"Escribe en su libro Auge y caída de la Europa alemana (2015) que “Alemania lleva a cabo una guerra de nuevo”. ¿Puede explicar brevemente su tesis?
No es una guerra militar, por supuesto, sino una especie de guerra
económica que se traduce en una dominación política. Se pueden trazar
paralelos históricos con la década de los 30. En aquellos años se
llamaba a esta estrategia "beggar thy neighbour" (arruinar al vecino, en
inglés).
Y funcionó entonces, así como hoy, basada en el máximo
superávit comercial. Con el superávit se exportan al mismo tiempo las
deudas, por lo que muchos de los países que tienen deudas tienen
déficit. Con el superávit comercial se exporta desindustrialización y
paro.
La República Federal Alemana ha obtenido en la zona euro un
superávit comercial muy fuerte desde que se introdujo el euro.
En la periferia, además, se une a dicha política las crisis propias. No
se podría afirmar que en España no hubo corrupción, igual que en
Grecia. ¿Dónde empieza la responsabilidad propia y acaba la alemana?
Esa política de arruinar a tu vecino solo funciona naturalmente cuando
una de las economías es mas fuerte que la otra. Cuando la productividad
es mayor. La corrupción está por todas partes, también en Alemania, solo
hay que ver el proyecto del aeropuerto de la capital, que aún continúa
sin ser inaugurado porque por cuestiones de malversación se ha
construido de una forma desastrosa.
La corrupción es
una constante del capitalismo, pero Alemania es el centro económico de
Europa, en especial desde que se ha dedicado a precarizar la fuerza de
trabajo autóctona. La introducción de la Agenda 2010 hizo que los
salarios bajasen de forma masiva.
Desde la introducción del euro, los
salarios sólo han aumentado de forma marginal. Un masivo dumping salarial ha contribuido a aumentar aun mas dicho superávit comercial. Ha sido una estrategia consciente.
¿Qué rol juegan los acreedores de la deuda?
La ofensiva exportadora alemana ha ido de la mano de las burbujas de
deuda en la periferia de Europa, como las de España, Grecia o Irlanda,
que suele olvidarse. Estas burbujas hacen posible el endeudamiento. ¿De
dónde viene el dinero? Pues del norte.
La coyuntura de déficit provoca
una circulación de dicho déficit, es decir, que desde el norte viajan
las mercancías al sur y desde el sur viajan los títulos de la deuda a
los tesoros de los bancos del norte. El norte se beneficia de esa forma
vendiendo las mercancías y al mismo tiempo reproduciendo su capital.
Sin embargo, afirma en su libro que este sistema contiene el germen de la caída de la propia Alemania.
La política deflacionaria actual tiene consecuencias devastadoras. En
los años 30 vimos las consecuencias de una política similar con el
canciller Heinrich Brüning, que ha pasado a la historia como el canciller del hambre,
porque llevó a cabo una política muy dura de ahorro. Ello contribuyó al
ascenso de los nazis en Alemania. Y esto, de forma parecida, es
precisamente lo que tenemos ahora en Europa.
El
Ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, impone esa dictadura de
la deuda, lo cual exacerba los sentimientos nacionalistas. A través de
la política que lleva a cabo Alemania, destruye a medio plazo su propia
dominación porque no hay posibilidad de salir de una crisis sistemática a
través del ahorro.
Es una espiral deflacionaria devastadora, en la cual
las medidas de ahorro llevan a que la demanda baje cada vez más. Y ello
hace que la crisis de la deuda sea a su vez mayor. Esto es lo que está
pasando sobre todo en Grecia.
Si cae la demanda en Europa, ¿no hay otros mercados emergentes para los productos alemanas como Brasil o India?
Eso fue una tesis que duró un tiempo, que estos países serían las
nuevas locomotoras, pero eso ya es pasado, todos los países emergentes
se encuentran en una fuerte crisis.(...)
¿Puede ser la caída del Deutsche Bank el comienzo del fin?
Puede que el Estado consiga salvar al Deutsche Bank para que no
quiebre, pero después vendrá algo nuevo, una nueva crisis. Nos
encontramos en una burbuja de liquidez global ante la cual los
instrumentos políticos parecen estar agotados.
Los intereses están en
cero, de hecho ya hay intereses negativos. Si hay una nueva crisis, no
habrá casi posibilidades políticas para reaccionar. Esta política de
tipos bajos de interés, si se prolonga en el tiempo, socava el negocio
de los bancos. El sistema se encuentra en los preludios de una gran
crisis global.
¿Esos
instrumentos políticos son aún más limitados en los países de la
periferia del euro, como muestra el caso de Syriza en Grecia?
El caso de Syriza muestra la necesidad urgente de una organización
transnacional de la izquierda emancipadora a nivel europeo. En Grecia
sería necesario oponerse al régimen de ahorro impuesto por Alemania.
Una
conexión de las fuerzas de izquierda, al menos a nivel europeo, que en
parte ya existe, que entre en las estructuras y que consiga ser una
resistencia y que sobre todo desarrolle una conciencia para una
transformación del sistema. (...)
El ministro alemán de Exteriores,
Frank-Walter Steinmeier, estuvo en la plaza de Maidán jaleando a los
manifestantes para luchar contra el régimen de Kiev. ¿Por qué no estuvo
en la Puerta del Sol de Madrid apoyando al movimiento 15M?
En Alemania toda la protesta española se siguió con mucho interés, así
como la posterior imposición de la Ley Mordaza, que fue la reacción del
Estado español a las protestas masivas. España estaba en la línea de los
intereses económicos alemanes, ha seguido el dictado del ahorro, así
que sus dirigentes pueden hacer lo que quieran. (...)" (ENTREVISTA | Tomasz Konicz, Carmela Negrete
- Berlín, eldiario.es, 06/10/2016)
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