30.12.16

2017: la tormenta se acerca...

"La tormenta se acerca.  Los oscuros nubarrones que se avistaban en el horizonte se convierten en ráfagas de viento; estallan los relámpagos que anuncian la inminencia de la tempestad. La discusión sobre si se viene una tormenta o no deja de tener importancia ante la urgencia de definir cómo actuar ante situaciones de emergencia. 

Este es, a grandes rasgos, el mensaje que nos deja 2016, el año en que comenzaron a sentirse los primeros signos de lo que ya está aquí.

Podemos incluso enumerar algunas de las características que asume esta tormenta. El triunfo del Brexit en Reino Unido, el crecimiento de las extremas derechas y del racismo antinmigrante, con la posibilidad de que ganen el gobierno en Francia, son algunas de sus principales manifestaciones europeas.

El golpe de Estado fracasado en Turquía y la creciente desestabilización de Medio Oriente, donde la violencia es el modo casi único de resolución de los conflictos. La intervención de todas las potencias en el escenario más caliente del mundo, incluidas Rusia y China, en defensa de sus intereses nacionales. La terrible y silenciada guerra en Yemen, donde Arabia Saudita perpetra crímenes de lesa humanidad sin que Occidente levante la voz.

Triunfo de Donald Trump y viraje antichino en Washington, con grandes posibilidades de que se produzca un conflicto mayor en el Mar del Sur de China, escenario estratégico donde transcurre la mayor parte del comercio exterior de la potencia asiática y navegan los grandes barcos que le suministran petróleo. La ventaja del triunfo de Trump es que impide ocultar la decadencia estratégica y la debacle moral de la superpotencia. (...)

En América Latina, 2016 fue el año en que las derechas se hicieron con el gobierno en dos países claves: Argentina y Brasil. (...)

En cada uno de estos escenarios los sectores populares son los más afectados. Sin embargo, estamos apenas ante la primera parte de la tormenta que, fuera de dudas, se profundizará en los próximos años. Quisiera comentar tres aspectos de esta tempestad que puede enterrar el capitalismo, pero que se cierne también como una terrible amenaza sobre los pueblos.

La primera es que estamos ante una tormenta sistémica, que no es coyuntural. No es una crisis que será superada con la introducción de algunos cambios para que todo vuelva a la normalidad. Por lo tanto, las soluciones serán sistémicas o todo seguirá igual. El modelo extractivo/cuarta guerra mundial ha erosionado a los estados nación, ha desorganizado las sociedades, evaporado las autoridades y dislocado todas las variables del sistema mundo, incluidos los partidos de izquierda y los sindicatos. (...)

La segunda cuestión es una pregunta: ¿quién nos va a proteger ahora que los estados y las instituciones del sistema mundo son incapaces de hacerlo? Es una interrogante que se formuló hace dos décadas Immanuel Wallerstein y mucho se ha avanzado en esa dirección, aunque aún es insuficiente. La respuesta es: nosotros y nosotras, con nuestras propias fuerzas, siempre que estemos organizados. O sea, en colectivo.  (...)

 La tercera cuestión radica en el cómo. En los caminos que vamos a emprender para superar esta tormenta. Es, por tanto, una cuestión de largo aliento, estratégica o como se quiera denominar. Pero las estrategias no se inventan. Se trata de sistematizar lo que hacen los pueblos para sobrevivir. (...)

La autonomía es, por lo tanto, un imperativo de las circunstancias, no una mera opción de tal o cual corriente ideológica. Si no somos autónomos, no podremos construir ni resistir. Hoy más que nunca, la vida es sinónimo de autonomía."                  (Raúl Zibechi , La Jornada, en Rebelión, 26/12/16)

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