"(...) La crisis ucraniana
Al no disponer de información completa y fiable sobre nuestras capacidades militares, técnicas y financieras, sobre la situación en los frentes de la Operación Militar Especial (la guerra de Ucrania NdT) y en las mesas de negociación, no voy a pretender aleccionar a nuestros valientes soldados y diplomáticos altamente profesionales. Me limitaré a hacer comentarios de carácter político general.
Los europeos están interesados en que la guerra continúe. Los
estadounidenses no están interesados en la medida en que la guerra
amenace con escalar a un nivel nuclear y extenderse al territorio de los
Estados Unidos, o si tal continuación significase repetir la vergüenza
afgana.
No se logrará la seguridad de nuestras fronteras, una paz duradera Мир на Украине – мир в Европе — Россия в глобальной политике
que excluya la reanudación de la guerra, el lento avance de nuestras
tropas, ni siquiera la creación de estrechas zonas desmilitarizadas,
mientras dicha zona desmilitarizada no abarque todo el territorio de
Ucrania y no se derribe el actual régimen comprador y nazi de Kiev. Pero
lo más importante es que tampoco habrá seguridad mientras no se rompa
la voluntad de confrontación de las élites europeas y su esperanza de
vencer en tal confrontación. Hay que continuar con las ofensivas que
están llevando a cabo nuestros soldados. La tregua, como todos
comprenden perfectamente, no es la salvación, sino solo un respiro para
que el enemigo acumule fuerzas, embrutecer aún más y militarizar a su
población.
El principal adversario no es, por supuesto, Kiev (hay
que reconocerlo), sino la Europa unida. Con el apoyo vacilante de
Estados Unidos, Europa quiere continuar la guerra indefinidamente. Tras
la cortina de humo de las conversaciones sobre la paz y el alto el
fuego, se está produciendo una redistribución de roles. Estados Unidos
desempeña el papel del policía bueno, nos tienta con la zanahoria de los
acuerdos, mientras que Londres y compañía apuestan por la escalada y la
prolongación. Cuando se agote definitivamente la «carne de cañón»
ucraniana, lo cual aún está lejos de suceder, las filas de los
mercenarios que ya están luchando se verán reforzadas por soldados de
fortuna procedentes de los países pobres del este y el sur de Europa. Ya
se les está reclutando y preparando a toda marcha.
Nuestra indecisión, nuestra falta de preparación para responder con dureza ya
a
los ataques contra nuestras ciudades y nuestras fuerzas estratégicas,
se interpreta claramente como debilidad, lo que refuerza la sensación de
impunidad y agresividad. Con nuestra cautela, estamos jugando a favor
de la estrategia del enemigo, que espera arrastrarnos a una guerra
prolongada y, tarde o temprano, agotarnos, provocar una división entre
las élites y socavar el apoyo al poder supremo.
En términos operativos y tácticos, por ahora estamos ganando О снаряде и броне — Россия в глобальной политике , aunque a un precio considerable, pero estratégicamente podemos empezar a perder. El enemigo cruza una «línea roja» tras otra. Hablamos de respuestas «espejo», que son una táctica puramente defensiva. Pero incluso si la aceptamos, en respuesta a la serie de ataques ya lanzados contra ciudades, objetivos estratégicos y ahora también contra fuerzas estratégicas, hay que golpear las fuerzas estratégicas del Reino Unido o incluso de Francia. Anunciando, por supuesto, que en caso de «respuesta», la represalia será nuclear. Y si a continuación una sola ojiva nuclear del adversario vuela en nuestra dirección o, más aún, llega al territorio de nuestro país, se producirá un ataque contra las ciudades. Es necesario empezar a responder contra los objetivos en el territorio de los países que participan más activamente en la agresión de la OTAN. Se trata de Polonia, Alemania, Rumanía… y la lista continúa. Aunque en Varsovia están empezando a comprender lo que les amenaza si continúa la guerra. Hay que alimentar este sentimiento de autoconservación.
La guerra termonuclear mundial, aunque todavía no sea universal, ya se ha desatado. Tras el ataque a Irán, no quedan dudas. Pero el objetivo principal somos nosotros. Y, al no reaccionar con dureza, creamos una sensación de debilidad y de impunidad del enemigo, le damos pie. El bestial ataque de Estados Unidos e Israel contra Irán Драконьи бега — Россия в глобальной политике elimina todas las restricciones a los posibles ataques de represalia/prevención de una guerra termonuclear mundial: políticas, legales, morales. Es más, al dejar esta flagrante agresión sin castigo, mostraremos una debilidad imperdonable. Y allanaremos el camino hacia una guerra termonuclear mundial.
Es necesario corregir los objetivos estratégicos de la guerra que nos
han impuesto y en la que nos hemos involucrado tardíamente. Ahora no
deben ser solo la desmilitarización total y la desnazificación del
régimen de Kiev, la liberación de las tierras ancestralmente rusas.
Estos objetivos no se pueden alcanzar sin derrotar —ojalá solo
políticamente y sin recurrir a medidas extremas— a Europa tal y como se
ha configurado. Y es peor que en 1941-1945. Entonces, Gran Bretaña,
ahora el enemigo más acérrimo, se vio obligada a ser
aliada de la
URSS. Por supuesto, hay que advertir de nuevo a Londres y París que, en
caso de enviar tropas al territorio de Ucrania, serán consideradas
participantes directas del conflicto, y Rusia se verá obligada a
comenzar a lanzar ataques contra sus activos y bases, primero en el
extranjero y con municiones no nucleares.
Berlín debe saber que, si recurre a las armas nucleares y sigue luchando de facto contra Rusia, no habrá piedad. Y Alemania por fin responderá por su culpa histórica ante la humanidad, que intenta olvidar: por desencadenar dos guerras mundiales, por el Holocausto, el más terrible de los muchos genocidios cometidos por los europeos, y por el genocidio de los pueblos de la URSS. La nobleza de los dirigentes soviéticos, que impidieron la liquidación de Alemania, resultó contraproducente. No se puede permitir que Alemania vuelva a ser una amenaza para la paz y para nuestro país.
Repito, si alguien aún tenía dudas sobre la amenaza a la que nos enfrentamos, el ataque de todo Occidente en junio, que utilizó a Israel, como utiliza a Ucrania, contra Irán, debería hacernos entrar en razón. Antes destruyeron Irak, que se interponía en el camino de la hegemonía en Oriente Medio, luego Libia, y en 1999, incluso antes de Irak, violaron de manera ejemplar Yugoslavia. Hay que detener la revancha de Occidente. Antes de que sea demasiado tarde.
Es necesario introducir urgentemente en la doctrina militar de Rusia
la disposición de que, en caso de cualquier guerra con un enemigo que
posea un gran potencial demográfico y económico, nuestro país considera
obligatorio el uso de armas nucleares contra el agresor. Es necesario,
por fin, renunciar, al menos a nivel de expertos, a la tontería heredada
de la época de Gorbachov y Reagan: la afirmación de que «en una guerra
nuclear no puede haber vencedores y no debe desencadenarse». Por
supuesto, hay que tomar todas las medidas para evitar una gran guerra.
Pero esta postura no solo contradice
las doctrinas sobre el uso de
armas nucleares y la lógica elemental, sino que también allana el camino
para la agresión no nuclear, que es lo que hemos obtenido.
Cualquier provocación en el Báltico, en las fronteras con la OTAN contra Rusia, debe ser respondida de manera desproporcionada. Tras el ataque a nuestras ciudades y a nuestras fuerzas estratégicas, estamos obligados a cambiar nuestra política. Es necesario comenzar urgentemente a reflexionar sobre la experiencia de la Guerra Mundial. En la época soviética se partía de la base de que la guerra en Europa podría ser mixta, con el uso de ejércitos masivos y armas nucleares tácticas, se inició una carrera armamentística en ambas direcciones y se llegó al límite. Luego, ya en la nueva Rusia, se decidió que se necesitaban fuerzas pequeñas y móviles de uso general, respaldadas por una capacidad fiable para utilizar armas nucleares. Ahora hemos pasado a una guerra de «trincheras» con un nuevo nivel tecnológico От пушек к дронам: как меняется облик современной войны || Итоги Лектория СВОП — Россия в глобальной политике . La valentía y la tenacidad de nuestros soldados son admirables, pero ¿vamos a seguir luchando así en Europa y, quizás, en otros frentes? No utilizamos funciones de disuasión nuclear como la prevención de cualquier guerra y la carrera de armamento no nuclear. La amenaza de represalias nucleares hace que esa carrera no tenga sentido [3].
Por ahora, nos enfrentamos a la amenaza de agotarnos en una guerra interminable en Europa, que es lo que quieren sus élites. Es necesario bloquear urgentemente el camino hacia una guerra termonuclear mundial que se avecina. Y para ello, en primer lugar, hay que detener a Europa, la principal fuerza que, objetiva y subjetivamente, la impulsa. Es necesario dar una serie de pasos, y lo antes posible, para aumentar drásticamente la credibilidad de la disuasión nuclear. Al cambiar finalmente la doctrina nuclear, hemos convencido a los estadounidenses de la realidad de la escalada, pero a los europeos aún no. Es más, al iniciar el proceso de negociación con Estados Unidos, hemos diminuido la presión nuclear. En Europa han vuelto a oírse voces que afirman que Rusia nunca utilizará armas nucleares. Se está creando una sensación de debilidad y falta de preparación para tomar medidas decisivas. Con nuestra moderación y cautela, estamos favoreciendo a las fuerzas de la agresión y el militarismo, y empezando a repetir los errores del pasado, apaciguando a los agresores. Vale la pena pasar a una táctica de amenazas directas, respaldadas por la disposición a recurrir, en caso extremo, a ataques preventivos, inicialmente con armas no nucleares.
La amenaza para la paz y para nosotros es mortal. En estas circunstancias,
la
indecisión es maliciosamente absurda, al igual que las esperanzas de
llegar a un acuerdo. Ante las amenazas de que, si continuamos con
nuestras acciones militares, se impondrán aranceles «letales» del 500 % a
los productos de los países que compran nuestro petróleo, debemos
declarar abiertamente que consideramos la aplicación de estas amenazas
como un acto de guerra y que, en respuesta, estamos dispuestos a
comenzar a lanzar ataques, incluso con instrumentos militares, contra
los activos extranjeros de Estados Unidos que triplican los nuestros. Y
hay que subir por la escalera de la escalada nuclear.
Ahora paso a lo más desagradable para el lector, pero absolutamente necesario. Si todas las medidas (la transferencia de ojivas nucleares en el teatro europeo a vectores de medio y corto alcance, incluidos los basados en aviones, ejercicios de fuerzas estratégicas con simulación de ataques desarmantes y decapitantes contra Reino Unido, Francia y Alemania) no sirven de nada, habrá que pasar a la siguiente fase y empezar a lanzar ataques contra centros logísticos y bases militares en los países que apoyan la agresión contra Rusia. No se puede esperar mucho tiempo. Indicando que, en caso de «respuesta», se producirá una represalia nuclear contra estos y otros objetivos. Naturalmente, primero hay que advertir a Estados Unidos no solo de nuestras firmes intenciones, sino también de nuestro deseo de evitar una escalada a nivel intercontinental. En caso de que se llegue —Dios no lo quiera— a la necesidad de lanzar ataques desarmadores y decapitadores contra Gran Bretaña e incluso Francia, será necesario activar el sistema de defensa antimisiles, la defensa civil, y advertir de que si una sola ojiva llega a nuestro territorio o al de Bielorrusia, estos países serán borrados de la faz de la tierra. Es posible preparar para estos fines el sistema «Poseidón», colocando torpedos en la salida del Canal de la Mancha al Océano Atlántico. Los objetivos de los ataques decapitadores deben incluir no solo los centros de toma de decisiones, sino también los lugares de concentración y residencia de las élites. Para excluir sus esperanzas de refugiarse en búnkeres (que los hay).
Entiendo perfectamente que el uso de armas nucleares, incluso limitado, no solo es peligroso, sino también un gran pecado. Morirán masivamente personas inocentes, entre ellas niños. Me imagino las angustiosas reflexiones de nuestro comandante en jefe. Sé que el escenario descrito hiela la sangre en las venas, y una vez más provocaré una oleada de indignación contra mí. Pero esta parece ser la única alternativa posible a verse envuelto en una guerra interminable, aunque sea con interrupciones, con la pérdida de decenas y cientos de miles de nuestros mejores hombres, y luego, de todos modos, con el deslizamiento hacia el Armagedón nuclear y/ o el colapso del país. Hay que hacer entrar en razón a los europeos enloquecidos, quebrantar su voluntad de confrontación y detener el deslizamiento hacia la Tercera Guerra Mundial, hacia la que, olvidando las anteriores y sin haber recibido el merecido castigo por ellas, vuelven a empujar. Al mismo tiempo, hay que sacudir a los estadounidenses.
Es probable que Trump desee la paz, aunque en sus propios términos: mantener la mayor parte de Ucrania como plataforma para ejercer presión sobre Rusia. Sin embargo, incluso si aceptamos su «pacifismo» Дипломатия королей: к чему приведут переговоры Путина и Трампа? Украина, Европа, санкции — Россия в глобальной политике como auténtico, su posición es extremadamente inestable. No se puede reducir la presión nuclear. Al hacerlo durante las conversaciones sobre el alto el fuego, hemos debilitado nuestras posiciones y prolongado la guerra.
Otras líneas de trabajo en el ámbito europeo.
Sigo
partiendo de la posibilidad de evitar, aunque sea con medidas duras,
pero relativamente pacíficas, una gran guerra en Europa. Confío en
nuestra determinación y en la victoria sin recurrir a ataques nucleares.
¿Cuál debe ser nuestra política en estas circunstancias relativamente
«pacíficas»?
La enemistad perdurará durante mucho tiempo, ya que, como recordaré, tiene raíces profundas. En los próximos años no conviene centrarse en este tema. Solo una firme disuasión para que regresen a la cordura. El rumbo estratégico general es el máximo distanciamiento. Por supuesto, en ningún caso se debe rechazar la influencia europea en nuestra cultura. No hay que complacer al enemigo y romper los contactos. Vale la pena conservarlos e incluso restablecerlos para el futuro. Pero sin ilusiones. Por fin empezamos a concienciarnos de que somos una civilización rusa norte-euroasiática auténtica y autosuficiente, es decir: siberiana.
Pero además surgen algunas cuestiones complejas, ideológicas, geopolíticas e incluso concretamente prácticas, relacionadas con nuestras estrategias económicas y educativas, y lo más importante, con la autodefinición ideológica. Los objetivos sociales, personales y estatales. Lo llamamos la Idea del sueño de Rusia Живая идея-мечта России. Кодекс россиянина в XXI веке — Россия в глобальной политике , el Código del ruso[4]. En definitiva, vale la pena reconocer no solo nuestra identidad, sino también que, entre las influencias externas y los orígenes de nuestra civilización, las más importantes vinieron del sur y del este. Del sur, incluyendo Palestina, Judea y Grecia, recibimos no solo el cristianismo oriental, el ortodoxo, sino también el islam, el budismo y el judaísmo. Del sur y del este, de la brillante Bizancio y del poderoso Imperio mongol, recibimos la verticalidad del poder, sin la cual no nos habríamos convertido en una potencia mundial ni habríamos resistido en un territorio tan extenso, sin la protección de montañas y mares. Es necesario recordar constantemente que todos los acontecimientos importantes que hicieron de Rusia una gran potencia tuvieron lugar en el contexto de una confrontación constante con Europa y nuestro movimiento hacia Asia. La petición de ayuda de Alejandro Nevski a los mongoles en la lucha contra los teutones, la campaña de Yermak «mas allá de la Piedra» (“за Камень”, así es como el cosaco Yermak llamaba a su conquista de Siberia -1581/1585 – es decir más allá de los montes Urales. NdT) que sentó las bases del Imperio ruso, la idea de la «Tercera Roma», la victoria del pueblo liderado por Minin y Pozharsky sobre los polacos, la de Pedro I sobre los suecos, la de Kutuzov, Barclay y Alejandro I sobre el ejército paneuropeo de Napoleón, la victoria de Zhukov, Rokossovsky, Stalin y todo el pueblo sobre el ejército paneuropeo de Hitler. Estos son nuestros principales hitos históricos y espirituales.
En la política informativa y educativa, es importante reducir de forma razonable
la proporción de páginas de los libros de texto y de horas de emisión
dedicadas a la descripción y el análisis de la historia y los acontecimientos
que
tuvieron lugar en Europa, aumentando la proporción dedicada a Asia y a
la mayoría mundial. Es necesario un desarrollo intensivo de los estudios
orientales. Pero lo principal es devolver al centro de la cosmovisión
rusa la colonización de Siberia. Hay que empezar a preparar una nueva
generación de expertos en Europa. Los viejos soñadores
de Europa se
están yendo, y la mayoría de la generación intermedia, para nuestra
desgracia, ha sido educada con becas de Bruselas y otras becas europeas y
simplemente no es capaz de comprender y evaluar la situación en la que
se ha metido el actual Viejo Mundo. Vale la pena darse cuenta, por fin,
de que una parte significativa de nuestro bagaje intelectual, las
teorías socioeconómicas e incluso las de política exterior, en el mejor
de los casos están obsoletas y, en la mayoría de los casos, son falsas y
están orientadas a servir a los intereses de otros países y sus élites.
Por supuesto que no hay que lanzar por la borda el conocimiento de esas
teorías. Hay que conocerlas, pero utilizarlas de forma estrictamente
crítica (cuando era decano insistí en que el estudio de todas las
teorías, no solo las occidentales, sino también las propias, se
realizara bajo la rúbrica de su crítica). Es necesario conocer y
utilizar el legado intelectual europeo, pero hay que entender que no es
para nosotros. La dirección más importante para alejarse de la Europa
actual es el desplazamiento mencionado al principio del artículo del
centro del desarrollo espiritual, económico y político de Rusia hacia
los Urales y Siberia: la «siberización de Rusia». Es necesario atraer
hacia las regiones al este de los Urales a parte de los habitantes de
las tierras liberadas (en Ucrania NdT), los territorios de la Federación
Rusa que han sufrido la guerra. Es necesario poner en marcha varios
proyectos de envergadura. Los planes existen y se están reactivando. Es
hora de superar el mito del frío y la incomodidad de Siberia. No es un
lugar de destierro. Con una política estatal razonable, la vida allí es
cómoda, y el calentamiento global está suavizando el clima. Se necesita
una leyenda veraz y soñada sobre Siberia como la tierra prometida, la
tierra de nuevas posibilidades ilimitadas. Para ello, en las pequeñas y
medianas ciudades de Siberia, donde escasea la mano de obra, es
necesario desplegar urgentemente la construcción masiva de edificios de
madera de baja altura. La vida en Siberia debe ser más cómoda que en la
Rusia europea. Esta es una de las mejores formas de resolver el problema
del bajo número de niños en el país. En los barrios-colmena de
rascacielos dormitorio la gente no va a tener ni criar familias
numerosas.
La «siberización» debe formar parte de la nueva idea-sueño estatal de Rusia.
Es
necesario un reclutamiento masivo de siberianos, menos susceptibles a
la influencia occidental, junto con los veteranos de la Operación
Militar Especial (la guerra de Ucrania NdT), para la clase dirigente del
país. Se deben transferir algunas de las funciones de la capital a las
ciudades siberianas. Muchos habitantes de las antiguas capitales han
sucumbido en gran medida a la influencia corruptora y ahora perjudicial
de Europa y Occidente. Habrá que reconstruir parcialmente las ciudades
destruidas por la guerra en los territorios liberados, pero es
inadmisible hacerlo a costa de la Rusia autóctona y, por supuesto, de
Siberia, como ocurrió después de la Gran Guerra Patria.
En los discursos del líder del país y de los líderes de la opinión
pública hay que plantear constantemente la cuestión de la finalización
de nuestro viaje europeo de más de tres siglos, que nos ha reportado
muchos beneficios, pero también muchos perjuicios: guerras constantes,
incluidas dos mundiales, y diversos «ismos». Hemos tomado todo lo
necesario de Europa, incluso en exceso. Ahora hay que ocuparse del
desarrollo de nuestro propio “país-civilización” Россия как цивилизация цивилизаций — Россия в глобальной политике
, en lugar de igualarnos a los actores externos, ya sean del sur, del
oeste o del este. Es importante utilizar la confrontación que se nos ha
impuesto para reorientar radicalmente nuestra política exterior e
interior, nuestro desarrollo humano y tecnológico interno hacia los
prometedores mercados del sur y el este. Incluso si (y cuando) en la
hipotética Bruselas de repente quieran la «normalización», no hay que
aceptarla de inmediato. Al mismo tiempo, vale la pena desarrollar
relaciones con determinados países del sur y el centro de Europa, tanto
para obtener beneficios económicos como para disolver la UE, que en su
forma actual no nos beneficia. A largo plazo, es muy probable que estos
países se unan a la Gran Alianza Euroasiática. La reorientación hacia
los mercados internos,
hacia el sur y el este, debe ir acompañada de
la conservación de lo mejor del legado europeo. La actual no nos
conviene e incluso nos perjudica. La mayor parte de nuestros vecinos del
subcontinente occidental de Eurasia están cayendo en decadencia moral y
política, volviendo al camino de la enemistad y la guerra. Pero la
historia no termina, a menos que nosotros mismos la terminemos con una
guerra termonuclear global.
Después del apogeo griego y romano, Europa cayó durante siete u ocho siglos en una oscura y sombría Edad Media. Esperemos. Quizás renazca y se convierta en un socio rentable y deseable. Con una política adecuada, no solo podemos proteger nuestros intereses y detener el deslizamiento hacia la Tercera Guerra Mundial, sino también contribuir al renacimiento de lo mejor de nuestros vecinos del subcontinente."
NOTAS
[3] Trenin D., Avakyan S., Karaganov S. De la contención al
intimidación. M.: Molodaya gvardiya, 2024. Págs. 32-51.
Hay gente buena
Vyacheslav Rybakov
La principal contradicción del mundo posindustrial: entre la necesidad
de un crecimiento constante del consumo sin sentido y el deseo, propio en mayor o menor
medida de cada persona, de conocer y crear.
Más información #Europa #Rusia #Siberización #Doctrina nuclear
[4] Es necesario proponer e incluso imponer urgentemente
una ideología estatal común, que denominamos «La idea-sueño de Rusia, el Código de los rusos». Véase: Karaganov, S. A.
La idea viva-sueño de Rusia, el Código del ruso en el siglo XXI
[Fundamento ideológico del Estado ruso] // ed. por F. A. Lukyanov, P. N. Malyutin. M.:
SVOP, FMEiMP NIU VShE, 2025. P. 46. La versión electrónica
del
informe está disponible para su lectura en los sitios web del Consejo
de Política Exterior y de Defensa (svop.ru), la revista «Rusia en la
política global
» (globalaffairs.ru), la Facultad de Economía Mundial
y Política Mundial de la Universidad Nacional de Investigación HSE
(we.hse.ru), el Instituto de Economía Militar Mundial
y Estrategia de
la Facultad de Economía Mundial y Política Mundial de la Universidad
Nacional de Investigación HSE (iwmes.hse.ru), así como en la página web
personal de S. A. Karaganov (karaganov.ru)."
(Sergei Karagánov, presidente honorario del Consejo de Política Exterior y de Defensa. en Rafael Poch blog, 04/09/25, Publicado en : Европа: недоброе расставание — Россия в глобальной политике )
No hay comentarios:
Publicar un comentario