28.6.25

Turiel: Hubo algún incidente en la red que generó un problema, desatando una inestabilidad, esa es la causa inmediata. Y la causa última es todo lo que llevó a la red a no poder absorber esta incidencia recuperando la estabilidad. Y esto segundo hace tiempo que está pasando y que se sabe, y tiene que ver con cómo se han implementado las energías renovables... Las renovables se han instalado masivamente en los últimos años pero sin sistemas de estabilización, sistemas que las otras centrales sí llevan: centrales nucleares, de ciclo combinado, o una hidroeléctrica si que llevan volantes de inercia, u otros sistemas que están pensados justamente para ayudar cuando hay oscilaciones en la red. En cambio, se ha permitido que las renovables funcionen «a pelo»... la normativa europea no sólo lo ha permitido sino que lo ha favorecido porque se buscaba una implementación rápida de las renovables. Pero esto es peligroso... Hubo un incidente el 8 de enero de 2021 en el que casi se cae toda la red europea. Es un problema que afecta a toda la red europea y que viene del modelo de integración de las renovables. Se ha hecho de una manera que es una barbaridad y una cacicada, porque se han implementado sin sistemas de estabilización, y estamos pagando las consecuencias... el oligopolio eléctrico, que ha obtenido enormes beneficios con el auge de las renovables, ha aplicado el ‘low cost’ en seguridad, y se ha negado a invertir en sistemas de estabilización. ¿Es eso? ¿Estamos ante un apagón causado por la codicia monopolista? Exactamente, eso es... hay sistemas de estabilización de las renovables. Sistemas que no se ha querido hacer una inversión para implementarlos por el coste de los mismos. ¿Qué sistemas deberíamos instalar para dar estabilidad a las renovables? Volantes de inercia, baterías de litio, sistemas de sales fundidas. ¿Qué debería hacerse? Pues combinar todas estas soluciones técnicas, todas juntas, en un sistema bien planificado, para que se aprovechen sus sinergias, como si fuera una orquesta. ¿Qué pasa? Que todo esto, a escala nacional y no digamos europea, es caro, muy caro. Requiere de una enorme inversión... “La producción de electricidad debería estar nacionalizada”

 "Meses después del 'gran apagón' que dejó a España a oscuras, aún no sabemos las causas inmediatas del incidente, pero hay una abrumadora cantidad de evidencias que sí apuntan hacia una causa última: la voracidad y avaricia de un oligopolio eléctrico que sólo actúa en pos del máximo beneficio. Así lo piensa Antonio Turiel, experto energético del CSIC.

Antonio Turiel Martínez es físico teórico, investigador y divulgador especializado en sostenibilidad y crisis energética. Trabaja en el Instituto de Ciencias del Mar del CSIC en Barcelona y es conocido por su crítica a las políticas energéticas actuales, abogando por el decrecimiento como solución a la crisis energética. En libros como «Petrocalipsis» (2020) y «El otoño de la civilización» (2022), Turiel ha analizado la dependencia de los combustibles fósiles y las limitaciones de las energías renovables. Es un firme defensor de la corriente del decrecimento, promoviendo un cambio en los hábitos de consumo para evitar un colapso ecológico​.

Cinco semanas después ¿qué sabemos sobre el gran apagón que nos dejó a oscuras?

Pues casi lo mismo que el primer día. La causa inmediata del apagón puede ser más o menos difícil de dilucidar -aunque yo empiezo a sospechar que no es tan compleja- pero creo que es más importante conocer la causa última.

Hubo algún incidente en la red que generó un problema, desatando una inestabilidad, esa es la causa inmediata. Y la causa última es todo lo que llevó a la red a no poder absorber esta incidencia recuperando la estabilidad. Y esto segundo hace tiempo que está pasando y que se sabe, y tiene que ver con cómo se han implementado las energías renovables.

Las renovables se han instalado masivamente en los últimos años pero sin sistemas de estabilización, sistemas que las otras centrales sí llevan: centrales nucleares, de ciclo combinado, o una hidroeléctrica si que llevan volantes de inercia, u otros sistemas que están pensados justamente para ayudar cuando hay oscilaciones en la red. En cambio, se ha permitido que las renovables funcionen «a pelo». Uno no puede conectarse de cualquier manera a la red nacional de alta tensión, que es un sistema muy complejo que se adapta sin que tú se lo tengas que pedir.

Para que nos entendamos. Cuando tú enciendes la luz o un aparato eléctrico en tu casa, no llamas primero a la red para avisarle y pedirle permiso, simplemente enciendes el interruptor. Entonces el sistema percibe una pequeña caída de tensión y se adapta. Es una virguería tecnológica que implementa muchos sistemas de estabilización.

Entonces tú lo que no puedes hacer es conectar la enormidad de potencia instalada de energías renovables que se ha incorporado en los últimos años como el que se compra una placa solar y la conecta a la red. Pero es lo que se ha hecho, de hecho la normativa europea no sólo lo ha permitido sino que lo ha favorecido porque se buscaba una implementación rápida de las renovables.

Pero esto es peligroso. Es como comprarte un coche de muchos caballos… pero sin frenos. Cuando la implementación de las renovables era baja, el resto de los sistemas que sí que tienen capacidad de inercia y de absorber las oscilaciones de la red, pues se hacían cargo de que el sistema se estabilizara y no se fuera a la porra.

Pero el día de autos -el lunes del apagón, que no es casualidad que ocurrió a eso de las 12 del mediodía, cuando el sol estaba más alto y la fotovoltaica estaba a pleno rendimiento- en las entradas de la red teníamos un 53% de fotovoltaica, un 10% de eólica, 10% de nuclear -que aunque tenga inercia, no es nada flexible y se adapta muy mal a los cambios de potencia solicitada-… y por tanto nos quedaba más o menos en torno a un 20% que sí tenía cierta flexibilidad: algo de hidroeléctrica y muy poquito ciclo combinado (3,5%).

Entonces aquí hay un intento de desviar la atención por parte de las autoridades, de la ministra Aagesen, de Red Eléctrica, del oligopolio… que todo el trato mezclan causas con consecuencias, confundiendo a la gente.

Por ejemplo han dicho que media hora antes del apagón, en Europa se observaba que la frecuencia oscilaba. Esa es una consecuencia: es porque España estaba desestabilizando la red europea, y menos mal que hay cortafuegos, que se cortó nuestra interconexión con Francia, y que nuestro apagón no produjo uno en toda la UE, porque hubiera sido una catástrofe de varias semanas para reiniciar. Es un ejemplo de cómo se juega a confundir causa con efecto.

Últimamente se ha hablado un poco más de que en aquel momento la red estaba sobretensionada, y me parece que eso se acerca a la verdad. Yo tengo una sospecha: que desde al menos media hora antes del apagón se estaba sobreproduciendo electricidad fotovoltaica, se estaba arrojando demasiada tensión a la red eléctrica, que no lo pudo soportar y empezó a oscilar. Hacia esa causa apunta un estudio de la Universidad de Oviedo, que analiza la capacidad de inercia de la red -la capacidad de adaptarse a oscilaciones rápidas- y que afirma que había caído por debajo del límite que marca la normativa europea, que ya es bastante laxa.

Resumiendo: a estas alturas conocemos más o menos lo que al principio, y es que tenemos un sistema inestable, cosa que se sabe desde hace años. Hubo un incidente el 8 de enero de 2021 en el que casi se cae toda la red europea. Es un problema que afecta a toda la red europea y que viene del modelo de integración de las renovables. Se ha hecho de una manera que es una barbaridad y una cacicada, porque se han implementado sin sistemas de estabilización, y estamos pagando las consecuencias.

Es como comprarte un coche sin frenos

Entonces, el oligopolio eléctrico, que ha obtenido enormes beneficios con el auge de las renovables, ha aplicado el ‘low cost’ en seguridad, y se ha negado a invertir en sistemas de estabilización. ¿Es eso? ¿Estamos ante un apagón causado por la codicia monopolista?

Exactamente, eso es. Y claro, en medio de este rio revuelto hay algunos que aprovechan para decir que el problema son las renovables. ¡Pues no!. Lo que hay que hacer es implementar las renovables como Dios manda, instalarlas como se sabe que se tienen que hacer y ya se está haciendo en otros países, con mecanismos de estabilización.

Para mí lo más revelador es que desde que ocurrió el apagón Red Eléctrica está todo el rato poniendo entre un 10 y un 30% de gas, manteniendo las centrales de ciclo combinado en «parada caliente», listas para salir a estabilizar el sistema si hay un problema. Dicen que es porque están en «operaciones reforzadas», pero es evidente que esto -que es un mecanismo de seguridad- no estaba listo el día del apagón y hubiera evitado la caída.

Lo de las centrales de ciclo combinado en parada caliente a lo mejor no se puede hacer todo el rato, porque es caro, y porque hay que estar quemando gas natural que produce CO2 y efecto invernadero, pero hay otros sistemas de estabilización de las renovables. Sistemas que no se ha querido hacer una inversión para implementarlos por el coste de los mismos. Las empresas dicen «nosotras hemos cumplido con la normativa, no nos podéis obligar».

Y así estamos: de fondo se sabe que el sistema es inestable, que para estabilizarlo hace falta una gran inversión en sistemas de seguridad. Y el pulso está en quién va a pagar todo eso, si los ciudadanos y el erario público… o los enormes beneficios de este oligopolio.

¿Cuáles son esos sistemas de estabilización para las renovables que deberían haberse implementado para evitar sucesos como el gran apagón?

Hay varias maneras de hacerlo, voy a ir de lo más sencillo a lo más complicado. Pero ninguna es barata: eso también hay que decirlo, y sobre todo ahora que hay que arreglar tanto porque se ha metido mucho.

Además hay una limitación en el modelo de implantación del sistema de renovables a escala industrial: y es que no sólo es electricidad lo que necesitamos. La electricidad no es la forma principal de consumo de energía. En España en forma eléctrica sólo se consume el 22% de la energía final, y ese porcentaje no ha variado mucho a lo largo de las décadas. Y nos han vendido la moto de una electrificación masiva de la sociedad que es técnicamente imposible: por falta de materiales, de prestaciones… De nuevo a estas alturas todo esto ya se sabe.

Y por eso, no tiene sentido que sigamos instalando masivamente más y más potencia renovable si no sabemos que utilidad va a tener. Y eso no quita -quiero subrayarlo- que la electricidad que produzcamos debería ser 100% renovable y limpia, para frenar el calentamiento global. Eso por supuesto.

¿Qué sistemas deberíamos instalar para dar estabilidad a las renovables? Hay algunos que son sencillos técnicamente, y que darían inercialidad al sistema. Son sistemas clásicos, los de toda la vida: un volante de inercia, una turbina conectada a un alternador que gira. Eso puede funcionar como un motor, cuando sube la potencia de manera excesiva, absorbe ese exceso. De esta manera transformamos una energía que es discontínua e intermitente, en una estable y que genera energía contínua. Esto habría que implementarlo para la fotovoltaica pero también para la eólica

Esta solución generaría algo muy útil, que es capacidad de absorber potencia reactiva. Por intentar explicarlo: los cables que transportan la electricidad a veces acumulan energía en forma de campos eléctricos y magnéticos que a veces son un poco impredecibles, porque de golpe te devuelven esa energía. Pero esta turbina podría absorber esta oscilación.

Después de los volantes de inercia, otra solución son las baterías, lo que permitiría almacenar la energía sobrante y liberarla cuando la necesitemos. Pero hay un problema: serían baterías de litio -como las de los móviles, los ordenadores o los coches eléctricos-, y es un material caro. Pero podrían liberar gran cantidad de energía para usarla rápidamente.

También tenemos otra solución, que son sistemas de sales fundidas, un método de almacenamiento de energía por transferencia de calor que utiliza sales inorgánicas en estado líquido a altas temperaturas. Cuando sobra energía, calientas estas sales, cuando te hace falta, usas ese calor para volver a producir electricidad. Esto tiene pérdidas, pero hay formas de reducirlo bastante, y sirven para almacenar una gran cantidad de energía. El gran inconveniente es que es un sistema lento: lento para calentarse y lento para liberar la energía.

¿Qué debería hacerse? Pues combinar todas estas soluciones técnicas, todas juntas, en un sistema bien planificado, para que se aprovechen sus sinergias, como si fuera una orquesta.

¿Qué pasa? Que todo esto, a escala nacional y no digamos europea, es caro, muy caro. Requiere de una enorme inversión…

Hay que implementar las renovables como Dios manda

Claro, se trata de obligar al oligopolio eléctrico a que asuman este coste. A que destinen una parte de sus gigantescos beneficios en dar estabilidad a un sistema del que dependemos todos

Bueno, llegados a este punto y a ser osados, voy a ir más lejos y a apostar: la producción de electricidad -en Europa y en España- debería estar nacionalizada, y no depender de la codicia y el ansia de beneficio de unas pocas empresas.

Usted es una voz que desde la ciencia nos alerta contra las catastrófica el cambio climático, y la necesidad de hacer una transición energética. Pero también no deja de advertir que las soluciones que se están dando a esta amenaza no son neutrales, y que las actuales políticas de transición ecológica están enfocadas desde los intereses de los más ricos, desde los intereses de las grandes corporaciones monopolistas… ¿Es así?

No sólo es así, es que es peor. Porque no se están dando respuesta a los actuales problemas. Parece que sí, porque se invierte dinero y se hacen instalaciones. Pero como no se está dando una respuesta adecuada, se gastan un montón de recursos y al final el problema climático se sigue agravando. Las emisiones globales de CO2 no es que sean enormes, es que alcanzaron un nuevo récord en 2024.

Y eso que España, como muchos otros países occidentales, está inmerso en una crisis industrial, donde cada vez se produce menos -por la desaparición de empresas- y hay un menor consumo de energía, particularmente del consumo de electricidad. No se está haciendo ninguna transición ecológica realmente efectiva.

Porque efectivamente, estamos en un sistema volcado en conseguir beneficios a corto plazo, y el modelo de «transición ecológica» por el que se está apostando ha sido decidido por grandes firmas económicas, que han diseñado lo que hay que hacer para mantener el tinglado capitalista en marcha. Y es un modelo -y así lo perciben muchos ciudadanos- que excluye a los pobres, a las personas con bajas rentas. Si tú vives en un barrio obrero o en una ciudad dormitorio, no te vas a comprar un Tesla eléctrico de 60.000 euros, sino que igual tienes que seguir tirando con el viejo coche diésel que va como un mechero.

Una transición ecológica al servicio de los ricos

Muchos, desde la ciencia y la defensa del medio ambiente, abogan por la necesidad de hacerlo desde la necesidad el decrecimiento, que muchos piensan que implica renunciar al bienestar. ¿Qué defiende esta corriente de pensamiento?

Claro, porque hay una cuestión que es incontestable. Los recursos del planeta son finitos, y algunos ya comienzan a dar signos de agotamiento.

Muchos apuestan todo a que la alternativa para la transición ecológica pasa por la electrificación, pero materiales como el cobre comienzan a ser escasos. Y no digamos ya las tierras raras.

Pase lo que pase, el modelo de crecimiento sin parar conduce al desastre. Y va acompañado de un proceso de bombeo de renta desde abajo hacia arriba, desde los sectores más vulnerables y empobrecidos hacia las élites.

Mira lo que pasa con la vivienda. Hace veinte años tuvimos una burbuja inmobiliaria en torno a la compra de pisos, con las hipotecas; ahora es en torno al alquiler. Ahora es que no podemos vivir ni siquiera en un piso que no es nuestro. Súmale a eso la inflación de los alimentos y de lo demás, al aumento de la precariedad.

Entonces, es necesario decrecer. O lo hacemos de forma catastrófica, desordenada y abrupta… o podemos hacerlo de forma racional, planificada, de manera que signifique un aumento de bienestar para la mayoría. Eso es lo que defiende la corriente del decrecimiento." 

(Entrevista a Antonio Turiel Martínez, 

No hay comentarios: