"De nuevo unos mercados financieros nerviosos, de nuevo el consenso del
mercado “a por uvas”, de nuevo una crisis larvada al margen de la
mayoría de la población. Y ahora, de nuevo, pretenderán endorsársela a
las espaldas de los ciudadanos corrientes y molientes a riesgo de
quebrarlas.
Ya les he comentado que en alguna de las propuestas
planteadas por esa parte minoritaria de la ortodoxia que sí prevé una
crisis de deuda se contempla un impuesto confiscatorio sobre la riqueza
de la ciudadanía (...)
De nuevo no habría un reparto equitativo de las cargas. Todo por
proteger a aquellos -oligopolios, gerencias y acreedores- cuya avaricia y
nulo control de riesgos ha generado la mayor crisis desde la Gran
Depresión. (...)
Occidente solo sabe deambular de burbuja en burbuja pero a costa de más desigualdades, más pobreza. Esta idea tan heterodoxa la defiende el otrora secretario del Tesoro de Estados Unidos, Larry Summers.
Además, con buen criterio, insta a los responsables políticos a
invertir agresivamente en todo, desde infraestructuras a educación; y en
un mundo de creciente desigualdad y rápidos avances tecnológicos va a
ser necesario una tributación más progresiva. (...)
La ortodoxia académica dominante, englobada en el Consenso de Washington, utilizó, y continúa usando, dos líneas básicas de política económica en lo que podemos calificar como una cínica perversión de las mismas, perturbando el uso para el cual fueron diseñadas. Por un lado, una política monetaria expansiva que, siguiendo a Richard Koo, es totalmente inefectiva en plena recesión de balances, sólo genera meras ilusiones ópticas, vía inflación de activos. (...)
Paralelamente, se está produciendo una brutal expansión de la deuda
pública en la práctica totalidad de las democracias occidentales. No se
pretende sostener el empleo, los ingresos, las pensiones, la seguridad
de una vivienda, tener unos estándares salariales mínimos, o el derecho a
una educación como elemento de mejora social. Sólo se está
incrementando la deuda pública para financiar a terceros y sanear sus
balances a costa de los contribuyentes.
Sin embargo, después de llenar de deuda privada al sistema, tras la
generación de múltiples burbujas, después de socializar las pérdidas
privadas vía deuda pública, e implementar una devaluación salarial
resulta que no hay inversión productiva. Como consecuencia, la Inestabilidad Financiera de Hyman Minsky se está reactivando de nuevo. (...)
Si no hay inversión nueva se contrae el retorno del stock de capital ya
existente. Ello producirá pérdidas de capital, activando de nuevo otra
contracción en la inversión. Los mercados financieros están
sobrevalorados y ya ha empezado a activarse una nueva fase aversión al
riesgo. ¿Y en España? Nada nuevo en el horizonte. Las élites contentas,
mirándose su ombligo. Una recomendación, protejan sus espaldas de cargas innecearias, ¡nos la querrán colar de nuevo!" (Juan Laborda, Vox Populi, 02/09/2015)
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