"(...) La manifestación del 8 de octubre, contraria al secesionismo, desvela la
 realidad: Existe una mayoría social contraria al procés, hasta el 
momento silenciada y poco representada por los partidos que se 
autodenominan constitucionalistas, que sale a la calle a reclamar lo que
 parecen haber olvidado los nacionalistas: Seny, sentido común y un 
sentimiento de pertenencia sin ismos: “no somos fachas, somos 
españoles”.
Ciertamente la situación política en el ámbito 
estatal le permitía augurar una debilidad del Gobierno español, que a 
pesar del estilo pasivo-agresivo de su presidente, ha conseguido un 
pacto de estado para aplicar el artículo 155. Las estrategias del 
secesionismo en esta situación se reducen a un intento por generar una 
sublevación callejera permanente que debilite dicho pacto y obligue a 
ceder y negociar al Gobierno.
Habrá que repetirlo de nuevo: No me fío ni de Rajoy, 
ni de Sánchez, ni de Rivera, de ninguno. Pero ante una quiebra del 
“Contrato Social”, nuestra Constitución –no hay otra-, se han de 
utilizar los mecanismos que en ella nos dimos; y el 155 es totalmente 
legal y legitimo. La forma de aplicarse corresponde al gobierno de turno
 y siempre dentro de la legalidad. Seguramente preferiría otro actor en 
el puesto de Presidente del Gobierno, pero entre nosotros: “no se me 
ocurre quien”.
Así pues el 155 no está para garantizar la mayoría 
absoluta del PP en unas posibles nuevas elecciones generales, ni para 
que el PSOE tome distancia de Podemos, ni para consolidar la opción 
centro-derecha de Ciudadanos, no. 
Es posible que tales cosas puedan 
pasar de resultas de esta crisis política. También el 
nacional-catalanismo se beneficiará de la polarización social que ellos 
mismos han generado. Pero es el momento de mirar más allá. Es el momento
 de salvar la idea de democracia en España. (...)
Una gran crisis nos concede una gran oportunidad. No 
es la primera vez, ni la última, que lo digo: “Hemos de romper el statu 
quo en Cataluña”. El nacional-catalanismo ha de dejar de ser hegemónico 
en nuestra comunidad autónoma. 
Entiendo que aspirar, hoy, a la hegemonía
 de la izquierda no nacionalista es utópico, pero que se imponga un 
pensamiento progresista que apuesta por una sociedad catalana abierta y 
democrática, donde los valores de igualdad y solidaridad sean los 
prioritarios, sería un primer paso para ese cambio que la mayoría de los
 que nos manifestamos el domingo, 8 de octubre, y de muchos más que no 
asistieron, deseamos para Cataluña y España: Una en otra y toda en 
todos.
Salud y República (Española, ¡claro!)
Nou Barris, Barcelona, 24 de octubre de 2017"                                 
(Vicente Serrano,  presidente de Alternativa Ciudadana Progresista y miembro del Foro de las Izquierdas No Nacionalistas, El Catalán, 25/10/17)
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