadamente al dos por ciento de la población del territorio (una cifra proporcional en Estados Unidos sería de más de seis millones). La Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional informó en agosto de que el 96% de la población de Gaza corría un alto riesgo de hambruna. En una carta publicada en The Lancet en julio, los investigadores sugerían que las operaciones de Israel en Gaza acabarían siendo responsables de unas 180.000 muertes, teniendo en cuenta no sólo la violencia directa, sino también los efectos a largo plazo de la proliferación de enfermedades y la pérdida de acceso a los recursos.

 Las fuerzas israelíes están actuando con desprecio sistemático por los principios fundamentales del derecho internacional y participando en ataques recurrentes lanzados a pesar del daño previsible y desproporcionado que causan a la población civil. El ejército israelí está llevando a cabo operaciones militares de gran envergadura sin previo aviso ni cuartel seguro en algunos de los barrios residenciales más densamente poblados del mundo, y atacando directamente a civiles y a las infraestructuras indispensables para su supervivencia.

Spencer pide a Israel que «garantice un nuevo liderazgo en Gaza que sustituya a Hamás». Pero después de haber sido sometidos a la embestida del ejército israelí, es muy poco probable que los palestinos de Gaza apoyen cualquier liderazgo «asegurado» por Israel. El único camino para salir de este atolladero es uno que incluya un alto el fuego inmediato, el flujo sin restricciones de ayuda humanitaria, la liberación de los cautivos israelíes a cambio de los cautivos palestinos bajo custodia israelí (muchos de los cuales están detenidos ilegalmente, sin cargos ni juicio, y sometidos a abusos y torturas), y pasos hacia un acuerdo político justo y duradero que reconozca las aspiraciones palestinas a la autodeterminación.

El periodista y ex miembro del personal de paz de la ONU Philip Winslow tituló su libro de 2007 sobre el conflicto palestino-israelí 'Victoria para nosotros es veros sufrir'. Según esta definición, puede que Israel esté «ganando». Pero tal victoria no es la que los estrategas o los analistas militares deberían respaldar, ni la que los historiadores del futuro elogiarán."

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Tenía ganas de leer algo así: En los últimos años se está produciendo una sorprendente reducción de la desigualdad en nuestro país... La fallida estrategia de austeridad frente a la crisis de 2008 provocó una desigualación hacia abajo: a quienes más empobreció aquella crisis fue a los hogares de menor renta. En contraste, la respuesta a la pandemia y al reciente proceso inflacionario es la historia de una igualación hacia arriba: los más pobres son quienes más han incrementado sus ingresos desde 2020. Esto está permitiendo cerrar la brecha social que se abrió después del pinchazo de la burbuja inmobiliaria... El incremento del salario mínimo en 2019 fue el pistoletazo de salida para una reorientación de la política sociolaboral que está transformando nuestro Estado de bienestar... los ERTE, la reforma laboral de 2022, el ingreso mínimo vital (IMV), con todas sus limitaciones, la indexación de las pensiones contributivas al IPC, y el aumento, por encima del encarecimiento de los precios, de la cuantía del SMI y de las prestaciones sociales no contributivas, han supuesto una importante protección frente a la inflación... Como resultado, la desigualdad de ingresos se sitúa ya por debajo de la de 2008... El establecimiento de un mínimo del 15% (sobre el resultado contable) en el impuesto de sociedades, la supresión del régimen fiscal de las socimis y la aplicación de un IVA del 21% a los pisos turísticos, serían pasos en la buena dirección. Por último, sería deseable establecer un mínimo no bonificable en el impuesto de sucesiones y donaciones, similar al que ha servido para frenar la competencia fiscal a la baja de las comunidades autónomas en el de patrimonio. Los ingresos logrados permitirían financiar las grandes necesidades, presentes y futuras, que tiene el sistema de atención a la dependencia (Ricardo Molero Simarro, Un. Autónoma Madrid)

 "En los últimos años se está produciendo una sorprendente reducción de la desigualdad en nuestro país. La fallida estrategia de austeridad frente a la crisis de 2008 provocó una desigualación hacia abajo: a quienes más empobreció aquella crisis fue a los hogares de menor renta. En contraste, la respuesta a la pandemia y al reciente proceso inflacionario es la historia de una igualación hacia arriba: los más pobres son quienes más han incrementado sus ingresos desde 2020. Esto está permitiendo cerrar la brecha social que se abrió después del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, si bien es cierto que la mayoría de las familias no han recuperado aún el nivel de vida de hace 15 años.

El incremento del salario mínimo en 2019 fue el pistoletazo de salida para una reorientación de la política sociolaboral que está transformando nuestro Estado de bienestar. El despliegue de los ERTE en pleno confinamiento previno una destrucción de empleo que hubiese derivado en una auténtica dislocación social. La aprobación de la reforma laboral de 2022 está reduciendo la precariedad de los nuevos puestos de trabajo creados. Por su parte, la puesta en marcha del ingreso mínimo vital (IMV), con todas sus limitaciones, ha profundizado la capacidad de prevención de la extrema pobreza que tienen las prestaciones de la Seguridad Social. A su vez, la indexación de las pensiones contributivas al IPC y el aumento, por encima del encarecimiento de los precios, de la cuantía del SMI y de las prestaciones sociales no contributivas han supuesto una importante protección frente a la inflación.

Así, el patrón distributivo de la economía española está transitando hacia uno de menor desigualdad de mercado y, al mismo tiempo, una mayor eficacia redistributiva de las políticas públicas. Como resultado, la desigualdad de ingresos se sitúa ya por debajo de la de 2008. No obstante, España se encuentra aún entre los 10 países con mayor desigualdad de la Unión Europea, con la segunda mayor tasa de pobreza infantil y una pobreza laboral del 13%.

Esto es en buena medida consecuencia de las dificultades de acceso a la vivienda que sufren cada vez más segmentos de nuestra sociedad y que están acabando con uno de los pocos elementos diferenciales, en positivo, de nuestro patrón distributivo: históricamente, la mayor implantación del régimen de vivienda en propiedad confería a nuestro país una menor desigualdad relativa en el reparto de riqueza. Sin embargo, la reorientación de la inversión financiera hacia el sector inmobiliario ha degenerado en un nuevo rentismo que está aspirando una proporción cada vez mayor de los ingresos de las familias trabajadoras. De este modo, la desigualdad del patrimonio se está entrelazando con la de la renta, mermando un derecho, el de la vivienda, que es básico para la inclusión social.

Por otro lado, la revisión de las cifras del PIB ha dejado al descubierto la brecha de ingresos públicos que aún nos separa de Europa. Las medidas tomadas los últimos años (impuestos extraordinarios a la banca, las energéticas y las grandes fortunas; aumento de los tipos impositivos para las rentas del capital; destope parcial de las cotizaciones sociales, etcétera) han ampliado la progresividad del sistema tributario. Sin embargo, las limitaciones sobre el gasto público, derivadas de las nuevas reglas fiscales europeas, amenazan las inversiones indispensables para responder a problemas acuciantes, como la pobreza infantil o la necesaria transformación de nuestro modelo de cuidados.

Para afrontarlos es urgente, antes que nada, universalizar la protección social a la crianza, combinando el desarrollo de prestaciones focalizadas (como el complemento de ayuda para la infancia del IMV) con la extensión a todas las familias con hijos de las deducciones fiscales reembolsables (como la deducción por maternidad en el IRPF). Asimismo, pasados cuatro años desde su creación, es hora de emprender una reforma en profundidad del IMV, tal y como han planteado la Airef y todos los expertos en rentas mínimas.

La mejora del sistema de protección social debe ser paralela a la activación de la reforma fiscal integral que el Ministerio de Hacienda dejó aparcada después de la presentación del Libro Blanco en 2022. Para avanzar en ella, es imprescindible lograr cuadrar el círculo del acuerdo entre las distintas fuerzas parlamentarias que componen el bloque de investidura. El establecimiento de un mínimo del 15% (sobre el resultado contable) en el impuesto de sociedades, la supresión del régimen fiscal de las socimis y la aplicación de un IVA del 21% a los pisos turísticos, propuestas pactadas por los socios de gobierno, serían pasos en la buena dirección que deberían servir para compensar una posible renuncia al impuesto a las energéticas.

Por último, sería deseable establecer un mínimo no bonificable en el impuesto de sucesiones y donaciones, similar al que ha servido para frenar la competencia fiscal a la baja de las comunidades autónomas en el de patrimonio. Los ingresos logrados permitirían financiar las grandes necesidades, presentes y futuras, que tiene el sistema de atención a la dependencia."

(Ricardo Molero Simarro es profesor de Economía en la Universidad Autónoma de Madrid. Fue director de gabinete del ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 de noviembre de 2023 a septiembre pasado. El País, 19/11/24)